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Basurde Xiao Long

Viaje a Filipinas: De 26-XII-09 a 01-I-10

Viaje a Filipinas: De 26-XII-09 a 01-I-10

En estos dos enlaces podéis ver las fotos de mi viaje que ilustran este texto:

 

Album 1: http://picasaweb.google.com/jcastroguinea/Filipinas1December262009January12010#

Album 2: http://picasaweb.google.com/jcastroguinea/Filipinas2December262009January12010#

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El viaje a Filipinas empezó medio día más tarde de lo previsto, cortesía de Cebu Pacific. Tenía el vuelo original previsto para llegar el día 25 a las 15:55, pero dos días antes lo cambiaron para llegar el 26 a las 03:35 a.m. ¡Qué fenómenos estos de Cebu Pacific, meterte en un vuelo que llega en mitad de la noche! Al final tampoco fue tanto problema. Contacte con el hostel, y muy amables me dijeron que no había ningún problema, ya que está abierto 24 horas. Great.

 

El hostel donde me alojé las dos primeras noches está en la zona de Ermita:

 

Manila Bay Hostel

Unit 402, Bel-Air Apartment, 1020 Roxas Boulevard

Ermita

Manila

 

350 pesos la noche (7.89 USD) en una habitación con 11 camas. Cuando llegué el Filipino encenció la luz y los dos backpackers que estaban durmiendo se revolvieron en sus camastros, gruñendo algún improperio. ¡Pero es lo que hay! :-) Para las 4:45 a.m. ya estaba sobando, el aeropuerto no está muy lejos del centro de la ciudad.

 

Cuando me levanté vi que los dos compañeros de cuarto habían dejado el hotel, y hasta que me fui tuve la habitación para mi solo.

 

Con el dueño del hotel, Wilson, he estado en contacto por e-mail después, porque habla castellano. Es descendiente de chinos que llegaron a Manila hace unos 200 años, y ha estudiado español en la universidad y en el Instituto Cervantes de Manila.

 

 MANILA, SÁBADO 26 DE DICIEMBRE DE 2009

 

Me despierto con ganas de explorar. El hostel se encuentra muy bien localizado, no lejos de Intramuros y a escasos metros del km. 0. Me acerco a este hito en primer lugar. En la Puerta del Sol de Madrid el kilómetro cero está indicado en el suelo, sin embargo en Manila es un gran mojón con una bola encima. Al lado hay un reloj, en lo que es un monumento a la independencia. En las cuatro caras hay inscripciones. Escribo por ejemplo una de ellas, donde el primer presidente de Filipinas da crédito por la independencia a los masones:

 

¨The sucessful Revolution of 1896 was Masonically inspired, Masonically led, and Masonically executed, and I venture to say that the First Philippine Republic of which I was its humble President, was an achievement we owe, largely, to Masonry and the Masons¨.

-Emilio Aguinaldo Famy-

 

Detrás se encuentra una tribuna, ¨Quirino Grandstand¨, donde los presidentes de Filipinas juran su cargo y se dirigen por primera vez a la nación.

 

Cruzo la carretera, y evitando a un hombre que me quiere llevar el calesa a ver otros puntos llego al parque Luneta, o parque Rizal. Lo preside el monumento a Rizal, un héroe nacional filipino que fue ejecutado por las autoridades coloniales españolas el 30 de diciembre de 1896. Sus restos mortales están en ese monumento, y se alza como un símbolo de la nación filipina. A unos 100 metros otro monumento señala el lugar donde fue dado muerte.

 

El parque tiene gran animación y me recuerda mucho a latinoamérica, con muchísimas familias disfrutando de un pic-nic en el parque. Es sábado y vacaciones navideñas para los chavales, y el parque es un destino popular. Es grande y tiene muchas zonas diferentes. Un jardín chino, otro japonés, un auditorio, un Planetarium, museos, fuentes, y  una plaza donde hay mucha gente jugando al ajedrez. Me pongo a ver una partida y un par de paisanos me preguntan a ver si juego. Mi orgullo herido todavía no se ha recuperado después de ser machacado continuamente por Ishaq, un estudiante de 15 años de Pakistán que tenía en Dubai, así que rechazo las dos ofertas. Al final del parque hay una réplica en miniatura del mapa del archipielago de las Filipinas, rodeado de agua.

 

Visto el parque me dirijo a Intramuros. Los españoles crearon en 1571 esta ciudad amurallada para protegerse de piratas chinos, fuerzas holandesas o cualquiera que pusiera su hegemonía en peligro durante las sucesivas épocas. Dentro de la muralla contaba con imponentes edificios públicos, iglesias, conventos, monasterios, escuelas, hospitales, plazas, … Hoy en día practicamente solo queda la muralla exterior y el fuerte, ya que el resto fue destruido por los bombardeos americanos en la Batalla de Manila, al final de la Segunda Guerra Mundial.

 

Todavía no he desayunado y el hambre empieza a apretar. Encuentro un restaurante en cuya luna leo que están prohibidas las armas de fuego en el interior. Si este mensaje se respeta parece un lugar tranquilo para desayunar, así que compro el periódico local y me meto un desayuno de ¨adobo¨.

 

Siguiente parada: Fort Santiago, en el norte de la ciudad amurallada. Accedo por un puente que cruza un foso con agua, y atravieso la entrada por una puerta ricamente tallada en piedra. Subo al Baluarte de San Miguel, visito los barracones, y entro en el lugar donde Rizal estuvo encarcelado hasta su ejecución por incitar la revolución contra los colonos españoles. Hay un museo que contiene objetos suyos –ropa, libros, reliquias, …- y la copia original de ¨Mi último adiós¨, poema que escribió antes de morir y que fue sacado furtivamente de su celda dentro de una lámpara de aceite.

 

¨Mi último adiós¨ -Dr. José Rizal

http://www.carayanpress.com/ultimo.html

 

También en el complejo hay un museo de antiguedades, que puestos a la labor me puse a visitar. Almacenes reales, baluartes, plaza de armas, capilla, se refleja muy bien lo que sería la vida en aquellos tiempos.

 

Desde el Baluarte de Santa Bárbara se da uno cuenta de la posición estratégica de este fortín, controlando la desembocadura en el mar del río Pasig.

 

Esta vez si que contaba con Lonely Planet, que saqué de la biblioteca del colegio. Busqué cosas que me podrían interesar, y di con un estadio donde los sábados se celebraban peleas de gallos: Roligon Cockpit. Hacia allá me dirigí.

 

En primer lugar busqué andando la estación de metro. Finalmente, desorientado ya, pregunté a un paisano por la estación Central, y me dijo que no estaba cerca, que cogiera un ¨jeepney¨. Un jeepney es un híbrido entre una camioneta y un jeep. Están adornados de muchos colores, otro motivo por el que en cierto modo me recuerda a latinoamérica, a Guatemala por ejemplo.

 

Tome el Jeepney y llegué a la estación central. A la entrada dos policías miran que no lleves armas. No suelo llevar, así que pasé sin problemas :-) Me bajé en la estación de Baclarán. Un mercado enorme rodeaba la estación. Caminé y caminé sin encontrar la salida, y finalmente me vi fuera. En este barrio me di cuenta de la gran pobreza que hay en Filipinas. Mucha basura, y una calle completamente inundada de agua, sin que pareciera que a nadie le importara. En algunos momentos parecía que andaba por un basurero.

 

Tenía la misión de llegar al estadio de peleas de gallos, y el siguiente paso era coger un jeepney hacia Sucat Hwy. Pero aquello era un cristo de gente y de tráfico y no fui capaz, así que cuando vi un taxi me metí y me llevó hasta allá.

 

Lo de las peleas de gallos fue toda una experiencia. Nunca había estado en ninguna, y no sabía que a los gallos se les ponía una cuchilla en el espolón, de modo que muchas de ellas terminaban con la muerte de algún animal. Primero aparecían los dueños de los gallos que iban a pelear. Sus ayudantes con otros gallos molestaban a las aves gladiadoras, para que empezaran la lucha de mala hostia, y preparadas. Se cruzaban las apuestas, se soltaba a los gallos, y en poco tiempo la pelea terminaba y quedando uno tendido en el suelo.

 

Después de ver unos cinco combates me puse a vagabundear por el estadio. Y llegué a la parte más interesante, al backstage donde se preparaban las peleas. Por un lado, había paisanos poniendo la cuchilla a los gallos que iban a pelear. Se veía mucho trasiego de entrenadores de aquí para allá con sus gallos. Por otro lado, había otra zona con cinco ¨veterinarios¨ que se encargaban de curar a los gallos que tenían cura. Mucha sangre, y esos ¨doctores¨ iban cosiendo con gran rapidez a los gallos que venían, con unas averías tremendas. Si el gallo ya no valía, pese a estar vivo le cortaban la pata donde tenía enganchada la cuchilla para así quitarla más fácil. Fascinante espectáculo. Bueno, no para los de P.E.T.A. que si ven lo que hacen ahí… enseguida la montarían.

 

Cuando volví a Shanghai me encontré con Benny, el camarero filipino del Monk. Estuve comentandole lo de la pelea de gallos, y me dijo que Manny Pacquiao, el boxeador, está también metido en el negocio de gallos.  Y que la gente que tiene gallos les da unos cuidades increibles: agua mineral y no agua corriente, inyecciones de vitaminas, buena comida…

 

Quería continuar con la tarde de acción, así que al salir vi un taxi y le pedí que me llevara al Jai Alai, ya que tenía entendido que en Manila se jugaba a cesta. Sin embargo el taxista me dijo que ¨el frontón¨ -así que me lo dijo, hablando en inglés dijo ¨we call it EL FRONTÓN¨- había sido cerrado hacía 10 años. Me empezó a decir nombres vascos de pelotaris, del que solo recuerdo Oyarzabal. Me dijo que la mayoría eran españoles. Vascos todos, supongo.

 

Empezaba a oscurecer y no tenía muchas ganas de estar en el barrio equivocado a esa hora, así que le pedí al taxista que me llevara a Makati, la zona bien de Manila. En esa zona hay un montón de centros comerciales. Nada más y nada menos que 8 centros comerciales juntos. La idea era meterme a ver una película, siguiendo con el ritmo de Taipei, pero todas están en tagalo. Hay una que me atrae, de Pacquiao, pero veo que hay un café Internet en el camino y desisto de ver la película.

 

En cierto modo Manila me recuerda al D.F. Por unas zonas puedes ver mucha pobreza, en otras tienes centros comerciales de lujo protegido por fuerzas de seguridad bien armadas.

 

Vuelvo al hostel. Pregunto a ver si hay una zona común donde todos los residentes puedan juntarse, pero me dicen que no. Les digo que entonces me voy a tomar una cerveza abajo. Pero me invitan a una cerveza y me la tomo allá.

 

La habitación de once para mi solo, que lujo :-) Sobre las 00:30, mientras estoy durmiendo, se abre la puerta y entra el filipino con dos chicas extranjeras para enseñarles la habitación. Pero finalmente no les gusta y se van. ¡Pero si es una ganga! :-)

 

MANILA – DOMINGO 27 DE DICIEMBRE – KALIBO

 

Me despierto, periódico local y desayuno filipino –esta vez ¨longanisa¨- y a explorar. El destino para ese día es el antiguo cementerio chino.

 

La estación más cercana a mi hostel es ¨United Nations¨. Cojo el metro pero esta vez en la dirección contraria al día anterior, hacia Abad Santos. Me descuido y me la paso, bajándome en la siguiente estación, que es R. Papa. Desde la altura –este metro es elevado- no se ven mas que tumbas entre esas dos estaciones, el cementerio es enorme.

 

Salgo en R. Papa y vuelvo andando a Abad Santos. Por las calles, aparte del tráfico bestial que hay me sorprende ver a mujeres lavando a mano en baldes, a ras de carretera, hombres y niños durmiendo en la calle, y mucha suciedad. Antes de llegar al cementerio chino, buscando el acceso me cuelo en varios barrios. En uno de ellos hay unos filipinos jugando a baloncesto. Me vacilan y yo les vacilo a ellos. Son gente simpática, pese a no tener prácticamente nada en algunas zonas siempre están riendo.

 

Llego por fin al acceso. El guarda de seguridad me ofrece un guía, y le digo que paso. Mas tarde un guía vino en bicicleta, me ofreció sus servicios, regateamos y me dio un tour guapísimo.

 

¨A mi calle es a donde todos vienen

a comprar las flores de noviembre.

Mi querida calle es el sitio perfecto

¡¡En mi calle venden coronas de muertos!!¨

L.P.R.

 

Voy caminado con él con musica de L.P.R. y Eskorbuto, relacionadas con cementerios:

 

¨Los muertos vagan eternamente

los muertos vagan por la tierra

abrumados por el dolor de no poder descansar

y ahora buscan aquel lugar mas alla del cementerio…¨

-Eskorbuto-

 

Es un contraste brutal ver el exterior del cementerio y el interior del cementerio. En el exterior, un montón de chabolas, y gente malviviendo en la calle. El interior, como una ciudad con calles muy organizadas, y auténticos apartamentos y casas donde una familia podría vivir bien. Muchas tienen cocina y baño, porque los chinos piensan que en el más allá pueden también necesidad de utilizarlos.

 

Rudolpho, que así se llama mi guía, me va enseñando diferentes tumbas a la vez que me las explica:

- Una tiene forma de caparazón de tortuga: Me explica que en china la tortuga representa larga vida, y que en casi todas las tumbas con el cuerpo entierran una tortuga de porcelana.

- En muchas de las tumbas se ven ofrendas que ha hecho la familia, y dinero de papel –falso- que los chinos creen que sus familiares pueden necesitar en el más allá.

- Veo que una de las tumbas no es simétrica. Me explica que es por motivos de Fen Shui, que no están en el centro porque la persona encargada de buscar el equilibrio con los elementos ha pensado que esta es la mejor posición.

- Normalmente entierran al marido con la mujer. Pero en algunas de las tumbas se ve al marido con dos mujeres, en incluso en una que me señala está el marido con dos esposas enterradas a su lado, y una amante filipina también.

- En ese cementerio se pueden ver enterrados familias budistas, pero también católicas. En algunas ves el símbolo chino de ¨double happiness¨, felicidad doble, en otros ves la cruz. Por este motivo, en el templo donde se ofician los funerales está la estatua de Budah, pero también la cruz de Jesucristo, la virgen María, y un hombre con barbas que representa el taoismo.

 

Un lugar interesante el antiguo cementerio chino. Ya digo, es como una ciudad, y más servicio le haría a los vivos que hay fuera que a los muertos.

 

De ahí me cojo otra vez el metro, y me dirijo a la estación Carriedo, para darme un paseo por Chinatown. Veo que en la Iglesia Santa Cruz están en misa, pero yo sigo con MIS Asuntos, cruzo la puerta y entro al barrio chino. Un paseito por allá, y vuelta al hostel en metro. Apoyado junto a la ventana veo que el metro pasa por encima del Parque Rizal, y la vista de la maqueta que vi ayer, del archipielago filipino, es fenomenal desde la altura.

 

Taxi, y al aeropuerto. Vuelo de Zest Air 278, salida a las 17:40, llegada a Kalibo a las 19:15. Kalibo está como a una hora y media de Caticlan, desde donde se coge el barco a Boracay. No tengo prisa y no me apetece viajar mucho de noche, así que duermo esa noche en Kalibo.

 

Tanto Zest Air como Cebu Pacific son compañías de bajo coste, y si facturas más de 10 kilos te cobran. Afortunadamente viajo ligero, y mi mochila pesa menos de 10 kilos.

 

En Kalibo me alojo en este hostel:

Bread & Butter Bakery Cafe Hostel

19 Martyrs Street corner Pastrana Street

Kalibo, AKlan

Kalibo

 

La noche cuesta 360 pesos ($8.12) en una habitación doble. Pero ninguna de las dos noches que pasé allí tuve que compartir, porque no había nadie más. Me encantó el hostel, buena sala común, una terraza grande que daba a la calle, techos altos y muy limpio. Recomendable.

 

Dejé la mochila, y salí a cenar. Justo al lado del hostel estaba la plaza principal del pueblo, y estaba llena de gente disfrutando del domingo en la calle. Además, había un montón de grupos tocando tambores y desfilando por la calle. No es que hubiera una fiesta, sino que se estaban preparando para un festival muy famoso en Filipinas –Ati-Atihan Festival- que se celebra en enero.

 

KALIBO – LUNES 28 DE DICIEMBRE DE 2009 – BORACAY

 

Me despierto tranquilo, cojo lo que allá llaman un triciclo –una moto con sidecar- y me lleva a la estación de furgonetas que salen hacia Caticlan. En Caticlan compro tres billetes para cruzar:

- El billete de barco.

- Un billete de tasas portuarias.

- Un billete de tasas ecológicas.

Tres billetes en tres ventanillas para cruzar en un barco. Me pregunto si no se podría optimizar la venta, no sé, ¿combinando las tres tasas en una sola?

 

Llego a Boracay, y otro triciclo me lleva a mi hostel, aunque en el nombre dice resort :-) Suena mejor:

 

Frendz Resort Boracay.

 

El más caro de todos, pago 700 pesos ($15) por noche, en un cuarto con cuatro camas… y cuatro compañeros, porque este si, esta lleno.

 

El ambiente en el hostel es buenísimo. Tiene bar, billar, restaurante, y laid back backpackers con ganas de fiesta. Da la casualidad de que muchos son profesores. Conozco a tres irlandeses que enseñan inglés en Japón, y la chica habla español porque vivió en Argentina y en Salamanca. También hay tres americanas que enseñan inglés en Corea, un holandés que se dedica al negocio de las velas, un canadiense que comparte habitación conmigo, más fauna que va desfilando y en la barra del bar Steve, el australiano casado con una filipina, Rosa, propietario del negocio.

 

El día lo dedico a vagabundear por White Beach, y a bajar cervezas. La playa es como uno de esos salvapantallas de Windows, preciosa, pero yo no soy hombre de playa. El calor y la arena no son ingredientes que me satisfagan, prefiero mucho más las montañas. Pero tenía curiosidad por ver como era.

 

Por la noche cháchara con los del hostel, y a dormir.

 

BORACAY – MARTES 29 DE DICIEMBRE DE 2009

 

Este día cambio de playa. En lugar de ir a White Beach me voy a Bulabong. Esta playa es ideal para ciertos deportes porque hace mucho viento. Es la Tarifa de Filipinas, y hay un montón de gente haciendo Windsurf, Kite Surfing, y una movida de un barco que te sube en paracaidas a unos 100 metros. Mis otros dos colegas backpackers de Vitoria seguro que la gozarían, Mon y Emilio, haciendo movidas, pero yo me conformé con ver los toros desde la barrera, leyendo, entrando al bar a tomar una San Miguel, durmiendo en la playa, cíclicamente alternando esas acciones. Al lado de Bulabong Beach había una playa desierta, lo cual me sorprendió en una isla tan turística. Ese día me terminé uno de los libros que había llevado al viaje, ¨México insurgente¨ de John Reed.

 

Y así llegó la tarde-noche. Es curioso como puede cambiar la isla a ciertas horas. En White Beach, lo que durante el día es playa donde poner las hamacas por la tarde se convierte en un restaurante con buffets a buenos precios, y por la noche la misma calle se convierte en una zona de pubs.

 

Las puestas de sol en la isla… ¡espectaculares!

 

Una de las americanas que enseña en Corea no estaba de muy buen humor esa noche. El día anterior nos estuvo enseñando fotos en su cámara, y nos comento que no era suya sino de una amiga, porque la suya se la habían robado poco antes de venir. Una colega le había prestado la suya. Con tal mala suerte de que la noche anterior después de salir de farra se quedo dormida en la playa, con la bolsa al lado… y le desaparecieron la cámara y las tarjetas de crédito. Lo siento por la chavala… ¡pero a quién se le ocurre!, ¿no?

 

La noche la pasé con una pareja de alemanes, y con la primera persona que conozco de Lichtenstein :-) Steven el propietario me estuvo también contando la dificultad de hacer negocios en la isla. En cuanto alguien cree que estás haciendo algo de dinero… se encargan de que ¨compartas¨.

 

BORACAY – MIÉRCOLES 30 DE DICIEMBRE – KALIBO

 

Así como lo de windsurfing, kite surfin, jet ski, bucear, etc. me da un poco igual, si que me gusta hacer snorkel. Así que me cogí este barco http://www.boracayactivities.com/

 que tiene el suelo de cristal para hacer el fondo, y me fui a disfrutar con el tubito y las gafas del fondo marino. Quedé un poco decepcionado, porque al menos en la zona que me llevaron no había mucha vida marina. Tanto en Canarias como en Snoopy Island (Emiratos) había muchos más peces, en cantidad y en especies diferentes. Pero el paseo en barco estuvo bien.

 

Uno de los que curraba en el barco me contó que el antes tenía su propio velero, pero que el tifón de 2008 se lo hundió. ¡Qué chapuza!

 

En cuanto empezó a atardecer me volví para Kalibo, donde iba a pasar otra vez la noche. El vuelo al día siguiente era a las 12:45, y no quería que me pasara nada, como salir de fiesta y quedarme dormido :-)

 

En Kalibo me alojé una vez más en el mismo hostel. Tuve una larga conversación con uno de los chavales que lo lleva, de 19 años. Está estudiando mecánico aeronáutico, y parece tener las ideas muy claras.

 

Salí a cenar, y una vez más la gente andaba desfilando, practicando con los tambores para el Ati-Atihan Festival en Enero. Pensaba que el domingo estarían tocando porque era domingo, pero lo hacen todos los días hasta que llegue la fecha.

 

KALIBO – JUEVES 31 DE DICIEMBRE DE 2009 – MANILA

 

Me levanto, y cojo un triciclo al aeropuerto. Avión de Zest Air 303 Kalibo (12:45) Manila (13:50). Como la gente con clase había arreglado con el hostel un chófer que me recogiera en el aeropuerto, y allá estaba esperando mi llegada con un cartel con mi nombre.

 

En el avión me senté al lado de un alemán que estaba haciendo un doctorado en fisiología en Singapur. Hablando de donde pasaría la nochevieja me recomendó L.A. Café, y me dijo que si quería unirme a ellos adelante. Apuntado.

 

En Manila me alojé a propósito en una zona de bares, Malate. El nombre del establecimiento, Malate Pensionne: http://www.mpensionne.com.ph/

350 pesos por noche en una habitación con otras dos camas.

 

Uno de mis compañeros de habitación era un americano, marinero, que llevaba 10 años viniendo a Filipinas. Me advirtió de los peligros de la noche de Manila, de que todos los filipinos eran unos ladrones, etc. etc. Un tío gracioso, pero que llevaba tiempo vegetando en esa cama del hostel porque no se encontraba bien. El otro era otro yankee joven de New Jersey, profesor también, que se había pasado 10 años por Asia y ahora enseñaba en Seoul.

 

Deje la mochila y me fui a inspeccionar la zona. El paseo marítimo, la iglesia de Malate, alguna plaza, y me metí a comer algo. Je, je, una filipina se puso a mirarme, y cuando acabó de comer escribió en su factura su número de teléfono, nombre, y apartamento donde podría econtrarla si me apetecía hacerle una visita. Me hizo gracia el movimiento. Comido me fui a ver el zoo de Manila, que estaba cerca. Un elefente, un tigre, muchos monos y cocodrilos, culebras, pájaros y poco más. No es gran cosa, pero para entretener a los niños vale.

 

Iba a salir por la noche al L.A. Café a buscar a los alemanes, pero el yankee me ofreció unirme a él. Yo encantado. Paramos en un bar y me dijo a ver que tomaba. Le dije que una cerveza, y el fantasma de él me dijo ¨bien, una cerveza para ti, un bucket –de 6 cervezas- para mi¨. Je, je, me hizo gracia. Le dije que mejor compartieramos un bucket, y cuando yo ya había acabado 4 el iba por la segunda. No sé en que pensaba cuando se marcó ese farol. Nos dieron las doce en ese primer bar, con el tercer bucket delante nuestro, un par de francesas que habíamos conocido, fuegos artificiales y un montón de gente tirando petardos.

 

De ahí nos fuimos a otro par de bares. En uno de ellos me encontré con la chica que me había pasado la nota en el restaurante, ja, ja, y nos estuvimos riendo. Por fin acabamos en el L.A. Café, buen garito. Mi compañero sufrió con el ritmo impuesto por la noche, y al final me abandonó mientras departía con un par de iranís que estaban estudiando en Manila para ser dentistas.

 

La verdad es que al principio de la noche salí con un poco de miedo. Dejé el pasaporte en el hostel, la cartera, y salí solo con el dinero necesario, para en caso de ser atracado no sufrir mayores consecuencias. Pero la noche en Malate era bastante segura, muchos guardas de seguridad, y muchos guiris. En un momento dado me entró un poco de inquietud, cuando el yankee me indicó una terraza y dijo ¨mira ese subnormal con un arma automática¨, pero afortunadamente no le dio por lanzar tiros para celebrar la llegada del nuevo año.

 

MANILA – 1 DE ENERO DE 2010

 

Acabé bien el año, llegando a casa a las 5 a.m. y pasándomelo de lujo en nochevieja. Pero noches alegres, mañanas tristes. A mediodía tenía que dejar el hotel, y mi vuelo con Cebu Pacific no salía hasta las 20:20, llegando a Shanghai a las 23: 45.

 

Pero aguantamos bien la espera, sin hacer turismo ni moverme mucho porque el cuerpo ya no estaba para esos trotes.

 

¡FELIZ 2010 CHAVALES!

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