Blogia
Basurde Xiao Long

LUNES 24 DE MARZO: LAHORE (PAKISTÁN) – AMRITSAR (INDIA)

LUNES 24 DE MARZO: LAHORE (PAKISTÁN) – AMRITSAR (INDIA)

Me despierto sobre las 8 con la idea de pasar a India. Tengo dos opciones: cogerme un motocarro y probablemente dos autobuses y presentarme en la frontera por cuatro duros, como ya hice hace dos días, o llamar al taxista que me dio su tarjeta y que me lleve. Elijo la segunda opción, más cara pero más cómoda. Le pregunté el precio anteriormente, analizando las posibilidades, y costaba 1000 riales, 60 dirhams, lo cual tampoco era descabellado.

  

Intenta coger un atajo, pero hay vayas en la carretera. Es una zona militar, y no nos dejan pasar. El tío insiste e insiste, pero al final desiste en su intento. Personalmente me alegro  ;-)  Llego a la frontera. Soy el único tío cruzándola. Cambio dinero allí mismo. Están los típicos puestos ambulantes vendiendo historias: Coca-Cola, Fanta, … ¡cerveza! Cono, cerveza! Me voy a meter una. Me siento y me la traen. Se llama Kingfisher strong, y es de 650cc. Bastante grande para esas horas  ;-) En la etiqueta dice un par de cosas curiosas:

 

- Porcentaje de alcohol: Más de 5.25% pero menos de 8.25%. Vaya, que aproximación.

- For sale in Punjab. Vaya, que no la pueden vender en otra provincia?

  

Las dos provincias al lado de la frontera se llaman Punjab. La razón es bien clara, a la hora de diseñar la frontera India-Pakistán… cortaron por la mitad.

  

La gente de los puestos muy maja. Se sientan conmigo y me dan conversación. Se ve una alegría que echaba de menos en Pakistán. Son unos kilómetros pero la sensación es diferente, y gran parte de eso es sentirte al 100% seguro en India, que no te sientes en el país vecino.

  

Les pregunto como puedo llegar a Amritsar y me indican un taxi. Me cobra unos 12 dólares por 30 kilómetros. Le digo que me lleve a la estación, ya que quiero cerrar el tren para el día siguiente. Sale uno a las 6:25 a.m. así que compro el billete, de segunda, y busco un hotel cerca de la estación. Me alojo en el Grand Hotel, un establecimiento muy guapo con un jardín interior. Dejo la mochila, y a investigar.

  

MATA TEMPLE

  

Cerca del hotel esta el Templo Mata. Es un laberíntico templo hindú, con forma de cueva. Pero artificial, todo hecho en un edificio. Pregunto a un tío en una moto como llegar allí, y me dice “monta, te llevo”. Así que me acerca.

  

El templo es unas risas. Me quito los zapatos, entro, y empiezo a seguir la ruta indicada. Pasas por galerías donde tienes que ir de rodillas, otras llenas de agua donde te tienes que remangar los pantalones… esto no es serio  ;-)  Hay un montón de estatuas representando divinidades hindúes. Mujeres que desean quedarse embarazadas acuden a este lugar.

  

GOLDEN TEMPLE

 

De ahí al “Templo Dorado”. Para ir puedo coger un motocarro, o un bicicarro. Hay un tío pedaleando, y tú vas cómodamente sentado atrás. Sobre esto siempre he tenido dudas. Ir ahí arriba me parece súper burgués, tu sentado y un tío delante pedaleando. Pero si no lo coges, el ciclista se muere de hambre. Que hacer? Lo cojo.

  

Se que el precio por estos trayectos son 20 rupias. El tío me pide 100, y yo le digo que 50. Al final le doy 75, porque el tío se pego buena paliza. Ya estoy en el Templo Dorado, que tiene mucha historia.

  

Esta ciudad está llena de Sikhs, seguidores del Shikhismo. Es una religión monoteísta que fue fundada por un gurú en el siglo XV. La intención de este hombre era llegar a una realidad más allá de las diferencias superficiales entre hindúes y musulmanes. La idea me parece cojonuda. Pero bueno, luego ya empiezan con sus preceptos sin sentido. Por ejemplo no se pueden cortar el pelo ni la barba, deben llevar un pequeño peine para recogerse el pelo, ropa interior larga, un brazalete metálico y una pequeña daga. De eso ya me acuerdo cuando trabajé en Londres. Pasábamos un detector de metales al principio y fin de la jornada, y los sikhs que allí trabajaban se quitaban la daga que llevaban al pasar. Yo flipaba!  ;-)

   

El Templo Dorado es el más sagrado para los sikhs, y deben peregrinar aquí una vez en la vida. Dejo los zapatos, cojo un pañuelo para cubrirme la cabeza –son requisitos- y entro al recinto. Para ello debo pasar por un par de lavapies, donde me mojo los pinrreles. Simbólicamente me los he lavado. Dentro impresiona, ya que se ve una gran piscina con el Templo Dorado en medio. Dicen que la cúpula tiene 750 kilos de oro puro. Algunos sikhs se despojan de sus atuendos y se acercan al agua en sus largos calzones. Se ven pequeños cuartos con religiosos leyendo un libro, sin levantar la vista de el. Voy hacia el puente para ir al Templo, pero la cola es inmensa. No es lo mismo hacer cola en España que en India, y después de poco tiempo se me agota la paciencia y me voy sin ver el interior. Si subo sin embargo al museo, con un montón de cuadros de escenas bélicas, mayormente.

  

Hablando de violencia…en 1984 un grupo de militantes nacionalistas sikhs, que reclamaban un estado propio que se llamaría Khalistan, se refugiaron en este templo. Indira Gandhi ordenó al ejército indio asaltar el templo, provocando más de 500 muertos. Esta actuación fue considerada un ultraje por muchos sikhs, y los propios guardaespaldas de la presidenta, que eran sikhs, la asesinaron. Tras el asesinato de Indira Gandhi, los ataques contra los sikhs se cobraron varios miles de muertos.

  

JALLIANWALA BAGH

  

Salgo y voy a otro lugar con otra historia igual de triste. La independencia de la India fue en 1947, pero no fue flor de un día. Se estuvo luchando por ella muchos muchos anos. En 1919 la situación estaba bastante tensa. En Amritsar la cosa estaba calentita, tras pasar los británicos una ley que permitía encarcelar a indios sospechosos de sedición, sin ningún juicio previo. Se organizaron protestas. El 13 de abril de ese ano unos 20.000 indios se encontraban en este parque, en una manifestación pacífica. Es un lugar abierto pero con altos muros alrededor. Un general inglés llegó con 150 soldados y sin previo aviso ordenó a sus soldados abrir fuego. Seis minutos más tarde, más de 400 personas morían dejando también 150 heridos. En la película Gandhi de Richard Attenborough este suceso se describe perfectamente, poniéndote los pelos de punta.

  

Se puede visitar el parque, han hecho un monumento y lo han dedicado a la memoria de las victimas. Señales te indican por donde entró el ejército, desde donde dispararon, y en una pared todavía se pueden ver los agujeros dejados por las balas. Bastante triste pensar en lo que fue aquello.

  

Vuelto al hotel en un motocarro y ceno en el jardín del hotel pollo con cerveza. Mi intención era beberme una Coca-Cola, pero en serio, me dijeron que solo cerveza o vino. Que extraño. Voy a dormir. Pongo la tele y no funciona. Al día siguiente voy a ducharme, pero la ducha tampoco va.

0 comentarios