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Basurde Xiao Long

25 de Enero de 2009 - ¨Nochevieja¨ en el Bund

25 de Enero de 2009 - ¨Nochevieja¨ en el Bund

Ayer domingo en cuanto cayó la noche se empezaron a escuchar y a ver los fuegos artificiales, en todas partes. Mi casa está en medio de la nada pero aún así se encendían continuamente.

A eso de las 10 p.m. me cogí el autobús al centro. Me apetecía estar a medianoche en el Bund, con vistas a los rascacielos de Pudong. Mi bar favorito en esa zona es el Captain Bar, que está en el quinto piso del Captain Hostel. Tienes que saber que ahí hay un bar, porque si no te lo pasas.

No había quedado con nadie. Sabía que los de la escuela habían quedado para cenar a las 9, así que mi idea era llamarles desde allá. Pero en el bar me encontré con otros colegas, y luego se juntaron más, así que no fue necesario llamar a nadie.

Durante el trayecto en autobús de la urbanización al centro… fuegos artificiales por todas partes.  Lo que normalmente hubiera sido una hora en autobús fueron 30 minutos, porque la ciudad se queda vacía durante estas fechas.

En la televisión del Captain estaban emitiendo el programa de fin de año de la CCTV1, cadena de televisión china. Por lo visto en los últimos años se ha convertido en tradición que la familia vea ese programa juntos, y se estima que lo ven unos 700 millones de chinos. ¿Dónde quedó lo de contar historias, jugar a las cartas…?

A las 11:40 nos salimos todos a la terraza del bar. Los fuegos artificiales, petardos y demás se sucedían. No es como en las fiestas en España, que el ayuntamiento se encarga de organizarlos y tirarlos, cuidando también de la seguridad. Aquí oficialmente no hay nada montado. Es la gente la que compra los fuegos y se dedica a tirarlos desde azoteas, en la calle, en cualquier lugar. Por cierto, la imagen que vi el sábado del vendedor de fuegos artificiales fumándose un cigarro al lado de todo el arsenal, ¡un clásico! J

A mí la verdad es que estas cosas –también en España- me dan cierta intranquilidad. Sobre todo cuando algunos los tiraban desde abajo y los veías explotar a la altura del quinto piso donde estábamos, uppsss! Creo que tengo malos recuerdos desde aquella vez de chaval que en fiestas de San Martín me explotó uno en la mano, antes de tirarlo. También lo asocio con el ruido de pelotazos de goma, alguna vez que he tenido la mala suerte de escucharlos por casualidad. Las fallas de Valencia, por ejemplo, no es un sitio donde creo que me gustaría estar.

Alguien que también estuvo en la misma terraza a la misma hora ha colgado un video en youtube. Así que eso fue lo que se vivía desde el Captain, en 19 segundos J

 http://www.youtube.com/watch?v=7S4gtM1J4So

Nota: Ja, ja, es imposible concentrarse en la escritura con el ruido exterior, continuamente están sonando petardos.

Más que los fuegos artificiales, que como digo no me molan mucho, me encantaron las linternas chinas. Son como globos que encienden y suben. En algún momento llegué a contar hasta catorce en el cielo, preciosas bolas rojas sobre el fondo negro de la noche. En la foto que he puesto podéis ver una que ¨despegó¨ desde el ¨Captain¨, y en este video podéis ver cómo funciona la historia:

http://www.youtube.com/watch?v=unvzFMEh74Q&feature=related

El día 15 del nuevo año chino –que será el 9 de Febrero- es el festival de las linternas. Ya os contaré entonces más cosas sobre ellas y su significado.

Aparte del ruido, no me pareció la locura que estaba esperando. No había tampoco tanta gente en la calle ni vi ningún dragón –me hacía ilusión-. Seguro que la Nochevieja en Vitoria es más salvaje.

Lo que pasa es que estas son unas fiestas que duran 15 días. Los primeros días todos están en familia, y nadie sale. Solo los extranjeros andamos por ahí. Pero a medida que van pasando los días la gente sale a visitar amigos, etc. Así que irán ganando en intensidad poco a poco.

Del Captain Bar los colegas se fueron a casa, y yo me tomé la última en el bar de enfrente, The House of Jazz and Blues, donde había música en directo.

Había escuchado que sería difícil encontrar un taxi para volver a casa. Por si acaso llevaba conmigo el pasaporte, por si tenía que buscar un hotel. Pero que va, había millones de taxis con la luz verde. Tomé uno, y para las 4 en casa. Formal!

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