Terremoto en Java 23 de enero de 2018
Ayer 23 de enero de 2018, a la 1:35 p.m., la isla de Java sufrió un terremoto. El epicentro tuvo lugar en la costa sur de la isla, a unos 130 kilómetros de Yakarta, donde pudimos sentir el temblor.
Este titular del periódico ABC dice ¨momentos de pánico en Yakarta por el terremoto de 6,4 grados que ha sacudido la isla indonesia de Java¨. En la escuela en la que trabajo no se vivió ese pánico del que hablan.
Esta fue mi experiencia personal. En ese momento yo no tenía clase, pero sí que había tres estudiantes en la clase y estaba charlando tranquilamente con ellas. Muy relajado, con la silla reclinada sobre dos patas y apoyándome con las manos en la mesa. De repente sentí el temblor y les pregunté a las alumnas: ¨¿notáis el terremoto?¨. Se empezaron a reír y me dijeron: ¨¿terremoto? ¡qué va!¨. Segundos después lo mismo y otra vez les pregunto ¨¿pero no notáis nada?¨, y una de ellas me dice ¨debe ser el aire acondicionado¨. Yo flipando porque era el único que estaba notando algo –sería por tener solo dos patas de la silla apoyadas y las otras dos en el aire, menos estable-, y me preocupé un poco porque pensaba que me estaría dando un mareo, al ser el único que notaba algo raro. Al minuto o así por la megafonía del colegio se ha escuchado ¨terremoto, evacúen al área de seguridad¨. Y es lo que hemos hecho, seguir un protocolo que se practica todos los años y con el que estamos familiarizados tanto alumnos como profesores.
Lo curioso es que hablando con otros docentes, según donde estuvieran, cada uno lo ha vivido de diferente forma:
-Yo estoy en la planta baja. Otra profesora de español está en la clase de al lado y se sienta en un balón grande (yoga ball) por temas de la espalda. Dice que no ha notado nada (el balón ese grande absorbería el temblor).
- El profesor de español de Tolosa está en el segundo piso de otro edificio más grande. Dice que echando virutas se han echado todos al suelo debajo de las mesas, siguiendo un protocolo que practicamos todos los años en caso de terremoto. Que lo han notado un montón.
- Y ya hablando con los profesores del cuarto piso, lo han notado mogollón, vamos, que algunos se han asustado.
Así que eso ha sido. Pero vamos, ni cosas caídas, ni daños materiales, ni nada de nada. Pero sí, se ha sentido.
Hemos evacuado las clases durante una media hora, en la que los de seguridad han ido revisando todas las estructuras, y listo.
Espero que a la gente que le pillara más de cerca esté bien.
En el WhatsApp de la cuadrilla, al oír la noticia en España, me han preguntado qué había pasado. Les he contado más o menos lo que he escrito arriba, y he pensado que podría ser una buena actividad para la clase. Les he mostrado esta mañana a un grupo de alumnos el WhatsApp que había escrito, y les he pedido que en 15 minutos escribieran en español sus experiencias durante el terremoto.
Las podéis leer en este enlace
(y perdón por cómo destrozan el castellano, es parte del aprendizaje y bastante falta de atención –ya va luego Castrito con el boli rojo-).
Los alumnos coinciden con los profesores: algunos no se han enterado, otros lo han notado en relojes que se movían, estanterías rechinando, estudiantes que pensaban que otros les estaban empujando la silla ¡sin haber nadie detrás!...
Afortunadamente ha quedado en una anécdota, y espero que en las zonas más cercanas haya sido también así.
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