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Basurde Xiao Long

Diwali Break (21-30 octubre 2022). Visita de colegas y viaje en tren Delhi-Agra-Gwalior-Khajuraho-Benarés (India).

Diwali Break (21-30 octubre 2022). Visita de colegas y viaje en tren Delhi-Agra-Gwalior-Khajuraho-Benarés (India).

259 fotos aquí.

(Muy pocas fotos de este álbum son mías.

Es una recopilación de las fotos sacadas por los colegas).

 

Este año las vacaciones de Diwali fueron del 22 al 30 de octubre y recibí la visita de 5 amigos: dos colegas de la cuadrilla + el hermano y dos cuñados de uno de ellos. El plan fue hacer un viaje en tren de Delhi a Benarés, parando en Agra, Gwalior y Khajuraho. La vuelta a Delhi desde Benarés la hicimos en avión.

 

Esta fue LA LOGÍSTICA: 

 

Viernes 21 de octubre: España-Delhi.

 

-Aterrizan 4 de los colegas a las 3:15 am.

 

-Trabajo, y por la tarde en Delhi visitamos:

--- La tumba de Humayun.

--- La tumba de Safdarjung.

--- El templo sij Gurudwara Shri Bangla Sahib.

--- Tomamos unas cervecitas en Ministry of Beer, Connaught Place.

 

-Noche en Delhi.

 

Sábado 22 de octubre: Delhi.

 

-Aterriza a las 3:15 am el último de los colegas.

 

-Visitamos:

--- El Fuerte Rojo.

--- El Viejo Delhi (Old Delhi).

--- La Puerta de India (Indian Gate)

--- Tomamos unas cervecitas en The Chatter House, en Khan Market.

 

-Noche en Delhi.

 

Domingo 23 de octubre: Delhi-Agra.

 

-Participamos en una carrera en Chanakyapuri, llamada ¨Freedom Run¨.

-Visitamos

--- el Parque Nehru, el Parque The Ridge (visitando las ruinas de Malcha Mahal) y desayunamos una tortilla y un té en un puesto callejero en el mercado de Malcha Marg (en mi barrio).

--- Qutab Minar.

 

-Tren 22222 de Nueva Delhi (16:55) a Agra (18:48) =188km, 1h53´ en vagón de segunda clase (2AC)

 

-Noche: Hotel Sidharta (Agra).

 

Lunes 24 de octubre: Agra-Gwalior.

 

-Visitamos:

--- Taj Mahal.

--- Fatehpur Sikri.

--- Fuerte de Agra.

 

-Tren 22222 de Agra (18:50) a Gwalior (20:15) = 119km, 1h25´ en vagón de segunda clase (2AC).

 

-Noche: Hotel Clarks Inn Suite (Gwalior)

 

Martes 25 de octubre: Gwalior.

 

-Visitamos:

--- Esculturas rupestres jainistas.

--- Fuerte de Gwalior.

--- Cine en INOX DB Mall, donde vimos la película en hindi Ram Setu.

 

-Noche: En el tren a Khajuraho.

 

Miércoles 26 de octubre: Gwalior-Khajuraho-Prayagraj.

 

-Tren 11842 de Gwalior (00:38) a Khajuraho (08:00) = 354km, 7h22´. Uno en compartimento de primera clase (1AC), 4 en segunda clase (2AC) y uno en tercera clase (3AC).

 

-Visitamos:

--- Las cascadas Raneh (Raneh Falls).

--- Los templos de Khajuraho.

--- Templo jainista Sahu Shanti Prasad.

--- Una boda india.

 

-Hotel en Khajuraho: Casa di William.

 

-Noche en el tren 14115 de Khajuraho (23:15) a Prayagraj (06:00+1) = 318km, 6h45´. Tres en compartimento de segunda clase (2AC), tres en compartimento de tercera clase (3AC).

 

Jueves 27 de octubre: Prayagraj-Benarés.

 

-Tren 12582 de Prayagraj (07:40) a Benarés (10:15) = 121km, 2h25´ en vagón de primera clase (1AC).

 

-Duri y yo nos bañamos en el Ganges.

-Tomamos un bote a remos por el Ganges.

-Visitamos el crematorio Harishchandra Ghat y vimos la ceremonia en el Ganges (Ganga Aarti) en Assi Ghat.

 

-Noche: Hotel Sita (Benarés).

 

Viernes 28 de octubre: Benarés.

 

-Visitamos el crematorio Manikarnika Ghat.

-Tomamos una clase de yoga en el Yoga Training Center del Guru Sunil Kumar Pranayama.

 

-Noche: Hotel Sita (Benarés).

 

Sábado 29 de octubre: Benarés-Delhi.

 

-Tomamos un barco por el Ganges de madrugada (esta vez a motor).

-Visitamos la ciudad de Sarnath, a unos 10K de Benarés.

-Visitamos el Templo de Yishwanath (Templo Dorado) e Benarés.

 

-Vuelo de IndiGo de Benarés (22:00) a Delhi (23:30).

 

-Noche: Delhi.

 

Domingo 30 de octubre: Delhi – Vuelta a España.

 

-Visitamos

--- el mercado de motos en Karol Bagh.

--- el templo de Hanuman (Dios Mono).

--- el templo de Loto (Lotus Temple).

 

-Vuelo a Madrid/Barcelona, con escala en Abu Dhabi, con salida de Delhi a las 9pm.

 

CRÓNICA.

 

Cuento aquí el viaje con un poco más de detalle.

 

Viernes 21 de octubre: España-Delhi.

 

Aterrizan 4 de los colegas, que salieron de Madrid, a las 3:15 am.

Mi intención había sido haberlos ido a recoger en el aeropuerto, pero ese viernes trabajaba y era un día especial, porque teníamos conferencias con los padres. En un día de curro normal con estudiantes, como excepción, puedes ir a clase sin haber dormido demasiado. Pero en las conferencias con los padres tienes que estar fresco fresco así que les di indicaciones sobre cómo llegar a mi casa cogiendo un taxi pre-pago en el aeropuerto y llegaron a mi casa sin problemas, sobre las 5 am. En verano les había dejado dinero en rupias, ya que sabía entonces que iban a venir por aquí.

 

Las conferencias con los padres fueron muy bien y terminadas les pegué un toque para ver por donde andaban. Aventureros ellos se habían ido a dar una vuelta por el barrio. Volvieron a casa y les enseñé el cole. Pudieron ver una competición de rangoli y una mela que se celebraba con motivo del festival indio de Diwali. Rangoli y mela son palabras del hindi que han calado en el vocabulario de los que vivimos en India:

-rangoli = elaborado dibujo hecho con tiza, pasta de arroz o polvos de colores; también conocido como colam.

-mela = feria o festival.

 

De ahí fuimos a visitar la tuma de Humayun, que es Patrimonio de la Humanidad. Se cree que inspiró al Taj Mahal, al que antecede en 60 años.

 

Chateando con una colega de la escuela, Faze, me sugirió que fuéramos más tarde o bien a Sundar Nursery o a la tumba de Safdarjung, que por la noche se iluminan. Visitamos la tumba de Safdarjung y la verdad es que la iluminación, con los reflejos en el estanque, es espectacular.

 

Tanto las tumbas de Humayun como la de Safdarjung son de arquitectura mogola, como muchísimas otras estructuras en Delhi, y el debate sobre qué había sido el imperio mogol, si tenía algo que ver con el mongol, etc. nos acompañó durante el viaje.

 

De ahí visitamos el templo sij ¨Gurdwara Bangla Sahib¨, que así lo describe la guía Lonely Planet: ¨magnífico gurdwara (templo sij) de mármol blanco, rematado por relucientes cúpulas bulbosas de tonos dorados y construido donde vivía el octavo gurú sij, Harkrishan Dev, antes de morir en 1664. A pesar de su corta edad, el gurú, de solo 6 años, atendió a las víctimas de la epidemia de cólera y viruela de Delhi, y se dice que las aguas del estanque poseen propiedades curativas. Está lleno de vida y color, pero es un sitio tranquilo. Por todo el recinto se oyen cantos devocionales. Como en todos los gurdwaras, dan gratis de comer a diario a peregrinos. En el acceso al complejo hay un pequeño museo que repasa la historia del sijismo y sus gurús y mártires¨.

 

En este templo nos asignaron a un guía gratuito, un voluntario, que nos enseñó el templo, la cocina, el almacén, el comedor, la sala de oración, y fue un tour muy interesante. Lo de guía gratuito ya se sabe cómo suele acabar en todos los países, una donación para el templo, con lo que sí que hubo que abrir la cartera, cómo no, pero sus explicaciones fueron muy interesantes.

 

Para el primer día ya habíamos cumplido así que fuimos a bajar unas cervezas y a fumar una shisha al Ministry of Beer, en Connaught Place. Por Delhi y en general en todas las ciudades nos movíamos de maravilla en autorickshaws (tuk-tuks), tres en cada uno.

 

Sábado 22 de octubre: Delhi.

 

El último colega llegaba de Barcelona a las 3:15 am y fui a recogerle al aeropuerto.

 

El primer plan del día fue visitar el Fuerte Rojo. Lo hicimos con un guía que la verdad, de todos los que tuvimos durante el viaje, fue el más flojo. Salimos del Fuerte Rojo para pasear por la Viaje Delhi, por su calle principal Chandni Chowk y por sus estrechos callejones. A la salida del Fuerte Rojo se nos pegó un tío para llevarnos en tuk tuk por la Vieja Delhi. Le dijimos que no, que gracias. Pero no tomó un ¨no¨ como respuesta. Se pegó a nosotros y no hubo manera de despegarlo. Nos fue dirigiendo aquí y allá, y la verdad es que mereció la pena porque nos llevó a sitios interesantes y navegar bien por los callejones de la Vieja Delhi requiere conocer la zona. Cómo no, nos llevó a algunas tiendas, pero es lo de siempre, ahí obtienen su comisión.

 

Acabamos la visita a la Vieja Delhi en Jama Masjid. Esto es lo que dice Lonely Planet sobre esta mezquita: ¨Bello remanso de paz en pleno caos de Vieja Delhi, la mezquita más grande de la capital se alza sobre una elevación de 10 m entre la baraúnda circundante. Tiene capacidad para 25000 personas. La estructura de mármol y arenisca roja, conocida también como mezquita del Viernes, fue el triunfo final arquitectónico de Shah Jahan, construida entre 1644 y 1658¨.

 

Llegamos justo a la hora de oración y no pudimos entrar. Así que tomamos dos tuk-tuks para visitar La Puerta de India, Indian Gate, y el cercano National War Museum. Todos los días hay una ceremonia y vimos a un grupo de soldados vestidos de blanco desfilando.

 

Y con eso a Khan Market. Visitamos la tienda de ropa FabIndia y de ahí fuimos a The Chatter House a echar unas birras y fumar una shisha.

 

Domingo 23 de octubre: Delhi-Agra.

 

Tocaba madrugar, porque nos habíamos apuntado a una carrera en el barrio organizada por la Embajada de Hungría y el Liszt Institute – Hungarian Cultural Centre de Delhi, llamada ¨Freedom Run¨. El objetivo era recordar a los héroes de la Revolución húngara de 1956 y la información de la carrera lo describía así:

 

¨La Revolución de 1956 estalló en oposición a la opresión y ocupación comunista soviética, comenzando con una manifestación pacífica por la libertad de los estudiantes universitarios el 23 de octubre y terminando en sangrientos combates callejeros después del 4 de noviembre.

 

Miles de ciudadanos húngaros fueron asesinados, la Lucha por la libertad fue aplastada y la dictadura comunista y la ocupación soviética permanecieron, volviéndose aún más brutales. Como muestra de respeto por el 23 de octubre de 1956, ese día es fiesta nacional desde 1989 en Hungría.

 

Completando las distancias de 10K, 5.6K y 2.3 km del Freedom Run, conmemoramos el sacrificio de estos Héroes ”.

 

Fuimos andando a salida, que estaba a 2K de casa. El pistoletazo de salida se dio a las 6 de la mañana. Nos apuntamos a la categoría de 5.6K, tres de nosotros los hicimos corriendo, tres andando. ¡Buen ambiente!

 

Terminada la carrera visitamos el cercano parque Nehru (con su estatua de Lenin) y tomamos un tuk-tuk al parque The Ridge, con sus monos, coyotes, cerdos salvajes y vacas. Visitamos las ruinas de Malcha Mahal. Ja, ja, bajando las escaleras escuché que unos chavales iban a entrar, y me puse a hacer ruidos de jabalí mientras bajaba, para asustarlos. ¡Funcionó, ja, ja, se pegaron una carrera impresionante, creo que pensaron que el basajaun estaba en esas ruinas! (a ver cuándo maduro).

 

De ahí fuimos caminando al puesto de fruta en Malcha Marg donde tomamos un té, bebimos un coco y nos comimos una tortilla. Ducha en casa y a explorar Delhi. El plan para esa mañana fue visitar Qutab Minar, otro lugar de Delhi Patrimonio de la Humanidad. Dice de este complejo Lonely Planet: ¨Si solo se puede visitar una de las ruinas antiguas de Delhi, que sea esta. Los primeros monumentos de este enclave los erigieron los sultanes de Mehrauli, y los gobernantes que les sucedieron expandieron su obra, ayudados por los mejores artesanos, para exhibir el triunfo del dominio musulmán. El complejo está salpicado de tumbas y monumentos en ruinas. Destaca, majestuoso, el alminar Qutab, la torre del s. XII de 73 m de altura que da nombre al complejo¨.

 

Vuelta a casa y cogimos la mochila de viaje porque ya no volvíamos a Delhi hasta el sábado 30. Tomamos el tren de Nueva Delhi a Agra y en esta ciudad nos alojamos en el hotel Sidharta, que no está lejos del Taj Mahal.

 

Hecho el check in, a mí me apetecía echar una cerveza en el que es el mejor hotel de Agra y estaba cerca, el Oberoi Amarvilas. Esto es lo que dice la guía Lonely Planet: ¨Con un servicio a la altura de un marajá, comida exquisita y terrenos que cautivan, el mejor hotel de Agra rezuma estilo y lujo. La temática mogola se impone en el elegante interior, al igual que en el patio exterior, con una fuente y en la imponente piscina, ambos situados en un jardín acuático escalonado. Todas las habitaciones (y hasta algunas bañeras) tienen maravillosas vistas al Taj¨.

En la sección ¨Dónde beber y vida nocturna¨ dice: ¨Para tomar una cerveza o un cóctel en un ambiente exclusivo nada como el bar del mejor hotel de Agra. Los no clientes puden pasar a la terraza con vistas al Taj, pero el personal a menudo reserva las mesas para los huéspedes cuando está lleno. Hay que ponerse la mejor camisa¨.

Bien, intentamos entrar pero no pasamos el corte. Nos preguntó el de seguridad si teníamos reserva y dijimos que no. Dijo que iba a llamar y salió al rato diciendo que estaba todo reservado.

 

De ahí fuimos al hotel donde me alojé cuando estuvieron mi hermano, mi sobri y una amiga suya en junio, el Hotel Taj Resorts. Tiene ese hotel una terraza chula con vistas al Taj y quería que los colegas la vieron. El recepcionista se acordaba de mí y yo me acordaba de él, y nos hizo ilusión el reencuentro. Fue muy amable, dejándonos subir a la terraza a ver las vistas nocturas del Taj.

 

Tocaba cenar y nos metimos en un garito curioso. Pedimos unas cervezas y salieron a comprarlas a algún lugar. Allá había un paisano, Carlitos, de risa contagiosa y que estaba como un silvo. Acabamos todos bailando canciones de Bollywood que pusieron en la tele, unas risas.

 

Lunes 24 de octubre: Agra-Gwalior.

 

Tocaba madrugar para ir a ver el Taj Mahal, que dicen que conviene verlo al amanecer. En la cola nos vino un guía en inglés al que contratamos y resultó ser un excelente fotógrafo.

 

Volvimos al hotel a descansar y de ahí nos fuimos a Fatehpur Sikri, otro lugar que es Patrimonio de la Humanidad y que se encuentra a unos 35k de Agra. Vuelta a Agra, donde visitamos el Fuerte.

 

Lo de visitar tiendas es inevitable. El guía del Taj Mahal nos llevó a una en la que trabajaban la piedra con diseños como en el Taj, posteriormente el conductor que nos había llevado a Fatehpur Sikri nos llevó a una tienda igual y a una tienda de alfombras. Ja, ja, el de la tienda de alfombras se rebotó porque no compramos nada. Tío, hemos venido por hacer un favor al chófer, pero ni ganas de venir teníamos. Eso sí, los productos artesanales, alfombras, diseños en piedra, etc., espectaculares.

 

La gente en India es muy maja. Estaba Pierre mirando una Royal Enfield y el dueño le dijo a ver si se quería dar una vuelta. Así que la arrancó y se fue primero solo a dar un rule y luego se llevó a Duri de paquete.

 

A las 18:50 cogimos el tren a Gwalior, hora y media estábamos en esa ciudad. Era la noche de Diwali y se veía ambiente festivo. Cenamos en el restaurante del hotel, que estaba muy bien.

 

Martes 25 de octubre: Gwalior.

 

Por la mañana antes de desayunar algunos nos pegamos un bañito en la terraza al aire libre que tenía e hotel en la oficina. Desayuno y de ahí fuimos a visitar unas esculturas rupestres jainistas.

 

¨Esculturas rupestres jainistas (Lonely Planet):

Pese a las esculturas grabadas en la roca de varios enclaves de los alrededores del fuerte (también en la subida desde la puerta de Gwalior), las más impresionantes son las situadas en la parte superior según se llega desde el oeste, entre la puerta de Urvai y la muralla interior del fuerte. En su mayoría de mediados del s. XV, representan figuras desnudas de tirthankars (los 24 grandes maestros del jainismo), que si bien fueron desfiguradas en 1527 por el ejército islámico de Babur, luego fueron restauradas. El conjunto cuenta de nueve tallas grandes, entre ellas una espléndida de 17 m de altura del primer tirthankar, Adinath, y otras mucho más pequeñas¨.

 

Este lugar está cerca del hotel Clarks Inn y fuimos andando. Siendo el día posterior a Diwali pasamos por un templo y había una gran celebración, con gente comiendo y acercándose a orar.

 

Las estatuas espectaculares. Similares a Petra o a las cuevas de Ajanta o Ellora en India, pero a mucha menor escala. Aún así, espectaculares. Me llamó también la atención un pozo de agua excavado en la roca, y más una culebra que andaba por allá.

 

De ahí fuimos al Fuerte de Gwalior, situado en lo alto de una meseta y que merece mucho la pena visitar con un buen guía que te cuente lo que vas viendo. El nuestro era majo. Hay un montón de templos y estructuras que visitar, intramuros y extramuros, como el Palacio de la Hija del Lechero o el Templo de la Suegra. Hicimos una visita también al Museo Arqueológico.

 

En Gwalior yo tenía especial interés por visitar el Palacio de Jai Vilas. En la novela ¨Esta noche, la libertad¨, de Dominique Lapierre y Larry Collins había leído excentricidades muy interesantes de los majarás. Sobre el de Gwalior decía lo siguiente:

 

¨Algunos maharajás profesaban a la locomoción ferroviaria tanta pasión como a sus automóviles. El de Indore se había hecho construir en Alemania un vagón especial dotado de un lujo probablemente único en el mundo. Decorado por los más eminentes orfebres de la casa parisiense Puiforcat, este vagón era un verdadero yate sobre raíles. El ferrocarril preferido del maharajá del poderoso estado de Gwalior era un juguete tan perfeccionado que ningún niño habría podido soñar jamás en recibir uno semejante de Papá Noel. Su red de raíles de plata maciza corría sobre la inmensa mesa en forma de herradura del comedor de su palacio y se prolongaba a través de las paredes, hasta las cocinas. Las noches de gala, se instalaba un cuadro de mandos junto al soberano. Manipulando manivelas, palancas, botones y sirenas, el príncipe-jefe de estación regulaba la marcha de trenes en miniatura que llevaba bebidas, cigarrillos, cigarros y golosinas a sus invitados. Los vagones-cisterna, llenos de güisqui, de oporto y de madeira, se detenían ante cada comensal para saciar su sed. Oprimiendo un botón con el dedo, el monarca podía, a su antojo, privar de bebida o de cigarro a uno de sus invitados.

Una noche de los años treinta, durante un banquete en honor del virrey, se produjo un cortocircuito en el cuadro de mandos. Ante las horrorizadas miradas de Sus Excelencias, los trenes del maharajá se lanzaron enloquecidos de un extremo a otro del comedor, proyectando sobre los vestidos de noche, los fracs y los uniformes un verdadero tornado de vino y de jerez. Esta catástrofe, única en los anales ferroviarios, estuvo a punto de provocar un incidente diplomático¨.

 

Así describe la guía Lonely Planet el Palacio de Jai Vilas y Scindia Museum: ¨El museo ocupa unas 35 salas del opulento palacio de Jai Vilas de los Seindia, construido en 1874 por los reclusos del fuerte a instancias del marajá Jayajirao. Los convictos, además, fueron ¨recompensados¨ con la tarea de tejer la alfombra del vestíbulo, una de las más grandes de Asia, tarea que les ocupó 12 años.

Según se dice, colgaron ocho elefantes del techo del durbar (salón real) para asegurarse de que este soportara el peso de dos lámparas de araña de 12,5 m y 3,5 toneladas: las más grandes que se tenga noticia.

Las salas están repletas de piezas insólitas como muebles de cristal, tigres disecados y una piscina exclusivamente para mujeres con su propio barco. Pero el plato fuerte aguarda en el cavernoso comedor: una maqueta ferroviaria con un tren de plata que en la sobremesa llevaba brandi y puros a los comensales¨.

 

El palacio no es propiedad de gobierno. Las atracciones gestionadas por el gobierno estaban abiertas ese martes post Diwali, no así este complejo de propiedad particular que cerraba lunes de Diwali, martes y miércoles. Me quedé con las ganas de verlo, pero espero tener ocasión de volver algún día, probablemente en ruta a Orchha (unos 120K al sur de Gwalior) que también quiero visitar.

 

Durana, cinéfilo de la cuadrilla, quería ver una peli de Bollywood. En cartelera había 4 en hindi (Ram Setu, Thank God, Kantara y Doctor G) y Black Adam en hindi en inglés. Preguntamos en la recepción del hotel cuál podría tener bailes de Bollywood y nos sugirieron ir a Ram Setu. Pero no acertaron.

 

Fuimos al DB Mall para ver la película, pero antes encontramos un garito oscuro enfrente del centro comercial, en un primer paso, para bajar unas birras mientras hacíamos tiempo. De la peli yo no ví prácticamente nada, enseguida me puse a dormir porque llevábamos tralla. Por lo visto no debía estar demasiado bien ya que en el descanso (sí, en India en los cines hay intermedio) nos fuimos. Volvimos al hotel, cenamos en el restaurante, recogimos las cosas y a la estación de tren, ya que a medianoche viajábamos a Khajuraho.

 

Miércoles 26 de octubre: Gwalior-Khajuraho-Prayagraj.

 

Tras unas 7h30´ de viaje en tren llegamo a Khajuraho. De la estación al hotel Casa di William tomamos un tuk tuk los seis. Yo iba delante con el conductor, el resto atrás. Cuando el conductor vio que éramos españoles me dijo que su hijo hablaba bien español. Charlando mientras conducía me dijo que iba a llamar a su hijo para que hablara yo con él. A sus órdenes maestro. Estuvimos charlando un rato, me dijo que tenía un tuk tuk, y que podía hacer de guía. Quedamos en la puerta del hotel.

 

Nos instalamos en Casa di Williams, hablamos con Aman, que así se llama el hijo, y cerramos un plan y un precio. Desayunamos en el hotel y partimos rumbo a las cascadas Raneh, que se encuentran a unos 20K de Khajuraho. El cambio del ambiente urbano al rural nos vino muy bien. Volvimos y visitamos los templos, que son Patrimonio de la Humanidad. Así los describe la guía Lonely Planet:

¨Esta es una de las ciudades más fascinantes del país, famosa por las tallas eróticas en piedra que recubren tres grupos de templos declarados Patrimonio Mundial por la Unesco. Los templos del grupo oeste, en particular, constituyen ejemplos cumbre de la arquitectura del norte de la India; pero son las tallas las que han reportado fama a Khajuraho. Ciñendo los templos corren frisos escultóricos en piedra ricamente trabajada que representan un guión de la vida hace un milenio: dioses, diosas, guerreros, danzantes y criaturas reales y mitológicas.

Las tallas son famosas por dos elementos en particular: las mujeres y el sexo. Las sensuales surasundaris y apsaras (ninfas celestiales) y nayikas (heroínas) fueron cinceladas con un gran dinamismo, como si las voluptuosas figuras quisieran, con sus danzas y contorsiones, salirse de las paredes. Los mithunas (pares, tríos, etc., de hombres y mujeres representados en actitud erótica) dan fe de la pericia de los escultores y de la destreza de los chandelas. Sin embargo, el sexo no es la quintaesencia del arte de los templos de Khajuraho, pues la mayoría de las tallas abordan aspectos más prosaicos de la vida; pero ni que decir tiene que de estos últimos la mayoría de los visitantes no hace ni caso¨.

 

La zona de los templos estaba muy animada, con gente bailando en círculos, había alguna ceremonia por ser el tercer día de Diwali. Los hombres bailaban con un manojo de plumas de pavos reales que Amán nos dijo coleccionaban durante todo el año para este día. Duri y Pierre se dejaron llevar y también acabaron bailando en círculos con la multitud.

 

Comimos en un restaurante llamado Saffron Café Restaurant y de ahí algunos fueron a descansar, otros nos fuimos a un templo jainista llamado Sahu Shanti Prasad. Nada más entrar al recinto exterior nos encontramos con tres monjes completamente desnudos charlando entre ellos, como si tal cosas. Daniel S. habló con alguna persona que andaba por allá y quedaron en que íbamos a hablar luego con los monjes. No fue así, pero sí que asistimos a una ceremonia que lideraba uno de esos monjes desnudos, joven y de aspecto jovial. Nos pasaron un micrófono y nos pidió que le hiciéramos cualquier pregunta que tuviéramos. Le formulamos algunas que respondió amablemente. Nos regalaron un cuadro de un gurú y nos hicieron prometer que no íbamos a comer carne, o que íbamos a comer carne solo una vez al mes, no recuerdo exactamente qué nos hizo prometer (imaginad el interés que tenía en mantener esa promesa).

 

Volvimos al hotel Casa di Williams, descansamos un rato, y el siguiente plan fue asistir a una boda de una vecina de Aman, nuestro guía. Nos invitaron así que guay. Fue un evento curioso. En primer lugar conocimos a la madre. La pobre mujer estaba muy triste, llegando a llorar, porque que la hija se casara significaba que iba a dejar el hogar para irse a casa de su marido. Los padres de la hija son los que tienen que pagar la dote, que estaba en exhibición: una cama, un frigorífico, aperos domésticos y muchas de las cosas necesarias para instalarse en un nuevo hogar. Nos dieron a probar pollo, arroz dulce y chapati, que es el pan indio. Vimos como lo cocinaban en un agujero con fuego en la calzada. Y de ahí vuelta a la estación de tren. A las 23:15 tomábamos el tren a Prayagraj, donde teníamos que hacer transbordo para coger otro tren a Benarés.

 

Jueves 27 de octubre: Prayagraj-Benarés.

 

Fueron 6h45´ en tren para cubrir los 318K de Khajuraho a Prayagraj.

Allí teníamos 1h40´ hasta coger otro tren de Prayagraj (07:40) a Benarés (10:15).

 

A la hora de planificar el viaje estuve pensando en hacer aquí una parada más larga y explorar Prayagraj. Pero sería mucho tute así que reservé los diferentes trenes con una escala de menos de dos horas.

 

¿Qué hay que ver en Prayagraj?

Bien, en primer lugar puede confundir el nombre. Prayagraj es el nombre oficial de la ciudad más conocida como Allahabad. Así la describe Lonely Planet:

 

¨Se cree que Brhama, el dios hindú de la creación, descendió a Prayagraj (o Allahabad como se llamaba hasta hace poco), y la nombró reina de todos los centros de peregrinación. De hecho, Sangam, una confluencia de ríos a las afueras de la ciudad, es el más famoso de los cuatro lugares de la India en que se celebra el Kumbh Mela. Prayagraj era también el hogar del clan Nehru, cuya casa sirvió de cuartel general para el movimiento de independencia frente al Raj británico¨.

 

¨Sangam, que significa ¨confluencia de ríos¨, es el lugar especialmente auspicioso donde dos de los más sagrados de la India, el Ganges y el Yamuna, se unen a otra de las corriente mitológicas del hinduismo, el Saraswati¨.

 

Había leído sobre este punto en la novela anteriormente mencionada, ¨Esta noche, la libertad¨, porque tanto las cenizas del Mahatma Gandhi como las de primer presidente de la India, Jawarharlal Nehru, se echaron aquí. De ¨Esta noche, la libertad¨:

 

¨Los restos del hombre mortal que había sido el Mahatma Gandhi fueron sumergidos al duodécimo día siguiente a la cremación en un río que fluía hacia el mar. El lugar elegido para esta ceremonia era uno de los más sagrados del hinduismo, el sangam, cerca de Allahabad, donde las azuladas aguas del Yamuna se unen con las aguas fangosas del Ganges eterno en el mismo punto por el que se desliza la corriente secreta del Saravasti. Allí, en Prayag, donde Brahma el Creador había celebrado uno de sus más grandes sacrificios, en la confluencia de estos ríos cuyos nombres se hallan ensamblados desde la noche de los tiempos en la trama misma de la historia india, en el majestuoso hervor que había arrastrado las cenizas de millones a fundirse para siempre en el alma colectiva de su pueblo como una gota de agua en medio del océano¨.

 

Sobre las cenizas de Jawaharlal Nehru: ¨Como regalo de despedida a sus compatriotas, este refinado indio ofreció la conmovedora elocuencia de su testamento. Pedía en él que sus cenizas fuesen dispersadas desde lo alto de un avión ¨sobre los campos en que trabajan los campesinos, a fin de que puedan mezclarse con el polvo de la tierra india y convertirse en parte inseparable de ella… y que un puñado sea entregado al Ganges en Allahabad para ser llevado hacia el vasto océano que bañaba las costas de la India¨.

 

Lugar interesante, sagrado, pero que no llegamos a explorar. Lo hubiéramos podido haber hecho de no haberse dado cuenta Dani B. de que el tren que nos tenía que llevar a Benarés en lugar de salir de la plataforma 5, como estaba anunciado, llegó por la plataforma 4. Estuvo vivo para que no perdiéramos el tren.

 

A las 7:40 tomamos el tren a Benarés, llegando a las 10:15. Nuestro hotel, el Hotel Sita, estaba a orillas del Ganges. Ni taxis ni tuk-tuk pueden acceder a esa zona de callejuelas con lo que nos dejaron como a un kilómetro, que hicimos andando.

 

El hotel estaba en muy buen lugar, justo a orillas del Ganges. Lo primero que hicimos Duri y yo es pegarnos un baño en el río sagrado, en esa parte uno de los más contaminados de mundo. Lo hicimos en gayumbos, fue entrar y salir y los dos calzoncillos acabaron en la basura. Nos pegamos una ducha rápida frotando como nunca, porque esas aguas, la verdad, podrán ser muy sagradas pero que estaban en muy mal estado saltaba a la vista. Pero a lo largo de esos días que allá estuvimos comprobamos que eso no era ningún impedimento para que la gente se sumergiera en el río con fe y alegría.

 

Desayunamos en la azotea del hotel, que tiene una buena terraza con vistas al Ganges.

 

El nivel del Ganges había estado muy alto en los últimos días. Eso se veía en las orillas todavía embarradas y por lo visto había más corriente de lo habitual. Cogimos una barca a remos y el remero se las vio y las deseó para ir contracorriente. Nos llevó hasta el crematorio Harishchandra Ghat. Allá uno de los parias (así se refería él a sí mismo) nos explicó en inglés cómo funcionaba ese crematorio y respondió a nuestras preguntas. En su segunda acepción el diccionario de la RAE define paria como ¨habitante de la India, de ínfima condición social, fuera del sistema de las castas¨. Curioso ver cómo iban trayendo cuerpos y los ponían en la pira funeraria. Al marchar nos pidió una donación para leña, para la gente que no se la puede permitir.

 

Caminamos a Assi Ghat, donde vimos la Ganga Aarti (ceremonia del Ganges) ya caido el sol. Y fuimos poco a poco andando hasta casa. Buscamos un lugar para cenar con una cerveza pero no fue fácil. Finalmente dimos con el restaurante ganador, donde se servía cerveza off-the-record. Visitamos Dashashwamedh ghat, un lugar de baño ritual famoso.

 

Viernes 28 de octubre: Benarés.

 

Por la mañana fuimos andando otra vez hasta Dashashwamedh ghat. Por la noche estaba muy tranquilo, de día tenía mucha actividad, con gente bañándose y personas dando masajes. Pierre y Duri se dieron uno y quedaron satisfechos, dice que se lo dieron bien. Las camillas eran sin más estructuras de madera al aire libre, todo el mundo pasaba al lado como si tal cosa, a lo suyo.

 

De ahí fuimos al crematorio más grande de la ciudad, Manikarnika Ghat. Aparte de las piras al lado del Ganges este tiene un edificio con chimeneas. Se puede subir al primer piso para ver las piras de arriba y también tener una visión aérea de las de abajo. Los cuerpos van llegando y es non-stop, por lo visto estos crematorios están abiertos y funcionando las 24 horas del día.

 

Por la tarde tomamos una clase de respiración en un centro de yoga llamado Yoga Training Center. Así lo describe la guía Lonely Planet: ¨El antiguo militar y maestro de yoga Sunil Kumar y sus socios imparten clases cuatro veces al día en el segundo y tercer piso de este edificio en una callecita cerca al Meer Ghat, aunque siempre se puede pasar para una sesión¨. El hombre unas risas, nos divertimos con él.

 

Esa noche cenamos en otro garito en el que también pasaban las cervezas de extraperlo, debe ser que Benarés es una ciudad sagrada. Cenamos en la terraza y nos las pasaron cubiertas con un papel marrón que dijeron que no quitáramos.

 

Sábado 29 de octubre: Benarés-Delhi.

 

El sábado tocó madrugar para tomar otra barca por el Ganges, esta vez a motor. Nos llevó hasta Assi Ghat, donde ya habíamos estado el jueves por la noche viendo la ceremonia del Ganges, y vimos la ceremonia de la mañana desde la barca (Daniel S. saltó a la orilla, nosotros nos quedamos en el barco). De camino pasamos por el crematorio que visitamos el jueves y se veían de noche las piras ardiendo.

 

Ja, ja, volviendo al hotel vimos salir una rata de la habitación de Duri. Había dejado una manzana en la habitación y estaba un poco mordisqueada. El hotel molaba, por la localización, pero el estar cerca del Ganges tiene estas cosas, me imagino.

 

Tomamos un par de tuk-tuk y nos fuimos a 10 kilómetros de Benarés, a la ciudad de Sarnath que así la describe la guía Lonely Planet:

 

¨Buda fue a Sarnath a predicar su mensaje de la Vía Media al nirvana tras alcanzar la iluminación en Bodhgaya, y dio su famoso primer sermón en el parque de los Ciervos de Isipatana. En el s. III a.C., el emperador Ashoka erigió aquí magníficas estupas y monasterios así como una columna grabada. Cuando el viajero chino visitó este lugar en el año 640, Sarnath contaba con una stupa de 100 m de altura y 1500 monjes que vivían en grandes monasterios. El budismo, sin embargo, entró en declive poco después, y cuando los invasores musulmanes saquearon la ciudad a finales del s. XII, Sarnath desapareció de la faz de la tierra. Fueron los arqueólogos británicos quienes la redescubrieron en 1835.

Actualmente es uno de los cuatro lugares clave del circuito budista (junto con Bodhgaya, Kushinagar y Lumbini, en Nepal), y atrae a seguidores de todo el mundo, sobre todo para el Purnima, que celebra el nacimiento, la muerte y la iluminación de Buda, normalmente en abril o mayo¨.

 

Vimos lo que había que ver con un guía que al finalizar el tour nos llevó, como no, a una cooperativa. Ahí si qué picamos comprando cosas, los precios estaban bien y para mis visitantes era el final del viaje y tocaba ir pensando en los regalos para la vuelta.

 

Vuelta a Benarés y visitamos el Templo de Vishwanath, de lo que dice lo siguiente la guía Lonely Planet:

 

¨En Benarés hay un templo casi en cada esquina, pero este, dedicado a Vishveswara, nombre de Siva en su encarnación como señor del universo, es el más famoso. Fue construido en 1776 por Ahalya Bai de Indore y 50 años después, el marajá Ranjit Singh de Lahore añadió el recubrimiento de oro (800 kg) de la torre y la cúpula.

La zona está llena de soldados debido a las tensiones entre las diferentes confesiones religiosas. Antes de entrar en el callejón del templo hay que depositar bolsos, cámaras, móviles, bolígrafos y cualquier dispositivo electrónico en las taquillas, si no se han dejado en el hotel. Los extranjeros deben dirigirse a la puerta 2, donde los guardas de seguridad dan orden de saltarse las largas colas de los indios, para luego pasar por un detector de metales y un control de seguridad. Se sigue adelante, ignorando otra cola de indios, hasta que indiquen un mostrador donde hay que enseñar el pasaporte (el original) y depositar el calzado. Entonces se accede al templo por una puerta al otro lado del callejón.

Una vez dentro, la experiencia es realmente intensa, con empujones y pisotones para poder hacer una ofrenda y tocar el lingam (símbolo fálico de Siva), que absuelve de todos los pecados. En los días sagrados los hindúes hacen cola hasta 48 h para poder entrar¨.

 

Así fue, mucha presencia militar, tuvimos que dejar las cosas en taquilla, un guía nos acompañó y nos pudimos saltar las colas. En los lugares turísticos un extranjero suele pagar entre 5 y 10 veces más que un local. Era el mismo caso aquí así que por una vez ese sobre precio estuvo bien empleado. Eso sí, llegamos al mogollón, quise tocar el lingam como al Celedón el día 4 pero a los extranjeros no nos estaba permitido entrar donde estaba. ¡Una pena!

 

Último paseo y al hotel, a recoger las cosas. Cogimos un par de tuk-tuks y al aeropuerto, que no está cerca, a unos 25 kilómetros. Los tuk-tuks no tiraban nada. Después de dos tercios de la ruta nuestro tuk-tuk llegó a un acuerdo con otro, le pagó lo que fuera y nos cambiamos de tuk-tuk, a uno esta vez más potente. Sacamos minutada a los del otro tuk-tuk que no tenía chicha.

 

Vuelo de IndiGo a las 22:00 y a las 23:30 en el aeropuerto de Delhi. Dos taxis a casita.  

 

Domingo 30 de octubre: Delhi – Vuelta a España.

 

Ultimo día para los visitantes y mi último día de vacaciones. Cogían el avión a las 9 de la noche, 4 con destino a Madrid, 1 con destino a Barcelona, todos haciendo escala en Nueva Delhi. Para estar tranquilos quedamos en que a las 5 pm saldrían para el aeropuerto. Así que quedaba un día completo para aprovechas.

 

En primer lugar fuimos a Karol Bagh, a ver el mercado de motos, que es una maravilla. Hay cientos de motos y mucho ambiente, de mecánicos, tiendas, gente yendo y viniendo. De ahí fuimos al cercano templo de Hanuman, el Rey Mono.

 

La última visita fue Bahai House of Workship, que así lo describe Lonely Planet:

 

¨Diseñado para el culto sereno, el bello templo del Loto de Delhi es un raro remanso de paz en medio del frenesí urbano. Esta obra maestra de la arquitectura fue diseñada por el arquitecto iraní-canadiense Faribuz Sahba en 1986 y tiene la forma de flor de loto, con 27 delicados pétalos de mármol blanco. Fue creado para acercar creencias; al visitante se le invita a orar o meditar en silencio según sus propias convicciones. Está prohibido hacer fotografías dentro. Se llena de gente los fines de semana, con largas colas y mucha menos tranquilidad¨.

 

La idea es genial, un lugar de recogimiento para todas las religiones. Ahora bien, cuando fuimos, un domingo, la cola era enorme, por lo que no lo describiría como un lugar tranquilo. Sí que la cola avanzó muy muy rápidamente. Fuera del templo se podían sacar fotos sin problemas, dentro te decían que no. La gente íbamos más para verlo, porque en cuanto a los bancos que había para sentarse dentro y rezar, estaban prácticamente vacíos.

 

Vuelta a casa. Reservé un Uber XL para que pudieran ir los cinco juntos en un vehículo al aeropuerto y ahí nos despedimos.

 

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El viaje ha estado genial, lo he disfrutado a tope con muy buena gente, nos hemos echado buenas risas. Como habréis notado era un ritmo non-stop, de aquí a allá, durmiendo a veces en trenes, sin parar. Pero hemos llevado todos muy bien el tute, ya descansaremos cuando se acaben las vacaciones.

India es un país al que hay que venir con mentalidad abierta y estos colegas la tienen, así que ha sido todo muy fácil.

 

El último día tocó hacer cuentas. Al llegar a España tenían que ingresarme pasta y vi que todos habían ingresado de más. Me dijeron que querían cubrir entre todos todos los gastos de mi viaje (transporte, comida, entradas, etc.). Protesté, pero ellos también protestaron así que así quedó el tema y se han marcado el detallazo de regarlarme las vacaciones (en sentido económico, la visita ha sido un regalo también). Así que ya tengo bote para los próximos viajes, que serán a Pushkar el 5 de noviembre y a Goa del 24 al 27 de noviembre.

 

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