520 fotos aquí
Video – Resumen (3´21¨)
Video – Mercado de las especias (Old Delhi, 26 octubre 2024) (52¨)
Video – Kathakali en Fort Kochi (Kerala, 28 octubre 2024) (2´28¨)
Video – Black Beach, Varkala – Olas inversas (Kerala, 30 octubre 2024) (1´08¨)
Video - Amanecer desde el punto más meridional de la India. (Kanyakumari, Tamil Nadu, 31 octubre 2024, 6:37am) (30¨)
Video – Taj Mahal, ilusión óptica (Agra, 2 noviembre 2024) (37¨)
Itinerario en PDF
Del 26 de octubre al 3 de noviembre tuve una semana de vacaciones, coincidiendo con el festival indio de Diwali. Mis colegas Mon e Iriarte se animaron a visitarme y fue una semana de risas.
En primer lugar, cuando confirmaron su visita, tocó elegir el destino, qué íbamos a visitar en este enorme país. Recibo un montón de visitas en India y no es cuestión de repetir todo el tiempo lo mismo, porque son mis vacaciones y yo también quiero conocer nuevos lugares. Así que les di a elegir entre estas cuatro opciones:
1.- Kerala, en el sur de la India.
2.- Meghalaya, en el noreste.
3.- Calcuta, en el este.
4.- Dharamsala, en el norte.
Eligieron Kerala y yo encantado con esa opción.
Este es el itinerario que les preparé (PDF). ¡Muy intenso, porque para descansar ya está Gasteiz!
Sábado 26 de octubre: llegada a Delhi. Noche en Delhi.
Domingo 27 de octubre: Vuelo a Kochi (Kerala).
Lunes 28 de octubre: Kochi-Allepey (Kerala).
Martes 29 de octubre: Allepey-Varkala (Kerala).
Miércoles 30 de octubre: Varkala (Kerala) – Kanyakumari (Tamil Nadu).
Jueves 31 de octubre: Kanyakumari (Tamil Nadu) – Thiruvananthapuram (Kerala).
Viernes 1 de octubre: Thiruvanthapuram (Kerala) – Delhi – Agra (Uttar Pradesh).
Sábado 2 de octubre: Agra (Uttar Pradesh) – Delhi
Domingo 3 de octubre: Delhi – Bilbao.
Ya veis, de 8 noches que pasaron en India, 6 fueron en lugares diferentes y dos noches no consecutivas en mi casa:
-Delhi @Castro Ashram
-Fort Kochi, Kerala @Bunk House
-Allepey, Kerala @Zostel Allepey
-Varkala, Kerala @Jickys Nest
-Kanuyakumari, Tamil Nadu @Hotel Ocean Heritage
-Thiravunanthapuran, Kerala @Hotel Sunday Townhouse
-Agra, Uttar Pradesh @Hotel Saniya Palace
-Delhi @Castro Ashram
Vamos con el itinerario día por día:
SÁBADO 26 DE OCTUBRE: LLEGADA A DELHI
Mis colegas llegaban a la Terminal 3 del Indira Gandhi International Aiport de Delhi a las 4:40am. Este fue su plan de vuelo, con Turkish Airlines, saliendo el viernes:
TK1316 Bilbao (12:10) – Estambul (17:15) (vuelo de 4h05´)
Escala = 3h
TK716 Estambul (20:15) – Delhi (04:40+1) (vuelo de 6h05´)
Hablando con Mon me dijo que no fuera a recogerles, que con las direcciones que les había pasado podían llegar a mi casa sin problemas, y así hubiera sido, pero me apetecía ir a recogerlos y ya estaba de vacaciones. Así que cogí un par de ¨garlands¨, collares de flores que en India se utilizan para recibir a gente ilustre, y al aeropuerto.
Nos encontramos en el aeropuerto, taxi a casa y decidimos dormir unas horas porque no tenía demasiado sentido después de un viaje tan largo ponerse a hacer turismo a las 7 de la mañana.
Después de levantarnos esto fue lo que visitamos:
Tumba de Humayun.
Así la describe Lonely Planet: ¨De sublimes proporciones, esta tumba parece flotar sobre sus simétricos jardines. Se cree que inspiró el Taj Mahal, al que antecede en 60 años. Construida para el emperador mogol a mediados del siglo XVI por orden de Haji Begum, la esposa persa de Humayun, combina elementos persas y mogoles, con una decoración austera que realza la arquitectura. La fachada en forma de arco presenta bandas de mármol blanco y arenisca roja, y el edificio observa las estrictas reglas de geometría islámica.
Los bellos jardines albergan las tumbas del barbero favorito del emperador y de Haji Begum. Aquí fue donde se refugió Bahadur Shah Zafar, el último emperador mogol, antes de ser capturado por los británicos y exiliado en 1857.
Al entrar al complejo, a la derecha, está la tumba de Isa Khan, un exquisito ejemplo de arquitectura de la dinastía Lodi, construido en el s. XVI. Más al sur se encuentra la monumental tumba de Khan-i-Khanan, saqueada en época de los mogoles para construir la tumba de Safdarjang¨.
Muchas visitas de escolares, algunos de los cuales quisieron sacarse fotos con nosotros.
De ahí fuimos a Old Delhi, a visitar Jama Masjid.
Así la describe Lonely Planet: ¨Bello remanso de paz en pleno caos de Vieja Delhi, la mezquita más grande de la capital se alza sobre una elevación de 10 m entre la baraúnda circundante. Tiene capacidad para 25000 personas. La estructura de mármol y arenisca roja, conocida también como mezquita del Viernes, fue el triunfo final arquitectónico de Shah Jahan, construida entre 1644 y 1658. Sus cuatro atalayas estaban destinadas a la seguridad. Cuenta con dos minaretes de 40 m de altura, uno de los cuales se puede visitar y ofrece vistas estupendas. Hay numerosos accesos aunque los visitantes solo pueden entrar por las puertas 1 (sur), 2 (este) y 3 (norte). La puerta del este originalmente era solo para uso imperial. Dentro, se puede comprar un tique para subir los 121 escalones hasta el estrecho minarete sur (no se permite el acceso de mujeres sin compañía). Desde lo alto se aprecia cómo el arquitecto Edwin Lutyens incorporó la mezquita en su diseño de Nueva Delhi: la Jama Masjid, Connaught Place y el Sansad Bhavan (Parlamento) trazan una línea recta¨.
Subimos al minarete sur, que tiene unas vistas espectaculares (a pesar de la polución que ya hace su presencia en esta época del año).
De Jama Masjid fuimos caminando hasta Chandni Chowk. El Fuerte Rojo quedaba enfrente, a la vista, pero no entramos a verlo. No iban a estar mis amigos mucho tiempo en Delhi y en Agra íbamos a visitar un fuerte más grande, así que por esa razón no merecía la pena. Con más tiempo, ¡sin duda!
En Chandni Chowk, la calle principal de la Vieja Delhi, Iriarte y Mon visitaron el tempo sij Gurudwara Sis Ganj Sahib, de 1783. Yo me quedé fuera cuidándoles los zapatos. De ahí cogimos un rickshaw (tuk-tuk a pedales) hasta el final de la calle, hasta la mezquita Fatehpuri Masjid. Así la describe Loney Planet:
¨Construida por orden de Fatehpuri Begum, una de las esposas de Shah Jahan, esta mezquita del s. XVII es un remanso de paz comparada con lo que hay fuera. Tras la I Guerra de la Independencia, los británicos la vendieron a un noble hindú por 19 000 rupias; recuperaría su función religiosa a cambio de cuatro aldeas dos décadas después¨.
Al lado de esta mezquita está el mercado de especias, uno de los lugares más caóticos de Delhi, y allá fuimos. Nos subimos a una terraza que conozco con unas vistas maravillosas al caos, con monos haciendo compañía.
Era hora de salir del caos, lo que metido en este jaleo no suele ser fácil. El tráfico está congestionado y coger un tuk-tuk no es tarea fácil. Conseguimos parar un tuk-tuk eléctrico que nos sacó del follón y de ahí nos fuimos a ver el espectáculo Shri Ram, en el teatro Bharatiya Kala Kendra cerca de Connaught Place. Bueno, no sé si llamarlo teatro, porque es un patio al aire libre. Pero el montaje fue espectacular. Se contaba el Ramayana. Hace unos años preparé este texto para mis estudiantes (texto / preguntas / soluciones) y ahí podéis leer la historia muy resumida, que es lo que se representó. Me encantaron los bailes y la puesta en escena. Fue en hindi, pero había una pantalla con subtítulos en inglés. Después nos sacamos fotos con los actores, actrices y bailarinas.
Teníamos al lado Connaught Place y era ya de noche, así que terminando el día tomando unas cervecitas en Ministry of Beer y a casa.
DOMINGO 27 DE OCTUBRE: DELHI – KOCHI (KERALA)
Nos levantamos al tran-tran y vamos a la terminal doméstica a coger el vuelo a Kerala:
Vuelo Indigo 6E315 Delhi T1 (12:55) – Kochi T1 (16:00)
3h55 horas de vuelo, sin salirse del país.
Objetivo Kerala. Así describe este estado la guía Lonely Planet:
¨¿Por qué ir?
Para muchos viajeros esta fina franja de tierra que cubre casi 600 km de gloriosas playas y costa del mar Arábigo, una lánguida red de relucientes remansos de agua (backwaters) y los montes cubiertos de especias y té de los Ghats orientales, con sus reservas naturales y frescas estaciones de montaña, es el estado más serenamente bello de la India meridional. Con solo pisar este tramo de reconfortante verdor a la sombra de palmeras, el acelerado ritmo subcontinental deviene en un feliz paseo. Kerala es un mundo aparte del frenesí del resto del país, con una historia fascinante, iluminada por ciudades tan evocadoras como Kochi (Cochín) y Thiruvananthapuram (Trivandrum).
Más allá de las backwaters, elegantes casas flotantes, tratamientos ayurvédicos y cocina suavemente especiada, Kerala despierta la curiosidad con sus elefantes salvajes, aves exóticas y algún que otro tigre, mientras que vibrantes tradiciones como el Kathakali, el theyyam y las fiestas y carreras de barcos serpiente dan vida incluso a los pueblos más pequeños¨.
No contábamos con demasiados días así que descarté ir a las montañas, a la zona de Munar, que mucha gente me había recomendado. Los campos de té son espectaculares, pero venimos de zona de montaña e íbamos a aprovechar más la playa. Además teníamos en mente llegar al punto más meridional de la India, Kanyakumari, y desviándonos al interior no nos hubiera dado tiempo.
La llegada a Kochi es muy diferente a la llegada a otros aeropuertos indios. Al salir no te encuentras a un montón de gente intentando solucionarte el tema de transporte. Ahí tienes unas ventanillas prepago y así solucionas lo del taxi para ir del aeropuerto a la ciudad, que no están cerca (unos 40k que se hacen en unos 70 minutos).
Cogimos un taxi bastante nuevo. Sin embargo, a menos de un kilómetro del aeropuerto se metió en una gasolinera porque el pedal del embrague no le funcionaba. Al embragar la palanca se quedaba metida no y salía. Llamó a la compañía y nos vino otro taxi.
Durante el trayecto con este taxista hubo un malentendido. No hablaba bien inglés y estaba quejándose de que había mucho tráfico, que tenía que dar mucha vuelta… eso es lo que yo entendía. Lo que es una chapuza, pero nosotros qué podemos hacer. Quiso llamar a alguien y pasarme el teléfono, pero yo le dije que no, que si quería llamaba yo de mi teléfono directamente a la compañía y solucionábamos lo que hubiera que solucionar (la verdad, no me fiaba de que él llamara a alguien de su teléfono y yo no sabía con quién estaba hablando). Me dijo que no. Luego me contó que era la primera vez que trabajaba para esa compañía.
Llegamos a un lugar llamado Kalamukku. De ahí teníamos que coger el ferry a Fort Kochi. Pero había una gran fila. Estuvimos esperando un buen rato enfrente de una capilla a San Ignacio. Casi enfrente había otra iglesia con el símbolo del Vaticano. Durante el viaje por Kerala y Tamil Nadu está clara la influencia europea en la religión. El conductor dejó el taxi y fue caminando, no sabíamos hacia dónde. Luego supimos que era hacia el puerto de donde salía el ferry. Al volver, nos comentó que, por el atasco, andando llegaríamos antes. Que había unos 40 coches, que solo hay dos ferries haciendo los trayectos y en cada uno de ellos entran 10-15 coches, con lo que, andando al puerto, unos 5 minutos, podíamos pasar andando en el primer ferry. Sin embargo, quería dejar claro, para que no nos quejáramos a la compañía ni pareciera que era él el que quería que nos fuéramos, que era nuestra opción. Si queríamos esperar para cruzar en coche, él sin problemas. Pero no tenía ningún sentido, así que cogimos las mochilas y al puerto caminando. No tuvimos que esperar mucho hasta coger el primer ferry que nos dejó en Fort Kochi, que es un pueblo pequeño al que se puede ir caminando sin problemas. Dejamos las mochilas en el hotel (Bunk House Fort Kochi) y salimos a explorar un poco. Iriarte hizo unas compritas, Mon se sacó una foto con un lagarto, un sitio tranquilo para disfrutar al lado del mar. Cenamos con unas cervecitas en 18Degree Rooftop Bistro.
Éramos tres personas y habíamos cogido dos habitaciones dobles en casa sitio, excepto en Agra. Nos tocó dormir solos en:
-Fort Kochi: a Castro
-Zostel Allepey: a Iriarte
-Varkala: a Mon
-Kanyakumari: a Iriarte
-Thiruvanthapuran: a Castro
(lo echamos a suertes).
LUNES 28 DE OCTUBRE: KOCHI – ALLEPEY (KERALA)
Habíamos quedado a las 8am para desayunar. Allá estaba como un reloj, pero estos no daban señales de vida. En lugar de llamarles, porque no había prisa, me fui a dar un paseo yo solo. Visité la Iglesia de San Francisco, que así la describe la Lonely:
¨Erigida en 1503 por franciscanos portugueses, se cree que es la iglesia europea más antigua de la India. El edificio de color amarillo descolorido que se ve ahora se construyó a mediados del s. XVI para reemplazar una capilla de madera, aunque neerlandeses y británicos lo modificarían luego. Los restos del explorador Vasco da Gama, que murió en Cochín en 1524, estuvieron en ella 14 años antes de que los trasladaran a Lisboa, aunque la lápida todavía está ahí¨.
Estuve hablando con el conductor de un autorickshaw, que me recomendó que si queríamos ir a un espectáculo de kathakali era mejor que compráramos entradas pronto para estar en primera fila. Seguí dando un paseo por la playa y un tío que estaba en unas redes chinas me invitó a pasar. Esto es lo que dice la Lonely de las Redes chinas de pesca:
¨Son los emblemas no oficiales de las backwaters, y quizá su motivo más fotografiado: media docena de redes voladizas gigantes situadas en la orilla noroeste de Fort Cochín, que allí llaman cheena vala. Se trata de un legado de los comerciantes de la corte de Kublai Khan de 1400 d.C. Parecen telas de araña y miden 10 m de altura. Reposan sobre varas de teca o bambú y hacen falta cinco o seis personas para manejar los contrapesos con pleamar¨.
Me llamaron Iriarte y Mon que ya estaban despiertos y listos y sobre las 9:30 o 10 desayunamos en un local al lado del hotel llamado Tarama Restaurant.
Volví con ellos a la Iglesia de San Francisco, a las redes chinas y pasamos por el cementerio neerlandés:
¨Consagrado en 1724, este cementerio está cerca de la playa de Kochi e incluye gastadas tumbas de comerciantes y soldados de los Países Bajos. Suele estar cerrado, pero el conserje, a veces, deja pasar; la alternativa es preguntar en la vecina iglesia de San Francisco¨.
No vimos a nadie por allá, excepto a un fenómeno que quería que nos subiéramos a unas ruedas grandes en la parte de atrás para vez mejor el cementerio por dentro.
De ahí tomamos un tuk-tuk al Palacio de Mattancherry:
¨Este fue el generoso regalo ofrecido al rajá de Kochi, Veera Kerala Varma (1537-1565), como gesto de buena voluntad de los portugueses en 1555. Los neerlandeses lo reformaron en 1663, de ahí su nombre alternativo. Combina estilos europeos y keralíes, pero destacan los murales hindúes de los aposentos reales de los ss. XVII-XIX, sorprendentemente bien conservados, que representan escenas de leyendas del Ramayana, el Mahabharata y de los Puranas, con detalles intrincados y coloristas¨.
Como teníamos fresca la historia del Ramayana, por la representación en Delhi dos noches antes, estuvimos buscando imágenes de escenas que reconociéramos.
En el exterior del palacio Iriarte se compró un catalejo pirata que le va a venir de maravilla para ver los partidos del Alavés.
Del palacio caminamos a la Sinagoga pardesi:
¨De 1568, esta sinagoga fue parcialmente destruida por los portugueses en 1662, y reconstruida dos años después cuando los neerlandeses tomaron la ciudad. Presenta un ornamentado bema de latón, elegantes bancos de madera y elaborados azulejos en el suelo, pintados a mano con dibujos de sauces, procedentes de Cantón (China) y añadidos en 1762 durante una gran remodelación acometida por Ezekial Rahabi. La sinagoga está magníficamente iluminada por candelabros belgas y lámparas de cristal de colores. La graciosa torre del reloj data de 1760, con inscripciones en malayalam, hebreo, latín y árabe.
La mayoría de los judíos pardesis de Kochi ha emigrado, pero la sinagoga sigue intacta¨.
Hora de comer y nos metimos en un hotel muy chulo que tenía una terraza a orillas de una de las rías, con la Isla de Willington enfrente: Ginger House Museum Hotel.
Tomamos un tuk-tuk para volver a la zona del hotel, pero le pedimos que hiciera un par de paradas antes:
Lavandería Dhobi Khana Public Laundry: en muchas ciudades, Delhi y Bombay incluidas, hay lugares donde todavía se lava a mano, y gran cantidad de ropa. Me apetecía conocer este lugar así que le dijimos al tuk-tuk wallah que nos llevara. Después, fuimos a la Basílica de Santa Cruz:
¨Construida en 1902 en el lugar de una iglesia lusa de principios del s. XVI, que fue demolida durante la época del Raj británico, este templo católico de estilo neoclásico es imponente. El interior, de colores pasteles, acoge piezas de diferentes épocas históricas de Kochi¨.
Con eso ya era hora de ir al espectáculo de Kathakali. Habíamos reservado entradas con antelación, pero no pudo ser en la primera fila, sino en la segunda. Se podía entrar a las 5pm para ver cómo se maquillaban los actores, a las 6pm empezaba el espectáculo. Kathakali es un estilo de danza teatro clásico de esta esta zona del sur de la India. Similar al wayang, que es un teatro de sombras con marionetas muy popular en Java (Indonesia), estos espectáculos en su versión más popular suelen durar desde la medianoche al amanecer. Un cantante narra historias dramáticas, como episodios de las epopeyas hindúes Ramayana y Mahabhrata, y en el kathakali los bailarines/actores las personifican mediante un complejo lenguaje de pasos de danza, gestos de las manos (mudras) y expresiones del rostro. Los bailarines de kathakali aprenden a controlar los músculos faciales. Algunos maestros tienen tan buen control que pueden reírse con un solo lado de la cara.
Este espectáculo que vimos en Fort Kochi, en el Kochi Folklore Odeum, estaba orientado a turistas, por lo que aparte de ver maquillarse a los actores, durante la actuación iban comentando las diferentes partes para ir entendiendo (o confirmando) las diferentes emociones que iban transmitiendo los intérpretes.
Antes de entrar, en la calle perpendicular a la del teatro, vimos que estaban rodando un anuncio de televisión. Estuvimos hablando con el actor, Kishore Mathew, muy majo. En su canal de Youtube podéis ver algunos de sus trabajos.
El espectáculo de Kathakali me gustó mucho. Aunque como somos bobos, al comienzo, cuando el cantante se arrancó con cante jondo tuvimos que hacer un gran esfuerzo para no reírnos. Iriarte y yo evitábamos mirarnos por lo que pudiera pasar.
Terminado el show nos sacamos unas fotos con los actores y llamamos a Shameer, el conductor de tuk-tuk anterior, para que nos llevara a un lugar donde paraban los autobuses para ir a Allepey. No era la estación de autobuses, era un lugar por donde pasaban y te ahorrabas unas vueltas. Shameer, muy majo, estuvo esperando hasta que llego el bus correspondiente. Mientras esperábamos Iriarte se dio cuenta de algo en lo que nunca me había fijado: que los tuk-tuks no tienen las ruedas rectas, sino que están un poco metidas hacia dentro. Le preguntamos a Shameer por qué, y dijo que era porque cuando se llenan con peso van a su posición normal.
Llego el autobús y a Allepey o Alapuzzha, más o menos 52km que hicimos en una hora y media. Todo bien, excepto algo de hormigón que le entró a Iriarte por la ventanilla, que estaba completamente abierta. Ja, ja.
Había hecho la reserva en un Zostel, que suelen estar muy bien. Este de Allepey tampoco era gran cosa. Llegamos y nos metieron cañita para que cenáramos antes de las 10 pm que cerraban la cocina. Cenamos y nos fuimos a dar un paseo por la playa.
Así describe la guía Lonely Planet Alapuzzha (Alleppey):
¨La que muchos llaman Alleppey es el núcleo de las backwaters de Kerala, con más de un millar de casas flotantes, y un importante pilar de la industria de la fibra de coco. Pasear por el centro urbano, pequeño pero caótico, de esta ¨Venecia del Este¨, es un placer, aunque un nuevo y descomunal paso elevado arruinaba la belleza de la popular playa de la ciudad. Afortunadamente, nada más acercarse a las backwaters, Allepey se convierte en un lugar agradablemente verde, que desaparece entre un mundo acuático de pueblecitos, arrozales, chalanas, sitios donde tomar toddy y, por supuesto, casas flotantes¨.
Dando un paseo por la playa dimos un chiringuito y pregunté cómo tomar un tour por las backwaters (en Zostel la verdad no hubo mucha información, lo máximo que te decían es que llamaras a un número). Un tío muy majo nos dijo que ese restaurante/homestay, Seashore, organizaba. Que estuviéramos a las 8am allá y todo listo. ¡Guay, plan para el día siguiente organizado!
MARTES 29 DE OCTUBRE: ALLEPEY – VARKALA (KERALA)
Nos levantamos, fuimos a Seashore y allá nos organizaron un tuk-tuk a una de las paradas de ferry. Llegó un ferry que nos introdujo en las backwaters, y en una de las paradas nos bajamos y fuimos a la casa de un barquero. Su mujer Priya nos preparó comida casera. Estábamos un grupo de 7 personas:
-una pareja india de Bangalore.
-un viajero solitario, de Pondicherry.
-un guiri que pasaba el tiempo fumando y yendo a su bola.
-el trío calavera, nosotros.
A la hora de visitar los backwaters nos separaron en dos barquitas.
-una de cuatro.
-una de tres, con el trío calavera.
La barca no tenía motor, el barquero remaba. Visitamos los backwaters, un remanso de paz. En algún momento el barquero paró para que compráramos una botella de toddy o vino de palma, alcohol hecho de cocoteros y que al principio no me moló demasiado pero luego le encontré el gusto. También paramos en otro lugar para beber unos cocos. Pasamos por una piscifactoría donde por lo visto criaban unos peces que no conocía, Etroplus suratensis. En los backwaters de veían bastantes aves, y un par de veces vimos martines pescadores, kingfishers en inglés, que es también la marca más popular de cerveza en India. Un pájaro muy colorido. Lo vimos una vez posado, otra en acción entrando al agua.
Volvimos a la casa del barquero a comer comida casera, en una hoja de platanero. Y vuelta a Alappuzha. Podíamos haber dejado el equipaje en la estación de ferry donde nos recogieron y nos dejaron, que estaba al lado de la estación de autobuses. Pero preferimos dejarla en el hostel. Así que tocó volver en tuk-tuk, recoger el equipaje, vuelta a la estación de autobuses y al siguiente destino, Varkala. Esto lo planeamos sobre la marcha. No sabíamos si íbamos a estar más tiempo en Alleppey o no, quizá durmiento en uno de los barcos, pero decidimos tirar a Varkala. Así describe este pueblo Lonely Planet:
¨Suspendida al borde de unos majestuosos acantilados rojos de alterita de 15 m de altura, 50 km al noroeste de Trivandrum, Varkala tiene esa naturaleza preciosa que la ha convertido en la zona mochilera más popular de Kerala. Un pequeño tramo de playa dorada roza la zona del North Cliff, donde los restaurantes ponen una banda sonora internacional inocua y las tiendas venden pantalones con estampados de elefante, bisutería de plata y bolsas de algodón para las esterillas de yoga. Aunque es un sitio turístico y los vendedores no paran, aquí los días rápidamente se convierten en semanas, y solo un poco más al norte o al sur hay playas más limpias y tranquilas.
Por otro lado, Varkala es un centro religioso: la playa principal de Papanasham es un lugar sagrado hindú, dominado por el antiguo templo de Janardhana, solo 2 km al oeste de la ciudad¨.
Nos alojamos en Jickys Nest, cenamos algo en Abba y nos metimos unas cervecitas en Gods Own Country. Cerraban pronto y nos echaron a dormir.
MIÉRCOLES 30 DE OCTUBRE: VARKALA (KERALA) – KANYAKUMARI (TAMIL NADU)
Varkala me moló bastante. Tiene buenos restaurantes, playas y vistas. Desayunamos en un garito en The Cliff y a explorar. Primero bajamos a la playa. Efectivamente, en uno de los tramos al final no se podía bañar porque incineraban cuerpos allá. El socorrista me dijo que por respeto no querían que la gente se bañara allá, porque la gente lo tenía asociado al funeral por su familiares. Tiene sentido. Así describe esa playa Lonely Planet:
¨Playa de Papanasham
Respaldada por acantilados de color óxido, la playa principal de Varkala es un lugar sagrado para los hindúes, allí donde, desde hace siglos, hacen ofrendas a sus seres queridos fallecidos y limpian pecados mundanos (ayudados por sacerdotes) cerca del cruce con Beach Rd. Para bañarse y tomar el sol, la gente se reúne en el extremo norte¨.
Hicimos el check out de Jickys Nest y fuimos caminado a Black Beach. Me encantaron las olas de esa playa y estuvimos tomando algo en el chiringuito.
De ahí nos fuimos al templo de Janardhana:
¨Dedicado a Visnú, este es el principal templo del lugar, arraigado desde el s. XIII. Es un espectáculo hindú en tecnicolor sobre Beach Rd, al que se llega por unos empinados escalones de piedra. El santuario principal está cerrado a no hindúes, pero los visitantes pueden pasear por los terrenos, donde hay un baniano enorme, un mandapa (pabellón columnado) al estilo Tamil con columnas de granito y santuarios dedicados a Ayyappan, Hanuman y otras deidades¨.
Íbamos en bañador, así que tocó ponerse la toalla como falda para entrar al templo.
Vuelta al hotel, recogida de equipaje y tomamos un tuk-tuk a la estación de tren. Teníamos los siguientes billetes de tren:
Tren 22627 Kollam Jn (QLN) (14:50) – Nager Coil Town (NJT) (17:24) (duración = 2h34´).
Clase Second AC (2A)
El día anterior habíamos tomado un autobús de Alleppey a Kollam (85km, más o menos 2h30´) y de ahí un tuk-tuk de Kollam a Varkala (27km, 1h). El tren lo teníamos de Kollam. Cuando compras un billete de tren, recibes un mensaje que dice que solo puedes embarcar en la estación indicada, en este caso Kollam. Teníamos que coger un tuk-tuk otra hora al norte, para luego volver a pasar en tren por Varkala viajando al sur. Decidimos cogerlo directamente en Varkala, sin volver a Kollam, y si nos decían algo improvisaríamos sobre la marcha. Fue una buena decisión, porque el revisor nos vio los tiques, sabía que habíamos subido en Varkala y no en Kollam Jn. y no dijo ni mu. Guay.
Llegamos a Nager Coil Town (bajamos a todo correr, yo con el tren ya en marcha porque no sabíamos seguro si era nuestra parada) y de ahí tuvimos que tomar un tuk-tuk a Kanyakumari, que está a unos 20´ (unos 40´). No llegamos a ver la puesta del sol, que es una de las atracciones de Kanyakumari. La razón: es el punto más meridional de la India. Así lo describe Lonely Planet:
¨Kanyakumari (cabo Comorín)
Esto es el fin de la India. Llegar a la punta de la ¨V¨ del subcontinente despierta una sensación de misión cumplida, además de la explosión espectacular de los Ghats occidentales y los campos verdes, los arrozales cegadores y las lentas turbinas eólicas del sur. Kanyakumari puede parecer un poco surrealista. En algunas épocas del año se ve ponerse el sol y aparecer la luna sobre tres mares (bahía de Bengala, mar Arábigo y océano Índico) a la vez. El templo de la Diosa Virgen del Mar, el legado de Swami Vivekananda y la metáfora del ¨fin de la tierra¨ atraen a multitudes de peregrinos y turistas, pero aun así sigue como refrescante pausa a pequeña escala en la frenética ruta india¨.
En Kanyakumari nos alojamos en el Hotel Ocean Heritage. Dejamos las mochilas y fuimos a dar una vuelta por el pueblo, acercándonos al punto más al sur, donde entre otros monumentos está el Gandhi Memorial. Así lo describe la Guía Visual India:
¨El Gandhi Memorial, cerca del templo, es el monumento donde descansaron las cenizas de Mahatma Gandhi antes de que fueran sumergidas. El edificio se diseñó de forma que cada año, en el aniversario de su nacimiento (2 de octubre), los rayos del sol caen sobre el punto exacto donde se depositaron sus cenizas¨.
Al día siguiente se celebraba Diwali y ya había algún chaval tirando petardos.
Buscamos un lugar para echar unas birras y otro garito para cenar y al sobre.
JUEVES 31 DE OCTUBRE: KANYAKUMARI (TAMIL NADU) – THIRUVANANTHAPURAM (KERALA)
Una de las cosas que hay que hacer en Kanyakumari es ver amanecer. Problema: pues el de los amaneceres, que es muy pronto. Salía el sol a las 6am. Me dirigí Kanyakumari Pier y allá estaba a las 6am, pero como en ¨Amanece que no es poco¨ el sol no salía por donde tenía que salir. Finalmente a las 6:20am vi el círculo de fuego, que no había aparecido antes por la brumilla que había. En cualquier caso, mola despertarse para ver amanecer porque hay mucho ambiente, decenas de personas acuden a este fenómeno. Vuelta al hotel y a desayunar. De ahí nos fuimos al puerto a coger un barco al Monumento a Vivekananda, que describí así Lonely Planet:
¨A 400 m de la costa está la isla rocosa donde el famoso místico hindú Swami Vivekanda meditó del 25 al 27 de diciembre de 1892, y donde decidió llevar su mensaje moral más allá de la India. Le recuerda un monumento de 1970 con dos mandapas, el inferior de los cuales contiene la supuesta huella de la diosa Kumari. Hay transbordadores a la roca¨.
Los transbordadores cuestan 50 rupias. Después de estar en la cola un rato nos dimos cuenta de que había una cola VIP, donde pagando 300 rupias (3,31 euros) podías acceder más rápido, y eso hicimos (¿ético?). Visitamos el monumento a Vivekanda, y al lado está la Estatua de Thiruvalluvar, en otro peñasco que ahora están conectando por un puente en construcción:
¨Cual coloso de Rodas indio, esta imponente estatua en la isla más pequeña junto al monumento a Vivekananda representa al antiguo poeta tamil Thiruvalluvar. Obra de más de 5.000 artistas, se erigió en el 2.000 y rinde tributo a su obra de 133 capítulos Thirukural, de ahí su altura de 133 pies (40,5 metros). Si las mareas lo permiten, los ferries al monumento a Vivekananda siguen hasta aquí¨.
No es así en este momento, que se encuentra cerrado el peñasco por obras. Me llamó la atención la construcción del puente. Me pregunto por qué no lo han conectado por tierra, tirando al mar esas grandes rocas que se utilizan para construir rompeolas. Pero doctores tiene la iglesia y ellos sabrán por qué, si porque no es viable o porque prefieren mantener los dos peñascos separados.
De vuelta a tierra visitamos el templo de Kumari Amman. Ahí nos hicieron quitarnos la camiseta y entrar con el torso desnudo. Así describe este templo hindú la Lonely:
¨La leyenda dice que Kumari, la diosa Kanya (virgen), manifestación de la gran deidad Devi, conquistó sola a los demonios y logró liberar al mundo. Los peregrinos se lo agradecen en un templo íntimo y bello, situado en el extremo del subcontinente, donde se oye chocar las olas de los tres mares lejos del resplandor crepuscular de las llamas de velas votivas en forma de vulva.
Se dice que la puerta del templo orientada al este está cerrada para evitar que el brillo del diamante que la diosa lleva en su nariz extravíe a los barcos. En la puerta principal del lado norte se pide una donación de 20 rupias para acceder al recinto interior del s. XVIII, donde los hombres deben quitarse la camisa y las cámaras están prohibidas.
En la costa en torno al templo hay un par de pequeñas playas y escaleras de acceso que los fieles utilizan para sumergirse antes de entrar en el templo. El mandapa del sur es popular para ver el atardecer y protegerse del sol durante el día¨.
No íbamos con demasiado tiempo. Teníamos que hacer el check out y coger un tuk-tuk al siguiente destino. En el templo nos quedamos atrapados bastante rato hasta que empezó la ceremonia. Auténtica devoción la que tienen los indios por sus dioses, lo que genera un movimiento de pasta importante.
De ahí nos fuimos a pegar un baño en el punto más al sur de la India. Yo no llevaba bañador así que en ropa interior, lo que en India no llama para nada la atención. ¡Misión cumplida!
Cogimos un tuk-tuk, nos llevó al hotel, cogimos las maletas y de vuelta a Nager Coil Town para coger el siguiente tren:
Tren 22627 Nager Coil Town (13:35) – Trivandrum Cntl (15:20) Duración = 1h45´.
Clase Chair Car (CC)
Así describe la guía Lonely Planet esta ciudad:
¨La capital de Kerala, aún conocida por su nombre colonial, Trivandrum, es una ciudad compacta pero enérgica que se extiende sobre suaves colinas y sirve de fácil introducción a la vida urbana del sur. Muchos viajeros se limitan a utilizarla como trampolín a las vecinas playas de Kovalam y Varkala, pero la antigua capital del noble estado de Travancore tiene atractivos suficientes (comida incl.) como para alargar la visita¨.
Así fue para nosotros, un trampolín, pero para viajar de vuelta a Delhi.
Llegamos a la estación de Trivandrum y la idea era ver el cercano Templo de Shri Padmanabhlaswamy. Pero el conductor del tuk-tuk nos dijo que estaba cerrado, que abrían a las 5pm, así que le dijimos que tirara para el hotel, el Sunday Townhouse, que tiene la ventaja de que está junto enfrente del aeropuerto. Al punto de que solo necesitas unos cinco minutos andando de la puerta del hotel a la terminal.
Dejamos las mochilas en el hotel y fuimos a dar un paseo por la cercana playa Shangumugham Beach, donde había un fantástico ambiente local. Cenamos en un restaurante cercano, el Old Coffee House. De ahí fuimos a un centro comercial, Mall of Travancore, porque ponía que a las 6pm había ahí un espectáculo por Diwali, que era esa noche. En la entrada al centro comercial había unos tanques con pececillos y Mon y un servidor metimos ahí los pies para que nos dieran un masaje e hicieran limpieza. El espectáculo de baile estuvo bien, vimos solo dos bailes porque entre medias se ponían a hablar hablar hablar y no pintábamos mucho ahí. Más pintábamos echando una birra en el cercano DurBar del hotel SPS Kingsway al que fuimos andando. Estando allá cayó un tormentón monzónico importante, que remitió enseguida. Desde el bar podíamos ver algunos fuegos artificiales por Diwali.
VIERNES 1 DE NOVIEMBRE: THIRUVANANTHAPURAN (KERALA) – DELHI – AGRA (UTTAR PRADESH)
Ese día tocaba madrugar, porque este era nuestro vuelo de Indigo:
6E2188 Thiruvananthapuram T1 (06:15) – Delhi T2 (09:40) – Duración = 3h25´
Llegamos a Delhi, un poco de descanso y a explorar.
Les enseñe a Mon y a Iriarte el cole.
Después fuimos a Malcha Mahal (artículo del New York Times en inglés / español), en el parque The Ridge.
Más tarde fuimos a un pozo escalonado, Agrasen Ki Baoli.
¨Este evocador aljibe del s. XIV antaño estaba en el campo. Tiene 103 peldaños que descienden hasta el fondo, flanqueado por nueve nichos abovedados. Es una curiosidad entre las torres de oficinas que hay al sureste del Connaught Place, particularmente famoso desde que Aamir Khan lo usó como refugio en su película PK, del 2015¨.
Tocaba comer y nos acercamos a Connaught Place, al The Darzi, con un café posterior en Starbucks. Visitamos posteriormente el templo sij más grande de Delhi:
¨Gurdwara Bangla Sahib
Magnífico gurdwara (templo sij) de mármol blanco, rematado por relucientes cúpulas bulbosas de tonos dorados y construido donde vivía el octavo gurú sij, JHarkrishan Dev, antes de morir en 1664. A pesar de su corta edad, el gurú, de solo 6 años, atendió a las víctimas de la epidemia de cólera y viruela de Delhi, y se dice que las aguas del estanque grande poseen propiedades curativas. Está lleno de vida y color, pero es un sitio tranquilo. Por todo el recinto se oyen cantos devocionales. Como en todos los gurdwaras, dan gratis de comer a diario a los peregrinos. En el acceso al complejo hay un pequeño museo que repasa la historia del sijismo y sus gurús y mártires¨.
De ahí a casa, coger la bolsa y a la estación de tren para poner la guinda a viaje:
Tren SBC Rajdhani (22692) Delhi H. Nizamuddin (19:50) – Agra Cantt (21:45) – Duración 1h55´
Clase Third AC (3A)
Ja, ja, bajamos Iriarte y yo rápidamente, para ver desde el andén que para cuando Mon quiso bajar ya empezaba a subir un montón de peña, sin dejar bajar. ¡Pero qué cuesta!
En la estación de Agra nos estaba esperando Mr. Bunty, mi tuk-tuk wallah de confianza, que nos llevó al hotel Saniya Palace. Cenamos en un restaurante cercano y al sobre.
SÁBADO 2 DE NOVIEMBRE: AGRA (UTTAR PRADESH) – DELHI
Al día siguiente tocaba madrugar. Había quedado con mi guía de confianza en español, el Sr. Goyal, a las 5:45am. Nos dio un tour por el Taj Mahal, mi séptima visita a esta maravilla. Luego nos dejó a nuestro aire y quedamos con él y con Mr. Bunty a las 10am en el hotel para visitar el Fuerte de Agra. Ahí nos despedimos del Sr. Goyal y Mr. Bunty nos llevó a comer y posteriormente a Itimad-ud-Daulah, el pequeño Taj. De ahí algunas compras y a la estación de tren:
Tren Gatiman Exp (12049) Agra Cantt (17:40) – Delhi H. Nizamuddin (19:30) Duración 1h50´
Clase Chair Car (CC)
Esperando al tren nos pasó exactamente lo que me pasó cuando mi madre vino con mi hermana, cuñada y sobris. Nos cambiaron el andén para coger el tren. Afortunadamente Mon estuvo vivo y se dio cuenta, si no probablemente lo hubiéramos perdido.
Directos a casita que al día siguiente estos fenómenos tenían que madrugar para ir al aeropuerto.
DOMINGO 3 DE NOVIEMBRE: DELHI – BILBAO
Les reservé un Uber a las 3:30am y en 21 minutos llegaron al aeropuerto. Este fue su vuelo de vuelta con Turkish Airlines:
TK4650 Delhi (6:40) – Estambul (11:15) Duración 7h05´
Escala 2h40´
TK1317 Estambul (13:55) – Bilbao (16:30) Duración 4h35´
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Un viaje muy divertido con estos dos colegas. ¡A ver cuál es el siguiente, y que sea pronto!