Estando en China no podía dejar de honrar la figura del villano Fu Manchú, personaje de ficción creado por el escritor Sax Rohmer. Cuando pensamos en este enemigo de la civilización occidental a todos nos viene a la memoria su característico bigote. Sin embargo Fu Manchú no es solo bigote, y en el capítulo II de la novela El demonio amarillo se nos revela más información:
imagínate una figura clásica de mandarín chino; un hombre de alta estatura; delgado, de miembros recios, felino en sus actitudes y movimientos, con un entrecejo como el de Shakespeare y un rostro de expresión verdaderamente satánica. De su cráneo afeitado pende la coleta tradicional de los hijos del «Imperio Celeste». Sus ojos tienen el fulgor magnético de los ojos de la pantera.
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