VIERNES 28 DE MARZO: AGRA DELHI (INDIA)
Toca madrugar, ya que tengo el billete para un tres a las 6 de la mañana, y en el hotel he acordado que un motocarro me estaría esperando a las 5:30. Con mi puntualidad británica bajo a las 5:20. Llega el conductor a la hora, pero me dice que otra pareja también va a la estación, y que hay que esperarles. OK. Pero no aparecen hasta las 5:45, por lo visto la chica no se encontraba bien. Yo estoy teniendo suerte, estoy como un roble.
El tren es más caro que la otra vez, pero esta vez tengo un sillón individual guapo. La primera vez viajé en asientos corridos de 6, luego en clase gualtrapa… y ahora como un señor. En teoría el viaje tardaba tres horas, es lo que me habían contado. Sin embargo saliendo a las 6 llegué a Nueva Delhi a as 11, 5 horas después.
Una maraña de taxistas y conductores me esperaba a la salida. Sin embargo al igual que en Agra había un puesto pre-pago de motocarros, y sin saber las distancias ni los precios es la opción más recomendable. Leo en la guía que uno de los timos más frecuentes es que te digan que un hotel está cerrado, y te intenten llevar a otro donde cobran comisión.
El conductor me lleva, y me dice que ya hemos llegado. Le digo que no lo veo, y me señala una calle que tengo que seguir. Le digo que no le voy a pagar hasta que vea el cartel. Me lleva a otro sitio, pregunta, y me dicen que el hotel está cerrado. Como no, ya me lo olía. Le digo al chofer otra vez que o me lleva o no le pago. Después de dar muchas vueltas y no encontrarlo, le digo que ya está bien, le pago y me bajo. Mi destino era el Central Court Hotel en Connaught Plaza. Me pongo a buscarlo con la mochila, y en el sitio que indica el mapa no está. Upsss, igual le he montado la bulla al pobre chofer… y verdaderamente cerró! Donde debía estar no estaba.
Caminé un rato y llegué al hotel donde me alojaría las próximas dos noches, HK Choudhary Guest House, en el bloque H de Connaught Place. De camino, como no, me tuve que quitar de en medio a un montón de ‘altruistas’ que querían ayudarme a dar con el mejor hotel, a un precio regalado.
Una ducha y a investigar la ciudad. Tomé un moto carro y fui a
GANDHI SMRITI
Es la casa donde Gandhi pasó sus últimos 140 días, y donde fue asesinado. Se puede visitar –gratuitamente- toda la casa, que ahora es un museo. Su cuarto está tal como lo dejo, y la verdad es que vivía de una manera muy espartana: un colchón en el suelo, un atrium para escribir, y ya, no hay más muebles. Un 30 de Enero de 1948, como todas las tardes, salió a rezar. En su camino se cruzó un radical hindú que le asesinó. Las últimas palabras de Gandhi fueron “Hey, Rama” = Oh, Dios.
En la actualidad unas huellas de cemento marcan el camino que siguió Mahatma desde su cuarto al lugar donde fue asesinado. El entorno se encuentra lleno de citas, y a través de citas, fotografías y otras cosas puedes aprender un montón de la vida de este gran hombre.
Salí y me vino el conductor de un motocarro. Era sikh y parecía bastante simpático, así que negocié con él el precio para ir a varias atracciones. En primer lugar fuimos a
HUMAYUN’S TOMB
Esta tumba es una de las mejores muestras de arte mogol en India, y está considerada la precursora en estilo del famoso Taj Mahal. Está construida con arenisca roja pero de haber sido mármol creo que estaríamos hablando de otro Taj. Muy guapa.
Salí y el gracioso sikh me hizo la primera jugada. “Te voy a llevar a una tienda muy buena”. Como ya sé de que va el rollo le dije “Mira, no voy a comprar nada. Se que lo tienes que hacer. Yo no quiero ir, no me apetece ir y me parece un rollo. Ahora bien, si es por hacerte un favor vamos”. El tío me dijo que le daban un regalo para sus hijos, y que si no me importaba… Fui, hice el paripé y al siguiente destino.
INDIAN GATE
Construida a la memoria de más de 90,000 soldados hindúes quienes perdieron sus vidas durante las Guerras Afganas y la Primera Guerra Mundial, la Puerta de la India es uno de los monumentos más famosos en Delhi.
Al bajar a pasear por los alrededores mi simpático sikh me advirtió que habría una chica vendiendo banderas a los turistas, diciendo que era profesora. Vamos, te ponía la bandera y luego le tenías que dar pasta. Pero que no era profesora ni nada. Efectivamente, su profecía se cumplió, pero ya me encargué de despacharla.
El próximo destino era la residencia presidencial. Sin embargo este capullo me metió en otra tienda, muy elegante. Estaba yo mirando mis cosas y un tendero me preguntó “How are you?” Pero estaba a lo mío y no me enteré, solo oí algo. Lo repitió más alto, y en mal tono. Le conteste que bien. Me preguntó de donde era y le dije “Espain”, con mi pronunciación cutre. El cabrón que estaba dándoselas de listillo y era un borde me vaciló: “Spain or Espain?” Ahí fue cuando se me hincharon las pelotas, pasé del inglés y en castellano y en su puta cara me cagué en su puta madre –varias veces- .Literal. Valiente subnormal. Salí de la tienda de mala hostia, menudo cabrón, tenía que haber tirado un jarrón antes de marchar.
Rumbo hacia la residencia presidencial, pasamos por el parlamento, SANSAD BHAVAN, un edificio circular. Le vacilé al pobre sikh preguntandole a ver si era una plaza de toros, o qué. El hombre se llevaba las manos a la cabeza. También le tocaba la moral diciéndole que ya se habría cortado la barba alguna vez, o que ya se metería sus buenas cervezas viendo partidos de criket (no pueden beber alcohol). El tío lo encajaba todo con deportividad. Me decía que no ser cortaba la barba por ser regalo de Dios. Y yo le respondía… “y la cerveza, no es regalo de Dios?”.
La residencia presidencial, RASHTRAPATI BHAVAN, está a ambos lados rodeada por un par de edificios imponentes. Me dijo que eran ministerios. Por cierto, mencionado el sikh los ministerios habló del ministerio del tranvía, no de transportes ;-) “Railway Ministry”.
Antes de llevarme de vuelta al hotel, me pidió ir a la última tienda. Pero que en esta tendría que pasar más tiempo, que fingiera interés. Como me caía bien el sujeto y no tenía mas que hacer, pues accedí a su petición, y me tiré igual un cuarto de hora escuchando movidas sobre alfombras fingiendo un falso interés, negociando y demás. Incluso le pedí una business card al marchar.
Llego al hotel. Connaugh Place es el corazón de Nueva Delhi. Hay un parque central y alrededor calles concéntricas. Me doy un par de vueltas por dos de los anillos, y finalmente entro a cenar al equivalente indio de McDonalds. Después subí a un bar llamado Rodeo, a tomarme una cerveza. Estuve hablando con otro solitario, de Singapur. Después fui al parque a tumbarme allá un rato. Había bastante ambiente por la noche. Y a dormir, que llevamos tralla!
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