Pacu Jawi (Tanah Datar Regency, Sumatra Occidental) 9 septiembre 2017
Pacu Jawi es un evento muy peculiar que se celebra en Sumatra Occidental (Indonesia). Se habilita un campo de arroz de unos 20 o 30 metros de longitud, se encharca y el objetivo es que los participantes recorran esa distancia agarrados a los rabos de dos vacas que los arrastran.
¿Difícil de imaginar?
(El video dura media hora porque documenta aspectos que rodean la carrera. Si queréis únicamente ver cómo corren los participantes con las vacas podéis ir directamente al minuto 25´, que es el final del video)
Scotty Graham es un profesor de la escuela que lleva ya más de dos décadas en Indonesia, un fotógrafo excelente (ver aquí su página Web) y organiza viajes a estos eventos. Ir por tu cuenta no es fácil porque conseguir información sobre las fechas, el lugar exacto en el que se celebra y llegar allí –zonas rurales- es complicado. Tenía desde hace tiempo ganas de ver esto así que me uní a su grupo y 12 profesores nos fuimos para allá en un viaje de un día: ir, ver y volver.
Plan de vuelo – Garuda Airlines:
Ida GA0160: Yakarta (06:15) – Padang (08:05)
Vuelta GA0169: Padang (18:40) – Yakarta (20:30)
Llegamos a Padang (Sumatra) y ahí nos estaban esperando tres coches para llevarnos al lugar del evento. La ubicación era Kota Budaya, en Tanah Datar Regency, a unos 72 kilómetros del aeropuerto. Nos costó llegar algo menos de dos horas. Estábamos allá para las 10 a.m. y todavía en el campo de arroz donde se iban a celebrar esas carreras no había nadie. ¡Ni una vaca! Poco a poco fueron llegando los camiones que las descargaban y en una campa cercana empezaron a atarlas. También se empezaron a instalar puntos de venta de comidas, de helados, vamos, una romería en toda regla. Aparecieron mujeres con trajes tradicionales que incluían un hatillo en sus cabezas, una pequeña banda de percusión con instrumentos tradicionales, algunas vacas decoradas… ¡Se respiraba el ambiente festivo!
Anteriormente había visto muchas fotos sobre Pacu Jawi y me preguntaba cómo era posible que los jockeys pudieran resbalar sobre el barro agarrados a los rabos de las vacas. La respuesta es que no van resbalando con los pies sobre el barro, sino que atan al lomo de la vaca una especie de botavara como las de windsurf. Un extremo se coloca y ata donde empieza la joroba de la vaca, el ancho rodea el lomo del cuadrúpedo y en el otro extremo, que iría arrastrándose por el barro, pone el jockey uno de los pies. Con la otra vaca se hace lo mismo y ahí coloca el otro pie. Algunas parejas de vacas van sueltas y es el participante el que trata de mantenerlas unidas tirando de los rabos, otras parejas van unidas bien por una cuerda que conecta las botavaras, bien atadas por la cabeza con una cuerda que se ata a las cuerdas que les pasan por los hocicos. Estos cabos que atan a las vacas tienen bastante holgura con lo que van más o menos juntas pero tendrían libertad de correr. Cuando las vacas nos están atadas se producen las carreras más espectaculares al tirar una por cada lado y hacer que el jockey vaya con las piernas abiertas.
En la salida ponen las vacas en posición –lo que no siempre es fácil-, el jockey se sube a los extremos de las dos botavaras y ¡adelante! El trío compuesto por las dos vacas y el participante salen a una velocidad endiablada, por el instinto de las vacas de escaparse de lo que les retiene, por el azuce de los jinetes y porque estos también muerden las colas para que corran más. Así, agarrados a los rabos de las vacas van deslizándose por el barro, intentando llegar hasta el otro extremo sin caerse. Muchos lo consiguen, otros se quedan en el camino. Por lo visto es una tradición que tiene cientos de años.
¿Quién gana? No he podido descubrir si hay un ganador, si el objetivo es divertirse, o si como dicen algunas fuentes es simplemente una exhibición para a la hora de vender las vacas poner un precio más alto por las que más derecho y rápido corren estos sprints. En el País Vasco seguro que esto movería dinero de apuestas, pero allá no era el caso.
Como veréis en las imágenes, mientras se producen estas carreras el trio corredor salpica un montón de barro. El público que se encuentra en las vallas tiene que estar atento a eso y también a que no se pierda el control de alguna vaca y te arrolle, como le pasó a un chaval que andaba despistado (ver video minuto 18´48¨). Afortunadamente sin consecuencias, solo fue un susto.
Estas carreras se suceden unas a otras sin descanso. Personalmente disfruté como un enano viéndolas, es algo espectacular y algo que sin duda recomiendo ver a quién tenga la oportunidad.
Sobre las 3 p.m., con el evento sin terminar, nos retiramos porque teníamos que coger el vuelo de vuelta a las 18:45. Justo había empezado a llover y en el trayecto al aeropuerto pasamos tramos que parecían ríos. Vuelo sin novedad, aterrizando todos en Yakarta con una gran sonrisa en la boca.
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He seleccionado la foto que ilustra esta entrada porque en ella se ve cómo el jockey está mordiendo el rabo de la vaca de la izquierda durante la carrera para hacerla correr más rápido.
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