La importancia del cinturón de seguridad
¡No solo en los coches, sino también en los aviones!
El pasado viernes 19 de marzo volé con 18 estudiantes y otra profesora de Shanghai a Munich, en el vuelo LH727 de Lufthansa. Aprovechando la lejanía de los alumnos aproveché para pedirme un vaso de vino, que estaba disfrutando cuando sonó la voz del capitán:
¨Por favor abrochense los cinturones porque estamos pasando una zona de turbulencias¨.
Hasta ahí lo normal.
Pero pasado un rato, volvió a sonar la voz del piloto:
¨Azafatas de vuelo, por favor siéntense y abrochense los cinturones¨.
En estos casos ya sabes que la cosa es más seria.
Dejé el vino colgando del sujetavasos que para tal efecto tienen las bandejas de los asientos de estas modernas aeronaves, y me dispuse a echar una cabezadita. Las turbulencias no me quitan el sueño y afortunadamente caigo con facilidad en los brazos de Morfeo durante los vuelos. Sin embargo es un instante me desperté porque el avión había caido bastantes metros. Miré el vaso y se encontraba en la misma posición en la que lo había dejado –se sujetan muy bien- pero completamente vacio. El tinto había encontrado otro continente en mis pantalones y en mi camisa.
Imagináos la velocidad a la que tiene que cambiar de altitud un avión para que sin caerse el vaso desaparezca su líquido.
Dos de los chavales que venían en el grupo no llevaban los cinturones abrochados, desoyendo los mensajes del capitán y el letrero luminoso que así lo requería. Así que al igual que el alpiste que tenía intención de beber, salieron disparados hacia arriba y podéis ver las ¨marcas¨ que dejaron en la bandeja del avión. Uno de ellos incluso perdió las gafas y ya no las pudo volver a encontrar.
Afortunadamente el incidente no pasó de dos ¨coscorrones¨ y no hubo que lamentar lesiones en el cuello ni de otro tipo.
Desde que vi un programa en la tele en el que el fuselaje de un avión volaba y la gente salía despedida me volví un poco paranoico y siempre llevo el cinturón puesto. Después de lo visto el pasado día de San José, todavía más.
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