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Basurde Xiao Long

Libros: ¨1Q84¨ (Libro 3) –Haruki Murakami-

Libros: ¨1Q84¨ (Libro 3) –Haruki Murakami-

Dice la contraportada del libro:

 

¨A las voces de Aomame –la enigmática instructora de gimnasia y asesina- y de Tengo –el profesor de matemáticas y escritor-, se suma, en este tercer libro de la novela 1Q84, la de un nuevo personaje, un detective llamado Ushikawa. Su última misión, encargada por Vanguardia, el misterioso culto religioso, consistió en comprobar si Aomame era digna de confianza para trabajar para el líder. Ushikawa dio el visto bueno a la joven, pero ésta los traicionó a todos, cometió un nuevo asesinato y luego desapareció. Si el detective no logra encontrarla, la venganza de la secta se abatirá sobre él. Entretanto, Aomame y Tengo, cada uno a su modo, siguen deseándose en la ausencia, buscándose –en el más puro estilo de Murakami- casi sin moverse de su sitio, aislados, quizás a punto de experimentar un giro radical en sus vidas y esperando un reencuentro que los redima… en el mundo de 1984, o en el de 1Q84, ese fantasmagórico universo con dos lunas¨. 

 

Sobre el autor:

 

¨Haruki Murakami (Kioto, 1949) estudió literatura en la Universidad de Waseda y regentó durante varios años un club de jazz. Es uno de los pocos autores japoneses que ha dado el salto de escritor de prestigio a autor con grandes ventas tanto en su país como en el exterior. Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Franz Kafka o el Jerusalem Prize. En España, ha merecido el Premio Arcebispo Juan de San Clemente, concedido por estudiantes gallegos, y recientemente ha sido distinguido con la Orden de las Artes y las Letras por el Gobierno español y con el Premi Internacional Catalunya 2011. Tusquets Editores ha publicado ocho novelas suyas, el libro de relatos Sauce ciego, mujer dormida (II Premio Frank O´Connor) y la obra De qué hablo cuando hablo de correr. La publicación en castellano de los dos primeros libros de 1Q84 fue recibida con unánime aclamación. En este último libro, Murakami deshilvana la historia de amor imposible de Aomame y Tengo para darle las puntadas definitivas en un relato fantástico y, a la vez, realista, que ofrece una mirada al desconcierto del mundo contemporáneo mientras toca todas las fibras emocionales del lector.¨

 

Anteriormente de este autor había leído ¨De qué hablo cuando hablo de correr¨ y me pareció bastante aburrido. Me apetecía darle otra oportunidad, siendo una figura destacada de la literatura internacional, así que cuando en la biblioteca di con este título me llamó la atención. Quizás porque el ¨1Q84¨ me recordaba el ¨1984¨ de George Orwell y tenía curiosidad por establecer relaciones.

 

A favor del libro puedo decir que lo he terminado. Hace cuatro años cuando leí ¨De qué hablo cuando hablo de correr¨ tenía la costumbre de no dejar sin leer un libro que había empezado, aunque no me gustara. Eso ha cambiado y si no me entretiene una novela en cuanto me canso le doy matarile. He terminado ¨1Q84¨ pero no me ha causado una gran impresión como para recomendarlo. Se han juntado varias circunstancias:

 

- En la biblioteca de la escuela el único título que está es este, el tercero de la trilogía. Seguro que habiendo leído los libros 1 y 2 hubiera disfrutado este mucho más. Pero hay cosas que se dan por entendidas que se me hacían difíciles de entender.

 

- Es una novela de ciencia ficción lo cual no es para nada mi género. La historia se desarrolla en un mundo paralelo con dos lunas que seguro atraerá la atención de muchos, pero no la mía.

 

- Uno de los protagonistas se llama ¨Tengo¨ y no sé si es por ser yo profesor de español como lengua extranjera y tener que corregir muchas redacciones, pero al principio no me acostumbraba a tener ¨Tengo¨ como nombre y no como verbo.

 

Ninguna de las dos obras de Murakami que se han cruzado en mi camino me han causado una gran impresión. Pero no descarto ponerme en el futuro con algún otro título del mismo autor, a ver si a la tercera va la vencida.

 

Aquí os dejo algunos extractos de la novela:

 

Página 197: -Usted ya tiene vitalidad suficiente. Yo simplemente la ayudaba a sacar esa energía de su interior. Aunque yo no esté, estoy segura de que sabrá usted salir adelante.

- A decir verdad, hasta hace poco yo también pensaba eso –dijo la mujer con una risita seca y desprovista de encanto-. Yo me creía alguien especial. Pero los años nos roban poco a poco la vida. Uno no muere cuando le llega la hora. Uno va muriendo lentamente en su interior y, al final, se enfrenta a esa última liquidación. Nadie puede escapar. Todo el mundo debe pagar por lo que recibe. Es ahora cuando he aprendido esa verdad.

 

Página 297: Como no lograba volver a conciliar el sueño, Tengo puso agua a hervir y preparó café. Eso le despejó un poco. Luego le entró hambre y se preparó un sándwich con el tomate y el queso que había en la nevera. Como suele ocurrir cuando se come a oscuras, notaba la textura, pero apenas el sabor de los alimentos¨.

 

Página 345: -Lo sé. Yo también he estado allí –dijo el hombre como si hablara del tiempo que iba a hacer-. Quien no lo ha vivido no sabe lo que se sufre. Y con el sufrimiento no puede uno andarse con generalizaciones. Cada dolor tiene sus características. Reformulando un poco la célebre frase de Tolstói, el placer es siempre más o menos parecido, pero en cada dolor hay matices muy sutiles. No diré que uno puede llegar a ¨degustarlos¨, pero casi, ¿no crees?

 

Página 351: Presionando con los dedos de ambas manos, Tamaru le relajó los músculos de la cara y le colocó bien la mandíbula para darle a su rostro un aspecto un poco más presentable. Con una toalla que encontró en la cocina le limpió la baba alrededor de la boca. Aunque le llevó tiempo, su apariencia mejoró mucho. Al menos a uno no le daban ganas de apartar la vista. Sin embargo, por más que lo intentó, no logró cerrarle los párpados.

- Como Shakespeare escribió –dijo Tamaru en un tono tranquilo dirigiéndose a aquella pesada y deforme cabeza-: ¨El que muere hoy, no habrá de morir mañana. Así que intentemos ver el lado bueno de cada uno¨.

            ¿Era de Enrique IV o quizá de Ricardo III? Pero eso a Tamaru no le importaba, y no creía que Ushikawa tuviera demasiado interés por conocer la fuente exacta de la cita.

 

Página 368: -Me dijiste que pensabas irte lejos de aquí –dijo Tamaru-. ¿Muy lejos?

- A una distancia que no se puede medir con números.

- Como la distancia que separa los corazones de las personas.

- Aomame cerró los ojos e inspiró hondo. Le faltaba poco para echarse a llorar. Pero consiguió contenerse.

            Tamaru continuó en un tono calmo:

- Te deseo que todo salga bien.

- Lo siento, pero creo que no podré devolverte la Heckler & Koch –dijo Aomame.

- No importa. Considérala un regalo. Si tenerla contigo supusiese un peligro, tírala a la bahía de Tokio. Así el mundo dará un pequeño paso hacia el desarme.

- Puede que, al final, no tenga que utilizarla. Infringiré el principio de Chéjov, pero, bueno, qué se le va a hacer.

- Eso tampoco importa. Tanto mejor si no la utilizas. El siglo XX se aproxima a su fin. Una época muy distinta de aquella en la que Chéjov vivió. Por las calles no corren carruajes ni las señoras llevan corsé. De algún modo, el mundo ha sobrevivido al nazismo, a la bomba atómica y a la música contemporánea. Y, entretanto, también las técnicas narrativas han cambiado una barbaridad. No tienes por qué preocuparte –dijo Tamaru, y añadió-: Quisiera hacerte una pregunta. Hoy, a las siete, Tengo Kawana y tú vais a encontraros sobre el tobogán.

- Si todo sale bien –aclaró Aomame.

- Si os encontráis, ¿qué haréis allí?

- Contemplar la Luna.

- Muy romántico –se admiró Tamaru.  

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