Líbano 24 de Mayo: Baalbek
Nos despertamos, tomamos un café turco en la terraza de la casa y rumbo a desayunar algo más serio. Nidal tenía que preparar algo para un concierto, así que Sara nos llevó al paseo marítimo –corniche- a desayunar en un restaurante debajo del faro. El establecimiento se llamaba Palace Café Manara. Al-Manara es faro. Al-Manar es la televisión de Hezbolá. Sara nos contó que el faro fue bombardeado por los israelitas, y que ¨rula¨ por ahí una broma de que al piloto le dijeron que bombardeara Al-Manar, pero que confundió masculino con femenino y por eso atacó el faro J Dimos un paseo por el corniche, vuelta al coche y de ahí Sara nos llevó a ver Pigeon Stone, una formación rocosa en el mar con un túnel natural, una postal característica de la capital.
De vuelta a casa nos dio un tour por las zonas donde hubo más ¨leña¨ estas dos últimas semanas. Vimos tiendas quemadas, restos de ¨jaleo¨ y mucha presencia del ejercito, con tanques y bien armados. Siguiendo las noticias del Líbano aquí en Dubai me acuerdo de una en particular que me contó Moe. El 10 de Mayo un tío mató a 6 personas e hirió a 20 durante el funeral de un civil sunni de 24 años que fue asesinado cerca de donde habíamos desayunado. Cuando le detuvieron dijo a las autoridades que no era por rollos políticos, ni estaba en uno u otro bando, sino que había aprovechado para vengarse de alguna ¨jugada¨ que esa familia le había hecho hace unos dos años. Pasamos por el lugar y Sara nos recordó la historia. ¡Que mundo!
Recogimos a Nidal, cogimos el Volvo del 78 y rumbo a Balbeek, a unos 85 kilómetros de Beirut. A Biblos fuimos paralelos a la playa, a Balbeek atravesando las montañas. Por el camino pasamos por un puente bastante grande que lo estaban reconstruyendo, porque los israelitas lo habían bombardeado en el 2006. Pasamos 5 o 6 controles hasta llegar allí. Check-points del ejército, algunos con tanques y trincheras hechas con sacos de arena, otros simplemente con soldados y una garita. Llevábamos los pasaportes con nosotros porque te lo podían pedir, pero simplemente miraban por los cristales y nos dejaban pasar. Bastante rápidos. Balbeek es zona de Hezbolá, y aparte de grandes carteles con la foto del líder de este partido asesinado por un coche bomba en Damasco 3 meses antes, Imad Mughniyeh, se podían ver fotos del Ayatolá Jomeini, líder de la revolución iraní. Preguntado Nidal de donde saca Hezbolá las armas, nos dijo que se las facilitan Irán y Siria. Muchas banderas amarillas del partido en cuestión, e incluso en un momento dado pasamos por un lugar donde pedían dinero a los coches para la causa. Nidal nos dijo riendo… ¨si queréis patrocinar a Hezbolá…¨ J Llegamos a nuestro destino. A la hora de aparcar Nidal le preguntó a unos policías donde hacerlo, y los agentes nos indicaron que siguiéramos por una dirección prohibida para llegar al parking. Brilliant!
Balbeek era conocida como ¨Heliopolis¨ en la antigüedad, la ciudad del sol. En este punto estábamos muy cerca de la frontera con Siria, y más cerca de Damasco que de Beirut. Es el lugar arqueológico más impresionante del Líbano, y probablemente una de las ruinas romanas más espectaculares de Oriente Medio. Contratamos los servicios de un guía y nos estuvo explicando los diferentes templos y detalles de este magnífico lugar.
Nidal se tuvo que ir a tocar a una boda. Se llevó el coche, así que nos volvimos en autobús. Bueno, en mini-van, que es uno de los medios de transporte público que aquí se llevan. Fuera de las ruinas estaban los aguilillas de siempre, vendiendo monedas, libros, rosarios, palestinos… Pasamos de ellos hasta que Homer se volvió al comentario ¨¿Camisetas de Hezbolá?¨. Je, je, Homer compró dos, y yo otras dos. Una para Rubén, y otra para Ibrahim, el profesor de árabe. Se la dimos Homer y yo entre risas en la comida, a la vuelta a Dubai, y el tío se puso muy contento. La camiseta es amarilla con un dibujo y letras árabes en verde, color del islam. El dibujo incluye un arma –AK47 o lo que sea-, y las líneas dicen algo así como ¨El grupo de Dios llevará la victoria final¨, o equivalente. Según Ibrahim, el profe de árabe, es una frase del Corán y de ahí ha sacado Hezbolá su nombre, de esa profecía. Viene a ser partido de Dios. En otra línea dice ¨Resistencia Islámica del Líbano¨.
En la mini-van subía y bajaba gente. Un par de ellos debían ser miembros del ejército porque cada vez que nos paraban en un check-point asomaban la cabeza, saludaban y nos dejaban pasar.
Paramos en la casa que los padres de Zeina tienen en las montañas. La casa debe estar cerca de la bodega ¨Clos de Qana¨, porque vimos un cartel al pasar y al entrar en casa nos recibieron con un vino blanco de esa casa. En cualquier caso, está situada en el valle de Lamartine. Este valle recibe su nombre del escritor, poeta y político francés del siglo XIX. Por lo visto estuvo un corto periodo en este valle, y escribía viendo las mismas montañas que nosotros teníamos a la vista. Esta es una de sus frases referidas al símbolo del país:
“The Cedars of Lebanon are the most famous natural monuments in the Universe. Religion, poetry and history have all celebrated them because of the reputation for magnificence and holiness that these prodigies of vegetation have enjoyed since the earliest antiquity … These ancient witnesses of past ages know history better than does history itself …”
Los padres nos prepararon una buena barbacoa, y Tarek y Ghada vinieron también con otra pareja. Estuvimos de cháchara en la terraza hasta la hora de marcharnos. Se mencionó en la conversación que un avión israelí había sobrevolado Balbeek –recordemos territorio de Hezbolá- ese día. Yo flipaba, ¿cómo puede un país enemigo violar el espacio aéreo de un país tranquilamente? Dijeron que era normal, que de vez en cuando pasaban para decir… ¨eh, aquí estamos, no os olvidéis¨. Inocente de mí pregunté si no le seguían aviones libaneses, y me dijeron que no tenían fuerzas aéreas. Tres o cuatro helicópteros, y ya. No porque no quieran, sino porque no les dejan.
De ahí nos volvimos a Beirut, directos a dar una vuelta por el downtown. Pasamos caminando por la Mezquita Mohammad al-Amin, que ya habíamos visto varias veces antes desde el coche, y llegamos al centro-centro. Estaba vallado y militares del ejército registraban bolsos antes de permitir el paso. Dentro, un ambiente genial: restaurantes, gente paseando en la calle, cafés, … como cualquier ciudad española. Nada que ver con lo que había sido eso hasta hace dos días. En el downtown había acampado la oposición al gobierno durante año y medio, y solo movieron el campamento una vez alcanzado el acuerdo de Doha. Los mismos libaneses se sorprendían de que en dos días hubieran tenido tiempo de abrir todos los restaurantes tras estar cerrados tanto tiempo.
Alrededor de uno de los restaurantes había congregada un montón de gente. Se veía policía y los típicos guardaespaldas duros, bien elegantes en sus trajes, con el pinganillo en la oreja, mirando a todos los lados y con la mano cerca de la solapa del traje por si había que sacar a ¨Wendy¨. ¨Wendy es mi socio, ella me protege, no tengo problemas, siempre que no la deje. Se llama Wendy y trabaja muy duro. Tiene 6 tiros y es fría al disparar…¨. Esos Cicatriz en la Matriz. Bueno, a lo que voy que se me va la olla. La razón de todo ese revuelo era que Amr Moussa, el presidente de la Liga Árabe, se encontraba en el local. Al día siguiente se celebraban las elecciones para votar al único candidato que se presentaba y que habían acordado los dos bandos, y un montón de personalidades de muchos países se habían acercado a dar la enhorabuena. Entre ellos Javier Solana, antiguo Secretario General de la OTAN y ahora Secretario General del Consejo de la Unión Europea. También Miguel Ángel Moratinos. Este último tuvo una agenda más complicada, ya que por la mañana estuvo en Abu Dhabi con el rey y por la tarde voló al Líbano.
Entramos en una bonita iglesia con unas vidrieras enormes, transparentes, que permitían desde fuera la visión de los frescos del interior. Muy acogedora y bien restaurada. Al llegar a uno de los murales me impactaron las marcas dejadas por balas en esa pared, que habían destrozado la pintura pero que la hacían ahora más interesante por la historia asociada.
Seguimos paseando, cruzamos la Plaza de los Mártires y pasamos por el Parlamento, donde al día siguiente se elegiría como presidente del país al ex comandante Michel Suleiman. La gente del Líbano ve este nombramiento con esperanza, por tratarse de un hombre bastante neutral. Sin embargo he leído por ahí a alguna institución diciendo que ¨he will be a crisis manager, not a crisis resolver¨. Cuando en la barbacoa Homer le preguntó al padre de Zeina si creía que sería un buen presidente, contesto sabiamente diciendo ¨lo veremos cuando se vaya¨. Ya veremos, le deseo mucha suerte.
Caminando caminando llegamos hasta los restos de unas termas romanas. Y de ahí… a casa. Somos ya pellejos y no quisimos destrozar la noche libanesa.
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DURI -