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Basurde Xiao Long

Libros: ¨El silencio de la ciudad blanca¨ -Eva G.ª Sáenz de Urturi.

Libros: ¨El silencio de la ciudad blanca¨ -Eva G.ª Sáenz de Urturi.

Dice así la contraportada:

 

¨Tasio Ortiz de Zárate, el brillante arqueólogo condenado por los asesinatos que aterrorizaron Vitoria hace dos décadas, está a punto de salir de prisión cuando los crímenes se reanudan. En la Catedral Vieja, una pareja de veinte años aparece muerta por picaduras de abeja en la garganta. Pero solo serán los primeros.

 

Unai López de Ayala, un joven experto en perfiles criminales, está obsesionado con prevenir los asesinatos, una tragedia personal no le permite encararlos como uno más. Sus métodos enervan a Alba, la subcomisaria, con la que mantiene una ambigua relación marcada por los crímenes…, pero el tiempo corre en su contra y la amenaza acecha en cualquier esquina. ¿Quién será el siguiente?¨

 

¨Una novela negra absorbente que mezcla mitología y leyendas, arqueología y secretos de familia. Elegante. Compleja. Hipnótica.¨

 

¨Aquí termina tu caza, aquí comienza la mía. Un thriller que no podrás dejar de leer¨.

 

¨Le doy un 10 por la trama originalísima. Cuando la coges, no la dejas¨.

-Carme F. Martínez-

 

¨La ambientación es excelente. Una sorprendente trama, muy bien trazada¨.

-Miguel Ángel López Millán-

 

En este enlace a Youtube podéis ver un tráiler de un minuto sobre el libro:

https://www.youtube.com/watch?v=zyiwHOk6cIE

 

¨Me fascinaba la extraña simetría de los acontecimientos. Víctimas pares, con edades acabadas en cero o en cinco… Un asesino y un policía idénticos… Que los crímenes se detuviesen cuando Tasio entró en la cárcel, que los crímenes se reanudasen cuando estaba a punto de salir…

 

Me fascinaba y me mantenía insomne, debo confesar.

 

Recordé las fotos de todos los dobles crímenes: la pareja desnuda, que se consolaba cariñosamente, enmarcados por un triángulo isósceles, rodeados en su jardín del Edén en forma de eguzkilores, de flores del sol, y, por último, los elementos ejemplarizantes vegetales o animales como armas del crimen: el tejo, símbolo de la inmortalidad, y la abeja, símbolo de la castidad.

 

Por primera vez fui consciente de estar leyendo, por fin, la novela que el asesino estaba escribiendo para los iniciados que supieran verlo: cada doble crimen era un capítulo.¨

 

Sobre la autora:

 

¨Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria). Titulada en Optometría, ocupó diversos puestos de dirección en el sector óptico y posteriormente desarrolló su carrera profesional en la Universidad de Alicante. En 2012 su novela La saga de los longevos se convierte en un fenómeno de ventas y se traduce al inglés con gran éxito en Estados Unidos y Gran Bretaña. En 2014 publica Los hijos de Adán y la novela histórica Pasaje a Tahití (Espasa). Sus tres novelas han sido número uno en digital a nivel nacional. Es jurado habitual en concursos literarios y colabora en la Cadena Ser. Su curso de Marketing On-line para Escritores es uno de los mejores valorados. Conferenciante y formadora experta en escritura creativa, imparte numerosas ponencias de literatura y social media. Es una de las escritoras nacionales con más seguidores en la red¨.

 

http://www.evagarciasaenz.com/

 

Paseando por las casetas de la Feria del Libro de Bilbao compré este libro sin ninguna referencia del título ni de la autora. Me llamó la atención que era una novela de misterio y que en la portada aparecía la foto de la plaza principal de mi ciudad,  Vitoria-Gasteiz. Ayudó a tomar la decisión ver que estaba editado por la editorial Planeta y que en un mes habían sacado la tercera edición. Con lo que malo no tenía que ser…

 

¡Y menudo acierto! No es que sea un libro que se deja leer, o simplemente bueno. ¡Es una maravilla de novela! Desde que la empecé no la pude dejar. Normalmente tengo la costumbre de leer por la noche antes de dormir, pero con este título me vi encontrando momentos a lo largo del día para poder seguir con la trama. Y así terminé en 6 días las 471 páginas de las que consta el libro.

 

La acción se desarrolla en Vitoria y pueblos de alrededor, con lo que para un lector familiarizado con la ciudad y su historia va a ser mucho más atractiva, y de hecho diría que es imprescindible para un lector gasteiztarra ponerse con este libro. Pero no hace falta ser babazorro para disfrutar de esta trama policiaca en la que una pareja de la División de Investigación Criminal de la policía trata de detener a un asesino en serie analizando los asesinatos previos.

 

Lo bonito de este tipo de novelas es cómo el autor te va dando indicios de quién es el criminal para, en el último momento, tener que descartarlo y desviar tus sospechas o teorías hacia otro motivo o personaje, prácticamente teniendo que empezar de cero. Lo que te mantiene completamente enganchado.

 

Si a día de hoy algún amigo me pidiera una recomendación le sugeriría este título, y con eso queda recogida mi valoración del libro. Por mi parte entre mis prioridades para leer están ya los títulos publicados anteriormente por la misma autora, mencionados previamente.

 

Al leer la sección de agradecimientos al final del libro me sorprendió leer:

¨Mi agradecimiento a mi promoción del colegio San Viator del 72, por aquel reencuentro inolvidable que me mantuvo motivada en esta dura tarea de terminar una novela. Por aquel Lau Teilatu que todos cantamos, emocionados, como si aún tuviéramos quince años y nos quedase mucho mundo por merendarnos. Estoy convencida de que el mundo todavía es nuestro y tenemos mucha guerra que dar¨.

 

Me sorprendió porque yo soy de la promoción de San Viator del 74, así que hemos compartido colegio en la misma época, con un par de años de diferencia. Ella terminaría COU en el 90, yo terminé en el 92 y el próximo verano nos toca a nuestra quinta ese reencuentro de XXV aniversario. Ojo, en nuestra promoción también contamos con un par de buenos literatos como Gorka Marañón o Pedro Tellería que han publicado obras.

 

La canción Lau teilatu se menciona también en la novela.

 

¨- Esto es como estar dentro de una estrofa de Lau teilatu. Cada vez que subo aquí me viene esa canción a la cabeza: Sobre cuatro tejados, la luna en medio y tú, con la mirada en alto… Te la he traído.

Saqué el móvil del bolsillo trasero del vaquero y le enganché un auricular. Después se lo puse en un oído y yo me lo coloqué también en mi oreja. Ahora estábamos conectados por una banda sonora que solo ella y yo escuchábamos, ajenos al silencio de los creyentes que procesionaban varios metros bajo nuestros pies, y aquel momento fue lo más cerca que me había encontrado emocionalmente de alguien desde la recta de los pinos.

- Y otra vez seremos felices en las fiestas de cualquier pueblo –terminó ella de traducir.

- Ojalá, ojalá hubiéramos coincidido en las fiestas de cualquier pueblo –me atreví a decir- (…)¨

 

Cuando leí este párrafo me dio por cantar esa mítica canción de Itoiz, porque es de esas canciones que emocionan, que marcan. El escenario en el que transcurre ese diálogo es en un tejado de la Virgen Blanca, y cuando pase por allá la próxima vez seguro que alzaré mis ojos hacia donde se describe esta escena literaria.

 

Por terminar, siendo vitoriano es una novela con la que es muy muy fácil crearte la película en la cabeza, porque reconoces perfectamente todos los escenarios. Por la tensión y por la historia sería también una excelente película en cines. A ver si la novela llega a algún productor cinematográfico y se embarca en llevarla a la gran pantalla. Bien hecha sería sin duda un bombazo. 

 

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