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Basurde Xiao Long

Sábado, 31 de Marzo – Dubai World Cup

Sábado, 31 de Marzo – Dubai World Cup

Por la mañana nos fuimos a dar un bañito a la playa. Allí coincidimos con Robert, el marido de otra profesora de español que estaba haciendo kayaking. Y también vimos como un policía de paisano (con bañador incluso) se dedicaba a echar a indios de la playa, con la excusa de que miraban y sacaban fotos a las mujeres, lo cual es cierto en unos cuantos, pero claro, no en todos y pagan justos por pecadores. A uno le velaron el rollo de fotos, en plan película.

 

El plan para la tarde era ir al hipódromo Nad Al Sheba para ver las carreras de caballos. Se celebraba la carrera con más dinero en premios del mundo. Más que en Ascott o en el Kentucky Derby, que probablemente os suenen más. Quizás recordéis la película ¨Pretty Woman¨, con Julia Roberts, donde va toda la gente elegante a ver un partido de polo. Esto consiste en lo mismo. En ponerse todos sus mejores galas, las mujeres con vestidos súper-elegantes y sombreros y los chicos –en la distancia- tratando de imitarlos. Siguiendo el refrán de ¨en tierra de lobos aulla¨ pues eso hicimos. Nos pusimos nuestras mejores galas y en taxi al hipódromo. El taxi... de lujo. Dio la casualidad de que cuando estábamos esperando uno oficial paró otro de los ¨camuflados¨, que no sé si son legales o no, y nos llevó al circuito. Y estaba todo montado al nivel del evento. Nos tomamos unas cuantas rondas –más que menos-, cenamos por ahí, fumamos unas sisas, disfrutamos un montón con los trajes, las apuestas, los fuegos, la música –upps, Ana se cargó una mesa bailando flamenco-, y cuando cerraron nos largamos a otro hotel a echar la última. El bar donde echamos la puntilla está a pie de playa, se llama ¨Barasti¨ y está en el Meridien Mina Seyahi. Y de ahí a casa, a esperar a Natalia y a Fernando. Quedamos en que ellos tomarían un taxi del aeropuerto a casa ya que estando de fiesta lo de coger el coche no es conveniente, y mucho menos en este país. Les envié por e-mail un mapa guapo que había hecho pero el taxista no lo leyó muy bien y les llevó a otro sitio. Me llamaron, y por fin el taxista les trajo a casa sanos y salvos.

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