Poker night - 11 de Octubre
Este día se suponía que íbamos a tener clase, pero tres días antes el gobierno decretó fiesta en las escuelas y organismos públicos. Así que una agradable sorpresa.
Txema llegaba de visita a las 5:45 a.m. de Doha. A las 6:30 me baje a recibirle a la entrada del colegio, donde suponía que iba a aparecer siguiendo mis indicaciones... pero estuve esperando hasta las 8:10 y nada. Me volví a esperarle a casa –vivo enfrente- y allá estaba sobando el cabrón. Mis indicaciones fueron demasiado precisas. Por avatares del destino me quedé 100 minutos esperando de madrugada a alguien que ya estaba durmiendo en mi apartamento.
Homer vino a buscarnos más tarde y nos fuimos a comer a Madinat, a Noodle House. Bueno, yo les dejé allí y fui a buscar mi coche, que llevaba dos semanas en el mecánico. Estuve llamando a la casa todos los días. El tío que atendía, filipino, no tenía en la boca más que ¨no problem, no problem¨. Cono, ¨no problem¨ no, cuándo va a estar mi coche!!???? Y entre una cosa y otra, y siendo Ramadán, pues dos semanas sin coche.
Por la tarde organicé en mi casa una noche de póquer. Me perdí la primera hace un mes, por otros compromisos, así que tenía muchas ganas. Nos juntamos doce personas por lo que monté dos mesas de Texas Holder. Mi experiencia en póquer es nula, solo había jugado un par de noches en verano, y no a Texas Holder. Pero me estuvieron enseñando -se aprende fácil- y ahí estuvimos echando unas risas. Estos fuimos los 12, por nacionalidades:
- Moe y Zeina: libaneses
- Dale, Susan, James y Benson: americanos
- Karl, Anne-Marie y Gregg: Canadienses
- Homer, Txema, Castrol: españoles
Una vez eliminados tres por mesa pasamos a la mesa final... y yo pasé el corte J No duré sin embargo mucho, ja, ja. Bueno, quede quinto de 12, no está mal. Entre los jugadores hay mucho profesional, se ve la experiencia. Especialmente Karl, que vino con una camiseta relativa al juego, las cartas, las fichas...
De ahí nos fuimos a Barasti, un bar, y lo cerramos a eso de las dos y pico. Volví a casa y entre que me puse a recoger y demás me dieron las 3:30 de la mañana. Que no pasaría nada si no me hubiera tenido que levantar al día siguiente a las 6 a.m. para coger un vuelo a Omán, a las 8:25. Pero eso es otra historia, que contaré en la próxima entrada.
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Iriarte -