Libros: ¨La marca del meridiano¨ -Lorenzo Silva-
La semana pasada me pasé por la biblioteca del barrio, en el Centro Cívico El Pilar, buscando expresamente una de las novelas del brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro. De esta pareja ficticia de la Guardia Civil el autor Lorenzo Silva ha publicado ya 9 aventuras, de las que solo he leído ¨Los cuerpos extraños¨. Me daba igual cuál de las otras leer y me decanté por este título que fue Premio Planeta 2012.
Dice así la contraportada:
¨En una sociedad envilecida por el dinero sucio y la explotación de las personas, todavía el amor puede ablandar a las fieras. Un guardia civil retirado aparece colgado de un puente, asesinado de manera humillante. A partir de ese momento, la investigación que ha de llevar a cabo su viejo amigo y discípulo, el brigada Bevilacqua, abrirá la caja de Pandora: corrupción policial, delincuentes sin escrúpulos y un hombre quijotesco que buscará en el deber y el amor imposible la redención de una vida fracturada.
Ambientada en la Cataluña actual, esta absorbente novela policíaca de Lorenzo Silva, maestro indiscutible del género, se adentra más allá de los hechos y presenta un sólido retrato del ser humano ante la duda moral, el combate interior y las decisiones equivocadas¨.
Sobre el autor:
Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), Noviembre sin violetas, La sustancia interior, El urinario, El ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta blanca (Premio Primavera 2004), Niños feroces y la Trilogía de Getafe, compuesta por Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, El cazador del desierto y La lluvia de París.
Es autor del libro de relatos El déspota adolescente y del libro de viajes Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos. En 2006 publicó junto a Luis Miguel Francisco Y al final, la guerra, un libro-reportaje sobre la intervención de las tropas españolas en Irak, en 2008 un ensayo sobre El Derecho en la obra de Kafka y en 2010 Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba de Ensayo). Además, es autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro, iniciada con El lejano país de los estanques (Premio Ojo Crítico 1998) y a la que siguieron El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro, La reina sin espejo y La estrategia del agua.
Me estoy volviendo muy muy fan de este escritor. En muchos de los diálogos golpea con frases que te dejan pensando y que podrían aparecer en cualquier glosario de citas, o te divierte con su humor irónico y aguda forma de expresarse.
¨- Muchas gracias. Y si esto es todo, con su permiso me vuelvo a picar piedra. Que ya han visto ustedes cómo tengo la cantera hoy¨.
¨- Gracias, Consuelo –dije-. Por la sinceridad, a pesar de todo.
- Gracias a ti, y perdóname otra vez la torpeza. Es mejor afrontar las cosas, siempre. Aunque te partan por la mitad. Siempre hay tiempo para pegar los trozos. Lo peor es dejar que te coman por dentro.¨
¨-No, no me parece. Y tampoco voy a decirte otra cosa que te importaría mucho más saber. Algo personal, repelente niño bueno.
- Ah, ¿sí? Qué?
- Que no voy a decírtelo, tolay. Jódete.
Comprendí que no tenía sentido prolongar aquel espectáculo. Y menos cuando debía estar antes de las once en las dependencias de los Mossos para hablar con alguien que era más listo que aquel matón y que sí estaba dispuesto a salvarse, o a intentarlo, entregándome a otros. Me levanté de la silla y, antes de irme, me volví y le espeté:
- Porsche Cayenne. Vaya carro, ¿eh? ¿Sabes dónde lo hacen?
- Claro que lo sé, en Alemania. ¿Por?
- Claro que no lo sabes. Lo hacen en Bratislava, Eslovaquia, donde los salarios son la mitad, pero lo ponen a precios alemanes para los ignorantes que creen que están comprando un coche alemán, y que se venden como furcias para juntar la guita con que pagarlo. Así Porsche gana mucho más mientras los memos como tú lo perdéis todo.
- Que no nos encontremos en la calle tú y yo –me amenazó.
- Vas a tardar un poco en volver a verla. Lo mismo me he muerto. Y he pedido que me quemen. No vas a tener donde escupir. Lo siento.¨
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