Libros: ¨Un capitán de quince años¨, de Julio Verne.

¿Quién me ha visto y quién me ve?
Yo, que solía ser lector de ¨novelas serias¨, ahora disfruto leyendo novelas adaptadas al público infantil y juvenil. De Julio Verne había leído ¨El faro del fin del mundo¨en formato normal, y luego ¨La vuelta al mundo en 80 días¨ y ¨Viaje al centro de la Tierra¨, adaptado para lectores a partir de 9 años. He continuado con esa idea, leyendo ahora ¨Un capitán de quince años¨.
La editorial que publica estos libros es la Editorial Molino como parte de la colección «Inolvidables». Otros títulos del escritor francés en estas ediciones para el público más joven son:
-Dos años de vacaciones.
-Veinte mil leguas de viaje submarino.
-Cinco semanas en globo.
-Viaje a la luna.
-Los hijos del capitán Grant.
-Miguel Strogoff.
-La isla misteriosa.
Nos pondremos con ellas en su día. Pero ya vale, leeré la traducción estándar, no adaptada al público joven.
Así se describe Amazon.es brevemente esta novela:
¨Un peligroso accidente obliga al joven grumete de quince años Dick Sand a convertirse en el capitán de su barco.
¿Cómo se las arreglará para sobrevivir con una tripulación inexperta, desastres naturales y compañeros que no son muy de fiar?¨
Una de las cosas que me ha gustado es que uno de los escenarios es Angola, país en el que viví dos años. Extraigo aquí algunos párrafos:
¨Ahora se comprenderá el sentido de las palabras que Dick Sand acababa de pronunciar: ¡El África de los tratantes y de los esclavos!
No se engañaba. El Pilgrim había encallado en el litoral de Angola, muy cerca de donde llegan las caravanas que asolan aquella parte de África. Un enorme territorio del que solamente se conoce el litoral, que se extiende desde el río Nurse al sur, hasta el río Zaire o Congo, al norte, donde se encuentran las dos ciudades más importantes: Benguela y San Pablo de Loanda, capital de la colonia portuguesa.
El interior del país resultaba casi desconocido. En 1873, cuando el Pilgrim se perdió en la costa, solo se sabía que era el principal escenario de la trata occidental a través de sus importantes mercados de Bihe, Cassange y Kazonde.
A este país había sido conducido Dick Sand, junto a una mujer extenuada de fatiga y de sufrimiento, un niño muy enfermo y varios amigos afroamericanos convertidos ahora en codiciadas víctimas para los tratantes de esclavos.
Sí, estaban en la terrible Angola, y no en la parte de la costa controlada por las autoridades portuguesas.
Su situación era francamente desesperanzadora¨.
¨-Pues habrá que apoderarse de esa mercancía de gran valor -sugirió Harris.
-¿Te parece muy difícil? -preguntó Negoro.
-No, compañero. A veinte kilómetros de aquí, a orillas del río Kwanza, se encuentra acampada una caravana de esclavos dirigida por el árabe Ibn-Hamis, que me está esperando para tomar el camino de Kazonde. Con esa caravana vienen más soldados indígenas, que nos ayudarán a capturar a Dick Sand y a sus compañeros. Solo falta, pues, que nuestro joven amigo decida dirigirse hacia el río Kwanza…
-¿Y crees que lo decidirá? -preguntó Negoro.
-Yo creo que sí -respondió Harris-, porque es un chico inteligente. No va a regresar a la costa por el mismo camino, porque se perdería. Creo que tratará de llegar a uno de los ríos que discurren hacia el litoral, para bajar por él en alguna balsa. No tiene otra opción y creo que le conozco.
-Sí… es posible. -respondió Negoro reflexionando.
-No digas que es posible, di que estás seguro -exclamó Harris-, acudirá a las orillas del Kwanza como quien acude a una cita.
-Pues bien -respondió Negoro-, en marcha. Conozco a Dick Sand y sé que no perderá el tiempo. Es preciso que lleguemos antes que él.
-En marcha, compañero¨.
¨El río Kwanza, uno de los mayores de Angola, se había desbordado durante la noche y había convertido la llanura de las termitas en un lago.
El campamento negrero estaba situado en un alto, fuera del alcance de la inundación.
Tan pronto como llegaron, Dick y sus compañeros fueron tratados como esclavos, pero con una diferencia.
Al viejo Tom, a su hijo, a Austin y a Acteón y a la pobre Nan, negros pero no africanos, se les aplicó el mismo trato que a los esclavos indígenas. Fueron unidos de dos en dos por la garganta, por medio de una pértiga de menos de dos metros de largo, ahorquillada en ambos extremos y cerrada después con una barra de hierro. De esta manera se veían obligados a marchar en línea recta, uno detrás de otro, sin poder apartarse ni a la derecha, ni a la izquierda, y para mayor precaución, una pesada cadena les unía por la cintura. Tenían brazos y pies libres para llevar fardos y caminar, pero huir resultaba muy difícil.
A Dick no lo pusieron junto a ningún otro esclavo. Era un blanco y no se habían atrevido a someterle al tratamiento común. Tenía los pies y las manos libres, pero un havildar, o capataz negrero, le vigilaba atentamente.
Así tendrían que recorrer cientos de kilómetros, perseguidos por el látigo de los havildar. Separados unos de otros y abrumados por la reacción que había seguido a su combate contra los negreros, estaba claro que no podían esperar la compasión de sus jefes¨.
El 20 de julio es una fecha especial, cumpleaños de una amiga, así que guardo este párrafo:
¨Dos días después, el 20 de julio, la Señora Weldon y sus compañeros encontraron una caravana que se dirigía hacia Emboma, en la desembocadura del Congo y que se componía, no ya de mercaderes de esclavos, sino de honrados negociantes portugueses que comerciaban con productos africanos decentes¨.
Una novela muy interesante, Julio Verne es garantía de éxito.
Con ganas de leerme algún título más de este gran escritor.
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