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Basurde Xiao Long

Se muestran los artículos pertenecientes a Septiembre de 2019.

Actividades para la clase de español: Encuentra las frases escondidas y números 1-31

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Esta semana he preparado un par de actividades para mi clase de grado 6 (equivalente a sexto de EGB en mis tiempos o a sexto de Primaria en el sistema actual, es decir, chavales nacidos en 2008 que tienen 11 años).

 

Son actividades que se pueden modificar fácilmente para hacer con vuestros hijos o sobrinos de esa edad.

 

Actividad 1 – Encuentra las frases escondidas

 

Explicación en español

 

Explicación en inglés

 

Actividad 2 – Práctica de los números del 1 al 31

 

Explicación en español

 

Explicación en inglés

Actividad para la clase de español: Parque Nacional de Quiçama (Angola)

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El sábado visité este parque nacional angoleño y escribí esta entrada en mi blog.

Deformación profesional, ese texto ha terminado esta mañana en esta actividad para mis estudiantes de segundo año de español (ab initio)

 

Texto

 

Preguntas

 

Soluciones

Oscar Scafidi (Expedición Río Kwanza 2016 + Bradt Guide Angola) en Luanda International School

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Fotos aquí

 

Hoy Oscar Scafidi ha estado en Luanda International School hablando a nuestros estudiantes sobre su expedición navegando el río Kwanza (Angola), de las fuentes a la desembocadura. Esta expedición llevada a cabo en 2016 tenía un fin solidario, que era concienciar y recaudar fondos para la eliminación de minas antipersonales en Angola. Para ello él y su compañero de viaje se marcaron el objetivo de recaudar 10.000$. Para el final de su aventura habían llegado a los 25.000$, que donaron a la fundación Halo Trust.

 

Estoy leyendo ahora ¨El último tren a la zona verde¨, de Paul Theroux, y hace muchas referencias a este problema de las minas en Angola. Aquí van un par de ellas:

 

¨Con los años, el Ferrocarril de Benguela se convirtió en blanco de saboteadores, hasta quedar totalmente destruido durante la larga guerra civil. La reconstrucción se encontró con el problema de que toda la línea estaba llena de minas. Hacía poco, en un periodo de diez años, se habían encontrado dos mil minas en el corredor ferroviario, que se encargó de eliminar una organización benéfica británica llamada The HALO Trust (en toda Angola esta valiente organización ha desactivado sesenta y ocho mil minas, y todavía se siguen encontrando más). Los chinos, con un préstamo de trescientos millones de dólares al gobierno angoleño y la aportación de mano de obra tanto cualificada como de presidiarios, contribuyeron a la eliminación de parte de las minas, vovieron a colocar las vías, levantaron nuevas estaciones y reconstruyeron las infraestructuras tierra adentro, hasta Huambo, con la intención de llegar a la frontera con el Congo¨.

 

¨Algunas casas estaban destruidas porque sus habitantes habían huido o habían sido expulsados cuando se aproximaba la independencia, en los años setenta. Pero la zona, como todo el sur de Angola, había sido escenario de guerra durante décadas. En 1983, entre Cahamar y Xangongo, el ejército sudafricano, en una ofensiva importante (Operación Askari), había luchado contra las guerrillas namibias de la SWAPO que se concentraban allí para tratar de cruzar la frontera y liberar a su país, África del Sudoeste. En muchas de aquellas casas habían puesto bombas, y los campos estaban llenos de minas. Se calcula que durante el largo conflicto, entre todos los bandos, se colocaron en Angola veinte millones de minas¨.

 

Sobre HALO Trust ya tenía conocimiento. El año pasado vino a la escuela a hacer una demostración in situ del problema otra organización (MAG), y también tres estudiantes de primero de bachiller hicieron un proyecto para recaudar fondos para HALO, dándoles mucha visibilidad.

 

Tristemente, muchas de estas minas salieron de Vitoria-Gasteiz, mi ciudad, fabricadas por Explosivos Alaveses (Expal). ¡Qué vergüenza!

 

La presentación de Oscar estuvo genial, dando a conocer cómo un proyecto de esta embergadura no se prepara de la noche a la mañana y contando en detalle la planificación, dificultades, logros, etc. Por cierto, esa expedición entró en el libro Guinness de los records, con la descripción ¨Tiempo más rápido en navegar el río Kwanza en kayak o canoa en equipo – 32 días y 12 horas¨. Habían intentado entrar antes con estos dos records: ¨distancia más larga recorrida en kayak en el río Kwanza¨ y ¨primera vez que la parte navegable del río Kwanza ha sido navegada¨. Para certificar un record hay que presentar muchísima documentación y para estos dos records no se puede probar que no haya habido otra persona, con lo que se los rechazaron. Pero a la tercera fue la vencida.

 

Esa expedición dio lugar al documental Kayak the Kwanza, que se puede ver gratis en Youtube (51´30¨), así como a la publicación del libro homónimo. Parte de los beneficios de su venta se dedican a desactivar minas.

 

Aparte de escribir ese libro Oscar Scafidi ha escrito la única guía de Angola que existe en inglés. Lonely Planet todavía no tiene su edición de este país y la única que se puede encontrar es la de Bradt. Cuando vine aquí en 2018 me traje la segunda edición, ahora a la vuelta del verano me he traído la tercera edición que ha visto la luz en julio de 2019. Dice en la presentación del autor:

 

¨Oscar Scafidi es originario del Reino Unido y de Italia y pasó cinco años viviendo y trabajando en Luanda, entre 2009 y 2014, como profesor de historia, escritor de viajes y asesor de riegos políticos. Antes estaba instalado en Jartum, Sudan. Cuando no enseña Oscar también escribe periodismo de viajes centrándose en destinos difíciles como Somalia, Afganistán, Liberia o Timor Este. En julio de 2016 Oscar y su amigo Alfy Weston completaron la primera navegación completa del Río Kwanza, un viaje de más de 1.300 kilómetros. Su libro y su documental sobre la expedición, titulado Kayak the Kwanza, se puede encontrar en https://unbound.com/ y http://kayakthekwanza.com/ ¨

 

Esos años que pasó de profesor de historia en Luanda lo hizo en esta escuela y todavía quedan colegas suyos de aquella época. Hablando con uno de ellos, David, me dijo que enseñaba humanidades con él. Unas vacaciones se fue este Oscar a Somalia, a entrevistar piratas. Otras vacaciones a Irak. Así que con eso veis que tipo de persona es.

 

Esta semana se le ha visto bastante por la escuela. Aparte de esta presentación de hoy a los estudiantes hizo otra presentación a profes y padres ayer a las 7 p.m. en el teatro de la escuela, y mañana también presentará su libro y viaje en el Vikings Club de Luanda. Lo cual está genial, porque es un tío que nos inspira a hacer cosas y a cuantas más personas llegue mejor.

Tutorial para la descarga de exámenes de muestra y audios para Lengua B y ab initio (primeros exámenes 2020)

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Hoy me he entretenido creando un tutorial para mis colegas profesores de segundas lenguas en el Diploma del Bachillerato Internacional.

 

Dear Colleagues,

 

The IB has recently uploaded in the resource center Language B and ab initio speciments and audio files, for first exams 2020.

I have prepared this brief tutorial in case it is useful for other teachers.

-This is not an official IB document.

-To go over it you will need your IB passwords (otherwise you will not be able to access the links)

-This document is intented for Mac users. If you have Windows the extraction of the audio file will be different.

-For the example I downloaded files for the subject English B SL. But for ab initio is pretty similar. If you want to find other languages (Spanish, French, etc.) you will need to change the language in the resource center.

 

Best Regards,

Campamento con estudiantes de grado 10.

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66 fotos aquí

 

Ruta al campamento en Relive

 

Endomondo

 

Ayer miércoles 11 de septiembre y hoy jueves 12 hemos estado de acampada con estudiantes de grado 10, que sería el equivalente a 4º de la ESO en España. Este campamento ha sido parte del programa de educación al aire libre que tiene el colegio. Todos los alumnos del mismo curso pasan un par de días juntos en la naturaleza, conociéndose mejor, estrechando lazos y viviendo nuevas experiencias.

 

Los estudiantes de cuarto de la ESO son 34 pero tres de ellos no han podido participar, así que hemos sido 31 alumnos y 4 profesores.

 

En los minibuses del colegio hemos recorrido unos 70 kilómetros dirección sur al punto donde íbamos a empezar la ruta de senderismo, cerca de un hotel que abrirá próximamente sus puertas llamado Río Curinge Lodge y que me apunto en la lista para visitar, porque tiene muy buena pinta. De ahí teníamos que caminar unos 7 kilómetros al lugar donde íbamos a montar el campamento. Estos 7 kilómetros al final se hicieron bastante más, por la siguiente razón. Más o menos en el kilómetro 5 paramos para almorzar. Estábamos en una gran explanada en la naturaleza, con algunas colinas alrededor. El sitio donde íbamos a montar las tiendas estaba en una de esas colinas.

 

Este año, a nivel de toda la escuela secundaria, estamos trabajando tanto estudiantes como profesores esta temática: ¨We Are Part of a Larger Something¨, que se traduciría como ¨Somos parte de algo más grande¨. La idea es superar las individualidades y trabajar como un equipo, a nivel de toda la escuela.

 

Para reforzar esta idea se creó la siguiente actividad. En un momento de despiste uno de los profesores se fue de donde estábamos comiendo y fue marcando la ruta al campo base con harina, echando montones cada 50 o 100 metros. Ahora iban a ser los estudiantes los que encontraran el camino. Hubiera sido sencillo si se hubieran organizado bien, 31 estudiantes peinando una zona buscando marcas. Por ejemplo haciéndo una línea y separándose 10 metros podrían andando ir cubriendo zonas de 300 metros. Esa era la idea, trabajar como un equipo. Pero no fue así. Les dijimos que buscaran las marcas y salieron como gallos sin cabeza, en grupillos, buscando las marcas especialmente donde veían un sendero. Veías que continuamente cubrían las mismas zonas, que uno buscaba las marcas y sus 4 amigos le seguían detrás… ¡un desastre! Con lo que al final tardaron 2 horas y media, bajo un sol africano, en encontrar el campamento. Algunos nos rogaban que les dijéramos dónde estaban las marcas, otros se frustaban con nosotros por lo que les estábamos haciendo pasar, pero la pelota estaba en su tejado. Tenían que organizarse y dar ellos con las pistas. Finalmente y tras alguna concesión por nuestra parte –algunos estaban ya reventados- conseguimos que llegaran al campamento.

 

Lo siguiente fue que montaran las tiendas. Un rato de descanso y preparamos unos juegos. Más descanso, y ahora les tocaba a cada grupillo de tres o cuatro preparar su cena. Les dimos a cada grupo un hornillo y con eso tenían que cocinar los ingredientes que habían traído. Puesta de sol, reflexiones y a planchar la oreja.

 

Al día siguiente desayuno y otra vez lo mismo, con marcas de harina a encontrar el camino de vuelta, que era diferente. Esta vez sí que se organizaron mucho mejor y salieron del grupo algunos líderes.

 

Llegamos a los autobuses y mi móvil marcaba que en los dos días había hecho 25 kilómetros. En teoría eran 7k de ida y 7k de vuelta al campamento, pero entre lo que anduvieron perdidos –y los profes detrás de grupillos de estudiantes echando un ojo-, actividades y demás pues hicimos algunos kilómetros. Antes del campamento andaba en duda de si hacer la ruta de senderismo o no por la operación del Aquiles que tuve a finales de junio, pero ha respondido bien.

 

Un placer estar en la naturaleza. Me encanta esta época del año en Angola en la que los baobabs (aquí los llamamos imbondeiros, palabra portuguesa) están desnudos. Y una gozada compartir un par de días con estos adolescentes fuera de las clases, con la energía y vitalidad que transmiten.

12/09/2019 20:25 basurde Enlace permanente. Angola No hay comentarios. Comentar.

IB Spanish ab initio – Ejemplos Paper 2 (en mayo 2020 pasará a ser Prueba 1)

Spanish ab initio - Tipos de texto - Prueba 2.docx from Javier Castro

Colegas profesores de español:

En este documento podéis encontrar ejemplos que he escrito respondiendo a algunas de las opciones de los últimos exámenes de Español ab initio Nivel Medio del Bachillerato Internacional, Prueba 2.

Un saludo.

¨El último tren a la zona verde¨ - Referencia a Luanda International School

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12 fotos aquí.

 

En ¨El último tren a la zona verde¨ el escritor Paul Theroux narra el viaje que hizo en 2011 por Namibia y Angola. Llegado a la página 323 de la edición en castellano de Alfaguara me llevé la gran sorpresa de que hacía referencia a la escuela en la cual trabajo ahora:

 

¨En una Luanda disfuncional y sujeta a cortes repentinos de luz y escasez de agua, la gente con dinero –tanto angoleños como extranjeros- creaba pequeños recintos herméticos, complejos amurallados, en los que disponían de sus propios generadores, fuentes de agua y servicios: pistas de tenis, piscinas, clubes sociales y de golf y por supuesto, guardias armados y perros vigías.

La Luanda International School era uno de esos recintos seguros, un oasis detrás de un muro, al servicio de los hijos de expatriados, diplomáticos, profesionales de las petroleras y angoleños ricos. Puesto que no me querían recibir ni en los colegios del Estado ni en la Unión de Escritores, visité el colegio internacional por curiosidad, para observar cómo era una de esas comunidades. A cambio de su hospitalidad, pronuncié una charla para los alumnos.

Después de un trayecto largo y nada sencillo hasta el sur de la ciudad, a través de los barrios improvisados y los sórdidos distritos de la pobreza, la International School fue casi una sorpresa: ordenada, bien construida, espaciosa, limpia y rodeada de jardines. Niños sanos de todas las razas convivían en agradables grupos –seiscientos treinta estudiantes y noventa y un profesores-, y lo más extraordinario del colegio era la presencia de libros. Aparta del departamento de Akisha Pearman en el Instituto Superior de Lubango, en ninguna de las escuelas que había visitado había visto muchos libros. «Por favor, mándenos libros desde América», me rogaban, y mi reacción habitual era remitirles a los multimillonarios de su propio gobierno.

La biblioteca recién construida en la International School era digna de una pequeña universidad. Y los estudiantes eran brillantes, con la confianza que otorga tener buenos profesores, saber que te toman en serio y –hay que decirlo- ser rico, a salvo de los horrores de Luanda. Pronuncié mi charla y respondí preguntas, y visité la escuela guiado por los profesores, que eran gente seria y animosa. Todo parecía maravilloso, y era casi increíble que pudiera existir un lugar así en medio del lóbrego entorno.

-¿Y qué cuesta la matrícula aquí? –pregunté en tono desinteresado.

-Cuarenta y siete mil dólares al año –me dijo una profesora, que tragó saliva al pronunciar la cifra.

En esa epoca, era más o menos lo mismo que costaba la matrícula en la Universidad de Harvard. Como muchos alumnos eran hijos de empleados de las compañías petroleras, la existencia de un colegio tan bueno era un incentivo para que los profesionales extranjeros quisieran permanecer con sus familias en Luanda. Más tarde, un directivo de una de esas empresas me contó que los angoleños, sencillamente, no querían trabajar, y añadió:

-Cuarenta mil trabajadores de la industria del petróleo mantienen a veintitrés millones de angoleños.

Los complejos residenciales y otros servicios eran lo que empujaba a los extranjeros a dar la espalda a la realidad del país, aislarse del caos y sentirse seguros. En muchos aspectos, no era diferente al modelo urbanístico de Palm Springs o las comunidades cerradas en los alrededores de Phoenix y otros lugares, pero, en Luanda, lo que estaba al otro lado de esos muros eran unos barrios plagados de peligros extremos y puro horror¨.

 

Me pasé por la biblioteca a ver si teníamos este ejemplar en inglés. No estaba, pero sí que lo encontré en portugués:

 

¨Como Luanda era disfuncional e sujeita a cortes de energia súbitos e a faltas de água, as pessoas com dinheiro –tanto angolanos como estrangeiros- criavam pequenos condomínios herméticos, recintos fechados, onde tinham os seus própios geradores, nascentes de água e infraestruturas de lazer: campos de ténis, piscinas, clubes sociais e de golfe e, claro está, seguranças armados e cães de guarda.

A Escola Internacional de Luanda era um destes recintos salubres, um oásis atrás de um muro, serviços para os filhos de expatriados, diplomatas, gente do petróleo e angolanos ricos. Indesejado nas escolas do Estado e recusado pela União dos Escritores, visitei a escola por curiosidades, para observar uma comunidade fechada em atividade. Em troca da hospitalidade, fiz uma palestra aos estudantes.

Após uma ida longa e longe de ser simples ao sul da cidade, através dos bairros improvisados, dos horríveis circuitos de pobreza, a Escola Internacional foi uma surpresa: organizada, bem planeada, espaçosa, limpa e rodeada de jardins floridos. Crianças saudáveis de todas as raças estavam reunidas em grupos conviviais -630 estudantes, 91 professores-, e o que a escola tinha de singular era a presença de livros. Á parte o departamento de Akisha Pearman no Instituto Superior de Lubango, os livros não abundavam nas escolas que eu visitara. Por favor, mandem-nos livros da América, imploravam-me, e eu respondia sempre que os pedissem aos multimilionários do seu Governo.

A biblioteca recém-construída da Escola Internacional era digna de uma pequena faculdade. E os estudantes eram inteligentes, com o ar confiante de quem era bem ensinado, levado a sério e –é preciso dizê-lo- rico, protegido dos horrores de Luanda. Fiz a minha palestra e respondi a perguntas, e os professores, que eram empenhados e encorajadores, mostraram-me a escola. Parecia maravilhoso e quase inacreditável que um sítio daqueles pudesse existir no meio da tristeza envolvente.

-Então, quanto custam as propinas aquí? –perguntei naturalmente.

-Quarenta e sete mil dólares por ano –respondeu uma professora que engoliu em seco para conseguir pronunciar as palavras.

Na altura, este era mais ou menos o preço das propinas na Universidade de Harvard. Como muitos estudantes eram filhos de empregados na indústria do petróleo, a existência de uma escola tão boa constituía um incentivo para os trabalhadores estrangeiros ficarem com as suas famílias em Angola. Um executivo do petróleo dir-me-ia más tarde que os angolanos não trabalham, e acrescentou:

-Quarenta mil trabalhadores na indústria do petróleo sustentam vinte e três milhões de angolanos.

Os complexos residenciais e outras infraestructuras de lazer foram a maneira de os estrangeiros voltarem as costas à relidade local, de de afasterem do caos, de terem segurança. Em muitos aspetos, este modelo não era diferente do planeamento urbano existente em Palm Springs ou nas comunidades fechadas dos arredores de Phoenix e noutros sítios, más em Luanda o que ficava de fora dos complexos eram bairros pobres de extremo perigo e puro horror¨.

 

Quería compartir esto con colegas angloparlantes del colegio así que pregunté a otros profesores en escuelas internacionales si tenían el libro en inglés en sus bibliotecas. Mi amiga Estitxu, gasteiztarra que curra de profesora de español en la Lincoln Community School de Acra (Ghana) me envió el fragmento:

 

¨Because Luanda was dysfunctional and subject to sudden power cuts and water shortages, people with money –Angolans and foreigners alike –created small hermetic settlements, walled compounds, where they had their own generators, water sources, and amenities: tennis courts, swimming pools, golf and social clubs, and of course armed sentries and guard dogs.

The International School of Luanda was one of these salubrious compounds, an oasis behind a wall, catering to the children of expatriates, diplomats, oil people, and wealthy Angolans. Unwelcome at the state schools and rejected by the writers´ union, I visited the school out of curiosity, to observe a sealed community in action. In return for their hospitality, I gave a talk to the students.

After a long and far-from-simple drive to the south of the city, through the improvised neighborhoods, the grim precints of poverty, the International School was something of a surprise: orderly, well planned, spacious, clean, and surrounded by flower gardens. Healthy children of all races were gathered in congenial groups -630 students, 91 teachers- and what was singular about the school was the presence of books. Apart from Akisha Pearman´s department in the Instituto Superior in Lubango, books had not figured much in any of the schools I´d visited. Please send us books from America, I was implored, and my routine reply was to refer them to the billionaires in their government.

The newly built library at the International School was worthy of a small college. And the students were bright sparks, with the confident air that comes of being well taught, taken seriously, and –it must be said- wealthy, sheltered from the hideosities of Luanda. I gave my talk and answered questions and was shown around the school by the teachers, who were earnest and upbeat. It all seemed marvelous and almost unbelievable that such a place could exist amid the encircling gloom.

¨So,¨ I asked casually, ¨what´s the tuition here?¨

¨Forty-seven thousand dollars a year,¨I was told by a teacher, who gulped as she managed to utter the words.

At the time, this was roughly the cost of tuition at Harvard University. Because many of the students were the children of oil industry employees, the existence of such a good school was an incentive por foreign workers to stay with their families in Luanda. An oil executive was later to tell me that Angolans simply did no work, and he added, ¨Forty thousand workers in the oil industry support twenty-three million Angolans.¨

The residential compounds and other amenities were the foreigner´s way of turning their backs on the reality of the place, of shutting out the chaos, of being secure. In many respects this pattern was no different from the urban planning in Palm Springs or the gated communities around Phoenix and elsewhere, but in Luanda what lay outside the compounds were slums of extreme danger and pure horror¨.

 

¨El último tren a la zona verde¨ -Paul Theroux-

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Contraportada:

 

«La literatura de viajes tiene nombre propio: Paul Theorux.»

Laura Revuelta, ABC

 

¨Hace ya una década, Paul Theroux narraba su épico viaje por tierra desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo, y nos ofrecía una visión privilegiada del África moderna. Ahora regresa para descubrir cómo han cambiado en estos años tanto él como el continente africano. Entre townships y safaris a lomos de elefantes, entre paraísos naturales, tradiciones perdidas y zonas devastadas por la guerra y la avaricia desmedida de sus gobernantes, el autor parte de Ciudad del Cabo, se dirige al norte a través de Sudáfrica y Namibia, y se adentra en Angola para tropezarse con un entorno cada vez más apartado de las rutas turísticas y de las esperanzas de los movimientos poscoloniales de independencia¨.

 

«Paul Theroux es hoy, seguramente, el escritor de viajes más afamado, reconocido y aplaudido del mundo.  […] Él último tren a la zona verde es un libro sincero y emocionado, que cautiva en cada página.»

-Mariano López, El Periódico

 

Sobre el autor:

 

¨Paul Theorux (Medford, Massachusetts, 1941) es uno de los escritores más reconocidos del mundo. El gran bazar del ferrocarril (1975, Alfaguara, 2018) lo catapultó a la fama y constituye un clásico de la literatura de viajes. En 1981 recibió el James Tait Black Memorial Prize por La costa de los mosquitos, adaptada al cine por Peter Weir. En su prolífica obra destacan títulos como Tren fantasma a la Estrella de Oriente (Alfaguara, 2010), y novelas como La calle de la media luna, Hotel Honolulu, Elefanta Suite (Alfaguara, 2008) y Un crimen en Calcuta (Alfaguara, 2011). Tras la calurosa acogida de los medios a El Tao del viajero (Alfaguara, 2012), Theroux retornó a la narrativa de ficción con En Lower River (Alfaguara, 2014) y El último tren a la zona verde (Alfaguara, 2015). Su última novela es Tierra madre (Alfaguara, 2018)¨.

 

Terminado ¨El último tren a la zona verde¨. Es un libro que me ha gustado a pesar del autor por las cosas que he aprendido principalmente sobre temas históricos de Sudáfrica, Namibia y Angola. Sobre el viaje en sí del autor, pues lo que me suelo pasar con este tipo de textos literarios: me cuesta muchísimo tragar el ego de los escritores viajeros. Intentan contarte que su viaje fue la mayor de las aventuras, haciendo pasar cosas muy normales como un ejercicio de audacia y bravura por su parte. Me ha pasado con un par de autores españoles y ahora con el Señor Theroux también. Así que este genero literario lo leo por eso, por aprender sobre la historia de los países, pero se me hace muy difícil empatizar con el escritor, ya que me da la sensación de que me intenta meter muchas trolas.

 

Ejemplo de como era mi relación lector-escritor a medida que pasaba las páginas, al llegar al siguiente extracto del texto pensé: ¨¡Vaya, mira quién habla!¨:

 

Página 148: ¨Hace decenios, los únicos libros sobre los ju/´hoansi que pude encontrar fueron las obras de Laurens van der Post, pero pronto aprendí a no fiarme de él. En 1952 había publicado Venture to the Interior (Aventura en el corazón de África, 1984), un relato de su viaje de prospección a Nyasalandia, y, cuando me fui a vivir allí, diez años y pico después, descubrí que había construido un relato crepuscular y existencial a partir de unos cuantos meses bastante convencionales, abriéndose paso con un equipo de fortachones en la región de plantaciones de té de Mlanje. Con ese libro y otros suyos me di cuenta de que era una especie de mitómano.

            En 1975 visité a Van der Post en Inglaterra con el fin de entrevistarle para una revista, y me pareció estirado y vanidoso, y no paró de contarme, sobre todo, la vida tan apasionante que había tenido, con el tono seco e imperioso de un director de escuela. Su vida, sin duda, había sido extraordinaria en muchos aspectos (prisionero de los japoneses, amigo de Carl Jung, protector de los bosquimanos), pero su relato era una sucesión de alardes malhumorados. Hacía un gesto extraño con la boca, sacando el labio inferior como si no diera crédito, con los ojos azules muy fijos y un aire severo y vagamente reacio¨.

 

El viaje del Señor Theroux por esta parte del mundo fue en 2011. Yo llevo aquí desde agosto de 2018 y sí que es cierto que Angola ha cambiado muchísimo en esos 7 años. Una de las ideas del autor a la hora de escribir es documentar la realidad que existe en ese momento, y es cierto que puede cambiar muy rápidamente en décadas. ¿Pero tanto?

 

Página 308: ¨Me sorprendió ver las amplias playas vacías. Tal vez de cerca serían tan asquerosas como la ciudad, pero, de lejos, desde la carretera en alto, parecían bañadas por olas, limpias y desoladas. En Luanda conocería a un joven diplomático portugués, muy deportista, que me contó que la mayoría de los fines de semana bajaba por la costa para hacer surf allí, en Cabo Ledo y Cabo de São Brás. Siempre estaba solo, nunca veía a otros surferos¨.

 

Cabo Ledo en la actualidad es un popular destino surfero. De hecho un grupo de profesores de mi escuela van allá todos los fines de semana. Recientemente vi anunciado –hace un mes o así- una competición de surf allá. Es cierto que no hay muchos, pero haylos.

 

Página 313: ¨(veía más Hummers gigantescos y carísimos cualquier día en Luanda que los que podía ver en un mes en Estados Unidos)¨.

 

En algo más de un año todavía no he visto ningún Hummer por aquí. ¿Quizás los había hace 8 años?

 

Hablando de Namibia cuenta su gran odisea para llegar hasta Tsumkwe. En marzo con otros tres colegas llegamos en un 4x4 alquilado hasta allá sin mayores problemas, de hecho disfrutando bastante de la carretera. Visitamos uno de los museos vivientes de los bosquimanos y leer sobre la historia de este pueblo sí que me pareció muy interesante:

 

Página 133: ¨Tsumkwe había sufrido el abandono e incluso el olvido del gobierno namibio, pese a que dos ministerios –agua y agricultura- tenían oficinas cerca del cruce de carreteras. Por ese motivo y por su pobreza y sus necesidades, Tsumkwe se había convertido en una causa para la industria de las buenas obras, en la que, durnate unos días, yo iba a tener un papel activo. La intromisión de los extranjeros en la vida diaria de los africanos era el tipo de cosa que yo siempre había criticado. Los noruegos llevaban haciéndolo treinta años, enviando dinero y elaborando caros y sesudos estudios autofinanciados sobre las dificultades y los objetivos de la población local.

            Y esa fue una lección para mí, porque mi primera impresión de Namibia, desde la frontera hasta Windhoek y la costa, había sido que era un lugar que no necesitaba que nadie de fuera contara a la gente cómo vivir su vida, que los namibios eran un auténtico ejemplo de desarrollo y decoro. Pero era un juicio precipitado, antes de cruzar la Verja Veterinaria¨.

 

Página 166: ¨Después de la anacrónica Los dioses deben estar locos –que enfureció a los antropólogos-, John Marshall comparó el estereotipo de los ju/´hoansi con la imagen convencional del piel roja en Hollywood. Hace casi treinta años, escribió: «Una de las [ideas equivocadas] más simples y peligrosas es la frecuente convicción de que, en algún lugar del Kalahari, los bosquimanos siguen viviendo sin problemas y en paz de la caza y la recolección. El peligro es pensar que ese pueblo mítico puede y quiere continuar con su vida antigua y asilada» (John Marshall y Claire Ritchie, Where Are the Ju/´wasi of Nyae Nyae?). Es un proceso de confusión que denomina «muerte a manos del mito», el título de uno de sus últimos documentales. Es el mito de que siguen siendo cazadores recolectores, que pueden volver a vivir así y vivir bien. «El mito es inherente a nuestras ideas sobre los bosquimanos.»

            El modo de vida tradicional desapareció hace mucho. Un ju/´hoansi nacido con posterioridad a 1950 no sabrá nada o casi nada de cazar y recolectar. «El ciclo de conocimiento se interrumpió.» Aparte de unos cuantos que se permiten ser reclutados para la farsa coreografiada que presencié, la gran mayoría quieren llevar una vida como la de los demás, ir a la escuela, trabajar, vivir en un lugar estable y seguro y no tener que depender nunca más de la inseguridad de la sabana. Han ido yéndose a la ciudad, donde el trabajo manual, aunque sea con una pala, es más fácil que cazar. En Tsumkwe había algo de asistencia del Estado, y habían instalado la nueva clínica para ocuparse de las nuevas enfermedades¨.

 

Página 167: ¨El mito de los bosquimanos ha inspirado los planes de las ONG que intentan ayudarles. Sobre todas esas organizaciones benéficas (la más visible era el programa de los Museos Vivientes) que se dejaban invadir, como yo, por el sentimentalismo, la nostalgia de los días «antes de la caída», Elizabeth Marshall Thomas hizo un comentario inteligente: «Estas organizaciones no tienen más remedio que llevar a cabo sus misiones –escribió en The Old Way-. No es extraño que quieran salvar el Nyae Nyae tradicional, un lugar en el que una población indígena ocupó un ecosistema durante treinta y cinco mil años sin arruinarlo. ¿Quién no desearía la supervivencia de un modo de vida que logró eso?» Pero añadía: «El mito era pensar que era lo que querían los ju/´hoansi»¨.

 

Página 111: ¨Conservo mi pasaporte alemán –señalando la calle, como si señalara a todos los demás alemanes, añadió-: Ellos también. No hay namibios en este país. Hay hereros, damaras, oshiwambos, afrikáners, básters; eso es lo primero que dicen, si se les pregunta. Después dicen: «Ah, sí, y también soy namibio»¨.

 

Una de las cosas que me suele alegrar cuando leo un libro es encontrar la razón por la que se le ha titulado de cierta manera. En este en concreto menciona un par de veces a que se refiere con ¨la zona verde¨:

 

Página 236: ¨-Pregunta a ese hombre dónde estamos –dije, señalando al tipo del bar-. ¿Qué pueblo?

            Se lo preguntó y el hombre se lo explicó. Gilberto transmitió:

            -No hay pueblo. Estamos cerca de Uia. El mercado grande y la gasolinera están en Xangongo.

            -Zona verde –dijo Camillo.

            Esas palabras las comprendí, y me gustaron como eufemismo para hablar de la sabana. Zona verde –todo lo que no era una ciudad –resumía el África que amaba¨.

 

Página 334: ¨El día de la llegada del primer ministro portugués desde Lisboa para pedir dinero a Angola con el fin de rescatar su economía en bancarrota, Kalunga me llevó en su moto a la estación de tren de Luanda, en un lugar llamado Viana. Preguntamos los horarios de los trenes a Malange y el precio. Dos trenes semanales, billetes baratos, un viaje sencillo.

            -¿Estás seguro de que quieres hacer esto? –preguntó en tono de broma.

            -No. Quiero pensármelo.

            -Tal vez el último tren a la zona verde¨.

 

Sobre la historia de Angola he aprendido bastantes cosillas interesantes:

 

Página 227: ¨Esto sucedió ocho veces, y Camillo, que me había parecido una persona irritante y mal conductor, iba encogiéndose a un tamaño cada vez más patético y vergonzoso, más cobarde y más pobre con cada enfrentamiento. En Angola, el soborno es una forma de vida: la pequeña intimidación en la carretera de tierra del sur no es más que un reflejo de los sobornos millonarios que exigen los ministros del gobierno a las compañías petroleras y a las concesionarias de oro y diamantes. Un soborno no proporciona nada más que una vaga garantía de que te van a dejar pasar, es más parecido a una cuota de ingreso o un peaje que a un pago de servicios. En cualquier país, encontrarse con sobornos en una carretera secundaria es un claro indicio de que el Estado entero está corrupto y el régimen es una tiranía de ladrones, como lo es Angola desde que obtuvo la independencia hace treinta y cinco años y seguramente desde antes, puesto que el gobierno colonial portugués también era un modelo basado en la extorsión¨.

 

Página 238: ¨La imagen de Angola no solo consistía en el pueblo horroroso y el barrio de chabolas, sino también en las ruinas de un paisaje maltratado, los restos de la deforestación y los campos cubiertos de tanques carbonizados, los ríos que parecían envenendados, negros y tóxicos. Ho no se veía ni un solo animal más que alguna vaca o algún perro encogido. En la mayor parte del sur de África, por lo menos se veían pequeños antílopes o gacelas que saltaban a lo lejos sobre sus patas esbeltas. Los impalas estaban presentes en todas partes, y era casi imposible imaginar una extensión de sabana sin esos animales. Y donde había pueblos, había siempre carroñeros, hienas o babuinos.

            Sin embargo en toda Angola no había animales salvajes. Una consecuencia de las décadas de guerra civil era que los animales que no había devorado una población hambrienta habían saltado hechos pedazos por las viejas minas abandonadas.

            El exterminio de la fauna salvaje había sido total. De vez en cuando, una mina destrozaba a unas vacas que estaban paciendo, igual que a niños que jugaban o a personas que decidían atajar atravesando un campo¨.

 

Página 254: ¨En cuanto a que Portugal fuera práctico, hay que decir que Angola fue el único país africano que empezó su existencia colonial como asentamiento penal, la versión portuguesa de Siberia, su cárcel¨.

 

Página 256: ¨Eso fue antes de que subiéramos al planalto –el frío altiplano meridional- y llegáramos a las primeras afueras de Lubango, los barrios de chabolas y casas de bloque de cemento, las chozas y los vendedores callejeros, las zonas ocupadas que carecían de vegetación y –a falta de combustible- habían destruído sus bosques para emplear la leña. La ciudad estaba rodeada de barrios marginales. En Angola, este tipo de barriadas se llaman musseque, « tierra roja», por el suelo arenoso sobre el que solían construirse las chabolas, una palabra que además denota un lugar estéril y asolado, un terreno baldío. En las musseques de Lubango no quedaba un matorral ni una brizna de hierba, solo kilómetros y kilómetros de gente.

            Pensé: «Ya he estado aquí».

            Otra ciudad africana, otro espanto, más caos, luces deslumbrantes, muchedumbres en las calles, la pestilencia de la tierra y las emisiones de diésel, las vallas rotas, las tiendas destruidas, las barras de hierro en los escaparates, los niños peleándose, las mujeres sobrecargadas, y nada que sirviera de alivio¨.

 

Página 292: ¨La gran ironía –por no hablar de farsa- de los derechos humanos en Angola era que uno de los primeros presos de conciencia seleccionados por Amnistía Internacional cuando se fundó, en 1961, había sido el doctor Agostinho Neto, nombrado «preso político del año» porque los portugueses lo habían encarcelado. Después de salir de la prisión, neto llegó a ser el primer presidente de Angola, y pronto fue él quien empezó a encarcelar a sus oponentes, que se convirtieron, a su vez, en presos de conciencia. Entonces Amnistía se encontró con la paradójica situación de tener que pedir justicia para las víctimas del hombre al que con tanto éxito había defendido. Se lo conté a los alumnos del instituto, pero no parecieron muy impresionados y respondieron, sin demasiado interés y probablemente con razón, que en Angola habían sucedido cosas peores¨.

 

Página 298: ¨David Livingstone no solo atravesó el continente, dos mil cuatrocientos kilómetros a pie en seis meses, y llegó a Luanda en 1854, sino que además se negó a abandonar a sus hombres, los makololos que le habían servido de porteadores y guías. La razón no explícita era que seguía necesitándolos, y por eso, en lugar de aceptar un sitio en un barco, dio media vuelta y regresó a pie hacia el este, hasta la costa de Mozambique, y en el camino describió, situó en el mapa y nombró las cataratas Victoria¨.

 

Página 314: ¨Siempre fue una ciudad de desesperación y exilio. Nadie iba a Luanda por placer. A los criminales exiliados les siguieron traficantes de esclavos, y luego traficantes de caucho y marfil, como los belgas del rey Leopoldo en el vecino Congo. Cuando el comercio de caucho y marfil decayó, Angola volvió a la trata de esclavos y después vinieron los trabajos forzosos. Pero nunca se mencionaban esos comportamientos tan crueles. Si se le pide a cualuqier portugués que explique la relación de su país con Angola, ofrece una versión de lusotropicalismo y cuenta que los portugueses tenían una afinidad natural con la gente oscura de eses tierras cálidas y soleadas. Sin embargo, la realidad fue que Portugal, después de imponerse en el país, no mantuvo ninguna relación social ni cultural con Angola. Un pequeño ejemplo: no permitieron que sonara música angoleña en la radio nacional –la única emisora del país- hasta 1968¨.

 

Página 315: ¨Angola fue la plasmación de la frase de Rebecca West en Cordero negro, halcón gris: «A veces es muy difícil saber la diferencia entre la historia y el olor de una mofeta».

 

Página 327: ¨Kalunga mencionó una gran batalla en 1994, el cerco de Cuito Cuanavale, en el sur, una ciudad en manos de soldados angoleños y cubanos que fue atacada por columnas acorazadas del ejército sudafricano. Tras cuarenta días de bombardeos, de carros de combate soviéticos contra aviones de combate Mirage, el resultado fue la muerte de más de cincuenta mil personas y la derrota de los dos bandos, puesto que el sanguinario enfrentamiento acabó en tablas. Había oído denominarla «el Gettysburg de Angola» y «el Stalingrado de Angola».

            -Fue la mayor batalla convencional librada en cualquier lugar del planeta desde la Segunda Guerra Mundial –dijo Kalunga-, y esos chicos angoleños a los que has visto no tienen ni idea de qué ocurrió. Todavía hay minas en Caxito –cien kilómetros al norte de Luanda- que hacen saltar por los aires a campesinos, pero no parece importarle a nadie. La gente va a lo suyo. Son otros los que las desactivan, organismos extranjeros¨.

 

Cuito Cuanavale lo tenía ya en la agenda. Había mirado ya como ir y vuelos directos desde Luanda no hay, solo llegan hasta Menongue, a unos 190 kilómetros. El problema es que la combinación no es demasiado buena, solo hay vuelos los lunes y los viernes. Así que tengo que planificarlo en alguna vacación ya que en ninguno de los puentes que tenemos cuadran las fechas.

 

Sobre el tema de las minas en Angola tomé un par de extractos de este libro para escribir esta entrada previa en mi blog.

 

Y, ¡gran sorpresa! Llegado a la página 324 descubrí que el autor había visitado mi colegio, Luanda Internacional School. Ver lo que escribió aquí. En otra entrada he copiado esos fragmentos, y los he buscado también en la edición en portugués y en la original en inglés. Algunas cosas permanecen igual, otras las lees y piensas ¨¿así era esto hace solo 8 años?¨. Hoy he estado hablando con Alí, un profesor de Educación Física canadiense que lleva desde antes de 2011 por aquí y le he preguntado si recuerda esa visita del autor. Me ha dicho que sí, que sí que se acuerda que estuvo en el colegio.

 

Sobre las ayudas internacionales a África de gobiernos y ONGs expone ideas interesantes.

 

Página 93: ¨En todos los casos los donantes proceden del lejano Estados Unidos, son intérpretes profesionales, novicios en África, y parecen extrañamente eufóricos, asombrados y ensordecidos por el poder que les da su dinero, porque el dinero no puede comprar convicciones ni obediencias en Hollywood como lo hace en África. Estas estrellas exteriorizan sus preocupaciones en público, y sus buenas obras adquieren la categoría de representación, como niños gigantes que ponen dinero en las manos tendidas de un mendigo y fingen ignorar el aplauso. Es como si hubieran decidido demostrar que una persona en una profesión tan superficial y manipuladora es capaz de tener conciencia.

            ¿Sirven de algo estas buenas obras improvisadas? La historia hace pensar que no, que los países empeoran debido a ellas. Muchos economistas africanos, entre ellos Dambisa Moyo, de Zambia, y el keniano James Shikwati, afirman, con argumentos convincentes, que la mayor parte de la ayuda es perjudicial. En su libro sobre la ayuda exterior a África, Cuando la ayuda es el problema, Moyo declara que el dinero que han recibido los países africanos desde finales de los años cuarenta, un billón de dólares (800.000 millones de euros), ha desalentado a los inversores, ha inculcado una cultura de dependencia y ya engendrado corrupción, todo lo cual ha dificultado el crecimiento y retrasado las economías nacionales¨.

 

La San Miguel angoleña es Cuca, es la cerveza más popular, la marca nacional. No sabía que se trataba de un acrónimo:

 

Página 333: ¨-La cerveza Cuca –dijo una mujer-. Le voy a decir de dónde viene Cuca. Com um coraçao angolano, con un corazón angoleño¨.

 

Otra aportación, ¿sabías que la marca deportiva ASICS es también un acrónimo? nima Sana in Corpore Sano

 

Aquí un par de extractos del Señor Theroux como viajero:

 

Página 116: ¨Yo nunca buscaba problemas y tendía a escoger el camino más fácil, si bien en África hasta el viaje más sencillo puede ser complicado para alguien que viaja solo. No me gustaba nada correr riesgos, trataba de evitarlos, pero a veces era imposible. Al ir solo, siempre tenía problemas que resolver. No tenía coche, de modo que dependía del transporte público. No hacía planes con demasiada antelación, por lo que siempre andaba necesitado de una habitación de hotel o una comida a última hora. Por eso a veces tenía que dormir en el autobús, o no dormir en ningún sitio, y de vez en cuando me quedaba sin comer. Pero no podía quejarme de esas situaciones fastidiosas en unos países en los que tanta gente era indigente y dormía bajo los árboles y vivía largos periodos sin probar bocado. Yo no soy capaz, por naturaleza, de establecer redes de contactos ni buscar personas concretas, así que siempre dependo de los encuentros casuales, la suerte, la amabilidad de los desconocidos¨.

 

Página 191: ¨Caminé una hora y luego volví por una ruta distinta y me dispuse a esperar a que pasara el fin de semana. Una vez más, uno de esos interludios vacíos en el viaje, un retraso sofocante y poco fructífero, en el que no hay nada más que una sensación creciente de soledad e incertidumbre, un ensombrecimiento de las perspectivas, la condición de extranjero con todas las sospechas que eso despierta¨.

 

Para terminar, una frase interesante:

 

Página 206: «El único queso gratis es el de la ratonera».

 

Y una anécdota bien triste:

 

Página 110: ¨-Entonces, el gobierno envió a mis padres un decreto de expulsión –contó Pierre-. Fue alrededor de 2000. «Si no os vais…»

            Su madre le llamó a Sudáfrica –donde ahora, después de sus años de turbulencia, gobernaba Nelson Mandela- y le pidió que fuera de inmediato a ayudarles a hacer las maletas. Habían perdido la granja, la casa, las cosechas, expulsados sin compensación: un ministro importante del gobierno de Zimbaue iba a quedarse con todo.

            -Fui –dijo Pierre. Respiró hondo y fijó la vista a media distancia-. La imagen que no puedo olvidar, la cosa más triste que he visto en mi vida, fue mi madre, el día que iba a dejar su casa para siempre, de pie, con una manguera en la mano, regando su jardín. Consciente de que no iba a volver a verlo nunca. Allí de pie, en aquel día soleado, regando flores¨.

19/09/2019 18:47 basurde Enlace permanente. Libros No hay comentarios. Comentar.

Paneles solares en la Escuela Internacional de Luanda (Angola).

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45 fotos aquí.

 

Esta semana, del 20 al 27 de septiembre, se están produciendo en más de 150 países las Manifestaciones por el Clima 2019. Son una serie de protestas y huelgas internacionales para reclamar acción para afrontar el cambio climático. Muy celebrado ha sido el discurso de Greta Thunberg el pasado lunes 23 en la apertura de la cumbre del clima en las Naciones Unidas. El pasado domingo 20 de septiembre jóvenes angoleños también se movilizaron y protestaron por las calles de Luanda.

 

Pese al gran pesimismo reinante hay chispas de optimismo. Vivo justo enfrente de mi escuela y veo los edificios desde la terraza. La grata sorpresa al volver de las vacaciones de verano fue que en todos los tejados se han instalado paneles solares que ya están haciendo su función. Dentro de uno de los edificios hay una televisión que va mostrando la energía producida por esas placas y la reducción de CO2 asociada.

Libros: ¨Sidi¨ -Arturo Pérez-Reverte-

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El pasado 18 de septiembre salió a la venta la esperada última novela de Arturo Pérez-Reverte, Sidi. Me había terminado un libro la semana anterior pero esperé a ponerme con otro porque estaba impaciente por comenzar este.

 

Dice en las primeras páginas:

 

¨Sidi es un relato de ficción donde, con la libertad del novelista, combino historia, leyenda e imaginación. He simplificado en lo posible la grafía de las expresiones en lengua árabe. Episodios reales como el destierro del Cid y batallas como las de Almenar y Pinar de Tébar se alteran o funden entre sí según las necesidades de la narración. Eso ocurre también con los personajes históricos y los inventados. Hay muchos Ruy Díaz en la tradición española, y éste es el mío.¨

 

¨Costumbres de aquella era

caballeresca y feroz,

en que degollando moros

se glorificaba a Dios.

Más tal es la historia nuestra:

no es culpa mía si es bárbara;

yo cumplo con advertírselo

a mi pueblo al relatársela¨.

-José de Zorrilla, La Leyenda del Cid-.

 

Extraigo lo siguiente de la contraportada:

 

¨No tenía patria ni rey, sólo un puñado de hombres fieles. No tenían hambre de gloria, sólo hambre. Así nace un mito. Así se cuenta la leyenda¨.

En él se funden de un modo fascinante la aventura, la historia y la leyenda. Hay muchos Cid en la tradición española, y éste es el mío.

-Arturo Pérez-Reverte-.

 

¨El arte del mando era tratar con la naturaleza humana, y él había dedicado su vida a aprenderlo. Colgó la espada del arzón, palmeó el cuello cálido del animal y echó un vistazo alrededor: sonidos metálicos, resollar de monturas, conversaciones en voz baja. Aquellos hombres olían a estiércol de caballo, cuero, aceite de armas, sudor y humo de leña.

Rudos en las formas, extraordinariamente complejos en instintos en intuiciones, era guerreros y nunca habían pretendido ser otra cosa. Resignados ante el azar, fatalistas sobre la vida y la muerte, obedecían de modo natural sin que la imaginación les jugara malas pasadas. Rostros curtidos de viento, frío y sol, arrugas en torno a los ojos e incluso entre los más jóvenes, manos encallecidas de empuñar armas y pelear. Jinetes que se persignaban antes de entrar en combate y venían su vida o muerte por ganarse el pan. Profesionales de la frontera, sabían luchar con crueldad y morir con sencillez.

No eran malos hombres, concluyó. Ni tampoco ajenos a la compasión. Sólo gente dura en un mundo duro.¨

 

Mientras estaba leyendo la novela escuché varias entrevistas al autor, en las que presentaba su novela. El párrafo anterior lo comienza con ¨el arte del mando era tratar con la naturaleza humana¨, y le he escuchado decir a Pérez-Reverte que en cierta manera es un libro sobre liderazgo. Sin ninguna duda lo es.

 

También en el párrafo anterior habla de ¨profesionales de la frontera¨, y es algo a lo que también se ha referido en las entrevistas. En cierta manera lo comparaba con el Far West y las películas de John Ford. Ha sido muy interesante aprender sobre ese periodo histórico de España, no tenía idea de que fuera así y da gusto que te ilustren de una manera tan amena.

 

Sobre el autor:

 

¨Arturo Pérez-Reverte nació en Cartagena, España, en 1951. Fue reportero de guerra durante veintiún años. Con más de veinte millones de lectores en todo el mundo, muchas de sus novelas han sido llevadas al cine y a la televisión. Hoy comparte su vida entre literatura, el mar y la navegación. Es miembro de la Real Academia Española¨.

 

Breve biografía la anterior, porque se podrían llenar páginas y páginas.

 

Aquí os dejo algunos extractos que me han gustado:

 

¨Y cumplió. O lo hicieron ambos. Después de aquello, el infanzón de Vivar luchó en duelos singulares por Castilla y por su rey, y llevó la bandera de su señor en lo más cruento de las batallas que aún estaban por reñir. Sin embargo, el azar y la vida juegan sus propios naipes, y sobre la mesa salió demasiado pronto la carta de la Muerte.¨

 

¨-De nosotros depende -dijo-. Que no vuelva. Reía Minaya, rascándose la barba.

-Si Dios quiere.

-Siempre se le puede echar una mano a Dios¨.

 

¨Espoleó un poco más, ganando velocidad. Mientras Persevante iba del paso al trote, pensó un instante en Jimena y las niñas, antes de olvidarlas. Allí a donde se dirigía no podían acompañarlo. Era incluso peligroso llevarlas, distraían su atención. Lo debilitaban. Hacían pensar en la vida, en desear conservarla a toda costa, y ese pensamiento liquidaba a cualquier guerrero: era el principal obstáculo para permanecer vivo. Se lo había dicho un veterano en vísperas de Graus: el truco en el oficio de las armas es aceptar que ya estás muerto. Asumirlo con indiferencia. Así acudes a la cita ligero de espíritu y equipaje, con menos inquietudes y más oportunidad de que Dios, amigo de llevar la contraria, te la aplace.¨

 

¨Se quedaron callados. El belfo entre las patas, relajados, los caballos mordisqueaban los matojos. Ordóñez estudió las colinas con desconfianza.

-Supongo que no estarán solos -dijo al fin-. En algún lugar tendrán a más gente oculta.

Estuvo de acuerdo Ruy Diaz.

-Si yo fuera ellos, la tendría. Jesucristo dijo: «Sed hermanos, pero no seáis primos».

-¿En serio? -Ordoñez lo contemplaba con hosco interés-. ¿Eso dijo?

Sonreía el jefe de la hueste.

-Me lo acabo de inventar.

-Creía que era en serio.

-Pues no

Cavilaba Ordónez, hosco. Desconfiado como solía.

-Espero que esos perros vean bien la cochina bandera que llevamos hoy.¨

 

¨Pasaron el último día acampados junto a un recodo del Ebro, a media legua de la ciudad que se divisaba a lo lejos, amurallada y blanca.

Impresiona, comentaban los hombres.

Se reunían en corros para mirar la orilla del río, señalándose unos a otros los minaretes de las mezquitas. Tan grande como Burgos, añadían. Tal vez aún más hermosa.

Zaragoza.¨

 

¨-No será fácil -dijo Ruy Díaz tras un momento.

El moro se quedó callado un instante.

-Lo sé, Sidi -dijo al fin-. Y mi señor Mutamán también lo sabe.

-Está obstinado en tener su batalla.

-Así es... Considera su honor en juego.

Emitió Ruy Díaz una risa suave, desprovista de humor.

-A veces, cuando Dios tiene ganas de broma, castiga concediendo lo que deseas.

Asintió Al-Jatib.¨

 

¨Al-Jatib seguía observándolo. Su rostro en sombra parecía desvanecido en la noche.

-Y también haremos lo que no se pueda -repitió, pensativo y admirado-. Lo cierto es que sabes hablar a los reyes, Sidi.

Ruy Díaz alzó la vista a las estrellas: alfileres fríos clavados en media esfera negra, ajenos a cuanto ocurría en la plana superficie de la tierra.

-A menudo -dijo- la derrota llega cuando uno se siente inclinado a hacer sólo lo que puede.

-Comprendo... Quieres decir que hay actos razonables que en el fondo son actos de debilidad.

-Todos podemos equivocarnos, rais Yaqub. Dios ciega a los que quiere perder.

-¿Te equivocaste alguna vez?

-Varias.

-Eso me tranquiliza... No se puede confiar en alguien que nunca cometió un error. Expone a otros a verse envueltos en el primero que cometa.¨

 

¨Había ya media docena de cadáveres desnudos, iluminados por el sol declinante de la tarde.

Nada se parecía tanto a una derrota, pensó Ruy Díaz, como una victoria.¨

 

¨-Abrid la boca, señor conde de Barcelona -le susurró al oído-. Suspirad tan sólo, moved una ceja, parpadead, y por el Dios que nos alumbra juro que os degüello.

Y en sus ojos había suficiente noche para creerlo.¨

 

Aparte del contexto histórico también he aprendido alguna palabra nueva. Es la ventaja de los Kindle, que tienes el diccionario a mano sin tener que levantarte: haces clic en la palabra y ahí te sale. Una que ha aparecido varias veces es ¨otero¨ y por el contexto te imaginas lo que es. Pero teniendo un colega con ese apellido la he buscado y esto es lo que dice:

Otero

Del ant. Oto ¨alto¨, y este del lat. Altus, y -ero.

1.- Sustantivo m -Cerro aislado que domina un llano.

 

Una vez más otra novela de Reverte con la que he disfrutado muchísimo. Siempre un acierto poner las manos en cualquiera de sus libros.

 

29/09/2019 06:39 basurde Enlace permanente. Libros No hay comentarios. Comentar.

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