Se muestran los artículos pertenecientes a Noviembre de 2018.
Esta semana me he dado una vueltilla inesperada por Madrid para solucionar un tema de visado en el consulado de Angola.
Este fue el plan de vuelo:
Sábado 27 de octubre: Air Portugal TP 286, Luanda (23:20) – Lisboa (06:10+1) (Duración del vuelo = 6h50´)
Domingo 28 de octubre: TP1028, Lisboa (09:05) – Madrid (11:20) (Duración 1h15´).
Estar un domingo en Madrid mola, por el tema de Rastro y demás. Esperaba darme una vueltilla por allí con una amiga con la que había quedado en vernos. Pero esta chica dijo que sí, que quedábamos el domingo, pero después de preguntarle tres veces -antes de viajar, en el aeropuerto de Luanda y al llegar al hotel- a qué hora y en qué sitio nos veíamos no dio señales de vida. Cuando a las 12:30 del mediodía llegué al hotel Infanta Mercedes le escribí diciéndole que si para las 3:30 no recibía noticias pasaba a un Plan B. Leyó el mensaje y no contestó, así que a las 4:30 tiré de teléfono para otro plan. Poca cortesía, si no quieres o no puedes quedar poco cuesta quedar bien y que la peña se haga otros planes, que colegas con los que quedar en Madrid para echarse unas birras por el Rastro hay de sobra avisando con tiempo.
No problem, eché un rato bueno con la familia y por la noche me fui a ver una película que tenía muchas ganas de ver, ¨Un día más con vida¨, basada en una novela del escritor polaco Ryszard Kapuscinski sobre el comienzo de la guerra civil en Angola. ¡Buenísima, muy recomendable!
El lunes dejé la documentación y el pasaporte en el consulado de Angola. Me dijeron que me pasara la semana siguiente a recogerlos. Me fui a comer con un viejo colega, Javier Iglesias, y por la tarde quedé con Fons y en segunda convocatoria con Juanrra Lamiak y con los colegas de Fons. Cayeron unas cuantas cervecitas, nos pusimos al día y a gusto.
El martes tiré para casa de mi hermana y pasé el rato con los sobris. El miércoles me pasé por el consulado para ver si por casualidad tenían ya el pasaporte con el visado -aunque me dijeron que me pasara el jueves de la semana siguiente- y estaba listo, así que fue cambiar el billete de avión y marcharme de vuelta a Luanda a toda pastilla. Mi santa hermana me llevó al aeropuerto y este fue el plan de vuelo:
Miércoles 31 de octubre: TP1021 Madrid (18:50) – Lisboa (19:05)
TP289 Lisboa (23:10) – Luanda (07:50+1).
Duchita y para las 10:00 a.m. el jueves ya estaba en el cole. Hubiera estado guay estar más tiempo en España y haber tenido la oportunidad de darme una vueltilla por Gasteiz y por el pueblo, pero estas cosas cuanto antes se hagan mucho mejor, así que contento por volverme rápido a Luanda y de haber tenido la oportunidad de estar con peña y con familia en El Foro.
Sinopsis:
¨Vitoria, 2019. Los señores del tiempo, una épica novela histórica ambientada en el Medievo, se publica con gran éxito bajo un misterioso pseudónimo: Diego Veilaz.
Victoria, 1192. Diago Vela, el legendario conde don Vela, retorna a su villa después de dos años en una peligrosa misión encomendada por el rey Sancho VI el Sabio de Navarra y encuentra a su hermano Nagorno desposado con la que era su prometida, la noble e intrigante Onneca de Maestu.
Unai López de Ayala, Kraken, se enfrenta a unas desconcertantes muertes que siguen un modus operandi medieval. Son idénticas a los asesinatos descritos en la novela Los señores del tiempo: un envenenamiento con la «mosca española» -la Viagra medieval-, unas víctimas emparedadas como se hacía antaño en el «voto de tinieblas» y un «encubamiento», que consistía en lanzar al río a un preso encerrado en un tonel junto con un gallo, un perro, un gato y una víbora.
Las investigaciones llevarán a Kraken hasta el señor de la torre de Nograro, una casa-torre fortificada habitada ininterrumpidamente desde hace mil años por el primogénito varón. Pero el reverso de tanta nobleza es la tendencia de los señores de la torre a padecer el transtorno de identidad múltiple, un detalle que arrastrará a Estíbaliz a vivir una arriesgada historia de amor.
Unai López de Ayala acabará descubriendo que Los señores del tiempo tiene mucho que ver con su propio pasado. Y ese hallazgo cambiará su vida y la de su familia¨.
Nota del editor – Aviso importante
¨Para poder disfrutar de una mejor experiencia de lectura de la trilogía de la Ciudad Blanca recomendamos escuchar las novelas en orden de publicación:
Primero: El silencio de la ciudad blanca.
Segundo: Los ritos del agua.
Tercero: Los señores del tiempo.
En cada novela se desvelan detalles que podrían afectar al disfrute de la lectura¨.
No lo recomiendan al principio del libro, pero también es muy recomendable leer ¨La saga de los longevos¨, ya que los personajes que se mencionan en esta otra obra de esta autora también aparecen en esta última parte de la Trilogía de la ciudad blanca.
En cualquier caso, me pasa con las secuencias, para cuando leo la siguiente parte se me ha olvidado el 80% de lo que leí en anteriores partes. Con lo que mal andamos.
Sí que en esta novela se hace referencia al asedio de 8 meses que sufrió Vitoria -entonces parte del Reino de Navarra- en 1199 por tropas castellanas, pasando a formar tras su rendición parte del Reino de Castilla. Del tenente Martín Chipia -otro personaje de la novela- me acuerdo perfectamente por la novela histórica de Pello Guerra ¨Vitoria - Asedio al Reino de Navarra¨, que todo gasteiztarra debería leer. No es muy conocido por mis paisanos ese hecho, que será uno de los más trágicos de la historia de nuestra ciudad.
¨Los tenentes eran militares que iban y venían, destinados de un castillo a otro, pero nunca eran vecinos, ni tampoco los soldados que traían, y algunos victorianos estaban cansos de pagar pechas a un rey que no conocían y que yacía con infieles en tierras sureñas. Los chismes calenturientos de princesas moras en brazos del gigante navarro eran los favoritos cuando el vino corría por las posadas de los caminos desde Tudela a Pamplona, desde San Sebastián a Santander.
Aquella mañana lo esperábamos, a Martín Chipia y a la nueva guarnición que traía de su visita a la corte de Tudela. El tenente tenía la nariz hundida por alguna pelea tabernaria, el pelo por los hombros y unas piernas muy cortas que contrastaban con unos hombros demasiado anchos¨.
Dice la autora en las notas al final ¨una parte importante de la trama trata de la torre de los Nograro, sita en Valdegobía y hoy en estado ruinoso, aunque para la arquitectura del conjunto fortificado tomé como modelo e inspiración la torre de los Varona, cuya historia familiar no tiene ninguna conexión con la ficción que se cuenta en esta novela¨.
Leyendo esta novela siempre que viajaba a la torre de los Nograro en la ficción, mi mente me llevaba a imágenes la Torre de los Varona que he visitado unas cuantas veces y es una maravilla. Muy recomendable su visita. Se da además la circunstancia de que en una de esas visitas con mis padres el guía fue Rodrigo María Varona, descendiente directo de la Varona de Castilla (27 generaciones). Desde finales del siglo XI esa familia ha estado habitando ininterrumpidamente esa torre.
Transcribo aquí algunos párrafos que me han llamado la atención:
¨Me llamo Diago Vela, me dicen el conde don Diago Vela, tanto da. Comencé a dar fe de cuanto acontecía en este cronicón que parte del día que regresé, tras dos años de ausencia, a la antigua aldea de Gasteiz o, como la llamaban los paganos, Gaztel Haitz, la Peña del Castillo¨.
¨-De saberte vivo, de haber tenido esa certeza, no me habría desposado. Pero se sucedieron dos propuestas matrimoniales que Onneca rechazó, sabes que por ley de los navarros estaba obligado a aceptar la tercera¨.
¨-¿Y a qué ha venido un López de Ayala al hogar de los Nograro?
-En calidad de inspector de Investigación Criminal de la comisaría de Vitoria. Nos gustaría charlar con usted y hacerle varias preguntas. Ella es la inspectora Estíbaliz Ruiz de Gauna...
-Ruiz de Gauna..., vamos mejorando. ¿Sabía usted que Aestibalis es una palabra latina? Designa los fundos romanos que se habitan en verano.
-Y yo sin saberlo -contestó ella.
A Ramiro Alvar le debió hacer gracia su espontánea respuesta porque su mirada se detuvo en ella como si fuese una talla valiosa.
-Insisto, ¿y qué los trae por aquí? No se me ocurre lugar menos indicado para dos guardianes del orden. Aquí todo está en orden. Siempre. Apenas estoy yo y a veces esa muchacha enviada por el alguacil.
-Contratada por el Ayuntamiento, querrá decir -le corregí. Ramiro Alvar no parecía tener muy claro en qué siglo estábamos.
-Tecnicismos sin valor, ¿van a contestarme ya? Las crestas de gallo se me estarán enfriando, a no ser que se unan a mí¨.
¨Si allí no había premeditación, que viniera Dios y lo viera. Pero Dios andaba despistado aquellos días de otoño soplando hojas podridas y esparciéndolas por los caminos de la demencia¨.
¨La animé a seguir con la mirada.
-Tú eres un Unai en tu casa, con tu familia. En el trabajo eres el inspector López de Ayala y utilizas otras habilidades. Tal vez tengas que ser más rudo con algunos sospechosos y te comportas de una manera que no lo harías con tus hermanos o con tus padres. Con tus amigos puede que seas un gamberro, vuelves a la personalidad que tenías cuando los conociste en la adolescencia. Y para la prensa y la gente que no te conoce eres Kraken y te asumen otros rasgos que tú eliges asimilar o negar, pero en todo caso, no eres con ellos el Unai íntimo que conoce tu entorno.
Miré a un charco del suelo incómodo.
Nunca me gustaron las autopsias en vivo.
-Normalmente todos funcionamos así -continuó-. Somos la madre, la amiga, la hija, la amante, la jefa... Y actuamos de diferente manera en base a quién tenemos delante y si estamos en una situación laboral, familiar, social o íntima. Pero la mayoría de nosotros hemos integrado todos estos aspectos de nuestra personalidad y acudimos a cada recurso cuando lo necesitamos¨.
¨Habría sido sencillo.
Hundirla. Hacerle daño.
Recordarle que sus instintos de protección no le sirvieron en el pasado y que ella era el paradigma de la policía que se mezcla con un asesino. No lo hice. Supongo que esas pequeñas decisiones marcan como un puntero láser la dirección de lo que cada uno quiere que sea una relación. No quería ser un mierda de tío que la dañara, que la atacase por los flancos durante las batallas verbales.
Eso era lo fácil. Y a mí no me iba lo fácil.
Respiré hondo. Pensé en alguna imagen que me relajara, agua fluyendo por algún manantial de montaña, un lugar que me llevase lejos de allí y me sirviese de ancla.
-Cada uno elige qué no va a perdonar -le dije-¨.
¨¿Quién las destruyó?, ¿quién expolió todo aquel patrimonio?
-Vitoria por aquel entonces era ya un campo de batalla en la lucha de bandos, que empeoró con la Guerra de las Comunidades. Obviamente, los linajes rivales.
-¿Qué apellidos, Iago? ¿Han sobrevivido hasta el presente?
-Sí, muchos de ellos sí. Otros colapsaron, como los Calleja, de los que ya en el siglo XVII no quedaba rastro de la rama primigenia. Eran los Maturana, los Isunza, los Ortiz de Zárate, los Mendoza...¨.
La novela muy entretenida, más si cabe para un lector de Vitoria.
El 11 de noviembre para mí siempre ha sido el Día de San Martín, pero a partir de ahora también tendré en cuenta que se celebra el Día de la Independencia de Angola. Fue un 11 de noviembre de 1975 cuando Agostinho Neto, primer presidente, proclamó la independencia de Angola, anteriormente bajo el gobierno colonial portugués. En cartelera ahora hay una película de cine muy buena basada en un libro homónimo, ¨Un día más con vida¨, que describe bien la situación en ese momento. Este acontecimiento fue consecuencia de los hechos que ocurrieron un año antes en Portugal, con la Revolución de los Claveles el 25 de abril de 1974. Arturo Pérez-Reverte en un articulo reciente en El Semanal -¨Los chicos de los tanques¨- nos cuenta por qué se llamó de los claveles.
Algunos datos sobre este país antes de meterme en harina:
-El nombre del país deriva de la palabra en Kimbundu N´gola, que quiere decir Rey. N´gola (Rey) Kiluange fue el rey del Reino de Ndongo cuando llegaron los portugueses.
-El majestuoso imbondeiro (baobab) es el árbol nacional, y la palanca negra gigante su animal nacional. Como en España al equipo nacional lo denominamos La Roja, a los equipos nacionales de Angola se les llama los ¨Palancas Negras¨. Por cierto, el próximo domingo partido de fútbol en el Estadio 11 de Novembro (ya sabéis el por qué de ese nombre) entre Angola y Burkina Faso, clasificatorio para la Copa de África. Allá estaremos para animar a las Palancas Negras.
-La lengua es el portugués, pero existen otras lenguas nacionales como el kinbundo, umbundo, gangela, etc.
Al tema, que es el motocross. Coincidiendo con el cuadragésimo tercer aniversario de la independencia de Angola se celebraba la séptima y última prueba del Campeonato Provincial de Motocross de Luanda. Me reservé un coche de la escuela y allá me presenté. A la hora de ubicar el circuito on-line tuve algunos problemillas. El nombre del circuito es Jorge Varela. Buscando en Google Maps me aparecía el circuito Fernando Varela en estas coordenadas. El circuito Jorge Varela no aparecía en Google Maps, pero me aparecía en otra aplicación diferente, ¨HERE WeGo¨, en estas coordenadas. Consulté varias veces con la organización dónde estaba el circuito pero no obtuve respuesta. Finalmente el conductor de la escuela que me llevó sabía donde era, así que sin más problema. Muy cerquita de casa, a unos 4 kilómetros, en el circuito que en Google Maps dice ¨Circuito de Motocross – Circuito Internacional Fernando Varela¨.
A las carreras fui con un colega, Dean. Viendo el álbum de fotos podéis ver el ambiente del circuito. Luanda es una ciudad de contrastes extremos y aquí podemos ver un buen ejemplo. Las imágenes que se me quedan de esa carrera aparte de las de los saltos y la competición, son las de los chavalillos que andaban correteando por allá. Muchos de ellos probablemente no tengan prácticamente nada y para sus familias el día a día sea su competición.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=1057&v=drpzci7oVcQ
¨Lixeira en portugués significa basurero. Lixeira en Angola es sinónimo de pobreza y delincuencia. Un barrio de aluvión que crece sin control por la llegada a Luanda de miles de personas desde las zonas rurales, huyendo de la guerra que asoló el país durante más de 25 años. Lixeira en salesiano en cambio, significa esperanza, desarrollo, crecimiento.
Los misioneros salesianos llegaron a Lixeira en el año 1996, cuando aquel vertedero comenzaba a vivir. La delincuencia, la prostitución y el tráfico de drogas y armas son el pan de cada día. Sin embargo, en medio del basurero también hay diamantes, que sólo necesitaban ser encontrados y pulidos para relucir. Los misioneros salesianos lo llevan haciendo todos estos años. El fruto de 20 años de trabajo son los diamantes de Lixeira¨.
Aquí una explicación de esas fotillos del fin de semana:
Arreglando la bici:
Los cambios se me saltan continuamente. Tenía que buscar un lugar donde poder enredar con ellos, y ese jardincillo con esa estructura de madera y un par de cuerdas me proporcionaron el taller adecuado. Unos tutoriales de Youtube y la cadena ya no se me sale... pero siguen sin andar bien. Seguiremos en ello.
Murciélago:
Mientras andaba arreglando la bici pasó Richard, un colega, y me dijo ¨¿has visto el murciélago?¨. Me acerqué y le saqué unas fotos. Avisé a un guarda de seguridad que andaba por allá, principalmente por la curiosidad de cómo se decía murciélago en portugués -¨morcego¨- y no pareció muy impresionado. Me dijo que estos bichos de día no ven, que de noche van a los plataneros, que tiene visión por radar. Luego colgué las fotos en Facebook y me dijeron un par de colegas que saben de esto que cuidadín:
-América: ¨¡Cuidadito con estos que trasmiten de todo!¨
-Lataburu: ¨Cierto; cuando nosotros vivíamos en Africa había campañas de concienciación para que no se los comieran ni enredaran con ellos. Ebola y así¨.
Entradas Angola vs. Burkina Faso:
En Internet han puesto que ya están a la venta las entradas para el partido del domingo, clasificatorio para la Copa de África. Sábado y hoy lunes me he pasado por uno de los puntos de venta y todavía nada. Me he vuelto con las manos vacías.
Fui en bici a este centro comercial. Entre por unas escaleras al parking cargando la bici y el segurata me dijo que aparcara en la zona de motos. Al marchar me fui otra vez a las escaleras, y mientras me iba el segurata me iba echando la bronca, que tenía que salir por la salida, que estaba más lejos. No le hice mucho caso y me piré. Unos metros después de di cuenta:¨coño, me está llamando porque he aparcado en el parking y me he marchado sin pagar¨. Lo que son las cosas, uno a veces no se da cuenta
Motos:
Todavía no me puedo pillar una moto -no tengo el visado de residente y hasta entonces no puedo tener el carné de conducir angoleño- pero me he pasado por un concesionario Honda cercano para mirar burras y precios.
De las pequeñitas había tres a la venta:
1.- Honda Ace 125 Taxi = 789.000 kwanzas (al cambio de hoy 1$ = 310Kz = 2,544$)
2.- Piaggio ZIP 50 = 925.000 kz = 2.983$
3.- Honda XR 125 = 1.349.000 kz = 4,351$
El cambio de hoy es 1$ = 310Kz. Pero cuando llegué aquí el 29 de julio era 1$ = 250Kz. ¡Increíble como fluctua la moneda en 3 meses! Eso en el cambio oficial. En el mercado negro -que lo hay- son otras tasas de cambio.
He mirado por comparar un poco el precio de estas burras en España.
1.- Honda Ace 125 Taxi – No he encontrado la info.
2.- Piaggio ZIP 50. En Angola 2,653 euros, en España 1,799 euros.
3.- Honda XR 125. En Angola 3,869 euros, en España 2,699 euros.
(1 euro = 348 kwanzas a día de hoy).
Luanda tiene fama de ser una de las ciudades más caras del mundo. ¿Veis por qué?
El tío que me atendió en el concesionario, Domingos, muy majo. Le pregunté cuánto tardaría en recibir la moto desde que pagara hasta que estuvieran los papeles y me la pudiera llevar y me dijo que tres días. Guay, pensaba que serían semanas.
Clases de portugués:
Me he pasado por una academia cercana -London English School- para preguntar por clases de portugués. Les escribí un e-mail el 9 de septiembre así que después de dos meses de cortesía sin respuesta parecía hacerles una visita el siguiente paso lógico.
Me han dicho que no dan cursos, solo clases privadas. El precio por hora = 28.995 Kw. Me alegro de que se valore a los profesores, ¡claro que sí! Pero uppps, me parece un poco carillo cuando es a ti al que te toca pasar por caja. Al cambio de hoy una hora de portugués = 83 euros = 93$. Seguiré con otros recursos.
Motocross:
Pero eso ya lo he contado en otra entrada.
Es todo lo que os puedo contar de Luanda este fin de semana. ¡Feliz semana!
El pasado viernes 9 de noviembre tuvimos en el colegio (Luanda Internacional School) una bonita asamblea para conmemorar la Independencia de Angola, que se proclamó el 11 de noviembre de 1975. Entre los visitantes ilustres estuvo Manuel Rui, escritor angoleño que ocupo cargos políticos en el periodo de transición a la independencia y posteriormente fue representante de Angola en la Organización para la Unidad Africana (ahora llamada Unión Africana) y en las Naciones Unidas, entre otros cargos.
Manuel Rui apareció en el escenario antes de que se cantara el himno nacional de Angola, dándose la circunstancia de que es él el autor de la letra. Nos contó en portugués -mientras se iba traduciendo lo que decía al inglés- que lo compusieron de urgencia, dos días antes de la independencia, el autor de la música con la guitarra (Rui Mingas) y él con una hoja escribiendo el himno.
Es el siguiente:
Ó Pátria, nunca mais esqueceremos
Os heróis do quatro de Fevereiro.
Ó Pátria, nós saudamos os teus filhos
Tombados pela nossa Independência.
Honramos o passado e a nossa História,
Construindo no Trabalho o Homem novo,
(bis)
CORO
Angola, avante!
Revolução, pelo Poder Popular!
Pátria Unida, Liberdade,
Um só povo, uma só Nação!
(bis)
Levantemos nossas vozes libertadas
Para glória dos povos africanos.
Marchemos, combatentes angolanos,
Solidários com os povos oprimidos.
Orgulhosos lutaremos Pela Paz
Com as forças progressistas do mundo.
(bis dos últimas líneas)
CORO
Oh Patria, nunca más olvidaremos
A los héroes del Cuatro de Febrero.
Oh Patria, saludamos a tus hijos
Caídos por nuestra independencia.
Honramos nuestro pasado y nuestra historia
Construyendo en el trabajo al hombre nuevo.
(bis dos últimas líneas)
CORO
¡Angola, adelante!
¡Revolución, por el poder popular!
Patria unida, libertad,
¡Un solo pueblo, una sola nación!
(bis)
Levantemos nuestras voces liberadas
Para gloria de los pueblos africanos.
Marchemos, combatientes angoleños,
Solidarios con los pueblos oprimidos.
Orgullosos lucharemos por la Paz
Con las fuerzas progresistas del mundo.
(bis dos últimas líneas)
CORO
En este video lo podéis escuchar en versión Karaoke.
Me gusta y ya me lo estoy aprendiendo para cantarlo el domingo, que asistiré al partido de fútbol Angola vs. Burkina Faso y seguro que se canta al inicio. En Indonesia disfrutaba de las ocasiones en las que podía cantar el himno -Indonesia Raya, muy alegre-, también en Yankeelandia con el ¨home of the braves¨ y ahora toca el de Angola.
La semana pasada también en la escuela se celebró una pequeña feria del libro. Compré algunos libros para pegarle al portugués: cuatro para niños, de un autor llamado Octaviano Correia con el que estuve charlando tranquilamente un rato, y de Manuel Rui compré ¨Quem me dera ser onda¨. Para mis colegas mexicanos, Manuel Rui estará en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara que se celebrará entre el 24 de noviembre y el 2 de diciembre. Y bien sabéis que siendo este el mejor evento literario en lengua castellana, hay que ser alguien para dejarse caer por ahí.
Un honor contar con Manuel Rui en la asamblea.
Dice el libro sobre el autor: ¨Borja Monreal Gainza nació en Pamplona, Navarra, donde comenzó una vida que le ha llevado a saltar de un sitio a otro en busca de la mejor manera de entender el mundo. Tras terminar sus estudios de Periodismo decidió que para obtener respuestas hacía falta mucho más que leer libros y escribir historias: se necesitaba ver la realidad in situ y entender el por qué de las diferencias humanas. Para ello desde muy joven viajó para tener la oportunidad de conocer al otro. Y en sus viajes descubrió que las diferencias entre las personas no eran más que preconcepciones y malformaciones de una realidad que nos supera.
Publicó su primer libro en 2008, ¨Un país que se apaga: la República Democrática del Congo en busca de futuro¨, un análisis histórico-político del país africano y sus implicaciones en el futuro de laregión de los Grandes Lagos; dos años más tarde se estrenó en el mundo de la novela con ¨Cómo me convertí en un muerto¨, un libro a camino entre la novela negra y la psicológica en el que se debatían los conceptos de la moral, la razón y la justicia frente a una vida que se encaminaba a la falta de sentido.
Angola, la intensidad de SER humano, es su tercer libro y en él se introduce de lleno en la realidad de un país que le ha visto crecer como persona, Angola.
En el año 2012 recibió el galardón Francisco Ynduráin de las letras para escritores jóvenes de la Asociación Bilaketa.
En la actualidad reside en Angola, donde trabaja como Delegado de la Fundación CODESPA trabajando para apoyar la mejora de las condiciones de vida de campesinos de las áreas rurales del país¨.
A esos tres libros le siguió posteriormente ¨El sueño eterno de Kianda¨ que comenté aquí.
¿Por qué este título? Ya desde el principio nos lo explica:
¨Todo en nuestras sociedades está delimitado y normalizado. No podemos actuar con libertad porque los márgenes que se han establecido para nuestra discrecionalidad son tan escasos que nos hacen caminar en una pequeña jaula dorada en cuyos bordes se encuentra la verdadera vida. Y lo que es peor, lo hemos asumido y aceptado.
En Angola en cambio el hombre es mucho más hombre, más humano, para lo bueno y para lo malo. Y esto se debe a un factor diferencial: todo en Angola es intenso. Desde un paseo por la ciudad a una cena en la calle. Desde una cerveza en la playa hasta un viaje a un rincón escondido en provincias. Todo adquiere un carácter más dramático, más esencial, más intenso. O lo que casi es lo mismo, más extremo. Y son estos extremos los que hacen que la vida adquiera sentido. Es como si no existieran los términos medios: lo bueno es increíblemente bueno, y lo malo es jodidamente malo¨.
Este libro es una colección de experiencias personales y reflexiones sobre lo que el autor ha visto en sus años viviendo en Angola. Debo comenzar diciendo que me suele aburrir sobremanera leer libros de viajes en los que los protagonistas cuentan sus historias. Por alguna razón no puedo con ellos y si me pongo con alguno es probable que no lo termine. Este no es el caso. No es un libro de viajes, es una descripción certera de la sociedad angoleña a través de vivencias personales del escritor. Me ha mantenido enganchado desde que lo empecé. Son historias cortas que no te dejan indiferente. Muchas son como un directo a la mandíbula y me hacen darme cuenta de que a pesar de llevar tres meses en Luanda me queda mucho para romper la burbuja y llegar a comprender lo que se ve a través de la ventana del coche. Qué hay detrás del tío que te persigue en el supermercado para a la hora de pagar poderte meter en tu cesta algo de comida para llevar a su familia. Qué hay detrás de esos vendedores que esperan en los atascos venderte algo para ganarse la vida. Por qué esta corrupción endémica, de dónde vienen y a donde van. Es este ensayo sin duda uno de los libros que más me ha hecho pensar, leer las historias era ir diciendo ¨hostia, hostia, hostia¨. Mientras escribo estas líneas lo tengo delante y ya mirar la portada me produce cierto desasosiego. Es un libro que te escupe la realidad a la cara y no te puede dejar indiferente. Te lleva a conocer Angola a otro nivel y te hace darte cuenta de hasta que punto acostumbrarte a ver pobreza, aquí y en muchos de los países por los que hemos viajado, nos llega a deshumanizar. Hay lecturas que son un remanso de paz, otras una montaña rusa, divertidas, ilustrativas, esta es una ambulancia a toda velocidad con la sirena a tope, molestando y retumbando en tu cabeza, haciéndote ver que no entiendes nada. Que vives en una burbuja muchas veces juzgando sin saber nada de lo que hay detrás. ¡Muy-muy-in-ten-so!
Esta tarde 3 colegas de la escuela y un servidor hemos asistido al partido de fútbol Angola vs. Burkina Faso, jugado en el Estadio 11 de Novembro de Luanda. Ha sido un partido oficial de clasificación para la Copa Africana de Naciones que se celebrará en 2019 en Camerún.
En este torneo de clasificación participan 51 países.
48 participan en una fase de grupos, en los que hay 12 grupos de cuatro equipos (del Grupo A al grupo L).
-45 de ellos entraron en esa fase de grupos por clasificación directa.
-Los otros 3 salieron de una eliminatoria previa jugada por los siguientes equipos: Santo Tomé y Principe vs. Madagascar, Comoras vs. Mauricio y Yibuti vs. Sudán del Sur.
Los dos primeros de cada uno de los 12 grupos (en total 24 grupos) participarán en 2019 en la Copa Africana de Naciones.
Angola está encuadrado en el grupo I. Antes de esta quinta jornada así estaba la clasificación:
-Mauritania: 9 puntos.
-Burkina Faso: 7 puntos.
-Angola: 6 puntos.
-Botsuana: 1 punto.
Angola necesitaba ganar a Burkina Faso para no quedar matemáticamente eliminada o perder el tren de la competición. Se impuso en su estadio por 2-1 y con la victoria de Mauritania frente a Botsuana así queda la clasificación de este grupo antes de la sexta y última jornada:
-Mauritania: 12 puntos (ya clasificado).
-Angola: 9 puntos.
-Burkina Faso: 7 puntos.
-Botsuana: 1 punto.
El último partido de Angola será el 22 de marzo de 2019 contra Botsuana. Una victoria le metería en la Copa Africana de las Naciones, con un empate dependería del resultado del Burkina Faso vs. Mauritania. Las Palancas Negras no se clasificaron en las dos últimas ediciones de 2017 (en Gabón-Buenas noches) y 2015 (en Guinea Ecuatorial). En 2010 fueron los anfitriones.
El partido contra Burkina Faso, por lo tanto, gozaba de gran atractivo.
La primera vez que la selección de Angola pasó por mi radar fue el 12 de octubre. Ese día estaba yendo en coche a la recepción que la Embajada de España daba en Luanda con motivo de la Fiesta Nacional y el conductor, Carlos, llevaba puesta la radio y fuimos escuchando el partido Angola 4-1 Mauritania. Me di cuenta de que de poco me estaba enterando si la selección nacional de fútbol de Angola jugaba ese día en Luanda y yo no lo sabía. Así que a los pocos días me puse a buscar información.
Encontrar información aquí tampoco es fácil. A través de Wikipedia llegué a la página de la Federación, pero a una cuyas últimas entradas databan de 2006. Finalmente revolviendo revolviendo di con la página oficial y con la página de Facebook, y leyendo la sección de deportes del Jornal de Angola me fui enterando del día y la hora del siguiente partido. A través de Facebook dijeron que las entradas salieron a la venta el sábado 10 de noviembre en los establecimientos WAMMO, que es una cadena de electrodomésticos. Por ahí me pasé ese sábado 10 y el lunes 12, y en ambas ocasiones me dijeron que no habían llegado. Finalmente opte por llamar por teléfono, y con 4 cosas básicas de portugues (¨jogo¨, ¨ingresos¨ por entradas, etc.) me decían si habían llegado o no. Por fin el jueves 15 de noviembre las recibieron y pasé a comprar 5: 3 para tres colegas, 1 para el conductor que nos llevara por si quería entrar con nosotros -fue Eugene y entró-, una para mí. Había dos precios:
-General = 500 kwanzas (al cambio oficial 1,40 euros)
-VIP = 2.000 kwanzas (al cambio oficial 5,62 euros)
Digo lo de cambio oficial porque en las calles hay otro tipo de cambio.
Angola tiene fama de ser un país poco seguro y las imágenes de locura que había visto en estadios africanos hacía que fuera al estadio con cierta precaución. Llevaba la cámara réflex que tengo -obviamente no a la vista-, poca pasta y la idea clara de que en Angola si me pegan el palo les doy todo lo que lleve encima casi antes de que terminen de pedírmelo. Sin embargo no tuve esa sensación de inseguridad. Había mucha policía, todas las localidades eran sentadas (no había las míticas gradas de pie de antaño) y no tuve la sensación de andar por un sitio peligroso. Era de día y había mucha gente, lo cual es bueno.
Vista la primera parte sentado y con una Cuca (cerveza local que se vendían dentro del estadio) me apetecía en la segunda parte darme una vueltilla para conocer otras zonas del estadio. Así que les dije a mis compis que me piraba a dar una vuelta. Anduve por el exterior, por los fondos, y me apetecía subir al último anfiteatro. En esas estaba cuando di con una zona más VIP que nuestra VIP, la zona de palcos. Le dije al de seguridad si podía entrar a sacar unas fotos y me dijo que no, que necesitaba una entrada especial. Discretamente le saqué un billete de 1,000 kwanzas y el tío me dijo que me pasara luego, que su chefe andaba por ahí vigilando en esos momentos. Me alejé un poco y luego cuando volví estaba con una entrada. Me dijo que le dejara 2,000 kwanzas en un sobre (para que la transacción fuera menos evidente) pero le dije que solo tenía 1,000. Me permitió el paso y ahí en las fotos podéis ver esa zona de palcos.
Mientras esperaba estuve hablando con un par de policías, majos. Uno de ellos hablaba bien inglés, si no en español y poco portugués te manejas. Después de charlar un rato me dijeron que a ver si les daba algo para unas Fantas y les solté 1,000 kwanzas (son 3 euros, pero la bufanda de Angola que compré me costó 100 en el estadio, y la cerveza estaba a 250kw con lo que da para esas Fantas y con las fuerzas del orden público hay que estar a bien).
Después de sacar las fotos en los boxes me subí al anfiteatro, tercer piso. En las escaleras y en esa puerta no había nadie, así que por si las moscas las subí y bajé corriendo. Al salir otra vez a los aledaños del estadio un portero me pidió pasta para unas Fantas, porque ¨era angoleño¨. Dios, por esa razón en Angola acabaría yo mal. Le dije que no y seguí dando vueltas. Casualmente al llegar a la puerta 34 donde estaban mis colegas estaba este portero, le enseñe el ticket (que estaba partido porque había entrado antes) y me dijo que no podía entrar. A otro le había preguntado antes de salir a ver si podía volver y me dijo que sin problemas. La razón por la que no me dejaba entrar era clara: que no había subvencionado su Fanta. Pero fuera no me iba a quedar quieto esperando -más que nada por tema de seguridad-, así que corrí para dentro sin hacerle mucho caso.
Llegué donde estaban los colegas casi al final del partido y nos fuimos de vuelta al coche y a casita. El estadio tiene capacidad para 50.000 personas y no se llegó ni a la mitad del aforo, lo que hace que las gradas parezcan un poco tristes. Pero una buena experiencia ver un partido de la selección de Angola. En dos semanitas volveré a ver a las Palancas Negras, pero esta vez al equipo de baloncesto, que participa en un torneo en Luanda de clasificación para el Mundial de Baloncesto 2019 que se celebrará en China.
¨Y al llegar la noche la cosa se calienta en el garito de Ramón.
Viernes por la noche, de aquí nadie se mueve hasta que suene el rock¨.
-Los Suaves-
A unos 40 kilómetros al norte de la Fortaleza de São Miguel (en el centro de Luanda) y en estas coordenadas (8°40’21.6"S 13°24’58.3"E) se encuentran las llamadas Praia do Sarico y Praia de Sao Tiago. Tienen la peculiaridad de ser un cementerio de barcos (en portugués lo llaman Cemitério de navios, en inglés Shipwreck Beach and Boat Graveyard).
La mejor explicación al respecto, de por qué los barcos están ahí oxidándose la he encontrado en esta página Web en portugués.
http://obviousmag.org/archives/2010/02/cemiterio_de_navios_em_angola.html
Dice lo siguiente:
¨Entre 1961 y 2002 Angola vivió dos terribles guerras. Durante esos años muchos barcos fueron abandonados en Luanda y remolcados hacia la playa de Santiago. Hoy, el inmenso cementerio de barcos se ha convertido en un curioso punto de encuentro de bañistas que disfrutan de este exótico paisaje bañado por las aguas del Atlántico.
Angola es un país en reconstrucción. En 1961 empezó una larga guerra colonial contra el dominio portugués. La independencia fue conquistada en 1975, año en que inició una nueva guerra, esta vez civil, que se extendió hasta 2002. Durante décadas decenas de navíos fueron abandonados a los alrededores del puerto de Luanda, lo que provocó diversas limitaciones para los barcos que deseaban atracar. Para resolver la situación los barcos abandonados pasaron a ser remolcados hacia una playa desierta, de nombre Santiago, ubicada a menos de 100 km al norte del puerto.
Las carcasas suman más de treinta embarcaciones, la mayoría de ellas muy grandes, como el barco Karl Marx, petrolero que mide seguramente más de 70 metros, ubicado a menos de diez metros de la playa. Para llegar al cementerio de barcos es deseable poseer un vehículo 4x4 y se recomienda cautela al conductor cuando esté en la orilla, para no chocar con los barcos que reposan en la arena.
Los fines de semana cientos de jóvenes se desplazan para pasar el día, rodeados de música muy alta, neveras repletas de bebidas y un acogedor clima de coqueteo en el aire. Aunque el ambiente es frecuentado casi exclusivamente por angoleños de hasta 30 años, el lugar parece tener un fuerte potencial turístico y hay quienes están organizando visitas dada la curiosidad que el cementerio de buques despierta en los extranjeros que tuvieron el privilegio de visitar este sorprendente paisaje.
Angola desde el final de la guerra en 2002 se está modernizando y una de las apuestas es en el turismo. Además de la riqueza histórica y cultural, el país cuenta con bellezas naturales propias de la sabana africana, así como bosques verdes e incluso un área desértica. Para quienes les guste lo inusitado, un cementerio de barcos no se encuentra todos los días¨.
Un par de meses antes, el 23 de septiembre, estuve por la costa de Luanda viendo ballenas desde un barco y en la ruta pasamos por esta playa, viendo el cementerio de barcos desde el mar (Entrada anterior ¨Por ahí sopla¨). Hablándolo con el capitán no estaba muy contento con ese proceder. En su opinión lo que habría que hacer antes de dejar un barco abandonado ahí es hundirlo en medio del mar. Dice que sería bueno para la fauna ahí abajo. No lo sé.
El caso es que me apetecía ver este cementerio a pie de playa. Reservé un coche con conductor a través de la escuela y para allá me fui el sábado. Muy muy pronto. Estos días amanece en Luanda sobre las 5:30 a.m., y reservé el coche a las 5:15 a.m. La razón es que en Internet había leído que no era un lugar muy seguro -nada extraño en Angola- y por un razonamiento que probablemente no tenga ni pies ni cabeza inferí que la probabilidad de ser robado sería menor a primera hora, ya que madrugar le cuesta tanto a los ladrones como a la gente de bien. Comenté mi plan con algunos profes pero algunos porque tenían plan -los sábados muchos de ellos quedan con los Hash Harriers-, otros porque no les apetecía y otros porque no les apetecía madrugar me quedé solo, lo cual para mí no es ningún problema.
Me vino a recoger Carlos, que es un conductor con el que me llevo muy bien y al que le tengo que traer unos Cohibas de España después de Navidades. Vivo en el sur de Luanda y tomando la circunvalación para evitar el centro de la ciudad nos costó 1h20´ recorrer los 77k. Con lo que antes de las 7 a.m. ya estábamos en el destino.
Relive: Esta fue la ruta de casa a Praia do Sarico.
Imaginaba que a esas horas la ciudad estaría durmiendo, pero qué va, en cuanto hay luz empieza la actividad, y las calles ya rebosaban de vitalidad.
Carlos aparcó el coche cerca de la playa y me indicó que tirara para el sur (en dirección a Luanda), porque hacia el norte (donde están los acantilados) era zona prohibida y podía tener problemas con la policía. Así que eso hice. En total fueron 9k de paseo en unas 2 horas: 5k por la playa y luego los otros 4k por el interior. No volví al punto inicial, sino que andando llegué a la carretera por la que habíamos venido y le llamé a Carlos para que me fuera a recoger allá.
La playa la tenía para mí solito, no había nadie. El espectáculo de los barcos abandonados es espectacular: porque los hay muy grandes, porque hay muchos y porque están a pie de playa, ahí mismo. Viendo el álbum de fotos os haréis una mejor idea que lo que yo os pueda contar.
Después de caminar unos 2k llegué a un lugar donde había casas cerca de la orilla y empecé a cruzarme con algunas personas. Un grupo de pescadores, niños, mujeres. Con algunos me paraba a hablar, a otros simplemente saludaba.
En ese paseo por la playa vi un par de tortugas muertas, bastante grandes. En Facebook hay un grupo llamado Angola Ambiente en el que la gente cuelga fotos de animales salvajes y plantas (se debe poner la fecha y el lugar aproximado de avistamiento). La idea es ir poco a poco catalogando especies y hacer un estudio más serio de la flora y fauna, ya que debido a las largas guerras este campo se dejó bastante apartado en este país. Es un grupo en el que hay gente muy técnica pero no tienes que ser biólogo para entrar en él, está abierto a cualquier persona ya que cualquier dato puede ayudar. Colgué las fotos de esas tortugas y uno de los comentarios ha sido este:
¨Michel M.: A grande causa está associada a redes de pesca que por esta altura provoca uma mortandade de tartarugas sem precedente... estima-se uma mortalidade anual média de aproximadamente 5.000 animais a terem este fim na costa de Angola... é impactante? claro que é!¨
Vamos, que según Michel unos 5.000 animales al año mueren en las costas de Angola debido principalmente a las redes de pesca.
Después de caminar unos 5 kilómetros vi que ya para el sur no había muchos más barcos y decidí volver al coche. Poco antes me había cruzado con un tío que venía en mi dirección por la playa. Para evitar el encuentro -no me daba muy buena espina o ando demasiado alerta- me fui hacia el interior, por un montículo. Él se fue también hacia el interior y pensé -uppps, no mola-. Así que tiré para la playa. Saludé al tío y no sé que me quiso decir, pero le dije que estaba corriendo y me fui trotando poco a poco. No me siguió así que guay. Creo que simplemente ese era su camino al pueblo. En estas salidas cuentas con que te pueden dar el palo. Así que aparte de la cámara -que cuento con que algún día me la podrán socializar- no llevo casi nada de valor. De hecho en el teléfono en el que tengo dos tarjetas -el sim de Angola y el de España-, antes de ir quité la tarjeta del número de España, por si me lo quitaban no tener que liarme a pedir un duplicado. Vamos, que toco madera para que no me roben, pero que si me dan el palo les doy lo que quieran sin abrir la boca. Otra cosa. Para la cámara llevaba tres tarjetas. Para cuando llegué donde me di la vuelta ya había usado las tres, porque cuando veía a lo lejos que me iba a cruzar con gente, ante la posibilidad de que la cámara volara cambiaba de tarjeta para por lo menos tener algunas fotos.
Decidí no desandar el camino por la playa hasta el coche para no pasar por los mismos sitios, así que lo hice por el interior. Ahí saqué fotos curiosas, de cabras pastando y al fondo estos barcos en terrible estado. Finalmente llegué a la carretera. De vez en cuando pasaban motoristas a los que saludaba. En un momento me encontré con 4 mujeres que llevaban sus cosas en sus cabezas y me dijeron ¨¿qué haces por aquí?¨. Y le dije que pasear, que me gustaba la naturaleza. Me dijeron que era peligroso, que había muchos bandidos en moto (a los ladrones en portugués les dicen bandidos). Upps, eso no me tranquiliza. Me despedí, empecé a caminar y vi que venían dos tíos en moto con la misma pinta que los rebeldes en Diamantes de sangre, y como justo había hablado con esas mujeres retrocedí para estar con ellas y que no me pillaran solo. Es ahí cuando decidí llamar a Carlos y decirle ¨tío, no voy hasta allá, salgo a la carretera y ven a buscarme¨.
Mientras iba por la playa solo y al loro, disfrutando de la visión de los barcos pero también bastante atento a los alrededores, pensé: ¨joder, esto es lo que sienten las mujeres cuando van solas a casa por la noche y están pendientes de que algún gilipollas no les de un susto¨. En la mayoría de los casos esa inquietud estará injustificada, pero por esa minoría de los casos no te puedes relajar. Más vale un por si acaso que un quién lo iba a decir.
Sabía en cualquier caso que yendo solo en esa playa tenía que estar atento. Disfruté mucho del paseo y es un lugar que merece mucho la pena visitar. Mirando Google Maps en las coordenadas que he escrito arriba podréis haceros la idea del mogollón de barcos que hay. Muchos están al lado de un acantilado pero no los pude ver por según Carlos ser zona prohibida. Ya los vi desde el barco pero hubiera estado chulo.
Después de colgar las fotos en Facebook mi colega Ribera ha escrito ¨Castro, cuando tuve la oportunidad de visitar Sao Tome y Príncipe, la imagen era la misma¨. En Bangladesh también leí en su día que hay un cementerio de barcos y cuando anduve por allá me planteé visitarlo, pero no lo llegué a hacer. Chittagong Ship Breaking Yard. Pero en este caso hablamos de otra liga, ya que se trata del lugar de desmantelamiento de barcos más grande del mundo y emplea a unos 200,000 bangladíes.
De este cementerio de barcos me fui al centro de la ciudad, a visitar la Fortaleza de São Miguel. Lo cuento en esta entrada.
El sábado después de visitar el cementerio de barcos me fui al centro de Luanda a visitar el Fuerte de San Miguel. En Wikipedia no hay información en español, pero traduzco lo que dice en inglés:
¨La Fortaleza de São Miguel fue un fuerte portugués construido por Paulo Dias de Novais en 1576 en Luanda, Angola. Se convirtió en el centro administrativo de la colonia en 1627 y fue un centro importante para el tráfico de esclavos a Brasil. El fuerte fue durante muchos años una ciudad autónoma protegida por gruesos muros rodeados de cañones. Dentro del fuerte, elaborados azulejos de cerámica cuentan la historia de Angola desde su origen y en el patio hay grandes e imponentes estatuas del primer rey de Portugal, del primer europeo en llegar a Angola Diogo Cão, del renombrado explorador Vasco da Gama y de otros personajes importantes. Hasta 1975 el fuerte sirvió como cuartel general del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Portuguesas en Angola. Hoy alberga el Museo de las Fuerzas Armadas¨.
El fuerte está en un lugar estratégico, en una colina desde la que se divisa perfectamente el mar y la ciudad de Luanda. La entrada al museo cuenta 100 kwanzas, lo que al cambio de hoy serían 28 céntimos de euro. Dentro se pueden ver cañones portugueses, un par de aviones portugueses utilizados ¨para repelir acciones de los movimientos de liberación nacional¨ durante la guerra por la independencia, y tanques y aviones capturados o derribados al ejercito racista sudafricano (así lo describe en los carteles) durante la guerra civil.
36 fotos de Luanda desde el coche.
He subido fotos del cementerio de barcos, del Fuerte de San Miguel, y mientras accedía a esos dos lugares he ido sacando fotos desde el coche porque la vida de esta ciudad me sigue pareciendo fascinante, lo que veo por la ventanilla no deja de llamar mi atención. Tristemente muchas veces la razón es la situación tan dura que muchos angoleños afrontan en su día a día. Otras muchas otras es cómo pese a sus dificultades sacan lo mejor de sí mismos.
----------------------
¨Las ciudades son un conjunto de muchas cosas; memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos¨.
“A city is a combination of many things: memory, desires, signs of a language; it is a place of exchange, as any textbook of economic history will tell you—only, these exchanges are not just trade in goods, they also involve words, desires, and memories.”
----------------------
¨La ciudad no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, cada segmento surcado a su vez por arañazos, muescas, incisiones, comas¨.
“The city, however, does not tell its past, but contains it like the lines of a hand, written in the corners of the streets, the gratings of the windows, the banisters of the steps, the antennae of the lightning roads, the poles of the flags, every segment marked in turn with scratches, indetations, scrolls.”
----------------------
Las ciudades invisibles – Invisible Cities.
Italo Calvino.
Plantilla basada en http://blogtemplates.noipo.org/
Blog creado con Blogia. Esta web utiliza cookies para adaptarse a tus preferencias y analítica web.
Blogia apoya a la Fundación Josep Carreras.