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Basurde Xiao Long

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Mira lo que estoy leyendo: ¨Cuchillo¨, de Salman Rushdie

Mira lo que estoy leyendo: ¨Cuchillo¨, de Salman Rushdie

En esta entrada expliqué una iniciativa de la biblioteca del cole que me gustó mucho.

 

Terminado ¨A flor de piel¨ de Javier Moro vamos a por ¨Cuchillo¨ de Salman Rushdie:

 

¨Salman Rushdie was born in Bombay two months before the Independence of India, but he has lived abroad since he was 13. After visiting Hampi in Karnataka, I read his book Victory City, which helped me better understand the Empire of Vijayanagara. I enjoyed it a lot! In 1988, Sir Rushdie (yes, he has that title) wrote The Satanic Verses, and because of that novel, there have been assassination attempts against him by Islamic extremists. In August 2022, he was stabbed multiple times as he was about to give a public lecture in the United States. He survived, and I am very interested in reading his latest book, which contains his reflections on that assassination attempt.¨

 

¨Salman Rushdie nació en Bombay dos meses antes de la independencia de la India, pero ha vivido en el extranjero desde que tenía 13 años. Después de visitar Hampi en Karnataka, leí su libro Ciudad Victoria, el cual me ayudó a comprender mejor el Imperio de Vijayanagara. ¡Lo disfruté mucho! En 1988, Sir Rushdie (sí, tiene ese título) escribió Los versos satánicos, y debido a esa novela, ha habido intentos de asesinato en su contra por extremistas islámicos. En agosto de 2022, fue apuñalado varias veces mientras estaba a punto de dar una conferencia pública en Estados Unidos. Sobrevivió, y estoy muy interesado en leer su último libro, que contiene sus reflexiones sobre ese intento de asesinato¨.


Libros: ¨A flor de piel¨ de Javier Moro.

Libros: ¨A flor de piel¨ de Javier Moro.

En la portada, aparte del título ¨A flor de piel¨ se lee esta breve descripción:

¨Una mujer. Dos adversarios. Veintidós niños.

Una aventura que cambió el rumbo de la Historia¨.

 

La contraportada dice así:

 

¨El 30 de noviembre de 1803, una corbeta zarpa del puerto de La Coruña entre vítores y aplausos. En su interior viajan veintidós niños huérfanos cuya misión consiste en llevar la recién descubierta vacuna de la viruela a los territorios de Ultramar. Los acompaña Isabel Zendal, encargada de cuidarlos. Los héroes de esta descabellada expedición, dirigida por el médico Francisco Xabier Balmis y su ayudante Josep Salvany, sobrevivirán a temporales y naufragios, se enfrentarán a la oposición del clero, a la corrupción de los oficiales y a la codicia de quienes buscan lucrarse a costa de los desamparados.

 

Si al final esta aventura se convirtió en la mayor proeza humanitaria de la Historia, se debió no sólo al coraje de aquellos niños que se vieron abocados a salvar las vidas de tantísima gente, sino también al arrojo de los dos directores, hombres sin miedo que se disputaron el amor de la única mujer a bordo.

 

A raíz del descubrimiento de la identidad de Isabel Zendal, Javier Moro, autor de Pasión india y El Imperio eres tú, reconstruye una prodigiosa epopeya de la mano de un personaje femenino inolvidable. Los protagonistas de A flor de piel, desgarrados entre la pasión de salvar al mundo y la necesidad de salvarse a sí mismos, son como luces en el horizonte oscuro de una época¨.

 

Sobre el autor:

 

¨Javier Moro (Madrid, 1955) es autor de Senderos de libertad (Seix Barral, 1992), El pie de Jaipur (Seix Barral, 1995), Las montañas de Buda (Seix Barral, 1997) y Era medianoche en Bhopal, en colaboración con Dominique Lapierre (2001). Sus libros El sari rojo (Seix Barral, 2008), basado en la vida de Sonia Gandhi y Pasión india (Seix Barral, 2005), la historia de la bailarina española que se casó con el maharajá de Kapurthala, han sido dos de los grandes éxitos de crítica y ventas de los últimos años en España y en el mundo. En 2011 obtuvo el Premio Planeta con la novela El imperio eres tú¨.

 

Me encanta este autor y tras conocer el argumento de esta novela me apetecía mucho leerla y me ha gustado mucho. Extraigo algunos párrafos que me han llamado la atención:

 

¨De pronto le dieron unos sofocos, luego le subió la fiebre y por la noche se retorcía de dolor en la cama. Avisado el cura, mandó llamar al médico, que vivía en Ordes, pero el hombre no llegó hasta el tercer día. Demasiado tarde; aunque, si hubiera venido antes, tampoco hubiera podido hacer nada. La flor negra, como llamaban a la viruela, era cruel y antojadiza, sobre todo con los pobres¨.

 

Ese párrafo da explicación a la flor negra que aparece en la portada de la novela.

 

¨Afuera llovía. De camino hacia la casa, ni el padre ni la hija abrieron la boca. En los pobres existía la aceptación tácita de que no se elegía el destino. Éste se imponía, la mayoría de las veces para mal, algunas para bien. Pero siempre de forma ineluctable¨.

 

¨-Padeció una grave oftalmia, es cierto. Pero se ha repuesto. Y don Carlos también. Los datos dicen que aproximadamente un tres por ciento de los variolizados desarrollan la viruela y mueren. Otros pueden enfermar y tardar semanas en recuperarse; algunos, pocos, desarrollan infecciones añadidas como la sífilis o la tuberculosis… Es el precio que hay que pagar por librarse de la viruela.

     El rostro de don Jerónimo reflejaba la angustia que le producían las palabras del médico, que siguió con sus argumentos:

     -Aún así, es preferible asumir esos riesgos, que atrapar la viruela por contagio. Porque en ese caso la mortalidad sube del veinte al cuarenta por ciento, o pueden llegar a perder la vista. Si hay suerte, como en el caso de su esposa, sólo quedan cicatrices.

     La idea del contagio voluntario para provocar la respuesta inmune del organismo era tan antigua como el deseo del hombre de acabar con aquella lacra. El médico le contó cómo en la China antigua se soplaba en las narice de personas sanas polvo de costras procedentes de un enfermo que estaba en proceso de curación; cómo en la India, una casta de brahmanes era la encargada de inyectar una gota de viruela extraída de un enfermo por medio de finas agujas. En Europa se seguían varios métodos, desde «comprar viruelas», es decir, las costras casi secas de niños que estaban en las últimas fases de la enfermedad, hasta acostar a jóvenes sanos con enfermos para así pasar las viruelas naturales.

     -La variolización no es algo nuevo, don Jerónimo -le siguió explicando el doctor Posse-, ¿sabe desde cuándo se practica en Europa? Desde hace cincuenta años, desde que una inglesa, mujer del embajador británico en Constantinopla, importase la técnica de Turquía. Se llamaba Mary Montagu. Era una mujer lista y estaba desesperada porque su hermano había muerto de viruela y ella había acabado desfigurada. Después de observar cómo inoculaban a personas sanas, por medio de punciones en la piel, el pus procedente de las lesiones cutáneas de enfermos ya convalecientes, lo ensayó en su hijo… ¿y sabe qué ocurrió?

     Don Jerónimo negó con la cabeza.

     -Que el niño nunca desarrolló la enfermedad. Luego inoculó a su hija, que también se libro. La mujer consiguió que el procedimiento se hiciese popular entre la aristocracia británica, hasta el punto de que las hijas del príncipe de Gales fueron variolizadas. ¿Y sabe por qué el procedimiento era popular en Turquía?

     -Cómo lo voy a saber.

     -Por los harenes, don Jerónimo. Porque allí donde hacían su vida, la belleza era el principal valor de las mujeres. Por eso las inoculaban desde muy pequeñas en lugares donde no se viera la cicatriz de la llaga¨.

 

¨    Poco tiempo después, don Jerónimo tuvo que cerrar la fábrica aduciendo poco consumo. Para él, era una pérdida sin importancia; sus negocios, basados en el comercio de coloniales que transportaba su flota de veleros, iban, literalmente, viento en popa. Ahora que sabía que su riqueza bastaba para que varias generaciones de descendientes vivieran bien, ganar más dinero dejó de ser el gran aliciente de su vida. La viruela de su mujer le había quebrantado y, siendo un hombre religioso en los umbrales de la vejez, le preocupaba el más allá. En su afán de congraciarse con Dios y con los hombres, dedicaba parte de su tiempo a la administración del Hospital de la Caridad, el primer gran hospital público de la ciudad, obra impulsada por la muy admirable Teresa Herrera, la soltera de oro que dejó su impronta en la historia de la ciudad y que murió antes de ver su sueño realizado. Era tan devota que la gente la recordaba recorriendo de rodillas la distancia entre su casa y la iglesia de San Nicolás para librarse de los demonios que albergaba en su cuerpo. Toda su vida atendió a mujeres enfermas que no podían mantenerse y convirtió su casa en lo que llamaban «el hospitalillo de Dios». Luego, cuando recibió la herencia de su madre, la donó íntegramente a la Congregación de los Dolores, de la que Jerónimo Hijosa era miembro de la junta directiva, para levantar el hospital, la obra de su vida. El día en que pusieron la primera piedra no pudo firmar el acta de donación por ser analfabeta¨.

 

Teresa Herrera. Ese nombre lo tenía asociado con el torneo veraniego de fútbol que se disputa desde 1946 en La Coruña, uno de los torneos amistosos más prestigiosos del mundo. El Athletic lo ha ganado en tres de sus 9 participaciones, quedando otras tres veces subcampeón. El primer gol de este torneo lo marcó el histórico león Telmo Zarra en 1946. El trofeo es muy característico, réplica a escala de la Torre de Hércules de La Coruña. Nunca me había puesto a pensar quién sería Teresa Herrera y me ha alegrado descubrirlo en esta novela.

 

¨    La Corte, que unos meses antes le alababa, ahora le había reprendido tan severamente que Gálvez se había convertido en un ser melancólico. Balmis entendió que los sentimientos de injusticia y frustración habían precipitado la enfermedad. El virrey no podía entender que le tratasen con semejante dureza, insinuando que era un traídor a la patria por querer aliviar las penalidades de los más pobres. Él, que había protagonizado una de las hazañas heroicas de toda la historia militar española al entrar solo con su bergantín en la bahía de Pensacola y conseguir reducir a los enemigos ingleses, lo que le valió que el rey añadiera la leyenda Yo solo a su escudo de armas. Él, que había llevado con éxito la política española de contribuir a la independencia de Estados Unidos, dando nombre a una ciudad en Texas y a una bahía en el golfo de México. Él, que estuvo a la derecha de George Washington en el primer desfile de la victoria norteamericana, el 4 de julio de 1783. Ahora, el héroe había sido despojado de su gloria porque se habían vuelto las tornas. Al rey ya no le interesaba prodigar que España apoyaba a los republicanos del norte, porque la idea de independencia podía contagiarase hacia la América española.

     -Todas estas cicatrices -dijo Gálvez-, ¿no son prueba suficiente de mi patriotismo?

     Balmis miró la cicatriz de la pierna que él mismo había cauterizado y le volvió la memoria a la batalla de Argel. Le invadió un sentimiento de rabia contenida. Un gobernante como el virrey, que atendía con extremado celo las necesidades del pueblo, no merecía ser humillado de aquella manera. Si aliviar las penalidades de los más débiles significaba ser un traidor, algo iba definitivamente muy mal en la maquinaria del Imperio. Para Balmis, estaba claro que el virrey estaba aquejado de una enfermedad nerviosa provocada por un quebranto del humor y del ánimo.

     -Voy a morir -dijo Gálvez después de un largo silencio.

     Balmis le miró:

     -Todos vamos a morir. -Luego prosiguió-: Quizás no tan pronto como creéis. Voy a sangraros y daros unas recetas a base de artemisa, espliego y flores de amapola. Os recomiendo beber mucho zumo de uva, evitar comer carnes y salazones, nada excitante. Y baños tibios.

     Fue la última vez que lo vio. Unos días más tarde, el virrey exhaló su último suspiro en esa misma alcoba. Tenía cuarenta años de edad. Fue sepultado junto a su padre en la iglesia de San Fernando, en Ciudad de México. Balmis asistió al entierro, donde empezó a correrse la voz de que había sido envenenado. Pero el médico sabía que Gálvez había muerto de pena, víctima de las envidias y recelos que su propia gloria habían alentado.

     Se quedó sin protector, pero no sin protección, porque el arzobispo Núñez de Haro fue nombrado virrey interino, a la espera de uno nuevo que vendría de España¨.

 

¨    Tenía la impresión de haber dado un enorme paso atrás en su carrera. Para alguien que vivía por y para el reconocimiento profesional, lo que acababa de ocurrirle era sencillamente lo peor. Para luchar contra el desencanto, se dejó llevar por su curiosidad innata, su afición al estudio y su amor a la medicina. Balmis necesitaba poco a los demás; tenía un mundo interior rico y estimulante, y prefería quedarse encerrado en casa leyendo las últimas revistas médicas que reunirse en las tertulias con otros colegas para criticar a sus detractores o hablar de lo dura o injusta que era la profesión. Como era un hombre que vivía en un estado de formación permanente, prefirió hincar los codos y estudiar dos cursos de medicina clínica, con el objetivo de obtener el título de doctor en Medicina. Era un sueño antiguo, el de pasar a formar parte de los hombres que trabajaban con la mente. Pensó en su padre, en su abuelo, y en lo orgulloso que se sentirían de él si lo conseguía¨.

 

¨    Un día el doctor Posse llegó a casa de don Jerónimo en un estado de suma excitación. Llevaba en su mano un ejemplar del Semanario de agricultura y artes dirigidos a los párrocos, que, a pesar del título, era una revista científica. Aquel ejemplar reproducía un resumen del libro del médico inglés Edward Jenner.

     -Esto es una auténtica revolución, don Jerónimo. Es un hito en la Historia de la humanidad.

     Don Jerónimo estaba un poco perplejo ante el desbordante entusiasmo de su amigo.

     -¡Es el principio del fin de la viruela! -repetía exaltado Posse.

     -¿No estáis exagerando, doctor?

     -No, no... Ya le he hablado de los trabajos de este médico rural inglés, llevo mucho tiempo siguiéndolo. Empezó por una observación muy sencilla, que las campesinas que ordeñan vacas nunca padecen la viruela. ¿Por qué? Ha tardado veinte años en encontrar una respuesta.

     -¿Y...?

     -Descubrió que estaban protegidas de la viruela por un virus parecido, que sólo se da en las vacas, y que provoca una enfermedad similar a la viruela humana, pero mucho más benigna, y no contagiosa. Jenner ha demostrado que el virus de la viruela bovina inmuniza definitivamente contra el de la viruela humana.

     El doctor Posse le tendió el ejemplar que llevaba en la mano, y don Jerónimo se enfrascó en su lectura. Los experimentos del médico inglés habían consistido en inocular pus infectado de viruela de las vacas en seres humanos. Ninguno había desarrollado la enfermedad ni efectos indeseables.

     -A su procedimiento lo ha llamado vacuna, de la palabra vaca, y es bastante simple. Es parecido a la variolización, pero inoculando pus de vaca en vez de pus de la viruela humana. Quiero poner en práctica el remedio, y le vengo a pedir que me conceda el uso de una sala en el Hospital de la Caridad para efectuar las primeras vacunaciones.

     Don Jerónimo frunció el ceño.

     -¿No hay riesgo en infectar a gente sana con material extraído de un animal? —preguntó.

     -Siga leyendo el artículo... Ningún riesgo.

     Don Jerónimo leía con sumo interés, y siempre con una mueca de escepticismo.

     -No os voy a negar que hay algo que me perturba en todo esto... Al fin y al cabo, se están mezclando las especies al inocular fluido de vaca en un ser humano.

     -Es cierto que hasta ahora no se ha puesto en práctica ninguna medida que introduzca materia animal en la especie humana. Imagino que muchos curas alzarán los brazos al cielo, pero lo importante es el resultado.

     -Sí, pero no sabemos qué puede ocurrir si se mezclan las especies, ¿quién sabe los efectos que pueden desarrollarse a largo plazo, como resultado de mezclar fluidos de especies distintas?

     -Todo avance de la ciencia conlleva sus riesgos, don Jerónimo. Si podemos atajar una enfermedad que ataca al sesenta por ciento de la población y causa el diez por ciento de todas las muertes con un procedimiento que no ofrece peligro, ¿nos vamos a quedar de brazos cruzados?

     -Hay que asegurarse de que no ofrece peligro. Déjeme consultar con los demás patronos de la Congregación sobre el uso de la sala.

     La publicación del informe de Edward Jenner daba la vuelta al mundo, suscitando tanto críticas feroces como felicitaciones. El argumento principal de los detractores era el que había apuntado don Jerónimo. Les parecía inmoral y sacrílego infectar a gente sana con el fluido repugnante y sucio de un animal. En Inglaterra, un médico se atrevió a decir en público:

     -¡Os aseguro que la vacunación hará que al vacunado le crezcan cuernos bovinos en la frente! ¡No se pueden desafiar las leyes de la naturaleza, que son también las leyes de Dios, sin pagar un alto precio!¨

 

     ¨La Granja de San Ildefonso, 4 de noviembre de 1802. Una nevada temprana sorprendió a la familia real días antes de su anual peregrinación al Palacio de Aranjuez, donde, como toso los años, pasarían el invierno disfrutando de un clima más benigno que entre las montañas de Segovia¨.

 

Tengo en la mente La Granja de San Ildefonso porque visité ese lugar con mi familia el 26 de junio de 2022. Así lo contaba en mi blog:

 

¨ El domingo 26 hicimos una excursión al Real Sitio de San Ildefonso, a 11 kilómetros de Segovia capital, y me encantó el municipio. Visitamos el impresionante Palacio Real de la Granja de San Ildefonso y vimos sus fantásticas fuentes. También hice una visita que me hacía mucha ilusión: picoteamos algo en el Bar Restaurante Castilla, regentado por el gran Luisete, una leyenda al trail running en España. Había coincidido con él en China cuando ganó la maratón de la Gran Muralla y desde entonces somos amigos en Facebook y he ido siguiendo todos sus desafíos deportivos, que han sido muchos y muy exigentes, pero no habíamos vuelto a estar.  Se portó de maravilla con nosotros, súper simpático. Me regaló su libro ¨El mundo en sus piernas¨, nos presentó a su familia y su padre me enseño en el bar la sala en la que tiene expuestos sus trofeos, que no son pocos. Si vais por La Granja de San Ildefonso, el bar restaurante Castilla es visita obligada¨.

 

     ¨Godoy le propuso entonces nombrar un subdirector, que asumiría el mando en caso de accidente o enfermedad del director, o si hubiera que dividir la expedición. El médico frunció el ceño. Tampoco le gustaba esa idea.

     -Una expedición, un barco, un director -dijo Balmis, luchando por disimular su irritación.

     Se encontraba incómodo, como siempre que trataba con gente de un rango social superior. Ni el tacto ni la diplomacia eran lo suyo. A pesar de haber llegado muy lejos en su carrera, seguía pesándole no haber nacido en esa parte de la sociedad en la que se tomaban las grandes decisiones¨.

 

     ¨Balmis quería conseguir el puesto, pero no a cualquier precio. Había aprendido a conocer bien la tortuosa manera en que se tomaban las decisiones en las altas esferas de poder, y aunque le nombrasen director, temía que le cercenaran la libertad de acción necesaria para organizar la expedición tal y como la tenía pensada. Él era un profesional de la medicina, no un político¨.

 

     ¨Balmis y Salvany pugnaban por solucionar un problema imprevisto, la falta de un barco. Inexplicablemente, las gestiones del juez de Arribada habían fallado, y tuvieron que buscar ellos mismos algún buque disponible. Siguiendo el criterio de velocidad frente a comodidad, Balmis optó por la fragata San José, pero como, pese a las promesas del armador, no estuvo lista en el día indicado, se replegó sobre su segunda elección, una corbeta más pequeña, de doscientas toneladas y una sola cubierta llamada María Pita en honor a la heroína que defendió La Coruña en 1589 contra los corsarios ingleses de Francis Drake. Incorporaba las últimas innovaciones, como un artilugio formado por una pieza de hierro de un metro de longitud con forma de cono truncado que servía de pararrayos, y embarcaciones menores situadas sobre cubierta para facilitar su uso¨.

 

María Pita. De esta señora ya conocía su historia. La razón es que el siglo pasado, cuando trabajaba de informático en Madrid tuve que viajar en alguna ocasión a La Coruña. Allá nos alojábamos en el hotel María Pita que era un hotel fantástico de 4 estrellas que ahora pertenece a la cadena Meliá.

 

      ¨Salvany no estaba obligado, pero para matar el tiempo hacía guardias como los demás. Le gustaba departir con Isabel, por ser la única mujer, porque tenían edades parecidas y porque admiraba su dedicación. También para contrarrestar el desdén que le profesaban los marineros. Le intrigaba esa mezcla de niñera, institutriz y enfermera; de madre y generala; de dulce y de estricta, a la vez aureolada del misterio de su vida pasada. La encontraba previsible y sorprendente al mismo tiempo, como cuando dijo de Balmis:

     -Quiere a la humanidad más que a los seres humanos… Pero chist, no digáis nada -dijo poniendo el dedo sobre sus labios.

     -No os preocupéis -le respondió Salvany ahogando una carcajada.

     Isabel esgrimió una sonrisa cómplice. A ambos los unía su aversión hacia el trato altanero del director, que no hacía esfuerzos por disimular que los individuos era un medio para conseguir sus fines¨.

 

     ¨Se reprendió por haberse equivocado con Isabel. «¡Qué torpeza la mía!», se dijo. Tuvo que reconocer que aquella mujer le despertaba sentimientos enterrados hacía mucho tiempo en el fondo de su corazón. Su voz, profunda y sonora, y con un deje gallego que ahora mezclaba con el seseo que escuchaba a su alrededor, le hacía estremecerse. Recordaba haber leído a un autor oriental que decía que casamenteros afganos aseguraban que la voz era más de la mitad del amor. Razón tenían, pero en este caso también contaba el olor. Isabel olía a jabón y a mar, y cuando percibía la brisa de su aroma, a Balmis le asaltaban sus tics y empezaba a parpadear y a contraer el cuello de lo mucho que se alteraba. Quizás se estaba aficionando demasiado a esa mujer, como en sus años de México, ahora que había cruzado la cincuentena y sentía el agrio sabor del fracaso inminente. La humillación de haber sido rechazado, mezclada con cierta indignación porque también pensaba que ella se lo debía todo a él, le llevó a encerrarse en su camarote. Se sentía como un pájaro con un ala rota, las certezas de su mundo se desmoronaban como estaba a punto de hacerlo la expedición, así que tomó belladona para conciliar el sueño. Pensó en su padre, en la vida en Alicante, en Josefa y en su hijo, en esa otra existencia que quizás debió haber seguido para no hundirse estrepitosamente, como estaba a punto de hacer¨.

 

     ¨En uno de aquellos festejos, le echó el ojo al sevillano don Santiago de la Cuesta Rodríguez, un hombre moreno y de facciones marcadas, con una prominente panza, vestido con traje de lino blanco, sombrero de jipijapa y zapatos de piel española, el mayor importador de esclavos negros «bozales» (directamente de África) y dueño también de una casa comercial con banco y refacción, es decir, que prestaba dinero para la producción azucarera¨.

 

      ¨Cuando por fin llegó a Trujillo, estaba en tal estado de agotamiento, y con tanta calentura, que se mantuvo varios días apartado de todo, sometido a baños de agua fría, víctima de las alucinaciones de la fiebre, sin ganas de vivir ni de morir, en un estado de confusión mental que no le permitía tomar decisiones. Sus compañeros veían que su jefe se les iba delante de sus ojos sin poder hacer nada. Salvany era un muerto en vida que se consolaba diciendo que su equipo y la gente que había formado continuarían su labor. Parecía como si él mismo se apartase del camino. Permaneció dos semanas en la oscuridad de su habitación, que no era más que el reflejo de la negrura de su mente. Poco a poco la fiebre fue bajando, la tos cedió, pero el ánimo siguió empantanado. Todo hacía pensar que esa rama de la expedición podía darse por finalizada, pero la vida tiene su propia lógica que no siempre coincide con la lógica de los hombres¨.

 

      ¨Pero, a pesar del reposo, su salud no terminaba de mejorar. Había recuperado las ganas de vivir y el entusiasmo por su trabajo, hasta que un súbito ataque de convulsiones que los médicos confundieron con apoplejía le dejó de nuevo postrado. No tenía ni treinta años, pero los dolores en el pecho, la ausencia total de apetito, los mareos y los ataques de tos le hicieron sentirse muy viejo.

     «Ésa debe ser la tragedia de la vejez -pensó Salvany-, tener la cabeza lúcida y llena de proyectos pero un cuerpo incapaz de sacarlos adelante.»

     Aquella noche debió sentir que le rondaba la muerte, porque se puso a escribir una carta a Isabel¨.

 

     ¨El 18 de enero de 1805, una caravana de treinta caballos mansos, seguida de una docena de mulas que cargaban el equipaje, salió de Ciudad de México rumbo al Pacífico. Los niños iban en las angarillas, cada uno en un flanco de los pencos. Llegados a la altura de la Sierra Madre del Sur, contemplaron la bahía esplendorosa de Acapulco, donde crecían tamarindos, almendros, guayabos y mangos. Único puerto natural de aguas profundas en toda la costa oeste de América del Norte, Acapulco había nacido como astillero y allí habían construido los buques que ayudaron a Francisco Pizarro en su conquista del Perú, o las naves de Cortés que descubrieron las islas del mar Bermejo, donde abundaban las perlas, o las de Legazpi, que descubrieron las Filipinas, de las que tomó posesión en nombre del rey, cerrando así el círculo del imperio donde no se ponía el sol¨.

 

     ¨Como no podía hablar con nadie, ni desvelar a nadie los secretos de su corazón, antes de que el barco zarparse decidió confiarse a un viejo amigo, a quien le debía una carta: «Aprovecho esta corta estancia en Acapulco, de donde parten los barcos correo hacia el Perú, para contestar vuestra misiva de Lima y enviaros mis más sinceros deseos de recuperación ―le escribió a Salvany-. Estoy a punto de partir hacia las islas Filipinas. Es un viaje largo y peligroso, y si Dios me permite sobrevivir, regresaré a Puebla dentro de unos meses a reencontrarme con mi hijo, que ha quedado a cargo del obispo. Lleváis razón cuando decís que uno cree haber ganado cuando obtiene una victoria, pero siempre se presenta una nueva batalla. La batalla que estoy librando es una batalla perdida. Pero el corazón no sabe de triunfos y derrotas. Por eso me voy al otro lado del mundo. Os hago esta confidencia por la amistad que me une a vuestra persona, a quien admiro más que a nadie en esta expedición. Os deseo el mayor de los éxitos, que estoy segura ya habéis alcanzado, y que encontréis al final del camino la salud que tanto necesitáis y el sosiego que tanto anheláis. Mientras, yo seguiré vuestro consejo, el de aceptar la lucha, la duda, y seguiré avanzando, salvando un obstáculo tras otro, aunque haya momentos en que no lo vea posible...».

 

     ¨Entendió lo que no decía explícitamente, que el corazón de Isabel estaba sufriendo por un amor que nada tenía que ver con él. ¡Qué ingenuo le parecía ahora el sueño al que se había aferrado tanto, el de reunirse con ella en un lugar soleado y de clima seco donde se dedicarían a curar a la gente! El tiempo era una ola gigante que lo arrasaba todo, la salud, el amor, y ahora se llevaba por delante sus últimas ilusiones. La carta le devolvió a la realidad, que era la de un enfermo, solo y a merced de una naturaleza hostil, enfrentado a la hercúlea tarea de salvar un continente de un mal bíblico¨.

 

     ¨Era el 2 de septiembre de 1805 cuando la fragata Diligencia abandonó la bahía de Manila. Isabel permaneció en el muelle largo rato, hasta que la embarcación desapareció en la línea del horizonte¨.

 

     ¨Isabel Zendal seguía sin saber quién era, porque no se parecía a nadie ni podía compararse con ninguna otra mujer. No era de la sociedad ni del pueblo, ni rica ni pobre, ni culta ni ignorante. Era gallega, española y mexicana a la vez. Era cuidadora de niños, especialista en vacunar, enfermera... Era médico sin serlo. También era madre de familia a su manera, que en aquella época no se estilaba. ¿Deseaba otra cosa? ¿Casarse, llevar la vida convencional de las mujeres españolas en las Indias? ¿La gloria que le prometía Balmis? No, lo único que quería era trabajar en un hospital y seguir cerca de Benito y de Cándido. Quería ser lo que era, una mujer libre, rodeada de afecto. Sola por elección, no por imposición, como se había sentido hasta entonces¨.

 

El párrafo siguiente lo reproduzco porque Cochabamba es un lugar en Bolivia que me gustaría visitar algún día, desde que hace muchos años un colega me habló de esa ciudad y me dijo que sería un destino perfecto para mí, trabajar en la American International School of Bolivia.

 

     ¨-He llegado a pensar algo más grave...

     -¿Como qué?

     -Que Salvany ha abandonado del todo la expedición.

     Balmis tenía razón. Josep Salvany dejaría finalmente la expedición... por causa de fallecimiento. Por eso no había recibido la orden de Balmis de regresar a la Península. Después de haber recorrido dieciocho mil kilómetros a caballo por selvas, desiertos y agrestes montañas, su vida se había apagado en Cochabamba. Había tardado trece meses en realizar el trayecto desde La Paz. Su entusiasmo por propagar la vacuna no menguó con las dificultades del terreno ni con su extenuación, al contrario de lo que podía pensar Balmis. Entró en Puno, donde vacunaron a más de mil individuos en tan sólo cuarenta y ocho horas y donde Salvany volvió a dar muestras de su espíritu de sacrificio: «Él no ha perdonado fatiga a fin de cumplir con su deber; él se ha hecho amable con todos, mediante su urbanidad, afable trato y honrada conducta», señaló el cabildo de esta ciudad, proponiéndolo al rey como regidor honorario de esta corporación. Luego pasó por Potosí y Oruro, donde tuvo que permanecer dos semanas en reposo absoluto. A duras penas consiguió ponerse en pie e hizo un gran esfuerzo para llegar a Cochabamba, donde el clima era seco y templado. Pensó que aquella bella ciudad colonial, situada en el valle del Tunari, sería un buen sitio para retirarse. Pero ya era demasiado tarde sueños. La bondad del clima no bastó para que recuperase fuerzas y su salud se agravó de golpe¨.

 

     ¨Fue enterrado en un pequeño cementerio detrás del templo del convento de Cochabamba, sin que nadie se preocupara por recuperar su cadáver ni de rendirle los honores que merecía. Después de haber inoculado el suero contra la viruela a más de doscientas cincuenta mil personas, el doctor Josep Salvany murió, como dijo el cura en su responso, solo y a la edad de Cristo. Como nunca se acercaba nadie a dejar flores en su tumba, el propio cura tomó la costumbre de hacerlo, año tras año en la fiesta de Todos los Santos.

     —Nadie me escribió preguntando por sus últimos días, nadie mostró curiosidad por saber dónde está enterrado -le confesó el cura a un viajero español muchos años después¨.

 

     ¨Isabel permaneció en Puebla hasta su muerte, de la que la Historia no ha dejado constancia. Hoy en día, la escuela de Enfermería de la Facultad de Medicina de Puebla lleva su nombre, póstumo homenaje a una mujer que la Organización Mundial de la Salud, en 1950, nombró «primera enfermera de la Historia en misión internacional». También hubiera podido ser nombrada <<primera enfermera hispana de la Historia»>, y primera pediatra, antes de que existieran los especialistas en salud infantil. El Premio Nacional de Enfermería, que cada año concede el Gobierno de México, lleva el nombre de Isabel Cendala Gómez. En España, solamente recibió el homenaje de la ciudad de La Coruña, que le dedicó una calle estrecha y pequeña en el barrio viejo, la calle Isabel López Gandalia¨.

 

Este libro se publicó por primera vez en mayo de 2015. El hospital Isabel Zendal de Madrid se construyó en 2020, a raíz de la pandemia del Covid-19.

 

     ¨Pero su legado más valioso lo disfrutó la humanidad entera. En 1858, cuando Louis Pasteur inventó la inmunización contra la rabia, la llamó vacuna en honor a Jenner. La palabra pasó a ser sinónimo de inmunización contra un sinfín de enfermedades que poco o nada tenían que ver con la viruela. De modo que a finales del siglo XIX, los esfuerzos por vacunar contribuyeron de forma determinante al aumento de la población de las Américas y de Asia. Ciento cincuenta años después de la expedición, en 1951, se dio el último caso de viruela en México. En el mundo, la última víctima del virus fue la fotógrafa médica Janet Parker, que en un accidente, por un error de manipulación en su laboratorio de Inglaterra, contrajo la enfermedad, y que murió el 11 de septiembre de 1978. En la actualidad, el más espantoso asesino de seres humanos de la Historia reposa en las neveras de dos laboratorios, en el Centro para el Control de Enfermedades de Atlanta, Estados Unidos, y en el Centro de Investigación en Virología de Novosibirsk, en Siberia, Rusia¨.

 

     ¨Pero la frase que quizás mejor definiría la odisea de la Real Expedición Filantrópica la pronunció el mismo inventor de la vacuna, el doctor Edward Jenner, cuando, al enterarse del regreso de Balmis a España, una tarde de 1806 dijo a su amigo, el reverendo Dibbin: «No imagino que los anales de la Historia hayan aportado un ejemplo de filantropía tan noble y tan extenso como éste».

Mira lo que estoy leyendo.

Mira lo que estoy leyendo.

3 fotos aquí

 

Esta semana ha aparecido este cartel en la puerta de mi clase:

 

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¨Mira lo que estoy leyendo.

Sr. Castro

 

Primero, me encanta este autor. Es de España pero ha escrito muchos libros relacionados con India como ¨El sari rojo¨, ¨Era medianoche en Bhopal¨, ¨Pasión india¨o ¨Las montañas de Buda¨. ¨A flor de piel¨ tiene lugar en 1803 y trata sobre una expedición para llevar la recién descubierta vacuna de la viruela de España a América.

 

¨A flor de piel¨ de Javier Moro.

 

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Es una iniciativa de la gente de la biblioteca del cole. Nos preguntaron a los profesores qué estamos leyendo en este momento y de ahí han surgido estos posters. ¡Me encanta la idea!

Libros: ¨El faro del fin del mundo¨ -Julio Verne-

Libros: ¨El faro del fin del mundo¨ -Julio Verne-

En India me estaba leyendo ¨Mil soles¨, de Dominique Lapierre, antes de volar a España. Acababa de acabarme una de las historias y decidí dejar el libro para la vuelta, porque en España entre leer El Correo, el Semanal y otras historias que caen en mis manos suelo dejar un poco de lado la literatura. La idea era coger algún libro que hubiera por casa, pequeñito, para terminarlo rápido. El título elegido fue ¨El faro del fin del mundo¨, de Julio Verne.

 

Así resume la historia la Web de Amazon:

 

¨En una isla deshabitada de la Patagonia donde se confunden los océanos Atlántico y Pacífico habita una banda de piratas dirigidos por el terrible Kongre. Estos se dedican a atacar embarcaciones que encallan en la zona. Su modo de vida se ve seriamente amenazado cuando el gobierno argentino envía tres marinos para construir y poner en funcionamiento un faro. En el enfrentamiento que sigue se debatirán la desesperada lucha por la libertad del cabecilla de los piratas, Kongre, y la tenacidad y heroísmo, de Vázquez uno de los fareros, con quien se alían los elementos de la naturaleza y el implacable paso del tiempo¨.

 

Una historia entretenida que he disfrutado leyendo. Julio Verne no necesita presentación. He comprado en España ¨La vuelta al mundo en 80 días¨. Todos los de mi generación hemos visto la serie de dibujos animados pero me apetece leer la novela, sabiendo que parte transcurrirá en India.

Libros: ¨El pie de Jaipur¨, de Javier Moro

Libros: ¨El pie de Jaipur¨, de Javier Moro

Dice así la contraportada:

 

¨En 1984, un joven estudiante víctima de un grave accidente coincide en una clínica del sur de Francia con un camboyano, superviviente de la época de los Jemeres Rojos. Decididos a desafiar los pronósticos más pesimistas y obligados a dar lo mejor de sí mismos, se ayudan mutuamente, luchan y vencen en un combate lleno de valor y también de compasión, que nos lleva de Montpellier a Nueva York, de Phnom Penh a Jaipur y más tarde a Barcelona; un combate que es una lección de esperanza que arroja luz sobre la sorprendente capacidad de los seres humanos para sobrevivir y hacer frente a la adversidad extrema¨.

 

Sobre el autor:

 

Javier Moro Lapierre nace en Madrid en 1955. Licenciado en Historia, colabora desde muy joven en varios medios de prensa nacionales y extranjeros. A partir de 1975 trabaja como investigador en libros de Dominique Lapierre y Larry Collins. En 1981 coproduce y coescribe las películas Valentina y Crónica del alba, ambas basadas en la obra de Ramón J. Sender. En 1984 se traslada a Los Ángeles y desarrolla varios proyectos de cine y televisión, uno de ellos con Ridley Scott. Su primer libro, Senderos de libertad (Seix Barral, 1992), ha sido objeto de cuatro ediciones en España, tres en América Latina (una en Brasil), y su lanzamiento en Francia está previsto para 1995¨.

 

La primera edición de esta novela fue publicada en abril de 1995. Después vendrían muchas novelas más y una carrera llena de éxitos, incluidos el Premio Planeta en 2011:

 

-Senderos de libertad (1992).

-El pie de Jaipur (1995).

-Las montañas de Buda (1998).

-La mundialización de la pobreza (1999).

-Era medianoche en Bhopal, escrito en colaboración con Dominique Lapierre (2001).

-Pasión india (2005).

-El sari rojo (2008).

-El imperio eres tú, Premio Planeta (2011).

-A flor de piel (2015).

-Mi pecado (2018).

-A prueba de fuego (2020).

-Nos quieren muertos (2023).

 

Reproduzco lo que dice la solapa en la sección ¨Habla el autor:

 

¨Decidí escribir El pie de Jaipur a raíz de un encuentro con un joven llamado Christophe Roux, que en 1982 se había desnucado al zambullirse en el mar. Le habían augurado una esperanza de vida corta y constante peligro de muerte. Tenía veinte años. Los médicos le dijeron que tendría que aprender a vivir con sus limitaciones, y también que cualesquiera esperanzas que le ofreciesen de recuperar movilidad, de ganar autonomía, serían falsas promesas. Hoy, Christophe conduce su coche, vive con su pareja y es feliz. Su historia es la de una resurrección. Es también la historia de su novia, que no quiso abandonarle; la de sus padres, que supieron guiarle por el sendero de la recuperación, y la de su compañero de cuarto, un camboyano superviviente de la época de los Jemeres Rojos llamado Song Tak, que le abrió los ojos al mundo.

     Reconstruir la vida de ambos me llevó de Montpellier a Phnom Penh, pasando por París, Nueva York, Jaipur y Barcelona. Fue una odisea que me hizo descubrir el otro lado de la destrucción, el otro lado de la guerra, el otro lado de la tragedia. Conocí a gente excepcional dedicada a reparar lo que los caprichos del destino o la locura de los hombres destruyen; a médicos como el audaz doctor Allieu, que realizó las primeras operaciones de trasplante muscular hechas en Europa; o al doctor Sethi, un idealista que inventó el «Pie de Jaipur», la prótesis más utilizada en el mundo. En Camboya, un país donde millones de minas permanecen activas y provocan la mayor tasa de mutilados del planeta, conocí a un puñado de antiguos oficiales norteamericanos que se ocupan en hacer caminar de nuevo a las víctimas de esa guerra interminable y silenciosa. Saben que se enfrentan a un problema mundial porque el número de mutilados que surge de los conflictos armados no cesa de aumentar. Pero allí están, en el terreno. Han encontrado un sentido a la vida.

     El pie de Jaipur es la aventura de unos seres que son el símbolo mismo del valor de la vida, precisamente por encontrarse en la situación en que están. Personas que dicen: «He nacido el día de mi accidente», o que confiesan, como el físico Stephen Hawking a un personaje del libro, que no hubieran llegado precisamente a donde han llegado, de no ser por su enfermedad. ¿Cómo permanecer impasible ante semejantes testimonios? Durante mi investigación me di cuenta de que los personajes de El pie de Jaipur iluminan nuestra existencia como un faro el mar oscuro. Representan el valor y la esperanza; son un símbolo de la pasión de vivir¨.

 

Extraigo aquí algunos párrafos que me han llamado la atención y los comento:

 

¨     Hubo un silencio. Allieu le miraba con profunda compasión. Le desagradaba la idea de estar jugando con la ilusión de un muchacho superviviente de un accidente similar al que había tronchado la vida de su hijo. Había tenido que abrir la puerta a la esperanza sin estar seguro del resultado de las operaciones, lo que le provocaba cierto malestar. Pero no tenía más remedio que aceptar que era uno de los gajes de su oficio.

     -No tengo nada que perder -dijo Christophe-. Si no funciona para mí, por lo menos la experiencia le servirá a usted y quizá algún día a los demás, a los que vengan después.

     El médico le sonrió. «Aún pensando en el fracaso, ya le está sacando provecho a la experiencia», se dijo. Era una buena señal; el chico tenía madera.

     -Piénsatelo bien -insistió el médico-. Esto no lo puedes decidir en un abrir y cerrar de ojos…

     -No me importa hacer de cobaya -zanjó Christophe-. Si soy el paciente que usted estaba esperando, usted es el médico que yo deseaba encontrar.¨

 

¨En una ocasión había leído que comparar es un fenómeno psicológico muy normal, sobre todo entre víctimas de acontecimientos graves. Supervivientes de terremotos, inundaciones o ciclones se equiparaban con los que han perdido seres queridos, y éstos con los que han perdido a toda su familia. Los tetrapléjicos y parapléjicos se comparan según el nivel de la lesión: un C6 como Christophe con algunos movimientos de hombro encuentra cierto consuelo al compararse con un C4, que sólo mueve los ojos. ¿Y un C4? La joven Cristina, tetrapléjica que había sido atropellada por un conductor que luego se dio a la fuga, le había confesado algo que se le había grabado en la memoria: «Mi amiga murió a consecuencia del choque… ¡Menuda suerte la mía!» Así, comparando, todo el mundo salía ganando. Excepto el camboyano, que no parecía medirse por ese rasero.

     ¿Cómo era posible que, siendo capaz de moverse, sin tener afectadas las funciones intestinales y vesicales, Song Tak fuese tan melancólico? ¿Acaso no veía a Christophe clavado en su cama como una mariposa? El joven no tardaría en entender que la melancolía del camboyano venía de lejos, de antes de esa caída misteriosa de la que se negaba a explicar detalles, incluso de antes de la revolución. Song Tak había perdido tantas cosas en su breve vida que no lo había asimilado. ¿Por qué me ha pasado esto a mí?, parecía preguntarse constantemente. ¿Por qué me persigue la desgracia?

     Su profunda desesperación era sólo comparable a la violencia que se había abatido sobre su existencia de niño con una barbarie inesperada. Christophe se dio cuenta enseguida de la necesidad que tenía su vecino de explayarse, de exponer sus heridas al aire nocturno de la clínica para quizá encontrar un sentido a su sufrimiento. Al filo de las largas horas de inmovilidad, entre cigarrillos compartidos y algún que otro trago de una botella escondida debajo de la cama, Song Tak fue desgranando su historia ante su compañero de cuarto. Así, Christophe fue entendiendo por qué Song no se medía por su mismo rasero: no le importaba ser un dorsal 7 o un lumbar 4. La herida que no conseguía cicatrizar era de otro orden. Era una herida del alma¨.

 

¨Para ella, el dolor mejoraba a las personas. «Lo que no te mata te hace mejor y más fuerte», solía decir. Sabía que Song necesitaba algo más que una proeza tecnológica, necesitaba razones para vivir y para ello había que proporcionarle un afecto que le permitiese fortalecer los factores psicológicos indispensables para su curación. Estaba dispuesta a hacer lo imposible para que los ocupantes de la 306, unidos por la solidaridad del sufrimiento, fuesen capaces de obtener todo lo que se propusiesen. Como todo el mundo.

     Poco acostumbrado a que alguien velase por su bienestar, Song le agradecía sus regalitos -pastitos chinos, un frasco de colonia, cigarrillos- uniendo sus manos a la manera asiática y con una sonrisa. En pocos días y exceptuando la reciente crisis había pasado de un hermetismo total a una amable cordialidad. Hasta parecía tener ganas de seguir contando detalles de su vida, como si reviviendo el pasado fuese capaz de conjurar sus fantasmas.

     -Cuando me encontré paralizado en el campo de refugiados, noté que mucha gente se apartaba de mí como si fuese contagioso…

     -Aquí pasa lo mismo. A la gente le da miedo una silla de ruedas porque le recuerda lo trágica y jodida que puede ser la vida -añadía Christophe.

     Song le explicó que ser discapacitado en un país budista es bastante más duro que serlo en Occidente, porque los budistas tienen asumida la noción de karma. No se concibe que un accidente sea algo gratuito.

     -O sea que si pisas una mina, saltas por los aires y te quedas sin piernas, ¿resulta que es por tu culpa?

     -Es tu karma: estás pagando algo que has hecho o has dejado de hacer en esta o en otra vida. Hubo personas que dijeron que si yo no hubiera intentado escapar a Tailandia, no me hubiera pasado nada. Me echaron en cara haberlo intentado. Como si me hubiera pasado de la raya…

     -La gente no quiere pensar que las cosas ocurren porque sí, pues entonces les puede pasar a ellos. Es mejor encontrar una razón: fulanito es inconsciente, menganito ha sido demasiado ambicioso… Yo también pienso muchas veces que si me hubiera ido a Estados Unidos con Mathilde no me hubiera pasado nada… Te puedes repetir esas cosas hasta volverte loco. Al final no sirve de nada.

     Contrariamente a lo que pensaba Christophe, el sentimiento de culpabilidad tiene una perversa utilidad para muchos supervivientes. De la misma manera que hay enfermos que justifican su dolencia por un comportamiento errado, como no haberse alimentado adecuadamente o haber trabajado demasiado, muchos accidentados necesitan pensar que son la causa de su propia desgracia. Precisan de una razón que explique su estado. Encontrar un vínculo entre la víctima y lo que le ocurre es una manera de volver a encontrar el hilo de la existencia. La casualidad, el azar o la simple mala suerte son un vacío al que es imposible aferrarse. Por eso y aunque resulte paradójico, el sentimiento de culpabilidad está asociado a la superación del trauma*. Inculparse refleja el esfuerzo del superviviente por encontrar sentido a sus desgracias, por entender el por qué a mí y minimizar la posibilidad de lo que es aleatorio e incomprensible. Pensar que uno tiene alguna clase de control sobre sus actos ayuda a reconstruirse un universo. Por eso, algo tan cruel como el sentimiento de culpabilidad forma parte de la recuperación, como en otra etapa también lo forma la depresión. Es un sentimiento que representa el intenso anhelo de la mente humana de comprender el mundo, de buscar un sentido a la vida en la estela del sufrimiento¨.

 

¨*Un estudio norteamericano (citado en Coping with negative life events, Nueva York, Plenum, 1987, de Camille Wortman) sobre supervivientes de accidentes varios (paralizados) mostró que un 63 por ciento se culpaban parcial o enteramente de su accidente -que había sido totalmente fortuito¨.

 

¨Al acercarse al mostrador de la compañía aérea el empleado preguntó a Song, refiriéndose a Christophe:

     -¿Cuál es su destino?

     -¿Qué pasa? ¿No me lo puede preguntar a mí? -terció Christophe, poniendo su billete sobre el mostrador-. Que esté en una silla de ruedas no significa que sea un retrasado mental. Voy a París.

     No hacía falta mucho para volver a reconocer viejos compañeros de ruta, como la ignorancia de la gente, el desprecio, la falsa compasión. Si ese empleado de la compañía le hubiera tratado normalmente, Christophe no se hubiera acordado de su problema. «La discapacidad nace en la mirada del otro», le dijo un día Allieu. Pero él no esperaba comprobarlo nada más salir de la clínica¨.

 

Tengo en la cabeza una imagen que vi una vez en Internet. Aparece un niño corriendo, con prótesis en las dos piernas. El texto de la imagen dice ¨tu excusa no es válida¨. En uno de los capítulo se hace referencia a la maratón de Nueva York. Pero no habla de los etíopes o keniatas que ocupan las primeras posiciones, sino de los verdaderos héroes de esta carrera que pasan desapercibidos:

 

¨     Un domingo de noviembre, nada más salir del metro en la calle Cincuenta y Siete, Song se encontró en medio de una multitud agolpada en las aceras. Era el día del gran maratón anual de Nueva York. Horas antes, entre salvas de cañón, helicópteros y cámaras de televisión habían salido del puente de Verazzano sus veintisiete mil participantes en una atmósfera de carnaval.

     La gente aplaudía el paso de un participante peculiar: un hombre, probablemente afectado de parálisis cerebral, sin coordinación en sus brazos, propulsaba una silla de ruedas empujándola con los pies hacia atrás. Corría al revés. A Song le causó tanto estupor como gracia y pensó en su amigo Christophe, quien seguramente hubiera disfrutado con el espectáculo. Más lejos, un corredor ciego unido a un guía por una cuerda roja, daba imponentes zancadas. Al cabo de un rato un pelotón de sillas de ruedas apareció en el extremo de la calle, junto a otros participantes con muletas y hasta en patinete. Pero la imagen que más le impactó fue la de un corredor de mediana edad, corpulento, con pantalón corto, gorra y una prótesis de plástico en lugar de su pierna izquierda, que avanzaba rápida y rítmicamente. Era Dick Traum, presidente del Achilles Club, una organización que había creado en 1982 para incitar al deporte a un grupo de discapacitados de Nueva York. Con él se entrenaban paralíticos cerebrales, enfermos de esclerosis múltiple, invidentes, afectados de polio, parapléjicos, amputados, cojos, mancos, etc. Todos afirmando su capacidad -y no su discapacidad- al competir junto a atletas válidos en competiciones como el maratón de Nueva York, el acontecimiento deportivo más masivo del mundo. Embelesado en sus pensamientos, Dick Traum parecía ignorar los mimos de la muchedumbre. Era como si la fuerza de la gravedad, el cansancio, la edad, la discapacidad o enfermedad, todo lo que ata al ser humano a su propia mortalidad hubiera quedado relegado en la línea de salida. El paso de los «Achilles» era lo más emocionante y surrealista que Song había visto en su vida¨.

 

«No fueron los campos de exterminio, las montañas de calaveras o de huesos humanos lo que nos impresionó más -seguiría contando Bob Muller-. Fue la mirada de la gente. Todos contaban de manera compulsiva, con los ojos muy abiertos, cómo habían sobrevivido a los Jemeres Rojos. Cada uno te contaba su historia, y eran similares. Todos habían perdido una larga lista de familiares. Era como si esa sociedad hubiera sufrido un ataque de nervios colectivo. El centro de detención de Tuol Sleng me produjo escalofríos. En ese antiguo colegio convertido en centro de tortura todavía se veían en 1984, cinco años después de la caída del régimen de Pol Pot, manchas de sangre. A pesar de la brutalidad de la guerra de Vietnam, en ese conflicto hubo un mínimo de racionalidad. En Camboya no. Fue devastador constatar lo que los seres humanos pueden acabar haciendo a sus semejantes. Y eso que he vivido una guerra y entiendo esa locura. Camboya fue más allá de la guerra, más allá del genocidio. Llegó al autogenocidio: la gente se destruía a sí misma, lo que es una categoría de conducta a la que el mundo debería responder, aunque sólo sea por mantener la conciencia moral. Pero nadie intervino para detener el horror de los Jemeres Rojos. En aquel viaje a Camboya perdí mucha esperanza, perdí la confianza en que la raza humana pudiera sobrevivir como especie. Me di cuenta de que el genocidio es algo recurrente en la historia de los hombres y que solo es cuestión de tiempo antes de que esta tendencia a enloquecer conecte con la capacidad tecnológica que permita acabar con todo.»

 

Ese centro de detención de Tuol Sleng lo visité cuando estuve en Camboya en julio de 2007. Así lo reflejaba en mi blog:

 

¨Vuelvo por el boulevard Monivong a la zona de mi hotel, donde como tranquilo. Tras lo cual, me dirijo en la otra dirección al museo Tuol Sleng. No conocía mucho de la historia de Camboya, y me quedo de piedra al conocer las burradas cometidas en este país. Durante los años 60, mientras sus vecinos Laos y Vietnam estaban en guerra Camboya era un remanso de paz. Sin embargo, todo cambio en los 70-s, con una brutal guerra civil. El régimen Khmer Rouge (1975-1979) cometió un genocidio del que da buena cuenta el museo que fui a ver. Antes de ser un museo, y antes de 1975 era una high school, un instituto de secundaria. En 1975 paso a ser una cárcel, por donde entre 1975 y 1978 pasaron unas 17,000 personas, la mayoría de las cuales fueron torturadas y asesinadas. Al igual que el ejército nazi, el régimen Khmer Rouge era bastante meticuloso en mantener registro de sus barbaridades, así que en el museo se pueden ver fotos espeluznantes de un montón de víctimas, hay instrumentos de tortura, … te quedas sin palabras. Si detenían a uno con él se caía todo el equipo, familia, mujer, niños pequeños… todos asesinados. 

 

A unos 15km de Phnom Penh están los llamados ‘Campos de la muerte’, fosas comunes donde enterraban a estos prisioneros. Se pueden ver unas 8.000 calaveras, ordenadas por sexo y edad, pero con lo del museo ya tuve suficiente. También en el había un montón de calaveras, con cráneos agujereados y un cartelito que te decía como había muerto esa  persona, si con un disparo, con un golpe, …  Parece raro visitar un museo de una cárcel, pero me ayudó a entender mejor la historia. Como la visita a la cárcel de Robbin Island, donde estuvo Nelson Mandela, me ayudo a comprender mejor lo del Apartheid en South África¨.

 

¨A Song sólo le quedaba esperar. Entrenarse, correr y esperar. De nuevo fue a consultar con el maestro bonzo del templo de Brooklyn, quien le dijo que sólo tenía que dejarse llevar por el tao, el fluir del ancho río de la vida, para encontrar su lugar en el mundo¨.

 

¨Un mes después de esa conversación, Ed Miles llegó a «la ciudad rosa» acompañado del doctor Mitra. Jaipur no sólo era conocida por el color de sus edificios, cuya piedra pasaba del púrpura al dorado a lo largo del día, sino también por la calidad de sus gemas y el trabajo de sus orfebres. La silueta del Palacio del Marajá se dibujaba con nitidez sobre el fondo de los patios y jardines, que ocupan una séptima parte de la ciudad. Jaipur había sido una ciudad de príncipes y guerreros, de feroces contiendas y leyendas millonarias. Sus tesoros arquitectónicos habían visto desfilar a generales y virreyes a lomos de elefantes ataviados con telas incrustadas de piedras preciosas. El aroma de los fastos de su pasado se unía a su vitalidad desbordante. En la calle de los canteros, el bazar de los tejidos y el mercado de las flores, multitud de pequeños artesanos fabrican de todo, desde juguetes de madera hasta piezas para la industria aeronáutica.

     Jaipur también es conocida en la India como la ciudad de los médicos. El enorme hospital Sawai Mansingh forma el núcleo central de un complejo que comprende una Facultad de medicina, una de farmacia, varias bibliotecas, residencias para estudiantes y hasta una oficina de correos propia. En el oscuro cuartucho de un semisótano de ese gran hospital, un cirujano ortopédico llamado Sethi había dedicado cuarenta años de su vida profesional a ayudar a que sus pacientes, en su mayoría minusválidos de zonas rurales, los más desválidos de entre los pobres, se tuvieran en pie. Serio, amable y brillante, modesto como como suelen serlo los sabios, de pelo plateado y tez cetrina, sonrisa suave y aspecto majestuoso de guerrero rajput, su razón de vivir había estado siempre guiada por los ideales heredados de su padre, un eminente físico, discípulo del premio Nobel, P. Raman. Eran los ideales de Gandhi, ideales de justicia que el férreo sistema de castas parecía negar a sus compatriotas¨.

 

¨     Los enfermos salieron de su postración. Llegaron por decenas, luego por centenares. Los médicos, que siempre habían pensado que la polio era una enfermedad de escasa incidencia en la India, descubrieron que era la mayor causa de discapacidades. «Aquí llegaban pacientes de sesenta años que llevaban cuarenta años arrastrándose por el suelo -diría Sethi-. Obviamente no estaban satisfechos con su existencia. Me di cuenta de que la idea tan extendida del fatalismo de los indios no es más que un prejuicio. Cuando se les ofrece algo para cambiarles la vida, lo aprovechan.»

 

¨.    El doctor Mitra, que tanto había luchado para que se adoptase el sistema de Sethi, iría aún más lejos: «Las soluciones a los problemas del Tercer Mundo no están ni en las universidades de Occidente, ni en las sedes de las multinacionales, ni en las organizaciones de ayuda, sino en las callejuelas de Jaipur, en los arrabales de Phnom Penh y en las miríadas de pequeños talleres repartidos por los barrios de chabolas de las ciudades del Tercer Mundo. Cualquier solución desarrollada localmente sobrevivirá porque nace de la propia necesidad. Hasta que las organizaciones de ayuda no comprendan esto, su trabajo y su dinero no serán todo lo beneficioso que deberían ser.»

 

En los capítulos finales del libro se mete caña a la Cruz Roja, que como gran organización puede tener diferentes intereses:

 

¨.    Song desempeñaba varias tareas en Kien Klang: hacía de intérprete, llevaba la contabilidad, se entrevistaba diariamente con diversos funcionarios, contrataba obreros, ayudaba a restaurar los barracones. Emprender algo en Camboya significaba luchar contra la pobreza, la enfermedad, la corrupción, la indiferencia y la resistencia de algunas poderosas organizaciones como la Cruz Roja. Pero la recompensa era inmediata porque cada progreso diario era vivido como un éxito. La gratitud de la gente hacía olvidar los sinsabores y los quebraderos de cabeza¨.

 

¨    Song había salido del pozo sin fondo en que estaba gracias a Ed Miles, que, nada más regresar de la India, le había enfrentado con la idea del suicidio. Su argumento había sido directo y sencillo. En lugar de hablarle de las maravillosas cosas que ofrecía la vida, lo que hubiera sido inútil, le había explicado los perjuicios que su muerte causaría a la fundación. El mensaje había sido claro: ahora que iba a funcionar el taller de prótesis, su presencia y su trabajo serían imprescindibles, con o sin silla de ruedas. Era urgente dar salida a los doscientos tullidos del centro y luego atender a la cola de decenas de miles que estarían esperando. La vida de Song, según le dijo Ed, estaba de momento hipotecada. De la misma manera que un miembro de una familia se debe a los suyos, Song se debía a la aventura de Kien Klang. Después de que se encarrilase, Song tendría todo el tiempo del mundo para desaparecer de la faz de la tierra¨.

 

Es muy interesante leer cómo los Juegos Olímpicos de Barcelona fueron los primeros juegos paraolímpicos masivos. La organización no fue fácil y aquí extraigo un par de párrafos:

 

¨    Para encontrar un concepto de espectáculo, Gloria se preguntó qué tenían en común las historias de discapacitados: «Al principio hay algo muy oscuro, muy negro. No puedes caminar, no puedes controlar tu cuerpo pero luego, en contrapartida, hay una parte lúcida, una parte de distanciamiento sano, como los ancianos que lo ven todo desde otra perspectiva. El ejemplo vivo de esta transformación estaba en los grandes discapacitados de la historia: la sordera no había impedido a Beethoven componer, ni la parálisis dirigir los destinos de su país a Franklin Roosevelt, ni la falta de un brazo impedir que Cervantes escribiese el Quijote. Más bien al contrario, era como si mutilados, ciegos y discapacitados tendiesen a desarrollar habilidades compensatorias para recomponer su nueva personalidad. De la oscuridad a la luz, ésa era la idea que me volvía a la mente.» Había que encontrar el equivalente de esos grandes pensadores en la actualidad. Un nombre destacaba por delante de todos los demás: Stephen Hawking. «Trabajaba en el tema de loagujeros negros del espacio, que era como una metáfora de la idea que yo quería expresar —añadiría Gloria—, y el propio Hawking había reconocido públicamente que no hubiera llegado hasta allí sin su enfermedad.» Impedido de caminar y de hablar desde hace quince años, con la única habilidad de mover los músculos faciales y dos dedos de la mano izquierda, la vida de este físico inglés ha sido y es puramente intelectual. Hoy en día la ciencia le debe los adelantos más importantes en física teórica desde Einstein. Hawking ha sabido convertir su silla de ruedas en un observatorio para estudiar el origen, el funcionamiento y el fin del universo. Nadie mejor que él, pensó Gloria, ilustraba el poder del hombre para sondear la vida con la inteligencia. El poder de la mente¨.

 

«Cada uno de nosotros lleva dentro de sí una chispa de luz, una fuerza creativa —decía Hawking en su mensaje—. Algunos de nosotros hemos perdido la capacidad de usar partes de nuestros cuerpos debido a enfermedades o accidentes. Pero eso no tiene importancia. Es sólo un problema mecánico. Lo verdaderamente importante es que conservamos el espíritu humano, la capacidad de crear. Esta creatividad puede asumir muchas formas, desde la física teórica hasta los logros deportivos. Lo importante es que lleguemos a destacar en algún campo. Y estos juegos son una excelente oportunidad para conseguirlo.» Estuvieron el día entero filmándole: «Yo sentía apuro por la cantidad de veces que Hugh le hacía repetir, pero él nunca puso objeción alguna. Al contrario, parecía divertirse. Cuando le sacudió una especie de estertor pensé que le ocurría algo grave. Pero su asistente personal me tranquilizó: Hawking se estaba riendo.»

 

¨    En el segundo acto, la bella Gloria Rognoni apareció en escena para presentar el momento culminante de la noche: el mensaje de Stephen Hawking, «un hombre que se halla al límite de la discapacidad física, pero también al límite de la capacidad mental», dijo ella. Entre el cielo estrellado, representado por los abanicos abiertos del público, la voz metálica de Hawking retumbó acompañada de música. En la pantalla gigante que dominaba el estadio, su rostro y su cuerpo añadían una extraña magia a su mensaje, que terminaba así: «En los últimos treinta años, otros grupos discriminados, como las mujeres y personas de diferentes razas, han conseguido que se les tratara igualitariamente y se reconocieran sus necesidades. Ya es hora que obtengamos el mismo respeto por las necesidades de las personas con discapacidades. Éste es el mensaje que me gustaría hacer llegar a los que participan en estos juegos. Buena suerte para todos.»¨

 

Un libro muy interesante que hace que nuestras vidas tomen perspectiva de lo que es importante y la capacidad de lucha que tiene el ser humano sometido a situaciones extremas. Ya lo decía el gran Bob Marley (o algún otro): ¨Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es tu única opción¨.

 

Libros: ¨El monje que vendió su Ferrari¨, de Robin Sharma

Libros: ¨El monje que vendió su Ferrari¨, de Robin Sharma

Dice así la contraportada:

 

¨Desde su primera publicación en Estados Unidos, El monje que vendió su Ferrari ha transformado la vida de millones de personas. Robin Sharma nos explica en él la historia de Julian Mantle, un abogado que encubría su gran vacío interior con el éxito profesional.

Si bien El monje que vendió su Ferrari tuvo una tímida recepción al llegar a las librerías, rápidamente se extendió gracias al boca a boca de sus lectores. Desde entonces, el poderoso mensaje de esperanza, inspiración y auténtico éxito que transmite este libro sencillo y extraordinario se ha extendido a lo largo y ancho de todo el mundo. Publicado en 70 idiomas, este best seller internacional ofrece respuestas a las grandes preguntas que nos formulamos sobre la vida, y elabora una guía práctica que ayuda al lector a crear prosperidad, fuerza, felicidad y paz interior.

Aquí encontraréis las claves inolvidables para comprender qué es lo más importante, y para empujaros a una vida de la que podréis sentiros orgullosos para siempre¨.

 

Sobre el autor:

 

¨Robin Sharma es respetado mundialmente por su labor humanitaria y está considerado como uno de los mayores expertos en liderazgo y crecimiento personal. Entre sus clientes se encuentran millonarios famosos, estrellas del deporte y muchas de las empresas incluidas en la lista Fortune 100. Es autor de los best Sellers El monje que vendió su Ferrari, Éxito: una guía extraordinaria y El líder que no tenía cargo, traducidos a más de noventa y dos idiomas, lo que lo convierte en uno de los escritores vivos más leídos¨.

 

Había visto hace mucho este libro en librerías en España. Me di una vuelta por el Instituto Cervantes de Delhi donde hay una tienda de libros, Goyal, y me animé a comprarlo. Pensaba que sería una novela, no le di demasiadas vueltas a lo que ponía debajo del título, ¨Una fábula espiritual¨.

 

Es un libro que se lee rápido y no me ha parecido ni tan aburrido como para dejarlo a medias, ni tan bueno como para que emocionara llegar a casa y ponerme con su lectura. Sin más, probablemente no era el tipo de lectura que me apetecía leer en estos momentos, un tipo de literatura en plan autoayuda que no me atrae demasiado.

 

Sí que extraigo algunas frases y párrafos que me han llamado la atención:

 

¨-En realidad, los buenos jardineros guardan sus posesiones como soldados orgullosos, y procuran que nada pueda contaminar sus plantaciones. Pero fíjate en los residuos tóxicos que la mayoría de la gente mete en el fértil jardín de su mente, y eso un día tras otro: preocupaciones, ansiedades, la nostalgia del pasado, los cálculos sobre el futuro y los miedos que ellos mismos alimentan y que pueden destrozar el mundo interior en cualquier persona¨.

 

¨-Sabes, John, cuando baja el telón sólo hay una cosa sobre la que tenemos dominio absoluto.

-¿Nuestros hijos?

-No; nuestras mentes. Quizás no podamos controlar el tiempo atmosférico, el tráfico o el humor de quienes nos rodean, pero ten por seguro que podemos controlar nuestra actitud hacia esos hechos¨.

 

¨-¿Qué más puede hacer un humilde abogado de clase media para mejorar las cosas?

-En primer lugar, empieza a vivir de tu imaginación, no de tus recuerdos. -Para liberar todo el potencial de tu mente, tu cuerpo y tu alma, primero debes expandir tu imaginación. Verás, las cosas son creadas dos veces: primero en el taller de la mente y después en la realidad. Yo llamo a este proceso el «cianotipo» porque todo lo que creas en tu mundo exterior empieza como una simple cianocopia en tu mundo interior, en la exuberante pantalla de tu mente. Cuando aprendas a controlar tus pensamientos y sepas imaginar gráficamente todo lo que deseas de esta vida terrenal en un estado de absoluta expectativa, las fuerzas dormidas empezarán a despertar en ti. Lo primero que harás será abrir el potencial de tu mente para crear la vida mágica que yo creo que mereces. De hoy en adelante, olvida el pasado. Atrévete a soñar que eres más que la suma de tus actuales circunstancias. Excepto de las mejores. Te sorprenderán los resultados¨.

 

¨-Es como la clásica historia del chico que se fue de su casa para estudiar con un reputado maestro. Cuando conoció al viejo sabio, le preguntó: «¿Cuánto tardaré en ser tan sabio como tú?» La respuesta no se hizo esperar: «Cinco años.» «Eso es mucho tiempo», replicó el muchacho. «¿Y si trabajo el doble?» «Entonces tardarás diez», contestó el maestro, a lo que el muchacho protestó: «Eso es demasiado tiempo. ¿Y si estudio también por las noches?» «Quince años», dijo el sabio. «No lo comprendo», replicó el chico. «Cada vez que prometo dedicar más energías, tú me dices que tardaré más en lograr mi objetivo. ¿Por qué?» «La respuesta es muy sencilla. Si tienes un ojo puesto en el destino que esperas alcanzar, sólo te queda otro para que te guíe en el viaje.»¨

 

¨-Entonces, ¿debo reflexionar sobre mi vida con regularidad?

-Sí. Incluso diez minutos de reflexión diaria pueden tener un profundo impacto sobre la calidad de vida.

-Comprendo. El problema es que, cuando el día se me pone cuesta arriba, ni siquiera encuentro diez minutos para comer.

-Amigo mío, decir que no tienes tiempo para mejorar tus pensamientos es como decir que no tienes tiempo para echar gasolina porque estás demasiado ocupado conduciendo¨.

 

«No hay nada noble en ser superior a otra persona. La verdadera nobleza radica en ser superior a tu antiguo yo.»

 

¨El secreto de la felicidad es simple: averigua qué es lo que te gusta hacer y dirige todas tus energías hacia ello. Haciendo esto, la abundancia iluminará tu vida y todos tus deseos se cumplirán sin esfuerzo¨.

 

Esto me recordó al concepto de ikigai, representado por un diagrama de Venn con cuatro elementos:

-lo que a una persona le gusta

-lo que una persona sabe hacer bien

-lo que el mundo necesita

-aquello por lo que se puede recibir una recompensa.

 

Cuando estos cuatro elementos se superponen, esa persona habría encontrado su ikigai.

La cita anterior se refiere al primero de ellos.

 

¨-¿No me conozco aún?

-La mayoría de la gente no se conoce. No se han tomado el tiempo de analizar sus flaquezas y sus puntos fuertes, sus esperanzas y sus sueños. Según los chinos, tres son los espejos que forman la imagen de una persona: el primero es cómo se ve uno mismo, el segundo cómo te ven los otros, y el tercero refleja la verdad. Conócete a ti mismo, John. Conoce la verdad¨.

 

Este concepto de que hay tres versiones, la mía, la tuya y la verdad, no es nada nuevo. De hecho en el grupo de WhatsApp de colegas lo comenté recientemente. Y mi colega Iriarte fue un paso más reenviándome una frase de Rousseau que va un poco más allá:

¨Siempre hay cuatro lados en una historia: tu lado, su lado, la verdad y lo que realmente sucedió¨, dando a entender que la verdad se construye.

 

¨Dedicar un tiempo a dominar la propia mente, a ocuparse del cuerpo y nutrir el alma te pondrá en situación de desarrollar más riqueza en tu vida. Es como dijo Epicteto hace muchos años: «Ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo.»¨

 

-Muy bien. El octavo ritual es el de la Palabra Hablada. Los sabios tenían una serie de mantras que recitaban mañana, tarde y noche. Me decían que esta práctica era muy efectiva para mantenerse concentrado, fuerte y feliz.

-¿Qué es un mantra?

-Una serie de palabras unidas para crear un efecto positivo. En sánscrito, man, significa «mente» y tra «liberar». Por lo tanto, mantra es una frase pensada para liberar la mente. Y créeme, John, los mantras logran su objetivo de una manera poderosa¨.

 

¨Cuando necesito sentirme motivado, puedo repetir una frase dos o trescientas veces. Por ejemplo, para mantener la sensación de autoconfianza que he venido cultivando, repito: «Soy fuerte, capaz y tranquilo.» También utilizo mantras para mantenerme joven y vital -admitió Julián.

-¿Un mantra para mantenerse joven?

-Las palabras afectan profundamente a la mente. Sean habladas o escritas, su influjo es poderoso. Aunque lo que dices a los demás es importante, lo es más lo que te dices a ti mismo.

-¿Una especie de monólogo?

-En cierto modo. Tú eres eso que piensas todo el día. Eres también lo que te dices a ti mismo todo el día. Si dices que estás viejo y cansado, este mantra se manifestará en tu realidad exterior. Si dices que eres débil y careces de entusiasmo, así será tu mundo. Pero si dices que eres sano, dinámico y pleno de vida, tu vida cambiará radicalmente. Las palabras que te dices a ti mismo afectan a tu autoimagen y ésta determina qué medidas tomas. Por ejemplo, si tu autoimagen es la de una persona que carece de confianza para hacer algo valioso, sólo podrás hacer cosas que se avengan a este rasgo. Por el contrario, si tu autoimagen es la de un individuo radiante que no le teme a nada, tus actos, una vez más, se corresponderán con esta característica. La autoimagen es una especie de profecía que se cumple por sí sola¨.

 

En el curso de yoga que hice la profesora solía empezar las clases con un mantra al estilo del señalado arriba. El más famoso que he escuchado en las montañas indias es el ¨Om mani padme hum¨. Aquí tenéis el significado y aquí lo podéis escuchar por horas.

 

«Siembras un pensamiento, cosechas una acción. Cosechas una acción, siembras un hábito. Siembras un hábito, cosechas un carácter. Siembras un carácter, cosechas un destino.»

 

Sobre el hábito, en el libro se menciona en varias ocasiones los 21 días que lleva inculcar un hábito, según estudios.

 

¨Y recuerda que quien fracasa en la planificación, planifica su fracaso¨.

 

¨-Que el mejor momento para plantar un árbol fue hace cuarenta años. El segundo mejor momento es hoy. No malgastes ni un minuto de tu vida. Fomenta una mentalidad de lecho de muerte¨.

 

¨-Sí, realmente eres un hombre nuevo -concedí, riéndome por dentro al imaginar a este monje ataviado con el hábito tradicional de Sivana subiendo al despampanante Ferrari de su antigua existencia.

-Quizá sería más exacto decir un nuevo ser.

-No veo la diferencia -repuse.

-En la India se dice este aforismo: «No somos seres humanos con una experiencia espiritual. Somos seres espirituales con una experiencia humana.» Yo sé cuál es mi papel en el universo. Veo qué soy. Ya no estoy en el mundo. Es el mundo el que está dentro de mi¨.

 

¨Recuerda, John, la vida no siempre te da lo que pides, pero sí te da lo que necesitas¨.

 

¨-El yogui Raman sabía mucho de contar historias, pero hay una que destaca sobre las demás. ¿Puedo contártela?

-Desde luego.

-Hace muchos años, en la antigua India, un marajá quiso erigir un gran tributo a su esposa como muestra del amor y el cariño que sentía por ella. El marajá quería construir un edificio que no se pareciera a ningún otro, un edificio que brillara en la noche y que la gente pudiera admirar en siglos venideros. Así que día a día, bloque a bloque, sus obreros se afanaban bajo un sol abrasador. El edificio iba tomando cuerpo poco a poco, cada vez se parecía más a un monumento, un hito de amor destacándose contra el azul cielo indio. Finalmente, tras veintidós años de avances paulatinos, el palacio de mármol puro quedó terminado. ¿Sabes de qué estoy hablando?

-Ni idea.

-Del Taj Mahal, una de las siete maravillas del mundo. Lo que trato de decir es simple: todos los pobladores de este planeta son una maravilla. Cada uno de nosotros es un héroe, de un modo otro. Cada uno de nosotros tiene el potencial para hacer grandes cosas, para alcanzar la felicidad y sentirse satisfecho. Todo lo que se necesita es dar pequeños pasos en la dirección que marcan nuestros sueños. Como el Taj Mahal, una vida colmada de maravillas se construye día a día, bloque a bloque. Las pequeñas victorias conducen a grandes victorias. Esos cambios casi insignificantes, esas mejoras que te he sugerido, producirán hábitos positivos. Los hábitos positivos producirán a su vez resultados. Y los resultados inspirarán un cambio más importante en lo personal. Empieza a vivir cada día como si fuera el último. A partir de hoy, aprende más, ríe más y haz lo que realmente te encanta hacer. No renuncies a tu destino: lo que está detrás de ti y lo que está delante de ti poco importa comparado con lo que está dentro de ti¨.

 

Libros: ¨The Perfumist of Paris¨, by Alka Joshi.

Libros: ¨The Perfumist of Paris¨, by Alka Joshi.

La novela ¨La perfumista de París¨ es la tercera novela de la Trilogía de Jaipur.

Leí las dos primeras, ¨La artista de henna¨ y ¨Los secretos de Jaipur¨, me encantaron, y tenía muchas ganas de ponerme con la tercera, que fue publicada originalmente en inglés el 28 de marzo de 2023. A la hora de buscar este título en español, ¡oh, desgracia!, vi que a día de hoy todavía no se ha traducido ni hay fecha para su publicación en castellano. Está a la venta en holandés como ¨De geur van regen¨ desde el 4 de mayo de 2023, en francés como ¨La Parfumeuse de Paris¨ desde el 12 de julio de 2023 y en portugués como ¨A perfumista de Paris¨ desde el 2 de octubre de 2023. En alemán se publicará como ¨Die Parfümeurin von Paris¨ el 21 de mayo de 2024 y está en danés como ¨Parfume Mageren Fra Paris¨. En español… ¡nada de nada! ¡Qué triste!

 

Grandes males, grandes remedios y como no puedo esperar a que se publique en castellano me he puesto con la edición original en inglés. ¡No me ha defraudado, me ha encantado!

 

Dice así la contraportada:

 

¨París, 1974. Radha is now thirty-two and living in Paris with her husband, Pierre, and their two daughters. She stills grieves for the baby boy she gave up years ago, when she was only a child herself, but she loves being a mother to her daughters, and she´s finally found her passion -the treasure trove of scents.

 

When her friend’s grandfather had offered her a job at his parfumerie, she quickly discovered she had a talent -she could find the perfect fragrance for any customer who walked through the door. Now, ten years later, she´s working for a master perfumer, helping to design completely new fragrances for clients and building her career one scent at a time. She only wishes Pierre could understand her need to work. She feels his frustration, but she can´t give up the thing that drives her.

 

Tasked with her first major project, Radha travels to India, where she enlists the help of her sister, Laskhmi, and the courtesans of Agra -women who use the power of fragrance to seduce, tease, and entice. She´s on the cusp of a breakthrough when she finds out that the son she never told her husband about is heading to Paris to find her -upending her carefully managed world and threatening to destroy a vulnerable marriage¨.

 

Sobre la autora:

 

¨Alka Joshi was born in India and raised in the US. She has a BA from Standord University and an MFA from California College of Arts. Joshi´s debut novel, The Henna Artist, immediately became a NYT bestseller, a Reese Witherspoon Bookclub pick, was long-listed for the Center for Fiction First Novel Prize, and is in development as a TV series. Her second novel, The Secret-Keeper of Jaipur, was released in 2021. The Perfumist of Paris is her third novel¨.

 

¡Vaya éxito! Tres novelas, tres bombazos.

 

En la línea habitual, extraigo párrafos que me han llamado la atención, empezando con esta cita que aparece al principio:

 

¨Smell is a potent wizard that transports you across thousands of miles

and all the years you have lived.¨

-Helen Keller-

 

Sin duda. Hay olores que inmediatamente nos transportan a una persona que conocimos en el pasado o a un lugar. Fascinante.

 

Curiosamente la novela empieza el día de mi nacimiento, que fue el decimoséptimo cumpleaños de uno de los personajes: 

 

¨Paris

September 2, 1974

 

I pick up on the first ring; I know it´s going to be her. She always calls on his birthday. Not to remind me of the day he came into this world but to let me know I ´m not alone in my remembrance.

    ¨Jiji?¨ I keep my voice low. I don´t want to wake Pierre and the girls.

    ¨Kaisi ho, choti behen?¨ my sister says. I hear the smile in her voice, and I respond with my own. It´s lovely to hear Lakshmi´s gentle Hindi here in my Paris apartment four thousand miles aways. I´d always called her Jiji -big sister- but she hadn´t always called me choti behen. It was Malik who addressed me as little sister when I first met him in Jaipur eighteen years ago, and he wasn´t even related to Jiji and me by blood. He has simply her apprentice. My sister started calling me choti behen later, after everything in Jaipur turned topsy-turvy, forcing us to make a new home in Shimla.

    Today, my sister will talk about everything except the reason she´s calling. It´s the only way she´s found to make sure I get out of bed on this particular date, to prevent me from spiraling into darkness every year on the second of September, the day my son, Niki, was born¨.

 

El siguiente párrafo me ha llamado la atención porque menciona al padre de Rudyard Kipling, quien por lo visto diseñó la iglesia Christ Church en Shimla:

 

¨Pierre has a lovely, melodic voice. He used t oread the Notre-Dame de Paris to me in bed when we were first together. A peculiar choice, but it had a significant role in our courtship. Our first date had been a walk along the Ridge in Shimla. He stopped to admire the Gothic architecture of Christ Church, praising the pointed arches, the stained-glass windows designed by Rudyard Kipling´s father, the rib vaults. ¨But it´s nowhere as grand as the Notre-Dame Cathedral in Paris. Have you seen it?¨ he asked.¨

 

¨Hah!¨ I stifle a laugh. ¨If anything, it´s worse. Every year, the same fight. She wants the grils to go to Marymount, the Catholic school. How can I raise my girls in a religion with only one God when I´ve grown up with Swaraswati and Vishnu and Durga and Lakshmi and Ganesh and Hunuman? I would rather let the girls decide what they want to believe when they´re older.¨

 

¨Now, as I sit in Agra at Hazi and Nasreen´s house, what I´m feeling is excitement, the same excitement I felt when I ran to Paris with Pierre. As if I´m about to start a new adventure, one which promises to shed old sking, like a king cobra. Maybe Jiji´s right. Maybe this trip will result in something remarkable, something manificent.

    I look up at my sister and realize she´s been watching me. Her green-blue-gray eyes are thoughtful. It´s as if she´s privy to the thoughts flitting across my brain, making me wonder if I´ve spoken them out loud. I look away, shielding my eyes from her gaze.

    She taps my knee. ¨You know, Radha, I don´t always know what I´m doing. I try something. If it doesn´t work, I try something else. None of us are perfect, are we? But we have to keep trying to be our best selves. You are on your way to the top. You´ll make some missteps, but that´s normal. Mostly you´re going to do things that you didn´t know you are capable of.¨

 

¨I am so pleased I sit back and survey my perfume organ. I used to have a tiny brass statue of Ganesh, the Remover of Obstacles, hidden among the bottles of scent. Laskhmi sent it to me when I first began working for Delphine. But I felt self-conscious in case Celeste saw it when she did her monthly inventory. I take it out now from my bottom drawer. Lord Ganesh gazes at me placidly from his perch on a rat. In his four hands are items that have meaning for me and the significance I have given to each: a lotus flower for the knowledge that has led me to this place in time; laddus for the sweet results of my efforts; a hatchet to clear what stands in my way; and the blessing of his hand that I need for each project. Not everyone would agree with my interpretation, for there are many images of the Elephant God, and they all differ in some way. I cannot perform aarti for him here at work, but on this occasion, I take his benediction into my hands anyway and bring it to my face. What I´m doing is no difference from what Florence is doing this morning at mass -accepting the blessing of her chosen God¨.

 

El tema de feminismo está presente a través de sus dos personajes principales, Radha y Lakshmi, dos mujeres inteligentes en sociedades no igualitarias. En este caso, sin embargo, es Florence la que pone voz a la discriminación de las mujeres:

 

¨She´s still talking. ¨Being a woman is difficult. I can see why my mother didn´t like her own gender. We can do so much. Give so much. But not everyone wants what we´re offering. And in the end, we´re left with… pieces of a whole. Shards. Splinters. Chips. Pick them up, they cut your hands. Leave them on the ground, they cut our feet. It´s hard for us to just walk away.¨

 

Esta vez es Sheela hablando:

 

¨I´m starting a company that I hope will support them one day. It´s called Remember Me. A line of scents for the women in classic paintings, the ones history forgot or ignores.

    Did you know I studied art history in the States? I´ve spent a lot of time with the paintings here in Paris. When I look at the ballerinas of Dégas or the dancing girls of Lautrec or Titian´s Girl in a Fur, I wonder about the female subjects. They were as critical to the artist´s success as his skill. They posed for hours, ignoring their thirst or hunger, their aching muscles. Who were they to the painter? What were they thinking while posing? Why did they agree to pose for him? Whom were they supporting with the money they might have been paid? So many questions for me. But I find few answers. Why does no one talk about these women? The focus is always on the men -the artists. I started wondering: When I die, who will remember me? I´ve raised two incredible girls. Yet, the Singhs places them second to boys. Who will remember my daughters? Are men the only figures to be immortalized in history?¨.

 

¨Did you know there´s a Hindu belief that the people known to you in this life are the same that we´re always trying to learn how to coexist with those people in a better way? Agnes was your mother in this life, but you might have been her mother in our past life or her best friend.¨

 

A Radha, la perfumista de París, le encargan encontrar la fragancia que representaría a la mujer en el cuadro ¨Olympia¨ de Édouard Manet. La mujer que posó como modelo en esa pintura fue Victorine Meurent. Le siguieron otros perfumes que representaban a otras seis mujeres olvidadas:

 

¨During the last four months, Delphine, Michel and I have identified six of Sheela´s ¨forgotten women¨ from classic paintings. I´ve been studying each of them -Gérard had been a big help -to develop ideas about fragrances that could define them. There´s van Gogh´s La Berceuse, a portrait of Augustine Roulin, the wife of the Arles postman who befriended the painter. She´s looking away from the painter, as if she´s not comfortable with him; there are depths of meaning to be uncovered there. There´s Berthe Morisot´s The Cradle, where a woman watches over a sleeping baby, lost in thought. Is she the mother or the governess? What is she thinking? We are also considering Morisot´s Woman at Her Toilette because of the beauty of the subject´s half-dressed torso. Is she getting dressed or undressed? Something about the twist of her back seems resigned, and we´re thinking of exploring that. We wanted to include and accomplished Indian painter, of course, and Sumair by Amrita Sher-Gil seems a perfect choice. And although I´m not a big fan of Gaugin´s appropriation of Tahitian women, I think we do need to honor his teenage Tahitian wife and muse in Tehama Has Many Parents¨.

 

Es un libro que te hace pensar sobre la discriminación histórica hacia las mujeres. También, menciona cómo la industria de los perfumes perjudica la ecología:

 

¨There´s no easy way to justify a life taken. The Himalayan while-bellied musk deer lends his life to the creation of musk, the scent used in so many fragrances around the world. Sandalwood oil, a popular base note we use at the House of Yves, is produced by chopping down entire forests that take up to sixty years to grow. The forests are not being replenished. Until I started working with scents, I´d never given much thought to where agarbatti, incense sticks, came from. The agarwood tree becomes infected by a fungus, occurring naturally, that produces an aromatic resin used in perfumes. In India, whenever I walked past a temple or mosque or a shop with a small puja, I would feel soothed by the scent of incense, never once calculating the cost of that luxury. Agarwood trees are dying out. Same with the depletion of vetiver grass from India, the scent I wrestled with in Delphine´s formula years ago and which led to my work on the Olympia project¨.

 

Esta cita me ha hecho gracia: ¨A wise man to the rest of the world is a nobody at home¨.

 

Me ha encantado la novela y espero que la escritora Alka Joshi publique su cuarta novela pronto.

Libro - ¨Los secretos de Jaipur¨ de Alka Joshi.

Libro -  ¨Los secretos de Jaipur¨ de Alka Joshi.

Terminado ¨La artista de henna¨ me puse inmediatamente con la continuación de la historia de Lakshmi, Malik y compañía. El primer libro me fascinó y este segundo de la trilogía de Jaipur también.

 

Dice así la contraportada:

 

¨La India, 1969. Lakshmi, la artista de henna, llegó a los Himalayas hace doce años. Elaborar bonitos dibujos de henna en la piel de las mujeres de las castas superiores es cosa del pasado y ahora se dedica a la medicina natural. Malik, su protegido, es un joven apuesto e instruido que ingresa como aprendiz en el departamento que gestiona los proyectos arquitectónicos del Palacio Real de Jaipur, aunque eso signifique dejar atrás a Nimmi.

El muchacho no tarda en descubrir que nada ha cambiado en la Ciudad Rosa: los favores y el dinero fluyen siempre en la dirección de los poderosos. Cuando el nuevo cine se derrumba la noche de su inauguración, Malik necesitará la ayuda de Lakshmi, la verdadera guardiana de los secretos de Jaipur, para descubrir quién es el responsable¨.

 

Sobre la autora:

 

¨Alka Joshi nació en la India y se crió en Estados Unidos. Estudió Literatura en la Universidad de Standford y obtuvo un posgrado en el California College of Arts.

La artista de henna, su primera novela y best seller de The New York Times, fue elegido por la actriz Reese Whiterspoon para su club de lectura, estuvo nominado para el Center for Fiction First Novel Prize y pronto se convertirá en serie de televisión.

Recientemente, ha recibido el premio a la mejor novela histórica en Francia.

En Los secretos de Jaipur, la autora retoma a los protagonistas de su celebrado debut y regresa a la Ciudad Rosa¨.

 

Extraigo algunos párrafos del libro que me han llamado la atención:

 

¨Algo que tardas años en construir,

puede derrumbarse de la noche a la mañana.

No dejes de construirlo por eso¨.

Madre Teresa.

 

Me ha recordado a esta cita del Dr. Martin Luther King:

¨Si supiera que el mundo se acaba mañana,

yo, hoy todavía, plantaría un árbol¨.

 

¨Cuando era pequeño y trabajaba con la jefa, solía sermonearme sobre que tenía que ser discreto.

«Sabemos cosas sobre la gente, Malik, porque entramos en sus hogares, el lugar en el que son más vulnerables. Eso no significa que podamos ir por ahí pregonando lo que hemos visto u oído. Guardar un secreto confiere más poder que revelarlo»¨.

 

¨Jay y yo habíamos hecho parte del camino intercambiando refranes, uno de nuestros juegos favoritos, para ver quién se sabía el mejor.

-Echar margaritas a los cerdos es tan inútil como…

-Dar un eunuco a una mujer -dije yo riéndome.

Él arqueó las cejas sorprendido y después se rio complacido.

-Mmm. Yo iba a decir como bailar para un ciego, pero el tuyo es mejor¨.

 

¨Me dirige una de sus resplandecientes sonrisas y coge un puñado de semillas de hinojo con azúcar de un recipiente que hay en la mesa. Se las echa a la boca para endulzar el aliento, me guiña un ojo y vuelve con la camarera¨.

 

Esta es una costumbre india que me gusta: después de comer te metes en la boca una mezcla de semillas y especias que tiene una tradición milenaria en la cultura hindú. Se llama mukhwas y te deja un buen sabor de boca, si no tienes oportunidad de cepillarte los dientes después de la comida.

 

¨Kanta habla de la gente que conocemos en Shimla, como los vendedores de tandoori roti, impertérritos en la galería comercial, y uno de los lugares favoritos de Radha y de la jefa, la biblioteca que Rudyard Kipling visitaba con frecuencia¨.

 

¨Cuánto me gustaban las arruguitas que se le formaban alrededor de la boca, el tacto áspero de sus manos, encallecidas durante años de pastorear a sus rebaños con el cayado y de trepar a los árboles para cortar hojas y ramas con que alimentar a las cabras. ¡Cuánto quería a sus cabras! Casi lo oigo ahora mismo diciendo: «No te acerques a una cabra por delante, a un caballo por detrás y a un idiota por ningún lado». ¡Cómo se reía! ¡Como si fuera la primera vez que lo decía!¨

 

¨Pego la oreja a la nariz de mi hermano, pero no respira. Aun así, noto su espíritu en el aire. Mis hijos lo notan también. Chullo empieza a removerse. Rekha me tira del jersey.

-Maa?

Cojo a Chullu y me levanto, me consuela el contacto con su cuerpecito, su calor. Rodeo la cabeza de Rekha con la mano y se pega a mí. No hay necesidad de ocultar la muerte a los niños, no lo hacemos en nuestra tribu. Queremos que los pequeños comprendan que la muerte es tan natural como la vida, tanto para los hombres como para los animales, y cuanto antes lo sepan, mejor.

-¿Te acuerdas de tu tío, bheti?

Ella siente con la cabeza.

-Pues ya no está.

Rekha me mira y mira el cuerpo de su tío en el suelo. Se mete el pulgar en la boca, una costumbre que había abandonado el año pasado.

Chullu me busca los pezones. Tengo que amamantarlo, pero antes debo ocuparme de otra cosa. Vuelvo a mojar el retal de tela con mi leche y se lo lleva a la boca. Lo dejo dentro del portabebés en el suelo y le pido a Rekha que lo vigile. Me siento junto a Vinay y le tomo la mano polvorienta. Recito oraciones que aprendí cuando estaba en el útero de mi madre, mucho antes de nacer. Pido a los dioses que cuiden de mi hermano en el reino de los espíritus, que le proporcionen la vida nueva que merece, que ayuden a su alma a mantener la armonía con aquellos que llegaron antes que él y con los que vendrán después. Repito las palabras hasta que se mezclan con el aire que respiramos.

Los niños me miran en silencio. Parecen hechizados, igual que yo en su momento, al ver por primera vez este ritual. No sé cuánto tiempo estamos así los tres juntos¨.

 

¨Me cargo a Chullu a la espalda otra vez.

-¿Cómo se llama tu caballo? -le pregunta Rekha, mi pequeña y tímida hija, a Laskhmi.

-Chandra.

-¿Por qué le has puesto ese nombre?

-¿Has visto la marca que tiene en la frente? ¿No te recuerda a una media luna?

Rekha lo mira.

-Cuando tenga un caballo, algún día, lo llamaré Gooddu.

Laskhmi le sonríe.

-Un nombre muy bonito. ¿Cómo se te ha ocurrido?

-Así es como me llama Malik.

Lakshmi me mira sonriendo y luego mira de nuevo a Rekha.

-Pero si lo llamas Gooddu, ¿cómo vas a saber si Malik te está llamando a ti o al caballo?

Rekha frunce el ceño y, de repente, se le ilumina el rostro.

-Bueno, aún no tengo caballo.

La bonita risa de Lakshmi resuena entre las paredes del estrecho barranco¨.

 

¨Pese a su tamaño, el joyero se mueve con la elegancia de un guepardo al acecho. Al igual que el médico de la familia, un joyero indio pasa tiempo con sus miembros y se convierte en un amigo y un consejero de confianza para varias generaciones a lo largo de matrimonios, cumpleaños y fiestas varias.

Me doy la vuelta y lo miro de nuevo. Moti-Lal hace alarde de algunas características más del conjunto nupcial ante sus clientes y les recuerda que las piedras están perfectamente engastadas en el conjunto kundan, tal como exigía el sah Jahan que se encajaran la cornalina, el lapislázuli, el ojo de tigre y la malaquita en el mármol del Taj Mahal.

El joyero y sus clientes hacen varios comentarios antes de empezar a regatear el precio. Moti-Lal marca los números en la calculadora con tanto estilo que atrae la mirada de los otros compradores que hay en la tienda, curiosos por saber quién está comprando qué¨.

 

¨-¿Y qué me dices de tu yerno, que está ahí fuera? -digo yo en broma.

-Mohan está bien. -Da un manotazo al aire-. Pero si tú trabajas para mí, podré morirme en paz -añade, y se pone la mano en el pecho y ladea la cabeza con gesto suplicante.

-Lal-ji, aún falta mucho para que te mueras. Y yo no sé nada sobre joyas.

Le habré dicho estas mismas palabras un centenar de veces.

-Escucha con atención -dice dando otra calada-. El dios Brahma, creador del universo, depositó una semilla de su propio cuerpo en las aguas, que se convirtió en un huevo dorado, reencarnación del propio creador. Ese oro, símbolo de pureza, buena suerte y piedad, es lo que vendemos aquí. Ahora ya sabes tanto como yo -dice y expulsa un anillo de humo hacia mí¨.

 

¨Samir está de pie con los brazos en jarras en medio del desastre. La sala está casi vacía. Está hablando de nuevo con el señor Reddy, que tiene la cara y la chaqueta Nehru* cubiertos de polvo y yeso¨.

*«Jawarhal Nehru, primer político elegido primer ministro de la India tras la independencia, representó el enfoque moderno, de clase alta, del atuendo urbano: el casquete nacionalista introducido por Gandhi, el pantalón ceñido y un abrigo ajustado con cuello de tira (achkan). Aunque el abrigo refleja la influencia occidental, el conjunto se inspira en la tradición india. En Occidente, la «exótica» chaqueta Nehru cobró notable popularidad.»

 Historia del vestido, ed. Blume, p. 225 (N. de la T.)

 

¨No es habitual que se celebre un matrimonio entre una hindú y un musulmán. Malik y Nimmi han decidido unirse en una ceremonia civil, como hicimos Jay y yo hace seis años. El magistrado que la ha oficiado se ha marchado ya y la familia y los invitados se disponen a celebrar la boda con un banquete.

Nimmi ha decidido ponerse sus mejores galas y adornos en honor a su tribu. Lleva alrededor del cuello la cadena de oro que Malik le compró en la joyería de Moti-Lal. Ayer, mientras me preparaba para aplicarle la henna, Nimmi me enseñó que había colgado el amuleto de Shiva en el collar.

-Era de Dev -me dijo sonriendo, como si el recuerdo le produjera ahora alegría en vez de tristeza. En ese momento supe lo que iba a dibujarle: la imagen del dios azul, creador y destructor a un tiempo, en la palma izquierda, y en la otra la palabra Om, como la que lleva el propio Shiva en la palma derecha¨.

 

-¨«La manzana no cae lejos del árbol» -dice Samir-. Lo dijo Ralph Waldo Emerson en 1839. Pero yo creo que es así desde tiempos inmemoriales, ¿no te parece?¨

 

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Al igual que en ¨La artista de henna¨, al comienzo del libro hay un mapa de la India con lugares donde se desarrolla la historia y la sección ¨Dramatis personae¨, donde se describen los personajes que van apareciendo en el libro, lo que está genial si se te olvida algún nombre que no aparece con frecuencia. Creo que lo debería tener todas las novelas. Al final del libro hay un glosario de términos en hindi que se utilizan en el libro, traducidos. Son bastante los que usa y vienen muy bien y te ayudan a aprender un poco de esta lengua. En ¨La artista de henna¨, al final del libro venía una explicación sobre el sistema de castas y sobre la historia de la henna. Al final de esta novela hay una explicación sobre la importancia del oro en la India, sobre todo para las mujeres como un recurso financiero en caso de que las cosas vayas muy bien. También se explican diferentes técnicas de joyería y la importancia de la gastronomía india.

 

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La novela comienza con el derrumbe de un cine recién construido en Jaipur, el 12 de mayo de 1969. Curiosamente, mientras leía la novela, aparecieron noticias sobre dos derrumbes:

-el 5 de marzo de 2024 se caía el techo del centro comercial Ambiance en Vasant Kunj, Delhi.

-el 15 de marzo de 2024 se derrumbaba el techo de un bar en el casco viejo de Gasteiz.

 

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La novela me ha encantado, como me fascinó la primera. Me toca ahora ponerme con la tercera y última de la Trilogía de Jaipur, ¨The Perfumist of Paris¨. Aquí me he llevado una pequeña decepción. Esta última novela se publicó en inglés en marzo de 2023 y posteriormente se publicó traducida al francés en julio de 2023 y en portugués en octubre de 2023. En alemán aparecerá traducido en mayo de 2024, pero la traducción al español todavía no tiene fecha. Buhhhhhh! He visto que en la biblioteca del cole está en inglés, así que pese a que no me gusta mucho leer en esta lengua me pondré con ¨The Perfumist of Paris¨ en la lengua en la que fue escrito porque después de leer ¨La artista de henna¨ y ¨Los secretos de Jaipur¨ me apetece mucho continuar con los mismos personajes. Lo cual de por sí es una recomendación para que os pongáis con esta serie, si estáis interesados en conocer más sobre India o leer algo entretenido.