Libros: ¨Graciana¨ -Ruth Ibáñez Ámez-
¨Graciana¨ vio la luz el pasado 15 de abril. Tenía muchas ganas de ver con qué novela nos sorprendía esta autora y el 30 de marzo la compré en la preventa de Amazon para Kindle, y planifiqué mis lecturas para llegar al 15 de abril sin nada entre manos. Ayer terminé la novela y me ha encantado. Esto es lo que dice la contraportada (hablando de forma figurada porque lo he leído en un lector digital):
¨Enrique, redactor en una revista de divulgación científica, puede decir sin ápice de sarcasmo que es moderadamente feliz. Tiene una hipoteca, un trabajo más o menos estable, una mujer que lo adora y las albóndigas del bar de Paco cada viernes. ¿Qué más se puede pedir?
Hasta que aparece Graciana, la nueva diseñadora gráfica. Nada más conocerla, Enrique sabe que no es una mujer normal. Quizás sea su juventud, que no encaja con su actitud, su nombre o sus gestos de mujer antigua. Quizás sea porque, cada vez que están juntos, Enrique siente una descarga que no tiene nada que ver con atracción física. Como si algo, o alguien, invadiera su consciencia y colocara en él recuerdos que no son suyos y vivencias que él no ha tenido.
Aunque también puede ser que se esté volviendo loco.
Cuando Graciana confiesa su historia y le pide un favor imposible, Enrique solo tiene clara una cosa: su moderada felicidad está a punto de desvanecerse. Y su cordura con ella¨.
¡Y hasta ahí puedo llegar! No puedo dar más información de lo que pasa en la novela porque cualquier cosa que diga sería un spoiler y os fastidiaría las sorpresas. Y os vais a encontrar con muchas que os van a tener enganchados a la historia.
Me encanta como escribe Ruth. Al factor misterio e intriga presente en este libro se une un gran sentido del humor, característico en sus escritos y que hace que de vez en cuando te eches una carcajada. También deja caer conversaciones que invitan a la reflexión sobre el machismo y las relaciones interpersonales a diferentes niveles, entre otros temas sobre los que está bien pararse a pensar de vez en cuando (me corrijo, frecuentemente).
Es uno de estos libros en los que el protagonista está contando una historia, recordando algo pasado. Te cuenta por qué tal o cual acción no fue una buena decisión porque tuvo tal o cual consecuencia y piensas ¨¡no me fastidies que va a pasar esto!¨, y te quedas con la intriga, deseando leer más para enterarte de cómo se llega a lo anunciado.
Me dio pena llegar al final del libro. Termina de una manera en la que quién sabe, igual a la escritora le da por continuar la historia en otra novela, lo que personalmente me haría mucha ilusión.
Así que ya sabéis, poneos con ella en cuanto podáis.
Transcribo aquí algunos párrafos que me han llamado la atención y que no os van a desvelar la trama:
¨Sí que hay gente que parece tener un nombre que no se corresponde a su edad. No me imagino a un bebé que se llame Jose María, o Mariano o Genaro, que son completamente normales cuando esos niños crecen y se hacen adultos¨.
¨No, era más que eso: sabía que Maite podría haber sido feliz sola, viviendo sin rendir cuentas a nadie, y ella había elegido estar conmigo y hacerme el hombre más feliz del mundo.
Quizás todo esto lo piense ahora y quiera falsear mis recuerdos creyendo que lo pensé entonces¨.
¨No es tan difícil no meter la pata, ¿sabes? Cada vez que vayas a decirle algo a una tía, piensa si se lo dirías también a un tío. Si la respuesta es no, sí crees que diciéndole eso a un tío van a pensar que eres maricón, no se lo digas a ella. Es así de sencillo¨.
¨-Mi madre siempre quiso que me metiera maestro -le dije un día en el office mientras bebíamos aquel brebaje de máquina que era el culpable de mis carreras al baño-. Lo intentó con mi hermano y luego conmigo, pero no hubo manera. Tenía que haberle hecho caso. Dos meses seguidos de vacaciones, quién los pillara.
-Piensa que son a cambio de dar clase a adolescentes y se te pasan rápido. Le envidio las vacaciones, pero no el trabajo¨.
¨-Dicen que van a empezar a despedir a la gente que no deje un resquicio de duda en sus artículos. A los que aseguren que venimos del mono y que la Biblia miente, a tomar por culo. Hay que dejar una ventana abierta, algo así como «una teoría dice que venimos del mono, la otra de Adán y Eva», para no cabrear a nadie.
-Es que el que diga que venimos del mono es gilipollas -murmuré al tiempo que me pinzaba la base de la nariz con dos dedos para paliar la migraña que empezaba a atacarme.
Aunque había hablado para el cuello de mi camisa, los que estaban a mi alrededor parecieron oírme, porque se dieron la vuelta como si hubiera gritado. Guillermo me miró con sorna.
-Qué, ¿ya te estás preparando para cuando llegue la quema de brujas? Haces bien, empieza a renegar de todo lo que creas cuanto antes.
-Más bien parece que el que no ha dejado que el conocimiento científico le deje huella eres tú. No venimos del mono, venimos de un primate, un antepasado común. Esa puta frase es la que hace que la gente creyente se ría de la teoría de la evolución.
-Primate o mono, qué más da.
-Pues claro que da. Es como decir que el burro viene del caballo, no es verdad.
-Ah, ¿y de dónde viene el burro si no?¨
-¿Cojo una regla y os la medís?
Marisa me evitó y se concentró en Guillermo, aunque me di cuenta de que estaba pendiente de cada momento mío¨.
¨Esa frase me corona, sin duda alguna, entre las personas más estúpidas que conozco. Si hubiera un ranking de «cosas inapropiadas que decir en contextos erróneos», esa frase ganaría por goleada. Cómo alguien como Maite se enamoró de mí con lo incapaz que soy de tener una conversación con mujeres sin decir una estupidez es algo que no entenderé en la vida¨.
¨-¿La furia que una siente puede hacer daño?
-Claro que puede. Es lo que más daño hace. Eso y la pena. Mira a la pobre Eulogia, la ha matado la pena.
-¿Y a ti te va a matar la furia? -le pregunté llena de miedo.
Por fin mi madre me sonrió.
-No, cariño, a mí no. Pienso aprender a usarla a mi favor para sacarla de mí y que me sea útil. Todo lo que sentimos es útil si sabemos usarlo. No lo olvides nunca.
No la entendí en ese momento, y creo que todavía hoy no lo he logrado¨.
¨Herri txiki, inpernu handi (´pueblo pequeño, infierno grande´)¨.
¨-¿Sabes qué he aprendido a lo largo de estos años? Que los momentos especiales no ocurren, se hacen. Eres tú quien hace tu suerte, tú quien fabrica las cosas bonitas. Nos pasamos la vida esperando que nos pase algo bueno y nos quejamos cuando no sucede. Y es al revés. Tenemos que provocar que nos pase lo bueno. Beber la última botella de champán del viñedo más bonito que he visto nunca es una ocasión especial en sí misma. Si esperas a que la vida te dé señales…¨.
¨Donde hay vida, hay muerte; si no hay muerte, no hay vida¨.
Sobre la autora no dice nada el libro digital, pero os puedo decir que es de Vitoria, lleva más de 20 años en la docencia y diez de ellos los ha pasado en Estados Unidos con el programa de Profesores Visitantes, en dos etapas diferentes. Actualmente trabaja en una escuela en Texas. Ha escrito obras de ficción -¨Armarios y fulares¨, ¨Antes de que todo se rompiera¨- y de no ficción -¨Profe, una pregunta¨, ¨Manual (in)falible de animación a la lectura¨. En su blog escribe con regularidad entradas muy interesantes.
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