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Basurde Xiao Long

Tughluqabad, tercera de Las siete ciudades de Delhi.

Tughluqabad, tercera de Las siete ciudades de Delhi.

265 fotos aquí

 

Hoy sábado 14 de noviembre se celebra la fiesta india de Diwali y en esta entrada en mi blog podéis leer algo más sobre ella.

 

Mi plan para hoy era visitar la tercera de Las siete ciudades de Delhi, Tughluqab, imponente fortaleza en las estribaciones de los Aravali construída durante el reinado de Giyasuddin Tughluq (1320-1324). Así la describe la guía India de ¨DK Guías Visuales¨:

 

¨Un fuerte espectacular, erigido por Ghiyasuddin Tughluq a principios del siglo XIV, preside Tughluqabad, la tercera de las antiguas capitales de Delhi. La fortaleza se erigió de tal manera que las murallas de escombros construidas contra el perfil de la montaña siguen intactas en todo su perímetro de 7 km. A la derecha de la entrada principal se elevan en la ciudadela las ruinas de Vijay Mandal (torre de la Victoria). A la izquierda hay una zona rectangular donde unos arcos son todo lo que se conserva de un complejo de palacios, casas y salones. Cuentan que cuando Ghiyasuddin intentó evitar la edificación del baoli del dargah de Nizamuddin Auliya en Hazrat (*leer abajo), el santo le maldijo augurándole que llegaría un día en que en su capital solo vivirían chacales y la tribu guijar.

 

Las murallas ofrecen una buena panorámica de la fortaleza y del fuerte vecino de Adilabad, construido por Mohamed bin Tughluq, que se cree asesinó a su padre Ghiyasuddin haciendo que una de las entradas se derrumbara sobre él. Ambos están enterrados en la tumba de Ghiyasuddin, unida al fuerte de Tughluqabad mediante una pasarela que cruzaba las aguas de un lago. Construida en arenisca roja con incrustaciones de mármol blanco, las murallas inclinadas de la tumba iniciaron un estilo que sería utilizado en la arquitectura tughluq posterior¨.

 

(*) Sobre la maldición indicada dos párrafos más arriba. Existe en Delhi el llamado Nizamuddin Complex, un asentamiento medieval o basti que debe su nombre a Sheik Hazrat Nizamuddin Auliya, cuya tumba se halla allí. Dice la guía ¨Guías Visuales – DK¨ en ese apartado:

 

¨Al norte hay un baoli (pozo escalonado), que se excavó a escondidas cuando Ghiyasuddin Tughluq prohibió todas las obras de contrucción durante la edificación del Tughluqabab. Cuenta la leyenda que los obreros trabajaban aquí por la noche con la ayuda de lámparas, no de aceite, sino de agua santificada por Nasiruddin, el sucesor de Nizamuddin¨.

 

La guía Lonely Planet describe Tughlaqabad de la siguiente manera:

 

¨Se trata de un magnífico fuerte en ruinas del s. XIV, medio asolado por la selva y cada vez más acosado por los pueblos circundantes. Fue la tercera encarnación de Delhi, construida por Ghiyas-ud-din Tughlaq. El sultán contrató a los trabajadores del santo sufí Nizam-ud-din, quién lanzó una maldición por la cual el fuerte sería habitado por pastores; ahora viven en él los monos. Las vistas son verdísimas y fantásticas. Las estancias subterráneas interconectadas, que se pueden explorar, se utilizaban como almacenes.

 

El mausoleo de arenisca del sultán, bien conservado, estaba en mitad de un estanque, pero ahora queda separado de la ciudad derruida por una carretera. Se incluye en la entrada.

 

Las ruinas del fuerte están bastante desiertas y la visita puede llevar fácilmente un par de horas, así que mejor no ir en solitario. Además puede hacer mucho calor, por lo que no hay que olvidar llevar mucha agua y algo de comer, pues no hay sitios para comprar nada¨.

 

Compré el ticket on-line en esta página Web y me dirigí en moto hacia el fuerte. Ya antes de llegar, desde la carretera, empiezas a ver la impresionante muralla. En primer lugar me dirigí al baoli, pozo escalonado para almacenar agua. Ya me son bastante familiares por haber visto antes un par de ellos: Ugrasen ki Baoli y Rajon ki Baoli. De ahí quería seguir el perímetro de la muralla pero un indio que pasaba por allá –e iba en esa dirección- me dijo ¨no sigas por ahí, es peligroso, hay muchos carteristas¨. La verdad es que se veía selva y alejado de las ruinas más evidentes que estaban en la otra dirección. Así que le hice caso y segui mi ruta en la dirección sugerida. Me paró una pareja de indios para charlar, marido y mujer, que también estaban visitando las ruinas. Me dijeron que eran policías y que eran descendientes Tughluq. No me impresionó demasiado pero estuvo bien charlar con ellos un rato.

 

Aparte del fuerte, que es una maravilla, lo que más me impresionó fue ver a mujeres vestidas con el sari tradicional ir a depositar ofrendas al pie de una de las murallas, imagino que por Diwali. Lo podéis ver en las fotos, un espectáculo para los ojos. Muchas de ellas llevaban en la cabeza en bandejas las ofrendas y en cierta medida me recordó a Bali.

 

En las fotos también podréis apreciar una neblina que no es otra cosa que la contaminación brutal que esta ciudad sufre, especialmente en los meses de noviembre, diciembre y enero.

 

Salí del fuerte y me dirigí a la tumba de Ghiyasuddin, cruzando ese puente de piedra que en su día estaba sobre un lago y hoy es atravesado por una carretera.

 

Mi siguiente parada fue el cercano fuerte de Adilabad, construido sobre otra pequeña colina. Las vistas de uno a otro son muy chulas incluso en un día con tan mala visibilidad por la polución.

 

Delhi me está pareciendo increíble en cuanto a historia y momumentos.

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