Curso intensivo de bahasa indonesia en Yogyakarta (7-14 enero 2014)
Yogyakarta - Prambanan - Borobudur:
Las vacaciones de navidad este año en la escuela han sido bastante largas, del 21 de diciembre al 14 de enero. Tres semanas y media que dan para mucho.
Del 22 de diciembre al 5 de enero estuve en España visitando a la familia y amigos. Aterricé de vuelta en Yakarta el 6 de enero pero pasé menos de 12 horas aquí, ya que el 7 de enero a las 05:25 a.m. tenía reservado mi vuelo a Yogyakarta (1h15´ de vuelo). Objetivo: un curso intensivo de bahasa indonesia, la lengua de este país. Ocho días de clases, a 6 horas/día = 48 horas. El 14 de enero volví a Yakarta, entré en casa a las 21:00 y al día siguiente a las 07:30 a.m. currando. Vacaciones bien aprovechadas.
El curso de bahasa indonesia lo tomé en la escuela L.B. Colorado.
Cada día estaba dividido en tres sesiones con tres profesoras diferentes: Eni, Elia y Galuh, las tres muy divertidas.
Para el alojamiento te podías quedar en un hotel o la escuela te daba la posibilidad de quedarte con una familia indonesia. Elegí esa opción y fue un acierto porque la familia encantadora. Me llevaron a cenar, al cine -¨Police story 2013¨, me presentaron a sus amigos y tuvieron una infinita paciencia para intentar comunicarnos en bahasa indonesia :-) También una noche en casa me dieron a conocer el gudeg, un plato tradicional de Yogya.
Yogyakarta –o más fácil Yogya- es la Salamanca española, el centro universitario del país. Me alojé en una zona tranquila a 10´ de la escuela y me gustó mucho, pero el centro de la cuidad, alrededor de la calle Malioboro, es un auténtico caos de turistas y tráfico de coches de caballos, moto-taxis y coches. En el centro de la ciudad se encuentra el Palacio del Sultán o Kratón. Yogyakarta –es ciudad y provincia- tiene un régimen político especial, siendo la única región donde no hay elecciones a gobernador sino un sultán. Hace años hubo un referéndum promovido por el gobierno central para decidir si se quería votar al gobernador o se seguía con el sistema hereditario del sultanato y la población de Yogya votó por tener un sultán. A día de hoy si hubiera un referéndum del mismo tipo en España me parece que a Juan Carlos I y familia se les iba a acabar el chollo.
Cerca de Yogya hay dos atracciones turísticas de obligada visita, ambas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO:
PRAMBANAN
Los templos de Prambanan se encuentran a unos 20 kilómetros de Yogya. Es un conjunto de más de 200 templos dedicados a los tres dioses principales de la mitología hindú:
- Brahma (Dios creador)
- Visnú (Dios preservador)
- Shivá (Dios destructor o transformador)
Estos templos datan del siglo IX y la mayoría se encuentran derruidos. En el siglo X se abandonó el complejo, quizás por una explosión del cercano volcán Merapi. Un terremoto en el siglo XVI destruyó los templos, que quedaron derruidos y en gran estado de abandono. Con el tiempo los vecinos sabían que estaban ahí pero desconocían su origen, dando lugar a un gran número de leyendas. Fue en el siglo XIX cuando fueron ¨re-descubiertos¨ por occidentales y en el siglo XX se procedió a su restauración. Únicamente de los templos en los que se pudieran hallar el 75% de las piedras que lo componían. Como hacer un pesado puzzle... Por esa razón la mayoría de los templos más pequeños siguen en ruinas y no hay planes de reconstrucción.
El guía que contraté me fue contando historias interesantes. Una está tallada en piedra en varias de las pirámides y es la historia de ¨El viaje de Rama¨ o ¨Ramayana¨. Aquí podéis leer sobre de qué va esa historia: Ramayana. Esa noche acudí a un ballet en el que se representaba la epopeya.
Otra historia en Prambanan es la de una de las estatua de piedra, de una princesa llamada Jonggrang. Un cruel gobernador se enamoró de ella y le pidió matrimonio. La princesa no lo deseaba, pero si le negaba el casamiento las consecuencias para su gente iban a ser terribles. Así que aceptó con una condición: que el tirano construyera 1000 templos en una noche. Para una misión que parecía imposible el cruel líder convocó a un ejército de genios que hicieran el trabajo. Viendo la princesa que iban a alcanzar su objetivo antes de terminada la noche organizó a las mujeres, y haciendo fuego en la distancia simularon la salida del sol. Esto llevó a un gallo a cantar y a los genios a escaparse pensando que iba a salir el sol con lo que serían destruidos. Llegó el amanecer y la hora de contar los templos. El total era de 999. Pero el tirano descubrió lo que la princesa había hecho y le envió una maldición, convirtiéndola en estatua de piedra y haciendo así el templo 1000.
Antes de llegar a Prambanan y muy cerca de Yogya paramos en otro par de templos, Candi Sari y Candi Sambisari. El templo Sambisari tiene una historia muy interesante y es que fue descubierto en julio de 1966 por un agricultor que estaba trabajando en el campo. El tempo se encontraba enterrado a unos cinco metros probablemente debido a una de las erupciones del volcán Merapi. Los trabajos de excavación y reconstrucción terminaron en marzo de 1987 y plantean la pregunta: ¿cuántos templos como este se encontrarán enterrados en los alrededores de Yogya?
BOROBUDUR
Así como Prambanan son templos hindúes, Borobudur es un monumento budista que se encuentra a unos 40 kilómetros de Yogya. Comparte con Prambanan varias cosas, como que:
- es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
- fue construido más o menos en una fecha cercana. Se cree que Borobudur fue fundado aproximadamente en el año 800.
- fue abandonado.
- fue ¨redescubierto¨ por occidentales en el siglo XIX –los locales conocían su existencia- y restaurado en el siglo XX.
La visita a Borobudur fue de mañana… muy de mañana. Primero fuimos a una colina llamada Punthuk Setumbu para desde allí ver el amanecer sobre Borobudur con el volcán Merapi de fondo. Más que el amanecer en sí me gustó la niebla en el bosque y como la silueta de la estupa budista iba despuntando con la claridad.
El día elegido para visitar Borobudur fue un domingo de un puente de 4 días. El martes se celebraba una fiesta musulmana –Maulid- y por esa razón el lugar estaba lleno de visitantes locales, mucho de ellos de colegios. Sentí lo que debe sentir Brad Pitt cada vez que va a algún sitio, porque a cada momento me paraban estudiantes –o padres con sus hijos- para sacarse una foto conmigo. Sin exagerar seguro que me tomé fotos con más de 100 personas diferentes. Pero tampoco me importó demasiado, son gente muy maja los indonesios.
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