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Basurde Xiao Long

Libros - ¨Música para feos¨ -Lorenzo Silva-

Libros - ¨Música para feos¨ -Lorenzo Silva-

Dice la contraportada:

 

«No pasaba por mi mejor momento, en ningún sentido: ni en lo laboral, ni en lo personal, ni en la correspondencia de mi mente y mi cuerpo con lo que prefería que una y otro fueran. Es curioso lo poco que gobernamos nuestra existencia. Porque esa noche, en vez de estrellarme, encontré lo único hermoso y limpio que de veras he tenido.»

 

¨Se conocen por azar, en un local nocturno en el que ninguno de los dos pinta gran cosa. No han tenido mucha suerte en la vida, ni les quedan demasiadas esperanzas de tenerla alguna vez. Ella es una periodista al borde de los treinta que subsiste con un subempleo que detesta. Él, mediados los cuarenta, se obstina en ser un misterio y no desvelar a qué se dedica.

Podrían no haberse vuelto a ver nunca; al fin y al cabo, la imaginación y la gente acaban siempre por mentir. Pero una semana después se reencuentran y, como en la canción, en una habitación de hotel, saben que la música está de su parte. Ésta es una historia de amor.¨

 

Sobre el autor:

 

Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), Noviembre sin violetas, La sustancia interior, El urinario, El ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta blanca (Premio Primavera 2004), Niños feroces, Música para feos, Donde los escorpiones y la Trilogía de Getafe, compuesta por Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, El cazador del desierto y La lluvia de París. Es autor de los libros de relatos El déspota adolescente y El hombre que destruía las ilusiones de los niños y del libro de viajes Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos. En 2006 publicó junto con Luis Miguel Francisco Y al final, la guerra, un libro-reportaje sobre la intervención de las tropas españolas en Irak (reeditado en 2014), en 2008 un ensayo sobre El Derecho en la obra de Kafka y en 2010 Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba). Además, es autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro, inciada con El lejano país de los estanques (Premio Ojo Crítico 1998) y a la que siguieron El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro, La reina sin espejo, La estrategia del agua, La marca del meridiano (Premio Planeta 2012) y Los cuerpos extraños.

 

No me voy a meter demasiado a contar de qué va esta novela breve porque entonces os desvelaría uno de los principales atractivos, descubrir a qué se dedica uno de los protagonistas.

 

El título de la novela, ¨Música para feos¨, viene de una frase de la canción Chelsea Hotel #2 de Leonard Cohen: ¨We are ugly, but we have the music¨. (Video aquí). Dice así la canción:

 

I remember you well in the Chelsea Hotel

You were talking so brave and so sweet

Givin' me head on the unmade bed

While the limousines wait in the street

 

Those were the reasons

That was New York

We were runnin' for the money and the flesh

And that was called love for the workers in song

Probably still is for those of them left

But you got away didn't you babe?

You just turned your back on the crowd

When you got away

I never once heard you say

 

I need you

I don't need you

I need you

I don't need you

And all of that jivin' around

 

I remember you well

In the Chelsea Hotel

You were famous, your heart was a legend

You told me again, you preferred handsome men

But for me you would make an exception

 

And clenching your fist

For the ones like us

Who are oppressed by the figures of beauty

You fixed yourself

You said "Well nevermind

We are ugly but we have the music"

 

And then you got away didn't you babe?

You just turned your back on the crowd

When you got away I never once heard you say

I need you

I don't need you

I need you

I don't need you

And all of that jivin' around

 

I don't mean to suggest

That I loved you the best

I can't keep track of each fallen robin

I remember you well in the Chelsea Hotel

That's all, I don't think of you that often

 

 

 I remember you well in the Chelsea Hotel

You were talking so brave and so sweet

Givin' me head on the unmade bed

While the limousines wait in the street

 

Those were the reasons

That was New York

We were runnin' for the money and the flesh

And that was called love for the workers in song

Probably still is for those of them left

But you got away didn't you babe?

You just turned your back on the crowd

When you got away

I never once heard you say

 

I need you

I don't need you

I need you

I don't need you

And all of that jivin' around

 

I remember you well

In the Chelsea Hotel

You were famous, your heart was a legend

You told me again, you preferred handsome men

But for me you would make an exception

 

And clenching your fist

For the ones like us

Who are oppressed by the figures of beauty

You fixed yourself

You said "Well nevermind

We are ugly but we have the music"

 

And then you got away didn't you babe?

You just turned your back on the crowd

When you got away I never once heard you say

I need you

I don't need you

I need you

I don't need you

And all of that jivin' around

 

I don't mean to suggest

That I loved you the best

I can't keep track of each fallen robin

I remember you well in the Chelsea Hotel

That's all, I don't think of you that often

 

Esta es la traducción al español:

 

Te recuerdo bien, en el Hotel Chelsea,

hablabas tan valiente, y tan dulce,

dándome sexo oral sobre la cama sin hacer,

mientras las limusinas esperan en la calle.

 

Esas fueron las razones y eso era Nueva York,

corríamos por el dinero y la carne,

y a eso se le llamaba amor,

para los trabajadores de la canción (para los músicos),

probablemente todavía lo sea para los que se quedaron.

 

Ah, pero tú te fuiste, ¿no cariño?

Simplemente te diste la vuelta entre la multitud,

te fuiste, ni una vez te oí decir:

te necesito, no te necesito,

te necesito, no te necesito,

y todas esas tonterias que lo rodean.

 

Te recuerdo bien, en el Hotel Chelsea,

tú eras famosa, tu corazón era una leyenda,

me dijiste de nuevo que preferías a hombres atractivos,

pero por mí harías una excepción,

y apretando tu puño por los que son como nosotros,

los que está oprimidos por los cánones de la belleza,

te arreglaste a ti misma, dijiste:

"bueno, no importa, somos feos pero tenemos la música".

 

Ah, pero tú te fuiste, ¿no cariño?

Simplemente te diste la vuelta entre la multitud,

te fuiste, ni una sola vez te oí decir:

te necesito, no te necesito,

te necesito, no te necesito,

y todas esas tonterías que lo rodean.

 

No quiero sugerir que te amé a la que más,

no puedo seguir el rastro a cada petirrojo caído,

te recuerdo bien, en el Hotel Chelsea,

eso es todo, ni siquiera pienso en ti tan a menudo.

 

Los protagonistas a lo largo de la novela van intercambiando canciones, y al final del libro se puede ver un índice de las 21 canciones que han comentado o que han significado algo para ellos en cada momento de su relación.

 

Como es habitual en Lorenzo Silva, a través de los diálogos y de las reflexiones de sus personajes nos da auténticas lecciones de vida. 

 

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