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Basurde Xiao Long

Encuentro Irreal en cuatro actos

Este año las vacaciones de octubre las he pasado en Mongolia.

El año pasado me fui a Corea del Norte.

 

De aquella visita escribí esta ¨ida de olla¨

http://www.slideshare.net/jcastroguinea/encuentro-ireal-en-4-actos

 

ENCUENTRO IRREAL EN CUATRO ACTOS

 

Interesante experiencia:

-       un país demasiado cerrrado.

-       un gran líder completamente loco.

-       dos personas algo abiertas

 

Entre el grupo pasan desapercibidas.

 

Hasta que la tercera noche,

y cerca de las líneas enemigas,

se va la cerveza,

se va la luz.

 

Y en el exterior del bar,

una vela,

¡no!, dos velas,

alumbran a la luna llena.

Mientras,

en lo más alto,

veinte focos y el par de ojos

de un cantante de hardcore

iluminan la estatua del gran líder.

 

Fin del primer acto.

 

La velada siguiente

continúa en territorio hostil,

pero lejos del frente enemigo.

La noche comienza su criba y

el grupo comienza a desmembrarse.

El alemán psicópata desaparece

con el viejo truco del lavabo

dejando de regalo una birra huérfana.

 

El holandés errante termina su monólogo

y entre hipidos y eflúvios alcohólicos

decide irse –gracias- con la música a otra parte.

 

Solo quedan los dos en el bar

y esta vez ni la luz se va

ni la cerveza se acaba.

Los cuatro ojos se dirigen

una vez más a la luna llena.

En lugar de la estatua iluminada de un gran líder hay un puente,

un río que los aisla de la Ciudad Real,

y una torre erigida a la ideología macabra.

 

Pero los dos extraños la confunden con una vela

–no, dos velas- que ayer

iluminaban a la misma luna llena.

 

Las cuatro pupilas brillan y buscan la oscuridad.

 

Fin del segundo acto.

 

La jornada posterior transcurre en un tren.

Quizás unidos en pensamiento

pero en compartimentos diferentes.

 

La casualidad,

o probablemente lo contrario,

los encuentra en el pasillo de un vagón.

 

Les protégé la lengua que comparten.

Les separa el destino,

y un ¨lauburu¨ actúa de testigo mudo en la despedida,

al otro lado de la frontera,

concluyendo el acto tres.

 

El cuarto acto está por escribir

aunque probablemente nunca se escriba.

¿coincidirán esos cuatro ojos,

una vez más,

mirando a la misma luna?

 

¿Seguirá existiendo una Ciudad Irreal,

mientras en la Ciudad Real

una austriaca

recuerda las cuatro cabezas?

 

No más bares sin cerveza.

NO más focos alumbrando al gran líder.

NO más apagones.

Si dos velas

y cuatro ojos

alumbrando a la luna llena. 

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