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Basurde Xiao Long

Libros: ¨El tango de la Guardia Vieja¨ -Arturo Pérez-Reverte-

Libros: ¨El tango de la Guardia Vieja¨ -Arturo Pérez-Reverte-

Don Arturo se ha sacado de la manga otro pedazo de novelón. Esta vez ambientada en tres épocas distintas: en 1.928 a bordo de un crucero a Buenos Aires, en 1.937 en la Riviera francesa y en 1.966 en Sorrento (Italia). La mayoría de los comentarios que leí antes de leer el libro hablaban de una historia de amor. Que en el fondo es lo que es. Pero quizás yo me quedaría más con la vida de un caballero con mayúsculas, de maneras excelentes, de los de antes, que tiene que buscarse la vida para salir adelante manteniendo el estilo de vida que ha elegido llevar. De hecho al ir pasando páginas de vez en cuando me venían a la cabeza imágenes de Humphrey Bogart en Casablanca. Si se filmara una película sobre este libro y se hiciera bien se convertiría automáticamente en un clásico.

 

Algo novedoso es que a medida que el escritor daba forma a la novela iba escribiendo sus reflexiones, sus fuentes, su proceso creativo en este blog: http://novelaenconstruccion.com/ Interesante de leer, mejor una vez terminado el libro que antes. De ese modo puedes tú mismo recrear en tu imaginación los lugares donde transcurre la acción y los personajes. El escritor los describe con todo lujo de detalles –con todo lujo de detalles- con lo que no hay que hacer demasiado esfuerzo.

 

Extraigo un par de fragmentos del libro que he apuntado mientras leía:

 

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¨- Leí algo hace mucho tiempo –añade ella- que me hizo pensar en ti. Te lo digo de memoria, pero era más o menos esto: ¨Los hombres acariciados por muchas mujeres cruzarán el valle de las sombras con menos sufrimiento y menos miedo¨... ¿Qué te parece?¨

 

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¨- Una mujer nunca es sólo una mujer, querido Max. Es también, y sobre todo, los hombres que tuvo, que tiene y que podría tener. Ninguna se explica sin ellos... Y quien accede a ese registro posee la clave de la caja fuerte. El resorte de sus secretos¨.

 

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Los fragmentos siguientes los he anotado porque están relacionados con el llamado Desastre de Annual (Marruecos), del que yo no sabía nada hasta que en agosto de 2012 me compré la revista ¨La aventura de la historia¨ -número 166- y le dedican un extenso reportaje, con gráficos que explican claramente la desesperada retirada del ejército español. Fue una masacre en la que entre 8.000 y 10.000 soldados españoles y nativos de la Comandancia de Melilla perdieron la vida, a los que hay que sumar –menos – las bajas rifeñas. Si queréis entender mejor un capítulo importante en la vida del protagonista de la novela –del que no se hace demasiado hincapié- podéis echar un vistazo a estos enlaces sobre la Campaña del Rif:

Wikipedia – Desastre de Annual

La aventura de la historia – Número 166 – Agosto 2012

 

En la novela se mencionan de pasada, únicamente en estos fragmentos:

 

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¨Era aquél un desasosiego que le resultaba familiar desde hacía tiempo: estado indeciso entre sueño y vigilia, poblado por sombras incómodas; vueltas y revueltas entre sábanas arrugadas, sobresaltos de la memoria, imágenes deformadas por la imaginación y la duermevela que acometían de improviso, produciéndole violentos estallidos de pánico. La imagen más frecuente era un paisaje cubierto de cadáveres: una cuesta amarillenta junto a una tapia que ascendía hasta un fortín situado más arriba; y en el camino que discurría a lo largo de la tapia, tres mil cuerpos resecos y negros, momificados por el tiempo y el sol, en los que aún podían advertirse las mutilaciones y torturas entre las que hallaron la muerte un día del verano de 1921. El legionario Max Costa, voluntario de la 13.a Compañía de la Primera Bandera del Tercio de Extranjeros, tenía entonces diecinueve años; y mientras avanzaba con el cabo Boris y otros cuatro compañeros por la cuesta que llevaba al fortín abandonado -¨Seis voluntarios para morir¨ había sido la orden para que precedieran al resto de la compañía-, entre el hedor de los cadáveres y el horror de las imágenes, sudoroso, cegado por el reverbero del sol, tentándose las cartucheras del correaje y con el máuser a punto, había sabido con absoluta certeza que sólo el azar le ahorraría ser uno más de aquellos cadáveres negruzcos, carne hasta hacía poco viva y joven, esparcida ahora en el camino de Annual a Monte Arruit¨.

 

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¨- ¿Por qué yo?

Ella había seguido sus movimientos, observándolos como si le interesara cada detalle. Aprobadora. Al escuchar la pregunta de Max, sus ojos chispearon divertidos.

- Supe que tenías una cicatriz antes de verla.

Pareció a punto de sonreír ante el desconcierto masculino. Unas horas antes, sin preguntas ni comentarios, Mecha había acariciado aquella marca de su piel posando los labios en ella, lamiendo las gotas de sudor que hacían relucir su torso desnudo sobre la huella del disparo recibido siete años atrás, cuando ascendía trabajosamente con sus camaradas por la ladera de una colina, entre las rocas y arbustos donde se deshilachaba la bruma del amanecer de un día de Difuntos.

 

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- Veo una laguna oscura en lo que se refiere a tu vida, Max... Esa cicatriz y lo demás. Cómo llegaste a París y cómo saliste de allí.

Asunto incómodo, resolvió él. Pero ella quizá tenía derecho. A preguntar, al menos. Y no lo había hecho hasta entonces.

- No hay mucho secreto en eso. Has visto la cicatriz... Me pegaron un tiro en África.

No se mostró sorprendida. Como si recibir disparos le pareciera lo más corriente en un bailarín de salón.

- ¿Por qué estabas allí?

- Recuerda que fui soldado por un tiempo.

- Habría soldados en muchos lugares, imagino. ¿Por qué tú en ése?

- Creo que ya te conté algo en el Cap Polonio... Fue cuando el desastre de Annual, en el Rif. Después de tantos miles de muertos, necesitaban carnaza¨.

 

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¨Después miró la alfombra de grandes rombos blancos y marrones bajo el charol de sus zapatos, y pensó –seguía haciéndolo a menudo- en su amigo el cabo legionario Boris Dolgoruki-Bragation. Lo que habría dicho, o reído, entre dos copas de coñac, de seguir vivo, al verlo allí de tal guisa. Desde el niño que jugaba en las orillas del Riachuelo en Buenos Aires, o desde el soldado que ascendía fusil en mano entre cadáveres momificados bajo el sol por la cuesta calcinada de Monte Arruit, Max Costa había recorrido un largo camino hasta pisar la alfombra de esa villa en la Costa Azul¨.

 

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¿Reconocéis a la persona en la portada del libro? Si estáis interesados en saber de quién se trata podéis consultar el primer comentario a esta entrada. El collar de perlas que la señora tiene en sus manos juega un papel importante en el libro.

 

No me sorprendería nada que el primer jueves de algún año próximo la Academia Sueca le conceda a Arturo Pérez-Reverte el Premio Nobel de Literatura.

 

Ayer vi en casa la última película interpretada por Clint Eastwood ¨Trouble with the curve¨. Trata sobre beisbol, un tema que no me interesa nada, pero actuando el grant Clint sabía que iba a ser una gran película. Por definición. Y por eso hay que verlas. Pensé que pasa exactamente lo mismo con las novelas de Arturo Pérez-Reverte. Analizando su trayectoria sabes que lo siguiente en ser publicado va a ser bueno también y casi una obligación leerlo. 

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Basurde -

Imagen de cubierta: Edward Quinn, Grace Kelly at the Carlton Hotel, Cannes 1955