Intento de suicidio de mi pez ¨Ramón¨.
Así es. El jueves llegué a casa después de currar y siguiendo la rutina habitual fui a la pecera a ver como estaba mi pez Ramón. Con la sorpresa de que en la pecera no había ningún pez. Yo alucinaba. Supuse que habría muerto y que estaría en el fondo, así que quité una figura de tengo en el centro, para que de vueltas y le sea más ameno, y me llevé la mayúscula sorpresa de que en fondo no estaba. Pensé que Homer me había gastado una broma ya que tiene llave de mi casa, y al no verlo por ningún lado me imaginé que se lo habría llevado. Cuando de repente miro en una esquina, y ahí estaba el pobre Mon, luchando por su vida, moviendo las agallas de vez en cuando, duro y con los ojos hinchados. En estas situaciones no debe cundir el pánico, así que con sangre fría lo recogí del suelo y lo volví a meter en la pecera, no dando un duro por su vida. Procedí a cambiar el agua y también el recipiente. En lugar de la pecera pequeña que tiene lo puse en uno de esos bidones grandes de agua cortado por arriba. Pensaba que acabaría el día en el retrete, pero que va, ha sobrevivido, no sé si con daños cerebrales o no –está más calmado-, pero aquí sigue haciéndome compañía...y ya son tres meses. Cuando vengo de currar suele tener hambre, y por eso sube a la superficie para pedir comida–se le puede tocar el morro fácilmente-, pero de ahí a escaparse... ¿cómo cojones lo ha hecho?
El de la foto es mi pez Ramón.
2 comentarios
Mon -
Anónimo -
Que valiente es usted Señor Castro!